I Macabeos 2 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 70 versitos |
1

Matatías inicia la rebelión

Por aquel tiempo, Matatías *, hijo de Juan y nieto de Simeón, sacerdote del linaje de Joarib *, salió de Jerusalén y se fue a establecer en Modín º.
2 Era padre de cinco hijos: Juan, por sobrenombre Gadí *;
3 Simón, también llamado Tasí *;
4 Judas, apodado el Macabeo *;
5 Eleazar, llamado Avarán *, y Jonatán, a quien llamaban Afús º.
6 Al ver Matatías las impiedades que se cometían en Judá y en Jerusalén,
7 exclamó: — ¡Ay de mí! ¿Para qué habré nacido? ¿Para contemplar la ruina de mi pueblo y de la ciudad santa? ¿Para sentarme y verla caer en poder del enemigo, y el santuario en manos de extranjeros?
8 Su Templo es como un hombre sin honor;
9 los objetos que eran su gloria, se los llevaron como botín. Los niños yacían muertos en las calles, a los jóvenes los mató la espada enemiga. º
10 ¿Qué nación no se ha hecho dueña de lo que constituía su reino, o no se ha apoderado de sus despojos?
11 Todo su esplendor le fue arrebatado; antes fue libre, ahora es esclava.
12 El santuario, antes nuestra belleza y orgullo, es ahora un montón de ruinas, y los paganos lo han profanado.
13 ¿Para qué seguir viviendo?
14 Matatías y sus hijos se rasgaron las vestiduras y, lamentándose con amargura, se vistieron de sayal.
15 Cuando los funcionarios del rey encargados de imponer la apostasía y ofrecer sacrificios llegaron a la ciudad de Modín,
16 se les unieron muchos israelitas. Pero Matatías y sus hijos formaron un grupo aparte.
17 Los funcionarios del rey le dijeron entonces a Matatías: — Tú eres en esta ciudad una persona ilustre, de autoridad reconocida y acreditado por tus hijos y hermanos.
18 Acércate, pues, para ser el primero en cumplir el decreto real. Así lo han hecho todas las naciones y también los habitantes de Judea y los que residen en Jerusalén. De esa manera, a ti y a tus hijos se les contará entre los amigos del rey y se les recompensará con plata, oro y multitud de regalos.
19 A estas palabras respondió Matatías de forma contundente: — Aunque todas las naciones sometidas al rey le obedezcan y se aparten del culto de sus antepasados por cumplir sus órdenes,
20 yo mismo, mis hijos y mis hermanos permaneceremos fieles a la alianza que Dios hizo con nuestros antepasados.
21 ¡Él nos libre de abandonar la ley y los mandamientos!
22 Así pues, no acataremos las órdenes del rey, y de ningún modo nos apartaremos de nuestro culto a la derecha ni a la izquierda.
23 Apenas hubo terminado de hablar, un judío, a la vista de todos, se acercó para ofrecer un sacrificio sobre el altar de Modín conforme al decreto del rey.
24 Al verlo, Matatías se llenó de celo. Estremecido hasta lo más hondo de su ser y arrebatado de justa ira, se lanzó contra aquel hombre y lo degolló sobre el altar.
25 En aquel mismo instante mató también al funcionario del rey, que obligaba a ofrecer tales sacrificios. Luego destruyó el altar.
26 En su celo por defender la ley, hizo como Finés con Zambrí, hijo de Salón.
27 Después Matatías se puso a gritar en la ciudad con todas sus fuerzas: — ¡Todos los que quieran defender la ley y mantenerse fieles a la alianza, que me sigan!
28 Y abandonando en la ciudad todo lo que poseían, huyeron a las montañas.
29 Por aquel tiempo, muchos que querían vivir con rectitud de acuerdo con la ley se fueron al desierto, instalándose allí
30 con sus hijos, sus mujeres y sus ganados, pues la desgracia los agobiaba.
31 Entonces los funcionarios del rey y la guarnición residente en Jerusalén, la ciudad de David, fueron informados de que algunos hombres, desoyendo las órdenes del rey, se habían ido a ocultar en el desierto.
32 Una tropa numerosa salió en su persecución y logró alcanzarlos; tomaron posiciones frente a ellos y se prepararon para atacarlos en sábado. º
33 Les dijeron: — ¡Terminemos con esto! ¡Si salen de ahí y cumplen las órdenes del rey, salvarán la vida!
34 Ellos contestaron: — Ni saldremos de aquí ni cumpliremos las órdenes del rey que nos obliga a profanar el sábado. º
35 La tropa inició inmediatamente el ataque,
36 pero ellos no respondieron: ni les arrojaron piedras ni protegieron sus refugios,
37 sino que dijeron: “¡Muramos todos, pero conservemos nuestra dignidad! ¡El cielo y la tierra son testigos de que vamos a morir injustamente!”.
38 Así pues, al ser atacados en sábado, todos ellos murieron junto con sus mujeres, sus hijos y sus ganados. En total fueron unas mil personas.
39 Matatías y sus amigos se enteraron de lo sucedido y lloraron con gran amargura.
40 Se decían unos a otros: — Si todos hacemos como han hecho nuestros hermanos, no luchando contra los paganos por nuestras vidas y nuestras leyes, pronto seremos borrados de la tierra.
41 Por eso, aquel mismo día tomaron esta decisión: “Si alguien viene a atacarnos en sábado, nosotros también pelearemos, para no morir todos como han muerto nuestros hermanos en sus refugios”.
42 Entonces se les unió un grupo de asideos º, todos ellos israelitas valientes y fieles a la ley.
43 También se les unieron, reforzando sus filas, todos los que querían escapar de aquella espantosa situación.
44 De este modo, montaron un ejército y, llenos de ira, castigaron a los pecadores y a los judíos apóstatas. Los que de estos consiguieron salvarse se refugiaron entre los paganos.
45 Matatías y sus amigos recorrieron el país, derribando los altares
46 y circuncidando por fuerza a los niños incircuncisos que se encontraban en el territorio de Israel.
47 Persiguieron a sus arrogantes enemigos, y todo cuanto emprendieron tuvo éxito.
48 De ese modo defendieron la ley contra los paganos y sus reyes, sin dejar que triunfaran los impíos.
49

Testamento y muerte de Matatías

Cuando ya se acercaban los días en que Matatías había de morir, habló así a sus hijos º: “Ahora reinan la soberbia y la injuria, es tiempo de calamidades y de ira.
50 Por eso, hijos míos, les pido que defiendan celosamente la ley y que ofrezcan sus vidas por la alianza de nuestros antepasados.
51 Recuerden las obras que en su tiempo llevaron ellos a cabo: así obtendrán inmensa gloria y fama inagotable.
52 ¿Acaso Abrahán no manifestó su fidelidad en la prueba, y por eso Dios lo contó como justo? º
53 José fue fiel a la ley en el tiempo de su angustia y llegó a ser señor de Egipto. º
54 A nuestro antepasado Finés, por defender celosamente la ley, se le prometió un sacerdocio eterno. º
55 Cumplió Josué la palabra de Dios, y fue caudillo de Israel.
56 Dio Caleb testimonio ante la asamblea del pueblo, y recibió este país como herencia.
57 David, por su piedad, heredó para siempre el trono real. º
58 Elías, ardiente defensor de la ley, fue arrebatado al cielo. º
59 Ananías, Azarías y Misael se salvaron de las llamas por su confianza en Dios. º
60 Daniel, a causa de su integridad, fue librado de las fauces de los leones.
61 Comprueben que así, de generación en generación, a ninguno de los que confían en Dios le faltarán las fuerzas.
62 No dejen que los atemoricen las amenazas del impío, porque su gloria no es otra cosa que estiércol y gusanos;
63 si hoy se le exalta, mañana desaparece para volver al polvo de donde vino; sus planes quedarán frustrados.
64 ¡Sean valientes, hijos míos, y háganse fuertes en la ley porque en ella está la gloria de ustedes!
65 Ahí tienen a su hermano Simón. Yo sé que es un buen consejero, al que deben escuchar siempre como si fuera su padre.
66 Y Judas Macabeo, que desde su juventud ha sido un hombre fuerte y valiente, será el jefe del ejército y quien lo dirija en combate contra las naciones paganas.
67 En cuanto a ustedes mismos, hagan que se les unan todos los que obedecen la ley y defienden los derechos de su pueblo.
68 ¡Devuelvan a los paganos el mal que les han hecho y cumplan los preceptos de la ley!”.
69 Matatías, después de haberlos bendecido, fue a reunirse con sus antepasados.
70 Murió en el año ciento cuarenta y seis º, y lo sepultaron en Modín, en la tumba de sus padres. Todo Israel lloró e hizo gran duelo por él.

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Introducción a I Macabeos

INTRODUCCIÓN


La denominación de estos libros como primero y segundo de los Macabeos puede inducirnos al error de pensar, como ocurre con los de Samuel, Reyes o Crónicas, que estos también son obras consecutivas. 2 Ma no es continuación de 1 Ma sino un escrito totalmente distinto e independiente. De hecho hay una cierta coincidencia en la cronología de los hechos relatados. La denominación de “segundo libro” le viene dada por el lugar que ocupa en los antiguos códices que lo transmiten.


Ambos libros narran desde perspectivas distintas y con distintos objetivos las luchas mantenidas por la familia macabea contra la dinastía seléucida con el fin de salvaguardar la libertad, en un primer momento religiosa y después también política, del pueblo de Israel. El apelativo macabeo (que significa “martillo”) proviene del apodo que recibió Judas, uno de los principales — si no el principal — miembros de la familia.


Debido al carácter diferente de ambas obras, abordaremos cada una de ellas por separado.


1 MACABEOS


La atención de 1 Ma se va a centrar, por un lado, en la sublevación macabea que conducirá progresivamente a la liberación del Templo y a la independencia nacional y, por otro lado, en los tres líderes protagonistas de la revuelta: Judas, Jonatán y Simón. La obra comprende, por tanto, un período de tiempo que va desde la subida al trono de Antíoco Epífanes en el año 175 a. C. hasta la muerte de Simón el en 134 a. C., unos cuarenta años.


1. Características literarias y estructura de la obra


El primer libro de los Macabeos está dentro de la tradición historiográfica del AT; incluso sigue modelos y esquemas de otros libros bíblicos como Jueces o Crónicas. Mantiene en su narración una cierta ambivalencia: mientras que, por un lado, queda patente en todo momento la parcialidad de su punto de vista, opuesto a los seléucidas y al partido helenista y claramente adepto del partido macabeo, a la vez da la sensación de procurar una presentación de los hechos lo más objetiva posible, basándose en fuentes fiables; a este respecto, llama la atención la gran cantidad de documentos oficiales y diplomáticos que aparecen citados al hilo de la narración.


En todo momento queda manifiesto que 1 Ma pretende hacer historia creyente. Sin embargo, a diferencia de 2 Ma, su autor es parco a la hora de señalar alusiones religiosas explícitas, poniendo más énfasis en el valor humano que en las intervenciones divinas.


El libro sigue, en su estructura, la sucesión cronológica de los hechos y de los tres líderes que llevaron a cabo la revuelta: Judas (1Ma 3:11Ma 9:22); Jonatán (1Ma 9:231Ma 12:52); y Simón (1Ma 12:531Ma 16:22).


2. Texto, autor y fecha de composición de 1 Ma


El texto original de 1 Ma estuvo escrito, posiblemente, en hebreo. Orígenes y Jerónimo, el traductor de la Vulgata, parecen haberlo conocido. A nosotros, sin embargo, no ha llegado más que en lengua griega; todas las versiones conocidas dependen del griego, aunque se trata de un griego con abundancia de semitismos y de giros habituales del AT.


El autor de la obra no viene mencionado en todo el libro. Puede intuirse que se trata de un judío palestino que conoce bien su tierra y la topografía del país, claramente vinculado a la dinastía asmonea y decididamente contrario a los judíos filohelenistas.


La fecha de composición no parece estar muy lejana a los hechos narrados. El libro cuenta la llegada al poder de Juan Hircano en el 135 a. C., pero no da más datos sobre su reinado; por otra parte, debió estar escrito antes de la toma de Jerusalén por Pompeyo en el 63 a. C. Los últimos años del siglo II podrían ser una buena fecha para su redacción final.


2 MACABEOS


Como ya hemos dicho, 2 Ma no es la continuación de 1 Ma. De hecho hay una cierta coincidencia cronológica. Así 2 Ma comienza su historia un poco antes de los hechos relatados en 1 Ma — finales del reinado de Seleuco IV — y termina con la derrota de Nicanor, antes de la muerte de Judas Macabeo. Vendría a coincidir con los siete primeros capítulos de 1 Ma y comprende unos 15 años de la historia de Israel.


1. Características literarias y estructura de la obra


El autor de 2 Ma escribe para los judíos de Alejandría con la intención de reforzar los sentimientos de fraternidad entre ambas comunidades: la de Palestina y la de Egipto. No pretende tanto el escribir la historia de la rebelión macabea cuanto dar una instrucción religiosa y moralizante. En función de este objetivo está el género literario utilizado, el “histórico-patético”. Este género, relativamente frecuente en la literatura helenística, pretende causar en el ánimo de los lectores los mismos efectos que la oratoria. En estas obras están muy marcados los efectos emocionales, los ritmos de las frases, la exageración de las cifras... 2 Ma, por tanto, estaría dentro de la literatura histórica edificante, que presenta de manera retórica los acontecimientos con el fin de agradar y provocar la simpatía del lector.


En función de este objetivo nos encontramos con una serie de elementos característicos de este género: la libertad para tratar los acontecimientos, donde los hechos a menudo no son más que ocasión para una enseñanza edificante; la constante intrusión del narrador para mostrar la correcta interpretación de los acontecimientos o para sacar conclusiones; el recurso a las apariciones celestes; la tendencia a esquematizar y simplificar personajes y situaciones; la ampulosidad de cifras y escenarios; la teatralidad de muchas de las escenas; etc.


La obra viene estructurada en dos partes, cada una de ellas finaliza con la institución de una fiesta: la purificación del Templo “hanukká” (2Ma 10:1-8) y el “día de Nicanor” (2Ma 15:36). El conjunto de la obra viene precedido de dos cartas dirigidas a los judíos de Alejandría (2Ma 1:12Ma 2:18) y de un prólogo (2Ma 2:19-32); todo concluye con un epílogo (2Ma 15:37-39) que, lo mismo que las cartas y el prólogo, parece un añadido posterior a la obra.


2. Texto, autor y fecha de composición de 2 Ma


El libro ha sido escrito originariamente en griego y, si excluimos las cartas que le sirven de introducción, son bastante raros los semitismos. Se presenta a sí mismo (2Ma 2:23) como un resumen de una obra en cinco volúmenes de un tal Jasón de Cirene, del que podemos suponer que era un historiógrafo judeohelenista, pero del que no sabemos nada más. Del autor del resumen tampoco tenemos ningún dato; posiblemente es él quien ha añadido las dos cartas dirigidas a los judíos de Alejandría, así como el prólogo y el epílogo.


En cuanto a la fecha de composición del libro no tenemos datos suficientes para precisarla mucho; 2Ma 1:10 habla del año 124 a. C. Lo más lógico es situarla, bien sea en la primera mitad del s. II a.C., o a finales del mismo).


Fuente:

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Notas

I Macabeos 2,1— Matatías: Transcripción del hebreo Mattiyahú que significa “don del Señor”. Esta escena no tiene paralelo en 2 Ma que ignora a Matatías como precursor de Judas.

— Joarib: Ver 1Cr 24:7.

— Modín: Hoy El Midyah al noroeste de Jerusalén.


I Macabeos 2,2-5— Gadí: significa “el afortunado”.

— Tasí: significa “el ardiente”.

— Macabeo: puede ser “el designado de Dios”, o bien “el martillo” o “cabeza en forma de martillo”.

— Avarán: significa “el despierto”.

— Afús: significa “el favorito”.
I Macabeos 2,92Re 24:13.
I Macabeos 2,322Ma 6:11.
I Macabeos 2,34Éxo 16:29.
I Macabeos 2,42— asideos: Es decir, “piadosos”; son los judíos fieles a la ley. En un primer momento se unieron a la revuelta macabea pero no se identificaron con la política de los Asmoneos y terminaron oponiéndose a su dinastía. Posteriormente se dividirán en fariseos y esenios.
I Macabeos 2,49— habló así a sus hijos: La despedida de Matatías pertenece al género literario “testamento” — o despedida de un héroe— del que tenemos varios ejemplos en la Biblia: Moisés, Josué, Samuel, David. Recuerda el elogio de los padres de Sir 44:1-23; Sir 45:1-26; Sir 46:1-20; Sir 47:1-25; Sir 48:1-25; Sir 49:1-16; Sir 50:1-29. Subraya dos virtudes: la fidelidad en la prueba y el cuidado de la gloria y del buen nombre.
I Macabeos 2,52Gén 15:6; Gén 22:1; Sir 44:20.
I Macabeos 2,53Gén 37:1-36; Gén 39:1-23; Gén 40:1-23; Gén 41:1-57.
I Macabeos 2,54Núm 5:6-13; Núm 13:30; Núm 14:24.
I Macabeos 2,572Sa 7:1-29.
I Macabeos 2,581Re 19:10; 1Re 19:14; 2Re 2:11.
I Macabeos 2,59Dan 3:1-30; Dan 5:31-27.
I Macabeos 2,70— año ciento cuarenta y seis: Primavera del 166 a. C. (ver tercera nota a 1Ma 1:10).