I Samuel 19 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 24 versitos |
1 Delante de su hijo Jonatán y de sus ministros, Saúl habló de matar a David. Jonatán, hijo de Saúl, quería mucho a David,
2 y le avisó: Mi padre, Saúl, te busca para matarte. Estáte atento mañana y escóndete en sitio seguro.
3 Yo saldré y me quedaré junto con mi padre en el campo donde tú estés; le hablaré de ti, y si saco algo en limpio, te lo comunicaré.
4 Jonatán habló a su padre, Saúl, en favor de David: ¡Que el rey no ofenda a su siervo David! Él no te ha ofendido, y lo que él hace es en tu provecho;
5 se jugó la vida cuando mató al filisteo, y el Señor dio a Israel una gran victoria. Bien que te alegraste al verlo. ¡No vayas a pecar derramando sangre inocente, matando a David sin motivo!
6 Saúl hizo caso a Jonatán, y juró: ¡Vive Dios, no morirá!
7 Jonatán llamó a David y le contó la conversación; luego lo llevó a donde Saúl, y David siguió en palacio como antes.
8 Se reanudó la guerra y David salió a luchar contra los filisteos; los venció y les ocasionó tal derrota, que huyeron ante él.
9 Saúl estaba sentado en su palacio con la lanza en la mano, mientras David tocaba el arpa. Un mal espíritu enviado por el Señor se apoderó de Saúl,
10 el cual intentó clavar a David en la pared con la lanza, pero David la esquivó. Saúl clavó la lanza en la pared y David se salvó huyendo.
11 Aquella noche Saúl mandó emisarios a casa de David para vigilarlo y matarlo a la mañana. Pero su mujer, Mical, le avisó: Si no te pones a salvo esta misma noche, mañana eres cadáver.
12 Ella lo descolgó por la ventana y David se salvó huyendo.
13 Mical agarró luego un ídolo, lo echó en la cama, puso en la cabecera un cojín de pelo de cabra y lo tapó con una colcha.
14 Cuando Saúl mandó los emisarios, Mical les dijo: Está malo.
15 Pero Saúl despachó de nuevo los emisarios para que buscaran a David: Traédmelo en la cama, que lo quiero matar.
16 Llegaron los emisarios y se encontraron con un ídolo en la cama y un cojín de pelo de cabra en la cabecera.
17 Entonces Saúl dijo a Mical: ¿Qué modo es éste de engañarme? ¡Has dejado escapar a mi enemigo! Mical le respondió: Él me amenazó: Si no me dejas marchar, te mato.
18 Mientras tanto, David se salvó huyendo y llegó a Ramá, el pueblo de Samuel, y le contó todo lo que le había hecho Saúl. Entonces fueron los dos a alojarse en Nayot.
19 Cuando avisaron a Saúl que David estaba en Nayot de Ramá,
20 despachó emisarios para apresarlo. Encontraron a la comunidad de profetas en trance, presididos por Samuel; el Espíritu de Dios se apoderó de los emisarios de Saúl, y también ellos entraron en trance.
21 Se lo avisaron a Saúl, y mandó otros emisarios, que también entraron en trance. Por tercera vez despachó unos emisarios, y también éstos entraron en trance.
22 Entonces fue él en persona a Ramá, y al llegar al pozo de la era que hay en Secú, preguntó: ¿Dónde están Samuel y David? Le respondieron: En Nayot de Ramá.
23 Siguió hasta Nayot de Ramá, y también de él se apoderó el Espíritu de Dios, entró en trance y caminó así hasta Nayot de Ramá.
24 Se quitó la ropa y estuvo en trance delante de Samuel, luego cayó por tierra, desnudo, todo aquel día y toda la noche. Por eso dicen: ¡Hasta Saúl está con los profetas!

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Introducción a I Samuel

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