II Crónicas 21,12Cr 21:1-20; 2Cr 22:1-12; 2Cr 23:1-21; 2Cr 24:1-27; 2Cr 25:1-28; 2Cr 26:1-23; 2Cr 27:1-9; 2Cr 28:1-27 : El reinado de Jorán abre una amplia sección dedicada a un grupo de siete reyes y una reina que, a excepción de Jotán (2Cr 27:1-9), merecen el juicio abiertamente negativo del Cronista. Entre los rasgos comunes de la sección, hay que destacar dicho juicio negativo, la división dualista de la mayor parte de los reinados en dos etapas (una positiva y otra negativa) y las sensibles variantes en relación con la fuente deuteronomista.
II Crónicas 21,12Cr 21:1-20 : El reinado de Jorán es presentado como un agudo contrapunto al de su padre Josafat. Parece como si, a través del comportamiento de Jorán, el Cronista estuviera enjuiciando todos los desafueros cometidos por la casa de Ajab, la dinastía contemporánea del Reino del Norte.
II Crónicas 21,2— Uzías: en Heb. Azaryahu (Azarías). Se propone Uzías para evitar así una improbable repetición de nombre entre hermanos.
II Crónicas 21,72Sa 7:16;
1Re 11:36+.
II Crónicas 21,7— lámpara: Ver nota a
1Re 11:36.
II Crónicas 21,10— había abandonado: Esta explicación de la independencia de Edom y Libná falta en la fuente deuteronomista y es una aplicación más de la teoría cronística de la retribución.
II Crónicas 21,11— santuarios locales: La campaña de construcciones idolátricas de Jorán es el reverso de las campañas reformadoras de Josafat (ver
2Cr 17:7;
2Cr 19:4 y nota a
1Sa 9:12).
II Crónicas 21,12— un escrito del profeta Elías: El Cronista formula la condena de los pecados de Jorán y los correspondientes castigos a través de una carta atribuida a Elías. Es la única referencia a Elías por parte del Cronista quien, por lo demás, parece ignorar que el profeta había sido ya arrebatado junto a Dios (ver
2Re 2:1-18).
II Crónicas 21,16— cusitas: La invasión, desconocida en la fuente deuteronomista, desencadena el cumplimiento de los castigos anunciados.
II Crónicas 21,192Cr 16:14;
2Cr 24:25;
2Cr 28:27.
II Crónicas 21,20— fuera del panteón real: Este añadido cronístico sobre el entierro vergonzoso de Jorán certifica uno de los más sombríos veredictos del Cronista sobre los reyes de Judá.