Eclesiástico 39 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 35 versitos |
1 En cambio, el que se entrega de lleno a meditar la ley del Altísimo indaga la sabiduría de sus predecesores y estudia las profecías,
2 examina las explicaciones de autores famosos y penetra por parábolas intrincadas,
3 indaga el misterio de proverbios y da vueltas a enigmas.
4 Presta servicio ante los poderosos y se presenta ante los jefes, viaja por países extranjeros probando el bien y el mal de los hombres;
5 se propone madrugar por el Señor, su Creador, y reza delante del Altísimo, abre la boca para suplicar pidiendo perdón de sus pecados.
6 Si el Señor lo quiere, él se llenará de espíritu de inteligencia; Dios le hará derramar sabias palabras, y él confesará al Señor en su oración;
7 Dios guiará sus consejos prudentes, y él meditará sus misterios;
8 Dios le comunicará su doctrina y enseñanza, y él se gloriará de la ley del Altísimo.
9 Muchos alabarán su inteligencia, que no perecerá jamás; nunca faltará su recuerdo, y su fama vivirá por generaciones;
10 la gente comentará su sabiduría y la asamblea pronunciará su elogio;
11 en vida, tendrá renombre entre millares, que le bastará cuando muera.
12 He pensado más cosas y las expondré, pues estoy lleno como luna llena;
13 escuchadme, hijos piadosos, y creceréis como rosal plantado junto a la corriente;
14 perfumad como incienso, floreced como azucenas, difundid fragancia, alzad la voz en canto de alabanzas, bendecid al Señor por sus obras,
15 exaltad la grandeza de su Nombre y alabadlo con himnos, con cantos acompañados de instrumentos, pronunciando aclamaciones:
16 Las obras de Dios son todas buenas, y cumplen su función a su tiempo. No cabe decir: "Qué es esto?" "¿Para qué sirve esto?" A su debido tiempo todo tiene sentido.
17 Con su palabra reunió las aguas, a su orden se congregaron.
18 En cada momento se cumple su voluntad, y nada rehúsa su servicio;
19 tiene delante las acciones de todo viviente, y nada se esconde a su mirada;
20 desde siempre y por siempre está mirando, y no tiene límite su salvación. Nada es pequeño o menudo para él, nada le es difícil o imposible.
21 No vale decir: ¿Para qué sirve esto?, pues cada cosa tiene asignada su función; no vale decir: Esto es peor que aquello, porque cada cosa vale en su momento.
22 Su bendición desborda como el Nilo, como el Éufrates riega la tierra;
23 su cólera despoja a las naciones y convierte en marisma el regadío.
24 Sus caminos son llanos para los honrados y son escabrosos para los arrogantes.
25 Al principio creó bienes para los buenos, y para los malos, bienes y males.
26 Son esenciales para la vida humana: agua, fuego, hierro, sal, harina, leche, miel, vino, aceite, vestido.
27 Todo esto aprovecha a los buenos y se convierte en daño para los malos.
28 Hay vientos creados para el castigo que con su furia descuajan las montañas, para ejecutar la sentencia desatan su poder y aplacan la cólera de su Hacedor.
29 Rayos y granizo, hambre y peste: también fueron creados para el castigo;
30 bestias feroces, alacrán y víbora, y espada vengadora que aniquila a los malvados. Todo ello fue creado para su función y está almacenado hasta el momento oportuno.
31 Al recibir sus órdenes se alegran, están prestos en la tierra a lo que disponga y no protestan de sus mandatos.
32 Por eso hace tiempo que estoy convencido, he reflexionado y lo he puesto por escrito:
33 Las obras de Dios son todas buenas y cumplen su función a su tiempo.
34 No digas: "Ésta es mala, ¿para qué sirve?", porque cada una es útil a su tiempo.
35 Y ahora cantad con toda el alma y bendecid el Nombre del Dios Santo.

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Introducción a Eclesiástico

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