Eclesiástico 42 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 25 versitos |
1 Pero de lo siguiente no te avergüences ni peques por respetos humanos:
2 de la ley y mandatos del Altísimo, de absolver al acusado inocente,
3 de ajustar cuentas con el socio o el amo, de repartir una herencia o propiedad,
4 de exactitud en pesas y balanzas, (TH +: de pesas y medidas controladas), de obtener grandes y pequeñas ganancias,
5 de ganar comerciando con viajantes, de educar con rigor a un hijo, de tundir los lomos a un mal siervo,
6 de encerrar a la mujer infiel, de echar llave donde hay manos sueltas,
7 de contar bien un depósito, de anotar lo que das o recibes,
8 de corregir al necio y al inexperto y al viejo que se aconseja con prostitutas. Así serás verdaderamente prudente y serás estimado de todos.
9 Una hija es tesoro engañoso para su padre, le quita el sueño por la preocupación: si es joven, no se le quede en casa; si casada, no se la repudien;
10 si doncella, no se la seduzcan; si casada, no sea infiel; en la casa paterna, no quede encinta; en casa del marido, no quede estéril.
11 Vigila a tu hija doncella, para que no te acarree mala fama, comentarios de la ciudad, desprecio de la gente y burlas de los que se reúnen en la plaza. Donde ella vive no haya una reja ni miradores a los accesos en torno.
12 No exhiba su belleza ante cualquier hombre ni trate familiarmente con las mujeres;
13 porque del vestido sale la polilla y de una mujer la maldad de otra.
14 Mejor es la dureza del marido que la indulgencia de la mujer, la de mala fama trae infamia a la casa.
15 Voy a recordar las obras de Dios y a contar lo que he visto: por la Palabra de Dios son creadas y de su voluntad reciben su tarea.
16 El sol sale mostrándose a todos, la gloria del Señor llena todas sus obras.
17 Aun los santos de Dios no bastaron para contar las maravillas del Señor. Dios fortaleció sus ejércitos, para que estén firmes en presencia de su gloria.
18 Sondea el Abismo y el corazón, penetra todas sus tramas, porque el Altísimo posee toda la ciencia y observa los signos perpetuos.
19 declara el pasado y el futuro y revela los misterios escondidos.
20 No se le oculta ningún pensamiento ni se le escapa palabra alguna.
21 Ha establecido el poder de su sabiduría, es el único desde la eternidad; no puede crecer ni menguar ni le hace falta un maestro.
22 ¡Qué amables son todas tus obras!, y eso que no vemos más que una chispa.
23 Todas viven y duran eternamente y obedecen en todas sus funciones.
24 Todas difieren unas de otras, y no ha hecho ninguna inútil.
25 Todas son a cuál más bella: ¿quién se saciará de contemplar su hermosura?

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Introducción a Eclesiástico

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