Romanos  14 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 23 versitos |
1

Condescendencia y apoyo mutuo

Acojan a los que tienen una fe poco formada º y no se enzarcen en cuestiones opinables. º
2 Algunos creen que se puede comer de todo º; otros, en cambio, tienen la fe poco formada y sólo comen alimentos vegetales. º
3 Quien come de todo, que no desprecie a quien se abstiene de comer ciertos alimentos; y el que no come ciertos alimentos, que no critique al que come de todo, pues ambos han sido acogidos por Dios.
4 ¿Quién eres tú para erigirte en juez de alguien que no está bajo tu dominio? Que se mantenga en pie o que caiga es algo que incumbe solamente a su amo. Y no cabe duda de que se mantendrá en pie, pues le sobra poder al Señor para mantenerlo.
5 Algunos dan especial importancia º a ciertos días mientras que otros piensan que todos los días son iguales. Actúe cada uno conforme al dictamen de su propia conciencia. º
6 El que piensa que hay que celebrar determinadas fechas, con intención de honrar al Señor lo hace. Y el que come de todo, también lo hace para honrar al Señor; de hecho, da gracias a Dios por ello. De la misma manera, el que se abstiene de comer ciertos manjares, lo hace para honrar al Señor, y también da gracias a Dios. º
7 Nadie vive ni muere para sí mismo.
8 Si vivimos, para el Señor vivimos; si morimos, para el Señor morimos. Así pues, en vida o en muerte, pertenecemos al Señor. º
9 Para eso murió y resucitó Cristo: para ser Señor de vivos y muertos. º
10 ¿Cómo te atreves, entonces, a erigirte en juez de tu hermano? ¿Quién eres tú para despreciarlo? Todos hemos de comparecer ante el tribunal de Dios, º
11 pues dice la Escritura: Por mi vida, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y todos reconocerán la grandeza de Dios. º
12 En una palabra, cada uno de nosotros habrá de rendir cuentas a Dios de sí mismo º. º
13

Convivir en paz y armonía

Por tanto, dejemos ya de criticarnos unos a otros. Propónganse, más bien, no ser para el hermano ocasión o motivo de pecado. º
14 Apoyado en Jesús, el Señor, estoy plenamente convencido de que nada es en sí mismo impuro º; una cosa es impura sólo para aquel que la considere como tal. º
15 Claro que si, por comer un determinado alimento, haces daño a tu hermano, ya no es el amor la norma de tu vida º. ¡Triste cosa sería hacer que perezca por cuestiones de alimentos alguien por quien Cristo ha muerto!
16 No permitan, pues, que se les critique por algo que en sí mismo es bueno.
17 El reino de Dios no consiste en lo que se come o en lo que se bebe; consiste en una vida recta, alegre y pacífica que procede del Espíritu Santo. º
18 Quien sirve así a Cristo, agrada a Dios y se granjea la estima humana º.
19 Así que busquemos con afán lo que contribuye a la paz y a la convivencia mutua.
20 ¿Por qué destruir la obra de Dios por una cuestión de alimentos? Todo lo que se come es bueno, pero se convierte en malo para quien, al comerlo, pone a otro en ocasión de pecado.
21 Más vale, pues, que te abstengas de carne, de vino o de cualquier otra cosa, antes que poner a tu hermano en trance de pecar. º
22 La fe bien formada que tú tienes, resérvala para tus relaciones personales con Dios. ¡Dichoso el que puede tomar una decisión sin angustias de conciencia!
23 Pero quien tiene dudas de si un alimento está prohibido o permitido y, sin embargo, lo come, se hace culpable al no proceder conforme al dictamen de su conciencia. Pues todo lo que se hace con mala conciencia es pecado. º

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Introducción a Romanos 

INTRODUCCIÓN


1. La carta y sus peculiaridades


La carta de Pablo a los Romanos es la más extensa de las que se le atribuyen y tanto en los manuscritos más antiguos como en las más recientes ediciones de la Biblia ocupa siempre el primer lugar dentro del epistolario paulino. Esto no significa que, cronológicamente, sea la primera carta de Pablo. Al contrario, según el parecer de numerosos biblistas modernos, sería la última de las cartas denominadas “protopaulinas”, es decir, de las escritas directa y personalmente por Pablo, bien de puño y letra, bien utilizando un amanuense.


Es, sin duda, la carta a los Romanos (en adelante utilizaremos preferentemente la abreviatura Rm) el escrito más profundo y ambicioso del Apóstol y en cierto modo puede considerarse como su testamento teológico. De hecho, Pablo escribió esta carta en uno de los momentos más críticos y significativos de su actividad misionera. Ha proclamado el evangelio por todo el Mediterráneo oriental (Rom 15:19). Está a punto de llevar a Jerusalén (donde no sabe cómo va a ser recibido) la colecta recogida entre los cristianos europeos en favor de las iglesias necesitadas de Palestina (Rom 15:25-27). A renglón seguido se propone dirigirse a España, en los confines de occidente, para anunciar también allí a Jesucristo (Rom 15:28). Magnífica ocasión para hacer escala en Roma, la capital del Imperio, y realizar un proyecto largamente acariciado: visitar la comunidad cristiana allí establecida y compartir con ella una misma vivencia de fe (Rom 1:10-13).


Con esta carta Pablo, siempre cortés, quiere anunciar a los hermanos de Roma su próxima visita, al tiempo que hace balance y resumen de lo que ha sido su actividad y su enseñanza cristiana hasta el momento. La escribe, con toda probabilidad, desde Corinto; pero es más difícil de precisar la fecha exacta de su composición, que está en función de la cronología general que se acepte como más probable para la vida y actividad literaria de Pablo; de ahí que unos autores sitúen la composición de Rm a finales del año 57 d. C. y otros la adelanten al año 55 d. C.


2. Los destinatarios de la carta


El cristianismo debió llegar a Roma muy pronto, incluso antes de que Pablo iniciara su actividad apostólica en Asia Menor y Grecia. Las excelentes comunicaciones entre Palestina y la capital del Imperio facilitaron el que judíos palestinenses convertidos al cristianismo viajasen a Roma y pusieran allí en marcha el movimiento cristiano en la década de los años cuarenta.


La colonia judía en Roma era muy numerosa — algún historiador la cifra en unos cincuenta mil miembros — y de ella debieron surgir los primeros cristianos que no tardaron en formar una comunidad relativamente numerosa. De hecho, cuando el emperador Claudio expulsa de Roma a todos los judíos en el año 49 d. C., lo hace probablemente debido a los conflictos surgidos entre judíos ortodoxos y judíos convertidos al cristianismo. A raíz del edicto de expulsión quedaron, pues, en Roma únicamente cristianos de origen pagano. Pero al cabo de unos cinco años, el decreto imperial dejó de aplicarse y muchos de los expulsados regresaron a Roma. Cuando Pablo escribe Rm, podemos pensar que la comunidad estaba relativamente equilibrada entre los cristianos procedentes del judaísmo y los procedentes del paganismo. ¿A quiénes en concreto se dirige preferentemente el Apóstol?


En primer lugar, Pablo es plenamente consciente de no ser el fundador de la iglesia de Roma y, por tanto, en modo alguno desea interferir en la labor apostólica de otros misioneros cristianos (Rom 15:20-21). Pero al mismo tiempo, no renuncia a cosechar también entre los romanos algún fruto... enteramente dispuesto a proclamar, también entre ellos, el mensaje de salvación (Rom 1:13-14). Los destinatarios de la carta parecen ser todos los cristianos sin distinción de origen, aunque tal vez Pablo tenga especialmente presentes a los cristianos procedentes del paganismo. ¿O más bien Pablo elabora sus reflexiones pensando no tanto en la iglesia de Roma, que le era bastante desconocida, cuanto en la experiencia y conocimientos que tenía de otras iglesias? No debe descartarse esta posibilidad. En efecto, es evidente, por ejemplo, la relación que existe entre Rm y la carta a los Gálatas. Y aunque no falta algún autor que quisiera hacer de Gálatas una especie de resumen de Rm, la opinión, con mucho mayoritaria, es que Rm ha sido escrita después de Gálatas a la que utiliza como claro punto de referencia.


3. Autenticidad y características literarias


Nadie ha puesto en duda que Pablo sea el autor de Rm. Lo que no impide que para su redacción material se haya servido de un ayudante llamado Tercio, que no se resigna a pasar inadvertido, por lo que en el capítulo de saludos se hace nominalmente presente (ver Rom 16:22). Precisamente este capítulo final de Rm presenta algún interrogante. ¿Formó desde el principio parte de la carta de Pablo a la iglesia de Roma? Así lo siguen sosteniendo numerosos autores. Muchos otros, sin embargo, piensan que Rom 16:1-23 es, en su origen, una carta independiente dirigida por Pablo, no a la iglesia de Roma, sino a la de Éfeso; sería una carta de recomendación en favor de Febe que era una mujer al servicio de la comunidad cristiana de Céncreas, uno de los puertos de Corinto (Rom 16:1). La cuestión está sin resolver.


En cuanto a la solemne doxología final (Rom 16:25-27), hay serias razones para pensar que no es originariamente paulina, sino que ha sido añadida posteriormente como conclusión de todas las cartas del Apóstol. Es significativo, al respecto, que, por una parte, los manuscritos colocan esta doxología en distintos lugares de la carta y, por otra, hay testigos — el Documento de Muratori, por ejemplo — de que antiguamente Rm estaba colocada al final del epistolario paulino.


En cuanto a la calidad literaria, Rm ofrece un estilo enérgico, vigoroso, rápido e incisivo. Es verdad que la belleza estilística de algunos de sus pasajes no es tanto la puramente literaria, cuanto la que brota de un espíritu totalmente entregado a su ideal religioso. Pero toda la carta está escrita en un tono digno y, aunque utiliza expresiones familiares, lo hace siempre con mucha sobriedad.


4. Contenido e importancia de la carta


Sin constituir una síntesis completa de la doctrina paulina, Rm es el escrito más denso y mejor elaborado de Pablo, con una incomparable riqueza teológica. En Rom 1:16-17 se enuncia el tema central de la carta: el mensaje de Jesús proclamado por Pablo tiene poder para salvar a todos, tanto judíos como no judíos, siempre que lo acojan con fe. Dios, pues, y sólo Dios, es quien restablece en su amistad al ser humano, y lo hace por medio de la fe en Jesucristo y no en virtud de las obras derivadas de un puntual cumplimiento de la ley de Moisés. Una vez enunciado el tema central, que había sido ya abordado de forma polémica en la carta a los Gálatas, Pablo lo desarrolla ahora de forma serena y sistemática en los once primeros capítulos de la carta.


Todos la humanidad ha caído bajo la esclavitud del pecado (Rom 1:18Rom 3:20); toda ella está necesitada de una salvación que solamente Dios puede ofrecer (Rom 3:21Rom 4:25); toda ella ha sido liberada por Cristo y llamada a participar de la nueva vida en el Espíritu (Rom 5:1Rom 8:39). Toda la humanidad, incluido el pueblo de Israel cuyo destino, al haber rechazado a Jesucristo, preocupa tan profundamente a Pablo que dedica al mismo tres intensos capítulos de la carta (Rom 9:1Rom 11:36).


Los capítulos finales de la carta (Rom 12:1Rom 15:13) están dedicados a reflexionar sobre la conducta cristiana. El que cree en Jesús, el Hijo de Dios, ha sido llamado a una vida nueva que ha de manifestarse claramente en la manera de actuar, de hablar y aun de pensar. Ha de manifestarse sobre todo en las relaciones con los demás, tanto si se trata de hermanos en la fe como de no creyentes, tanto si estas relaciones se producen en el ámbito de la iglesia cristiana como en el de la sociedad civil en medio de la cual vivían entonces los cristianos de Roma y han de vivir los cristianos de todos los tiempos.


Digamos, finalmente, que Rm ha ejercido una enorme influencia en la vida y en la historia del cristianismo. En ella sobre todo se inspiró Agustín de Hipona para hacer frente a las doctrinas pelagianas, y ella, junto con Gálatas, ha sido el centro máximo de atención en las discusiones teológicas interconfesionales. Afortunadamente hoy se la considera no como un texto que divida a las distintas confesiones — tal como sucedió en épocas pasadas — sino como la palabra capaz de unir a los creyentes en Cristo.


5. Estructura de la carta


— Introducción (Rom 1:1-17)


I. — SALVADOS POR DIOS MEDIANTE LA FE (Rom 1:18Rom 4:25)


II. — NUEVA VIDA EN CRISTO (Rom 5:1-21Rom 8:1-39)


III. — ISRAEL EN EL PLAN SALVADOR DE DIOS (Rom 9:1-33Rom 11:1-36)


IV. — LA CONDUCTA CRISTIANA (Rom 12:1Rom 15:13)


— Conclusión (Rom 5:14Rom 16:27)


Fuente:

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Notas

Romanos  14,1Rom 15:7; 1Co 8:7-13; 1Co 10:23-33.


Romanos  14,1— a los... fe poco formada: Lit. a los débiles en la fe (en oposición a los de fe bien formada o a los fuertes en la fe Deu 15:1). Con esta terminología, parecida a la utilizada en 1Co 8:7-13, Pablo se está refiriendo a cristianos que no han sacado todavía todas las consecuencias de su adhesión al mensaje evangélico.
Romanos  14,2Col 2:16-23; 1Ti 4:3-5.
Romanos  14,2— comer de todo: Como es fácil de advertir, todo este pasaje tiene como trasfondo las distintas opiniones existentes entre los cristianos (tanto procedentes del judaísmo como del paganismo) sobre la licitud o no licitud de consumir ciertos alimentos. Sin duda, se incluyen aquí a los judíos convertidos, muchos de los cuales se creían obligados a seguir observando las prácticas de la ley de Moisés. Pero también hay que contar con aquellos cristianos procedentes del paganismo que propugnaban un rígido ascetismo en lo que se refería al uso de comidas y bebidas.
Romanos  14,5— especial importancia: También aquí parece que Pablo alude a prácticas judaizantes. Lo que ya no está tan claro es si se refiere a días especiales para la práctica de la abstinencia con relación a ciertos alimentos, o simplemente para rendir culto a Dios en general.
Romanos  14,5Gál 4:10; Col 2:16.
Romanos  14,61Co 10:30; 1Ti 4:4.
Romanos  14,82Co 5:15; Gál 2:20; 1Ts 5:10.
Romanos  14,9Luc 20:38; Hch 10:42.
Romanos  14,10Rom 12:19; Hch 17:31; 2Co 5:10; Mat 25:31-46.
Romanos  14,11Isa 45:23; Isa 49:18.
Romanos  14,12— de sí mismo: Este versículo repite lo dicho en Rom 14:10 b; puede tratarse de una glosa añadida por un redactor posterior.
Romanos  14,12Heb 4:13.
Romanos  14,13Mat 5:29; Mat 18:6; 1Co 8:3; 1Jn 2:10.
Romanos  14,14— en sí mismo impuro: Se trata de la pureza o impureza legal o ritual judía, no de la pureza o impureza en cuanto virtud o vicio moral.
Romanos  14,14Hch 10:15; 1Ti 4:4.
Romanos  14,15— la norma de tu vida: Aplica aquí Pablo el mismo principio y las mismas normas prácticas de 1Co 8:1-13; 1Co 9:1-27 y 1Co 10:23-33; 1Co 11:1, aunque los problemas en Corinto no fueran exactamente los mismos que en Roma.
Romanos  14,171Co 8:8; Gál 5:22; 1Ts 1:6.
Romanos  14,18— la estima humana: En Rom 12:17-18 recomendaba Pablo a los cristianos vivir en paz con todo el mundo. Es esta una preocupación que influyó notablemente en la composición de la obra lucana (tercer evangelio y libro de los Hechos) y que está muy presente en las cartas pastorales (ver Tm Rom 2:2; Rom 6:1; Tit 2:9-10).
Romanos  14,211Co 8:13.
Romanos  14,231Co 8:7; Stg 4:17.