I Samuel 20 Biblia del Peregrino (Luis Alonso Schökel, 1993) | 42 versitos |
1 David huyó de Nayot de Ramá y fue a decirle a Jonatán: ¿Qué he hecho? ¿Cuál es mi delito y mi pecado contra tu padre para que intente matarme?
2 Jonatán le dijo: ¡Nada de eso! ¡No morirás! No hace mi padre cosa grande ni chica que no me la diga antes. ¿Por qué va a ocultarme esto mi padre? ¡Es imposible!
3 Pero David insistió: Tu padre sabe perfectamente que te he caído en gracia, y dirá: Que no se entere Jonatán, no se vaya a llevar un disgusto. Pero, ¡vive Dios!, por tu vida, estoy a un paso de la muerte.
4 Jonatán le respondió: Lo que tú digas lo haré.
5 Entonces David le dijo: Mañana precisamente es luna nueva, y me toca comer con el rey. Déjame marchar y me ocultaré en descampado hasta pasado mañana por la tarde.
6 Si tu padre me echa de menos, le dices que David te pidió permiso para hacer una escapada a su pueblo, Belén, porque su familia celebra allí el sacrificio anual.
7 Si él dice que bueno, estoy salvado; pero si se pone furioso, quiere decir que tiene decidida mi muerte.
8 Sé leal con este servidor, porque nos une un pacto sagrado. Si he faltado, mátame tú mismo, no hace falta que me entregues a tu padre.
9 Jonatán respondió: ¡Dios me libre! Si me entero de que mi padre ha decidido que mueras, cierto que te aviso.
10 David preguntó: ¿Quién me lo avisará, si tu padre te responde con malos modos?
11 Jonatán contestó: ¡Vamos al campo! Salieron los dos al campo,
12 y Jonatán le dijo: Te lo prometo por el Dios de Israel; mañana a esta hora sondearé a mi padre, a ver si está a buenas o a malas contigo, y te enviaré un recado.
13 Si trama algún mal contra ti, que el Señor me castigue si no te aviso para que te pongas a salvo. ¡El Señor esté contigo como estuvo con mi padre!
14 Si entonces yo todavía vivo, cumple conmigo el pacto sagrado, y si muero,
15 no dejes nunca de favorecer a mi familia. Y cuando el Señor aniquile a los enemigos de David de la faz de la tierra,
16 no se borre el nombre de Jonatán en la casa de David. ¡Que el Señor pida cuenta de esto a los enemigos de David!
17 Jonatán hizo jurar también a David por la amistad que le tenía, porque lo quería con toda el alma,
18 y le dijo: Mañana es luna nueva. Te echarán de menos, porque verán tu asiento vacío.
19 Pasado mañana tu ausencia llamará mucho la atención. Tú te vas adonde te escondiste aquella vez, y te quedas junto a las piedras;
20 yo dispararé tres flechas en esa dirección, como tirando al blanco,
21 y mandaré un criado que vaya a por las flechas. Si le digo: Las tienes más acá, recógelas, puedes venir, es que todo te va bien, no hay problema, ¡vive Dios!
22 Pero si le digo al chico: Las tienes más allá, entonces vete, el Señor quiere que te marches.
23 Y en cuanto a la promesa que nos hemos hecho tú y yo, el Señor estará siempre entre los dos.
24 David se escondió en el campo. Llegó la luna nueva y el rey se sentó a la mesa para comer;
25 ocupó su puesto de siempre, junto a la pared; Jonatán se sentó enfrente, y Abner a un lado, y se notó que el puesto de David quedaba vacío.
26 Aquel día Saúl no dijo nada, porque pensó: A lo mejor es que no está limpio, no se habrá purificado.
27 Pero al día siguiente, el segundo del mes, el sitio de David seguía vacío, y Saúl preguntó a su hijo Jonatán: ¿Por qué no ha venido a comer el hijo de Jesé ni ayer ni hoy?
28 Jonatán le respondió: Me pidió permiso para ir a Belén.
29 Me dijo que lo dejase marchar, porque su familia celebraba en el pueblo el sacrificio anual y sus hermanos le habían mandado ir; que si no me parecía mal, él se iría a ver a sus hermanos. Por eso no ha venido a la mesa del rey.
30 Entonces Saúl se encolerizó contra Jonatán, y le dijo: ¡Hijo de mala madre! ¡Ya sabía yo que estabas conchabado con el hijo de Jesé, para vergüenza tuya y de tu madre!
31 Mientras el hijo de Jesé esté vivo sobre la tierra, ni tú ni tu reino estaréis seguros. Así que manda a buscármelo, porque merece la muerte.
32 Jonatán le replicó: Y, ¿por qué va a morir? ¿Qué ha hecho?
33 Entonces Saúl le arrojó la lanza para matarlo. Jonatán se convenció de que su padre había decidido matar a David.
34 Se levantó de la mesa enfurecido y no comió aquel día, el segundo del mes, afligido porque su padre había deshonrado a David.
35 Por la mañana, Jonatán salió al campo con un chiquillo para la cita que tenía con David.
36 Dijo al muchacho: Corre a buscar las flechas que yo tire. El muchacho echó a correr, y Jonatán disparó una flecha, que lo pasó.
37 El muchacho llegó a donde había caído la flecha de Jonatán, y éste le gritó: ¡La tienes más allá!
38 ¡Corre aprisa, no te quedes parado! El muchacho recogió la flecha y se la llevó a su amo,
39 sin sospechar nada; sólo Jonatán y David lo entendieron.
40 Jonatán dio sus armas al criado y le dijo: Anda, llévalas a casa.
41 Mientras el muchacho se marchaba, David salió de su escondite y se postró tres veces con el rostro en tierra; luego se abrazaron llorando los dos copiosamente.
42 Jonatán le dijo: Vete en paz. Como nos lo juramos en el Nombre del Señor, que el Señor sea siempre juez de nosotros y de nuestros hijos.

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