Apocalipsis  11 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 19 versitos |
1 Me entregaron una caña semejante a una vara y me ordenaron: Levántate y mide el templo de Dios y el altar y a los que adoran en él.
2 El atrio exterior del templo exclúyelo de la medida, porque se entrega a los paganos, que pisotearán la Ciudad Santa cuarenta y dos meses.
3 Enviaré a mis dos testigos, que, vestidos de sayal, profetizarán mil doscientos sesenta días.
4 Son los olivos y las dos lámparas que están ante el Señor del mundo.
5 Si alguien intenta hacerles daño, echarán por la boca un fuego que consumirá a sus enemigos. Así ha de morir quien intente hacerles daño.
6 Ellos tienen poder para cerrar el cielo, de modo que no llueva mientras profetizan, y poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y poder sobre la tierra para herirla con plagas cuando quieran.
7 Cuando terminen su testimonio, la fiera que sube del abismo les declarará la guerra, los derrotará y los matará.
8 Sus cadáveres yacerán en la calle de la Gran Ciudad que lleva el nombre simbólico de Sodoma y Egipto, donde fue crucificado su Señor.
9 Durante tres días y medio, gente de diversos pueblos, razas, lenguas y naciones vigilarán sus cadáveres y no permitirán que los sepulten.
10 Los habitantes del mundo se alegrarán de su derrota, y lo festejarán enviándose mutuamente regalos, porque aquellos dos profetas los atormentaban.
11 Pasados los tres días y medio, el aliento de vida de Dios penetró en ellos, y se pusieron en pie; los que lo vieron fueron presa de terror.
12 Oyeron una voz potente, celeste, que les decía: Subid acá. Subieron en una nube al cielo mientras sus enemigos los miraban.
13 En aquel momento sobrevino un gran terremoto y un décimo de la ciudad se derrumbó y murieron en el terremoto siete mil personas. Los restantes se aterrorizaron y confesaron la gloria del Dios del cielo.
14 Pasó el segundo ay; mira que pronto llega el tercero.
15 El séptimo ángel dio un toque de trompeta: voces potentes resonaron en el cielo: Ha llegado el reinado en el mundo de nuestro Señor y de su Cristo y reinará por los siglos de los siglos.
16 Los veinticuatro ancianos sentados en sus tronos delante de Dios cayeron de bruces y adoraron a Dios
17 diciendo: Te damos gracias, Señor, Dios Todopoderoso, el que es y era, porque has asumido el gran poder y has comenzado a reinar.
18 Los paganos montaron en cólera, pero sobrevino tu ira, la hora de juzgar a los muertos y de dar el premio a tus siervos los profetas, a los consagrados, a los que respetan tu Nombre, pequeños y grandes; la hora de destruir a los que destruyen la tierra.
19 Se abrió en el cielo el templo de Dios y apareció en el templo el arca de su alianza. Hubo relámpagos, estampidos, truenos, un terremoto y fuerte pedrisco.

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Introducción a Apocalipsis 

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