Judith 6 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 21 versitos |
1 Cuando se calmó el alboroto de los que rodeaban el consejo, Holofernes, general en jefe del ejército asirio, dijo a Ajior, en presencia de toda la tropa extranjera y todos los moabitas:
2 Y, ¿quién eres tú, Ajior, y los mercenarios de Efraín para ponerte a profetizar así, diciendo que no luchemos contra los israelitas porque su Dios los protegerá? ¿Qué dios hay fuera de Nabucodonosor? Él va a enviar su poder y los exterminará de la superficie de la tierra, sin que su Dios pueda librarlos.
3 Nosotros, sus siervos, los aplastaremos como a un solo hombre. No podrán resistir el empuje de nuestra caballería. Los barreremos.
4 Los exterminaremos en sus lugares, sus montañas quedarán empapadas con su sangre, sus llanuras se llenarán de cadáveres. No podrán resistir ante nosotros, sino que perecerán totalmente, dice el rey Nabucodonosor, dueño de toda la tierra. Porque ha hablado, y no pronuncia palabras vacías.
5 Y en cuanto a ti, Ajior, mercenario amonita, que has dicho esas frases en un momento de sinrazón, no volverás a verme hasta que castigue a esa gente escapada de Egipto.
6 Entonces, cuando yo vuelva, la espada de mis soldados y la lanza de mis oficiales te traspasarán el costado, y caerás entre sus heridos.
7 Mis esclavos te van a llevar a la montaña y te dejarán en alguna ciudad de los desfiladeros;
8 no perecerás hasta que seas exterminado con ellos.
9 Y si por dentro confías en que no nos apoderaremos de ellos, no agaches la cabeza. Lo he dicho: no quedará una palabra sin cumplirse.
10 Después ordenó a los esclavos que estaban en la tienda que tomaran a Ajior y lo llevasen a Betulia para entregarlo a los israelitas.
11 Los esclavos lo prendieron y lo sacaron a la llanura, fuera del campamento. Luego, alejándose hacia la sierra, llegaron a las fuentes que hay bajo Betulia.
12 Al verlos, los de la ciudad empuñaron las armas y salieron de Betulia, que está en la cumbre del monte.
13 Como los honderos les impedían la subida disparándoles piedras, los de Holofernes se deslizaron por la ladera del monte, ataron a Ajior y lo dejaron tendido al pie del monte. Luego volvieron a presentarse a su jefe.
14 Los israelitas bajaron de la ciudad, se acercaron a Ajior, lo desataron, lo llevaron a Betulia y se lo presentaron a los jefes de la ciudad,
15 que eran, en aquel entonces, Ozías, de Micá, de la tribu de Simeón; Cabris, de Gotoniel, y Carmis, hijo de Melquiel.
16 Convocaron a todos los ancianos de la ciudad, y también los jóvenes y las mujeres fueron corriendo a la asamblea. Pusieron a Ajior en medio de la gente, y Ozías le preguntó qué había pasado.
17 Ajior respondió contándoles lo que habían hablado en el consejo de Holofernes: lo que dijo él ante la oficialidad asiria y las orgullosas amenazas de Holofernes contra Israel.
18 Todo el pueblo se postró en adoración a Dios, gritando:
19 Señor, Dios del cielo, mira desde lo alto su soberbia y apiádate de la humillación de nuestro pueblo. Mira en este día a los que te están consagrados.
20 Después animaron a Ajior y lo felicitaron efusivamente.
21 Y, al acabar la asamblea, Ozías lo llevó a su casa y ofreció un convite a los ancianos. Toda aquella noche estuvieron implorando el auxilio del Dios de Israel.

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Introducción a Judith

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