I Timoteo 2 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 15 versitos |
1 Ante todo recomiendo que se ofrezcan súplicas, peticiones, intercesiones y acciones de gracias por todas las personas,
2 especialmente por reyes y autoridades, para que podamos vivir tranquilos y serenos con toda piedad y dignidad.
3 Eso es bueno y aceptable para Dios nuestro salvador,
4 que quiere que todos los hombres se salven y lleguen a conocer la verdad.
5 No hay más que un solo Dios, no hay más que un mediador, el hombre Cristo Jesús,
6 que se entregó en rescate por todos y como testimonio en el momento oportuno;
7 y yo he sido nombrado su heraldo y apóstol digo la verdad sin engaño , maestro de los paganos en la fe y la verdad.
8 Quiero que los varones oren en cualquier lugar, elevando sus manos puras, libres de cólera y discordia.
9 Asimismo que las mujeres se arreglen decentemente, se adornen con modestia y sobriedad: no con trenzas, con oro y perlas, con vestidos lujosos, sino con buenas obras,
10 como corresponde a mujeres que se profesan religiosas.
11 La mujer ha de aprender en silencio y sumisa.
12 No acepto que la mujer dé lecciones ni órdenes al varón. Estése callada,
13 pues Adán fue creado primero y Eva después.
14 No fue seducido Adán, la mujer fue seducida y cometió la transgresión.
15 Pero se salvará por la maternidad, si mantiene con modestia la fe, el amor y la consagración.

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Introducción a I Timoteo

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