Deuteronomio  25 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 19 versitos |
1 Cuando dos hombres tengan un pleito, vayan a juicio y los juzguen, absolviendo al inocente y condenando al culpable;
2 si el culpable merece una paliza, el juez lo hará tenderse en tierra, y en su presencia le darán los azotes que merece su delito;
3 le podrán dar hasta cuarenta y no más, no sea que excedan el número, la paliza sea excesiva y tu hermano quede infamado a tus ojos.
4 No le pondrás bozal al buey que trilla.
5 Si dos hermanos viven juntos y uno de ellos muere sin hijos, la viuda no saldrá de casa para casarse con un extraño; su cuñado se casará con ella y cumplirá con ella los deberes legales de cuñado;
6 el primogénito que nazca continuará el nombre del hermano muerto, y así no se borrará su nombre en Israel.
7 Pero si el cuñado se niega a casarse, la cuñada acudirá a las puertas, a los ancianos, y declarará: Mi cuñado se niega a transmitir el nombre de su hermano en Israel; no quiere cumplir conmigo su deber de cuñado.
8 Los ancianos de la ciudad lo citarán y procurarán convencerlo; pero si se empeña y dice que no quiere tomarla,
9 la cuñada se le acercará, en presencia de los ancianos, le quitará una sandalia del pie, le escupirá en la cara y le responderá: Esto es lo que se hace con un hombre que no edifica la casa de su hermano.
10 Y en Israel se llamará: La casa del Sinsandalias.
11 Si un hombre está riñendo con su hermano, se acerca la mujer de uno de ellos y, para defender a su marido del que lo golpea, mete la mano y agarra al otro por sus vergüenzas,
12 le cortarás la mano sin compasión.
13 No guardarás en la bolsa dos pesas: una más pesada que otra.
14 No tendrás en casa dos medidas: una más grande que la otra.
15 Ten pesas exactas y justas, ten medidas exactas y justas. Así prolongarás tu vida en la tierra que va a darte el Señor, tu Dios,
16 porque quien practica el fraude es abominable ante el Señor.
17 Recuerda lo que te hicieron los amalecitas por el camino, cuando salías de Egipto:
18 te salieron al encuentro cuando ibas cansado y deshecho y atacaron por la espalda a los rezagados sin respetar a Dios.
19 Cuando el Señor, tu Dios, ponga fin a las hostilidades con los enemigos que te rodean, en la tierra que el Señor, tu Dios, va a darte en heredad para que la poseas, borrarás la memoria de los amalecitas bajo el cielo. No te olvides.

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Introducción a Deuteronomio 

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