I Macabeos 8 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 32 versitos |
1 Judas había oído hablar de los romanos: que eran muy poderosos, benévolos con sus aliados y que hacían pacto de amistad con cuantos acudían a ellos.
2 Le contaron sus hazañas militares en las Galias: cómo las habían conquistado, sometiéndolas a tributo;
3 y todo lo que habían hecho en tierras de España para apoderarse de las minas de plata y oro que hay allí,
4 cómo habían sabido mantener su dominio en todo el país con paciencia y prudencia, y eso que estaba muy lejos. A los reyes que les habían atacado desde los confines de la tierra los habían derrotado aplastándolos totalmente; los demás les pagaban un tributo anual.
5 Habían derrotado y sometido a Filipo, a Perseo, rey de Macedonia, y a los que se les habían sublevado;
6 derrotaron también a Antíoco el Grande, rey de Asia, que salió a atacarles con ciento veinte elefantes, caballería, carros y muchísima infantería:
7 lo apresaron vivo, y quedó obligado, él y sus sucesores en el trono, a pagar un fuerte tributo, a entregar rehenes y ceder la India, Media y Lidia,
8 las mejores provincias del rey; cuando los romanos las recibieron se las dieron al rey Eumenes.
9 También los griegos proyectaron una campaña para aniquilar a los romanos,
10 pero al enterarse éstos del proyecto mandaron contra ellos a un solo general: entraron en combate e hicieron muchas bajas a los griegos, se llevaron cautivos a las mujeres y niños, saquearon el país y lo sometieron, derribaron las plazas fuertes y los redujeron a esclavitud perpetua.
11 Aniquilaron y esclavizaron los restantes reinos, las islas, a cuantos les opusieron resistencia; en cambio, se mantenían fieles a sus amigos y a los que se ponían bajo su protección.
12 Dominaron a reyes vecinos y lejanos. Cuantos oían hablar de ellos los temían.
13 Aquellos a quienes quieren ayudar en sus pretensiones al trono, llegan a reyes; a los que quieren cambiar, los destituyen. Están en la cima del poder.
14 Y con todo esto ni uno de ellos ha ceñido la corona ni se ha vestido de púrpura para aumentar su autoridad.
15 Han formado un Senado, y diariamente deliberan trescientos veinte senadores, buscando siempre el bien público.
16 Confían cada año el poder y el gobierno del país a un solo hombre; todos le obedecen, sin envidia ni rivalidades.
17 Judas eligió a Eupólemo, hijo de Juan, hijo de Acos, y a Jasón, hijo de Lázaro, y los envió a Roma para firmar un tratado de amistad y mutua defensa,
18 con la intención de sacudirse el yugo griego, porque veían que el imperio griego estaba esclavizando a Israel.
19 Partieron para Roma, un viaje larguísimo. Y al entrar en el Senado hablaron así:
20 Judas Macabeo, sus hermanos y el pueblo judío nos han enviado aquí para hacer con vosotros un tratado de paz y mutua defensa, de manera que seamos contados entre vuestros aliados y amigos.
21 Los senadores lo aprobaron.
22 Copia de documento que escribieron en tablillas de bronce, y mandaron a Jerusalén para que quedase allí como documento fehaciente del pacto de paz y mutua defensa:
23 ¡Gocen bienestar perpetuo romanos y judíos en tierra y mar! ¡Lejos de ellos la espada enemiga!
24 Pero si estalla la guerra contra Roma o uno de sus aliados en el imperio,
25 el pueblo judío luchará a su lado con toda el alma, conforme lo exijan las circunstancias;
26 a los enemigos no les darán ni suministrarán alimentos, armas, dinero, naves. Es decreto de Roma. Cumplirán estas cláusulas sin compensación alguna.
27 Igualmente, si estalla una guerra contra el pueblo judío, los romanos lucharán a su lado decididamente, conforme lo exijan las circunstancias,
28 y no darán a los enemigos alimentos, armas, dinero ni naves. Es decreto de Roma. Observarán estas cláusulas lealmente.
29 En estos términos quedaba estipulado el pacto de los romanos con el pueblo judío.
30 Y si más adelante alguna de las partes quisiera añadir o rescindir algo, se hará de común acuerdo, y lo añadido o rescindido tendrá fuerza de ley.
31 En cuanto a los daños que les ha causado el rey Demetrio, ya le escribimos en los siguientes términos: ¿Por qué oprimes tiránicamente a nuestros amigos y aliados los judíos?
32 Si se nos vuelven a quejar de ti, defenderemos sus derechos atacándote por tierra y mar.

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Introducción a I Macabeos

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