Sabiduría 12 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 27 versitos |
1 Todos llevan tu soplo incorruptible.
2 Por eso corriges poco a poco a los que caen, les recuerdas su pecado y los reprendes, para que se conviertan y crean en ti, Señor.
3 A los antiguos pobladores de tu santa tierra
4 los aborreciste por sus prácticas detestables, ritos execrables y actos de magia,
5 crueles sacrificios de criaturas y banquetes canibalescos de vísceras y sangre humana; a estos cofrades iniciados,
6 progenitores asesinos de vidas indefensas, decidiste eliminarlos por medio de nuestros padres,
7 para que tu tierra predilecta acogiera a la digna colonia de los hijos de Dios.
8 Pero aun a ésos, como hombres que eran, los perdonaste y les enviaste avispas, como avanzada de tu ejército, para exterminarlos paulatinamente.
9 Bien que podías haber entregado a los impíos en manos de los justos, en batalla campal, o haberlos aniquilado de una vez por medio de fieras terribles, o con una palabra inexorable;
10 pero, castigándolos paulatinamente, les diste ocasión de arrepentirse, a sabiendas de que eran de mala cepa, de malicia congénita, y que su manera de ser no cambiaría nunca.
11 Eran raza maldita desde su origen; si les indultaste los delitos no fue porque tuvieras miedo a nadie.
12 Porque ¿quién puede decirte: Qué has hecho? ¿Quién protestará contra tu sentencia? ¿Quién te denunciará por el exterminio de las naciones que tú has creado? ¿Quién se te presentará como vengador de delincuentes?
13 Además, fuera de ti, no hay otro dios al cuidado de todos, ante quien tengas que justificar tu sentencia;
14 no hay rey ni soberano que pueda desafiarte por haberlos castigado.
15 Eres justo, gobiernas el universo con justicia y estimas incompatible con tu poder condenar a quien no merece castigo.
16 Porque tu fuerza es el principio de la justicia y el ser dueño de todos te hace perdonarlos a todos.
17 Ante el que no cree en la perfección de tu poder despliegas tu fuerza, y a los que la reconocen los dejas convictos de su atrevimiento;
18 pero tú, dueño de tu fuerza, juzgas con moderación y nos gobiernas con mucha indulgencia; hacer uso de tu poder está a tu alcance cuando quieres.
19 Actuando así, enseñaste a tu pueblo que el hombre justo debe ser humano, e infundiste a tus hijos la esperanza, porque dejas arrepentirse a los que pecan.
20 Si a los enemigos de tus hijos, reos de muerte, los castigaste con tanto miramiento e indulgencia, dándoles tiempo y ocasión de arrepentirse de sus culpas,
21 ¿con cuánta mayor consideración juzgarás a tus hijos, a cuyos padres prometiste favores con juramentos y alianzas?
22 A nosotros nos instruyes azotando mil veces a nuestros enemigos, para que a la hora de juzgar pensemos en tu benevolencia y cuando nos toque ser juzgados esperemos misericordia.
23 A los necios que vivieron una vida depravada los torturaste con sus propias abominaciones;
24 se extraviaron muy lejos por el camino del error, teniendo por dioses a los animales más viles y repugnantes, dejándose engañar como párvulos sin sentido;
25 por eso, como a niños que no razonan, les enviaste un castigo que los puso en ridículo.
26 Los que no escarmentaron con correctivos burlescos tendrían que sufrir un juicio digno de Dios.
27 Al ser castigados por esos mismos a los que tenían por dioses pues se indignaban de sufrir por todo aquello , vieron al Dios verdadero que antes se negaban a conocer y lo reconocieron. Por eso les sobrevino el colmo de la condena.

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