Numeros  28 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 31 versitos |
1

Calendario de sacrificios públicos

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 — Di a los israelitas: Estén atentos a presentarme en los tiempos prefijados mis ofrendas, es decir, los alimentos que me pertenecen, junto con mis otras ofrendas º que me causan un grato olor.
3 Indícales, además, cuales son las ofrendas º que han de presentar al Señor y que serán las siguientes:

El sacrificio diario

Como holocausto diario ofrecerán dos corderos de un año sin defecto alguno: º
4 un cordero por la mañana y otro a la caída de la tarde,
5 acompañados de la correspondiente ofrenda de cereal, a saber, dos kilos y cuarto de flor de harina amasada con un litro º de aceite de olivas machacadas.
6 Este es el holocausto perpetuo, que fue instituido en el monte Sinaí, como ofrenda sacrificial de olor grato al Señor.
7 La libación que debe acompañar este sacrificio será de un litro [de vino * ] por cordero; esta libación de bebida fermentada º en honor del Señor ha de hacerse en el santuario.
8 El segundo cordero lo ofrecerás a la caída de la tarde, preparando la misma ofrenda de cereal y la misma libación que por la mañana, todo como ofrenda de olor grato al Señor.
9

El sacrificio del sábado

Cada sábado ofrecerás dos corderos de un año sin defecto alguno; los ofrecerás con cuatro kilos y medio de flor de harina amasada con aceite como ofrenda de cereal, junto con su correspondiente libación.
10 Este será el holocausto de cada sábado, además del holocausto diario y su correspondiente libación. º
11

El sacrificio del primer día del mes

Cada primer día del mes ofrecerán en holocausto al Señor dos becerros, un carnero y siete corderos de un año sin defecto alguno. º
12 Como ofrenda de cereal por cada becerro ofrecerán seis kilos y medio de flor de harina amasada con aceite; como ofrenda de cereal por cada carnero, cuatro kilos y medio de flor de harina amasada con aceite
13 y como ofrenda de cereal por cada cordero, dos kilos y cuarto de flor de harina amasada con aceite. Este será un holocausto de olor grato, una ofrenda sacrificial al Señor.
14 Las correspondientes libaciones serán: dos litros de vino por cada becerro, litro y medio por cada carnero y un litro por cada cordero. Este es el holocausto de cada primero de mes para todos los meses del año.
15 Además del holocausto diario con su libación, se ofrecerá al Señor un macho cabrío como ofrenda de purificación con su correspondiente libación.
16

Sacrificios en la fiesta de la Pascua y de los Panes sin levadura

El día catorce del primer mes es la Pascua en honor del Señor. º
17 Y el día quince de ese mes es día de fiesta; durante siete días se comerán panes sin levadura.
18 El primer día se celebrará una asamblea solemne y no harán ningún tipo de trabajo.
19 Presentarán como ofrenda sacrificial en holocausto al Señor, dos becerros, un carnero y siete corderos de un año, todos sin defecto alguno.
20 La ofrenda de cereal que los acompañe será de flor de harina amasada con aceite: seis kilos y medio por cada becerro, cuatro kilos y medio por cada carnero
21 y dos kilos y cuarto por cada uno de los siete corderos.
22 Ofrecerán, además, un macho cabrío como ofrenda de purificación º por ustedes.
23 Ofrecerán todo esto además del holocausto de la mañana, que forma parte del holocausto perpetuo.
24 Presentarán estas ofrendas cada uno de los siete días, como ofrenda de alimentos y como ofrenda sacrificial de olor grato al Señor; la presentarán con sus correspondientes libaciones además del holocausto diario.
25 Y el séptimo día celebrarán asamblea solemne y no harán ningún tipo de trabajo.
26

Sacrificios en la fiesta de las Semanas

El día de las primicias, cuando presenten al Señor la ofrenda del nuevo cereal en la fiesta de las Semanas, celebrarán asamblea solemne y no harán ningún tipo de trabajo. º
27 Como holocausto de olor grato al Señor ofrecerán dos becerros, un carnero y siete corderos de un año.
28 La ofrenda de cereal que los acompañe será de flor de harina amasada con aceite: seis kilos y medio por cada becerro, cuatro kilos y medio por cada carnero
29 y un kilo y cuarto por cada uno de los siete corderos.
30 Ofrecerán, además, un macho cabrío como ofrenda de purificación * por ustedes.
31 Presentarán las ofrendas con sus correspondientes libaciones, además del holocausto diario acompañado de su ofrenda de cereal. Los animales ofrecidos no tendrán defecto alguno.

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Introducción a Numeros 

INTRODUCCIÓN


El libro de Números se centra sobre todo en narrar la marcha de los israelitas a través del desierto, camino de la tierra prometida. Fue esta una vivencia histórica que dejó una profunda huella en la memoria colectiva de Israel. Los profetas Oseas y Jeremías describen esta época con rasgos netamente positivos, como el tiempo de las relaciones ideales entre Dios y su pueblo (Jer 2:2-3; Ose 2:14-21). Para la escuela deuteronomista es el tiempo y el lugar en que Dios pone a prueba a su pueblo (Deu 8:2-6), una prueba de la que no siempre los israelitas salieron bien parados, como lo hace notar el profeta Ezequiel (Eze 20:1-49) y también el salmista que invita a su generación a no comportarse como lo hizo la generación del desierto, generación terca y rebelde que no fue fiel a Dios (Sal 78:8).


Llegados los tiempos de la Nueva Alianza, Juan Bautista y Jesús de Nazaret buscarán repetir esta experiencia del desierto (Mat 3:1; Mat 4:1; Luc 1:80) tratando de encontrarse allí con Dios, de ser plenamente fieles a los planes divinos y de introducir al nuevo pueblo de Dios en la verdadera “tierra prometida”, una tierra que de veras mane leche y miel.


1. Título y texto


Siguiendo la costumbre semita de referirse a los libros bíblicos por sus primeras palabras, los judíos designaban a este libro —que hoy denominamos de NÚMEROS— con el título de “y él habló” y más comúnmente con el de bemidbar, es decir “en el desierto”, que es el que mejor corresponde al contenido y el que actualmente lleva en la Biblia hebrea.


El título castellano actual —libro de Números— procede de la versión griega de los LXX y se debe al interés del autor o autores del mismo por los censos, y a las abundantes cifras que se consignan en él.


En cuanto al texto hebreo que ha llegado hasta nosotros, hay que decir que el de Números presenta un excelente estado de conservación; sólo hay que exceptuar algún que otro versículo en pasajes poéticos (ver Núm 21:14; Núm 21:30 y Núm 24:22-24). Como testigos cualificados del texto primitivo disponemos del Texto Masorético, de la traducción griega de los LXX, del Pentateuco Samaritano y de algunos manuscritos de Qumrán (4QNm). Entre las traducciones antiguas merecen también mencionarse el targum arameo de Ónkelos, la Peshita siriaca y la Vulgata latina.


2. Contexto histórico


El libro de Números se sitúa históricamente en la época de formación del pueblo israelita, concretamente abarca el tramo que va desde la teofanía del Sinaí (Éxo 19:1-25Éxo 20:1-26; Éxo 32:1-35Éxo 34:1-35) hasta su llegada a las llanuras de Moab, en la ribera oriental del Jordán (Núm 22:1-41Núm 33:1-56). En este sentido podemos decir que Números continúa la trama narrativa de Éxodo y enmarca geográficamente los discursos parenéticos del Deuteronomio.


Es difícil para el historiador precisar el contorno exacto de los acontecimientos que tuvieron lugar en este período y que podrían fecharse en el último cuarto del segundo milenio a. C. Parece que diversos clanes seminómadas, unos procedentes de Egipto y otros oriundos de Canaán, pero étnicamente afines, se fusionaron para dar origen a una nación fuertemente aglutinada por lazos sobre todo religiosos. Ni los restos arqueológicos ni los textos extrabíblicos de la época nos proporcionan noticias sobre ello; se limitan a constatar movimientos de diversos grupos tribales en el marco de las migraciones de distintos clanes seminómadas en dirección a Palestina. Pero los avatares vividos por los clanes israelitas en esta marcha hacia Palestina dejaron un recuerdo perdurable en su memoria: incidentes de todo tipo, conflictos entre los componentes de las distintas tribus, derrotas sufridas, victorias obtenidas, itinerarios recorridos. El libro de Números es una evocación teológico-literaria de todas estas vivencias; ello hace que bastantes datos resulten poco verosímiles históricamente hablando. A la hora de organizar los materiales que integran el libro de Números, el autor tiene ante todo un interés religioso que relega a un segundo plano la precisión histórica.


3. Proceso de composición


Como el resto de los libros que integran el Pentateuco, el libro de Números es el resultado de un largo y complejo proceso redaccional. Remitimos sobre el particular a lo dicho en la introducción general al Pentateuco. Así pues, también en Números están presentes los grandes estratos literarios que conocemos con el nombre de tradición yavista (J), tradición elohista (E) y tradición sacerdotal (P). Los textos yavistas, más vinculados a las tribus del sur, resaltan sobre todo los aspectos humanos de los orígenes históricos del pueblo israelita e insisten en su destino universal (Núm 22:1-41; Núm 24:1-25); los elohistas, por su parte, ponen énfasis en la unidad de la nación que se está gestando, condenan cualquier tendencia separatista (Núm 16:12-34) y alumbran el despertar de la institución profética (Núm 11:25-29).


Pero es sobre todo la tradición sacerdotal la que vertebra de principio a fin el libro de Números. Podemos decir al respecto que autores de la escuela sacerdotal han reelaborado profundamente las antiguas tradiciones yavistas y elohistas, aportando al mismo tiempo una gran cantidad de materiales nuevos; con ello han dado origen a una obra que podemos considerar nueva, tanto en la forma como en el fondo. Por lo demás, lo mismo que en Éxodo y Deuteronomio, en el libro de Números alternan secciones narrativas y legales, de forma que los pasajes narrativos son como el marco de los textos legales y cultuales.


4. Contenido teológico y claves de lectura


Se ha dicho más arriba que el contenido teológico fundamental de Números está sobre todo inspirado por la tradición sacerdotal que considera a Israel no tanto como una nación más, implicada en la vida política internacional y preocupada por tanto de su organización militar, cuanto como una comunidad dedicada a rendir culto al Señor, su Dios. Así las cosas, todo en esta comunidad está perfectamente regulado, hasta en sus más mínimos detalles, por la voluntad divina. Aunque aparentemente es Moisés el que preside y guía a la comunidad, quien realmente la gobierna es la palabra del Señor.


Al ser un pueblo en marcha —la larga marcha a través del desierto—, Israel no dispone de un santuario asentado de manera estable en un lugar concreto, sino que Dios se hace presente, es decir mora (de donde el nombre peculiar del santuario: la Morada) en una Tienda movible y transportable; nadie puede monopolizar la presencia del Señor al mismo tiempo protectora y temible. Por su parte, la institución de los sacerdotes y levitas actúa de pararrayos para que el pueblo, tantas veces infiel y pecador, no sea fulminado por la cólera divina (Núm 8:19; Núm 16:47-48). Cabría, pues, decir que la marcha de los israelitas a través del desierto tiene más de procesión litúrgica y de camino teológico que de organización y marcha cívico-militar. En esta marcha teológica es posible reconocer una secuencia de momentos que se repiten una y otra vez: gracia, pecado, castigo, conversión y de nuevo gracia. Dicha secuencia —en la que la gracia es el momento clave— constituye uno de los principales ejes teológicos del libro. Con ello la comunidad del desierto se convierte en punto de referencia para el pueblo de Dios de todos los tiempos: al verse reflejada en el libro de Números, la comunidad eclesial comprenderá que es un pueblo en marcha, un pueblo de profetas, un pueblo dirigido por la palabra divina y dedicado a servir al Señor.


Digamos finalmente que, dentro del libro de Números, los textos de mayor calado y densidad teológica son los cuatro poemas que el autor pone en boca de Balaán, el singular protagonista de los cps. Núm 22:1-41Núm 24:1-25, y que pertenecen a las antiguas tradiciones yavista y elohista. En ellos se enfatizan los temas de la elección y la bendición divina que a través de Israel alcanzan al resto de la humanidad, temas cuya presencia mitiga en cierta manera la escasa presencia en Números de temas tan capitales como la creación, la promesa, la alianza o la ley.


5. Estructura


Según sean los criterios —geográficos, literarios o temáticos— que con preferencia se utilicen, así será la estructura que se aplique a Números. Si utilizamos criterios geográficos, cabría distinguir tres partes: a) Núm 1:1Núm 10:10 : estancia en el Sinaí; b) Núm 10:11Núm 21:35 : marcha desde el Sinaí hasta Transjordania; y c) Núm 22:1-41Núm 36:1-13 : acampada en las llanuras de Moab.


Pero cabe también utilizar criterios literario-temáticos como son los dos censos de Núm 1:1 ss y Núm 26:1 ss y como es el hecho de que Núm 1:1-54Núm 25:1-18 tenga como protagonista a la generación que salió de Egipto, mientras que en Núm 26:1-65Núm 36:1-13 lo es la generación que, totalmente renovada, se encamina hacia la tierra prometida. En la presente traducción seguimos este segundo modelo que articulamos como sigue:


I.— LA GENERACIÓN DEL ÉXODO (Núm 1:1-54 Núm 25:1-18)


EN SINAÍ (Núm 1:1Núm 10:10)


- Organización del campamento (Núm 1:1-54Núm 4:1-49)


- Leyes diversas y bendición sacerdotal (Núm 5:1-31Núm 6:1-27)


- Ofrendas de los jefes y normas para los levitas (Núm 7:1-89Núm 8:1-26)


- Celebración de la Pascua y partida (Núm 9:1Núm 10:10)


DESDE SINAÍ HASTA TRANSJORDANIA (Núm 10:11Núm 25:18)


- De Sinaí a Cadés (o Parán) (Núm 10:11Núm 12:16)


- En Cadés y su entorno (Núm 13:1Núm 20:13)


- De Cadés a Moab (Núm 20:14Núm 21:35)


- En la estepa de Moab (Núm 22:1-41Núm 25:1-18)


II.— LA GENERACIÓN DE LA CONQUISTA (Núm 26:1-65Núm 36:1-13)


- Normas sobre la ocupación de la tierra (Núm 26:1-65Núm 31:1-54)


- Ocupación de Transjordania y últimas disposiciones (Núm 32:1-42Núm 36:1-13)


Fuente:

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Notas

Numeros  28,2— mis otras ofrendas: La expresión hebrea correspondiente suele traducirse por “ofrenda ardiente”, “sacrificio ígneo”. Ver, sin embargo, segunda nota a Lev 1:9 y Núm 15:3.


Numeros  28,3— ofrendas: Ver nota precedente.
Numeros  28,3Éxo 29:38-46; Eze 46:13-15.
Numeros  28,5Núm 28:7; Núm 28:9; Núm 28:12-14; Núm 28:20-21; Núm 28:28 : — dos kilos y cuarto... un litro..., etc.: Lit. la décima parte de un efá... la cuarta parte de un hin. Ofrecemos en todos estos pasajes la equivalencia aproximada de las medidas hebreas que se consignan en el texto bíblico y que son el efá y el hin. Para dicha equivalencia a nuestro sistema actual, ver TABLA DE PESAS, MEDIDAS Y MONEDAS. Como queda dicho, la equivalencia que se consigna es siempre aproximada.
Numeros  28,7— de vino: No figura en el TM hebreo, pero sí en las antiguas versiones griega y latina.

— bebida fermentada: Otros traducen: “vino superior”, “vino fuerte”, “bebida embriagadora”, “licor”.
Numeros  28,9Eze 46:4-5.
Numeros  28,11Eze 46:6-7.
Numeros  28,16Éxo 12:2-6, Éxo 12:15-20; Éxo 23:15; Lev 23:5-8; Deu 16:1-8; Eze 45:21-24.
Numeros  28,22Núm 28:30 : — ofrenda de purificación: Ver nota a Lev 4:1-34.
Numeros  28,26Éxo 23:16; Lev 23:15-21; Deu 16:9-11.