1 Señor, Padre y Dueño de mi vida, no permitas que mis ojos sean soberbios, no me dejes caer por su culpa. |
2 ¡Quién pusiera un guardia sobre mis pensamientos y un sabio instructor en mi mente que no perdonara mis yerros ni disimulara mis pecados! |
3 Para que no aumenten mis ignorancias ni se multipliquen mis pecados; para que no caiga ante mis adversarios ni se alegre el enemigo de mi ruina. |
4 Señor, Padre y Dios de mi vida, no me des ojos altaneros, |
5 aparta de mí los malos deseos; |
6 gula y lujuria no se apoderen de mí, no me entregues a pasiones vergonzosas. |
7 Hijos, escuchad mi instrucción sobre el hablar: el que la guarda no quedará atrapado. |
8 El pecador se enreda en sus propios labios, el arrogante e injurioso tropieza con ellos. |
9 No te acostumbres a pronunciar juramentos ni pronuncies a la ligera el Nombre santo. |
10 Como el criado sometido a interrogatorio no saldrá sin azotes, así el que jura por el Nombre continuamente no quedará limpio de pecado. |
11 El que mucho jura se llena de maldad, y el látigo no se apartará de su casa; si se equivoca, cae en pecado, si no cumple, peca el doble; si jura en falso no será perdonado, y su casa estará llena de desgracias. |
12 Hay palabras que merecen la muerte: ¡que no se pronuncien en los pueblos de Jacob! Los hombres religiosos están lejos de tales cosas y no se revuelcan en pecados. |
13 No acostumbres tu boca a mal hablar, porque será causa de pecado; |
14 acuérdate de tu padre y tu madre cuando te sientes entre los nobles: no sea que te descuides en su presencia y eches una mancha en tu educación; desearás no haber nacido y maldecirás el día que viste la luz. |
15 El que se acostumbra a insultar no aprenderá en toda la vida. |
16 Dos clases de hombres multiplican pecados y una tercera provoca la cólera de Dios: |
17 el sensual que arde como fuego, no se apagará hasta consumirse; el que fornica con una pariente, no cesará hasta abrasarse; el lujurioso que encuentra sabroso cualquier pan, no parará hasta que el fuego lo consuma. |
18 El que es infiel al lecho matrimonial diciéndose: "¿Quién me ve?, la oscuridad me rodea, las paredes me encubren, nadie me ve, ¿por qué temer?, el Altísimo no tendrá en cuenta mis pecados", |
19 sólo teme la mirada de los hombres y no sabe que los ojos del Altísimo son mil veces más brillantes que el sol y contemplan todos los caminos de los hombres y penetran hasta lo más escondido. |
20 Todo lo conocía antes de crearlo y lo mismo después de terminado. |
21 Pues cuando menos lo piense, será arrestado y será castigado en la plaza pública. |
22 Lo mismo la mujer que abandona al marido y proporciona un heredero de un extraño: |
23 En primer lugar, desobedeció la ley del Altísimo; en segundo lugar, ofendió a su marido; en tercer lugar, se prostituyó con adulterio y le ha dado hijos de un extraño. |
24 Habrá de comparecer ante la asamblea, y el castigo recaerá sobre sus hijos; |
25 sus hijos no echarán raíces y sus vástagos no darán fruto; |
26 su recuerdo será maldecido y su infamia no se borrará. |
27 Los restantes reconocerán que nada hay más importante que respetar al Señor ni más dulce que guardar sus mandamientos. |