I Pedro 4 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 19 versitos |
1 Como Cristo padeció corporalmente, armaos vosotros de la misma actitud. Quien ha padecido corporalmente deja de pecar
2 y, lo que le queda de vida corporal, ya no sigue los deseos humanos, sino la voluntad de Dios.
3 Bastante tiempo en el pasado habéis ejecutado los designios de los paganos, practicando el libertinaje, vicios, borracheras, orgías, comilonas e intolerables idolatrías.
4 Ahora que vosotros no concurrís en su moral desenfreno, os insultan.
5 Pero rendirán cuentas al que está dispuesto a juzgar a vivos y muertos.
6 Para ello se llevó también la Buena Noticia a los muertos: para que condenados como hombres a morir corporalmente, vivieran espiritualmente como Dios.
7 Se acerca el fin del universo: sed, pues, sobrios y moderados para poder orar.
8 Ante todo, mantened tenso el amor mutuo, pues el amor cubre una multitud de pecados.
9 Practicad la hospitalidad mutua sin murmurar.
10 Cada uno, como buen administrador de la multiforme gracia de Dios, ponga al servicio de los demás el carisma que haya recibido.
11 Si habla: como si pronunciara oráculos de Dios; si sirve: como con la fuerza que Dios otorga; de modo que en todo sea glorificado Dios por medio de Jesucristo. A quien corresponde la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
12 Queridos, no os extrañéis del incendio que ha estallado contra vosotros, como si fuera algo extraordinario;
13 alegraos, más bien, de compartir los sufrimientos de Cristo, y así, cuando se revele su gloria, vuestro gozo estará colmado.
14 Si os insultan por ser cristianos, dichosos vosotros, porque el Espíritu de Dios y su gloria reposan en vosotros.
15 Que ninguno de vosotros tenga que padecer por ladrón o asesino o criminal o por meterse en asuntos ajenos.
16 Pero si padece por ser cristiano, no se avergüence, antes dé gloria a Dios por tal título.
17 Llega el momento de comenzar el juicio por la casa de Dios. Y, si empieza por vosotros, ¿cómo acabará cuando les toque a los que rechazaron la Buena Noticia de Dios?
18 Si el justo apenas se salva, ¿qué será del impío y del pecador?
19 Así pues, los que padecen por voluntad de Dios, sigan haciendo el bien y confíen sus vidas al Creador, que es fiel.

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Introducción a I Pedro

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