Levítico 26 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 46 versitos |
1

Mandato conclusivo

No se fabriquen ídolos, ni levanten esculturas o estatuas, ni erijan en su tierra piedras conmemorativas para postrarse ante ellas º, porque yo soy el Señor, su Dios. º
2 Guarden mis sábados y veneren mi santuario. Yo soy el Señor. º
3

Bendiciones

Si viven según mis leyes, guardan mis mandamientos y los ponen en práctica, º
4 yo les daré la lluvia a su tiempo, la tierra dará sus productos y los árboles del campo darán su fruto. º
5 La trilla se alargará hasta la vendimia, y la vendimia hasta la siembra; comerán su pan hasta saciarse y vivirán seguros en su tierra.
6 Yo garantizaré que haya paz en la tierra y podrán descansar sin que nadie turbe su sueño; haré desaparecer de su tierra los animales dañinos, y la espada enemiga no pasará por su país.
7 Perseguirán a sus enemigos y caerán a espada delante de ustedes.
8 Cinco de ustedes perseguirán a cien y cien de ustedes perseguirán a diez mil; sus enemigos caerán a filo de espada delante de ustedes.
9 Yo me volveré hacia ustedes, los haré fecundos, los multiplicaré y mantendré mi alianza con ustedes º.
10 Comerán del abundante grano almacenado y tendrán que tirar la cosecha anterior para guardar la nueva.
11 Estableceré mi morada en medio de ustedes y jamás los rechazaré. º
12 Caminaré en medio de ustedes, seré su Dios y ustedes serán mi pueblo.
13 Yo soy el Señor, su Dios que los saqué de la tierra de Egipto para que no fueran sus esclavos nunca más; rompí las sogas de su yugo y los hice caminar en libertad º.
14

Maldiciones

Pero si no me obedecen ni viven de acuerdo a mis mandamientos,
15 si desprecian mis decretos y detestan mis estatutos, si quebrantan mi alianza y no ponen en práctica todos mis mandamientos,
16 yo haré lo siguiente con ustedes: haré que los visite el terror, la tisis y la fiebre, que consumirán sus ojos y atormentarán su vida. Sembrarán en balde, porque sus enemigos comerán la cosecha.
17 Me volveré contra ustedes, y sucumbirán delante de sus enemigos; los dominarán quienes los aborrecen y huirán sin que nadie los persiga.
18 Y si ni siquiera con esto me obedecen, los castigaré todavía siete veces más por sus transgresiones.
19 Quebrantaré su terca soberbia y haré que su cielo sea como el hierro y su tierra como el bronce. º
20 Se agotará su fuerza en vano, pues la tierra no dará su cosecha ni los árboles del país darán su fruto.
21 Y si siguen enfrentándose conmigo y no me quieren obedecer, yo los azotaré siete veces más por sus transgresiones.
22 Mandaré contra ustedes animales salvajes que les arrebatarán sus hijos y devorarán su ganado; los diezmarán hasta dejar sus caminos desiertos.
23 Y si tampoco estas cosas consiguen que se enmienden, sino que siguen enfrentados conmigo,
24 yo también me enfrentaré con ustedes y los azotaré todavía siete veces por sus transgresiones.
25 Traeré contra ustedes la espada vengadora; ella se encargará de vengar la alianza. Y si se refugian en sus ciudades, yo enviaré la peste contra ustedes y caerán en manos del enemigo. º
26 Cuando yo les corte el sustento de pan, cocerán diez mujeres su pan en un solo horno y lo repartirán racionado; comerán, pero nunca se saciarán.
27 Y si aun con todo esto no me obedecen, sino que siguen enfrentándose conmigo,
28 yo me enfrentaré contra ustedes con ira y los castigaré también siete veces más por sus transgresiones:
29 tendrán incluso que comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas. º
30 Destruiré sus santuarios de los altos y demoleré sus altares de incienso; apilaré sus cadáveres sobre los cadáveres de sus ídolos y los detestaré. º
31 Devastaré sus ciudades, asolaré sus santuarios º y no oleré la fragancia de su suave perfume.
32 Arrasaré la tierra de suerte que sus enemigos residentes en ella se horrorizarán al verla;
33 a ustedes los dispersaré entre las naciones, desenvainaré la espada detrás de ustedes, su tierra quedará arrasada y sus ciudades desiertas.
34 Entonces la tierra podrá resarcirse de sus años sabáticos, mientras dure la desolación y ustedes estén en la tierra de sus enemigos. La tierra podrá descansar entonces y resarcirse de sus años sabáticos. º
35 Mientras dure la desolación, la tierra descansará los días de descanso que no le dieron cuando vivían en ella.
36 Y a los que de ustedes sobrevivan, los llenaré de tal cobardía que, estando en la tierra de sus enemigos, el simple sonido de una hoja que se mueva los pondrá en fuga, huirán como ante la espada y caerán sin que nadie los persiga.
37 Y aunque nadie los persiga, tropezarán los unos con los otros como se tropieza a la vista de la espada. No podrán resistir delante de sus enemigos.
38 Perecerán en medio de las naciones y la tierra de sus enemigos los devorará.
39 Y los que sobrevivan se pudrirán por su maldad en las tierras de sus enemigos; por la maldad de sus antepasados se pudrirán con ellos.
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Arrepentimiento y vigencia de la alianza

Entonces confesarán su maldad y la maldad de sus antepasados, la rebeldía con la que se rebelaron contra mí. Y porque se enfrentaron a mí, º
41 también yo me enfrentaré a ellos y los llevaré a la tierra de sus enemigos; entonces su corazón incircunciso se humillará y reconocerán su pecado.
42 Yo recordaré mi alianza con Jacob, con Isaac y con Abrahán, y también me acordaré de la tierra.
43 Pero antes, ellos tendrán que abandonar la tierra que, estando deshabitada, podrá resarcirse de sus años sabáticos mientras ellos padecen el castigo por sus maldades, pues despreciaron mis decretos y detestaron mis estatutos.
44 Sin embargo, aunque ellos estén en el país de sus enemigos, yo no los rechazaré ni los aborreceré hasta exterminarlos, invalidando así mi alianza con ellos, porque yo soy el Señor, su Dios.
45 Más bien me acordaré en favor suyo de nuestra primera alianza, cuando los saqué de la tierra de Egipto a la vista de las naciones, para ser su Dios. Yo soy el Señor. º
46

Sumario

Estos son los estatutos, ordenanzas y leyes que estableció el Señor entre él y los israelitas en el monte Sinaí por medio de Moisés.

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Introducción a Levítico

INTRODUCCIÓN



Abre mis ojos —proclama el salmista— para que vea las maravillas de tu ley (Sal 119:18). Con estas palabras no sólo expresa su ardiente deseo de entender lo maravilloso de la palabra divina, sino también que estas maravillas no siempre se manifiestan claramente. Esta realidad se hace particularmente patente en el libro de Levítico, el tercer libro de la Biblia, donde el lector se enfrenta a complicadas prescripciones rituales y a leyes con frecuencia un tanto sorprendentes, cuya finalidad no es fácilmente discernible y asimilable para nuestra mentalidad contemporánea. Es importante y altamente provechoso, sin embargo, captar el profundo sentido de transcendencia divina y de preocupación por cuidar la dimensión religiosa del ser humano, que alientan las páginas de este libro, a primera vista extraño a nuestra sensibilidad actual y en consecuencia de lectura no muy atractiva. A este respecto, no debe olvidarse que a Levítico pertenece el mandamiento de “amar al prójimo como a uno mismo” (Lev 19:18), mandamiento que Jesús recoge en su mensaje como uno de los componentes esenciales de la ética cristiana (Mar 12:31). Es este sentido ético el que penetra la mayor parte de las prescripciones rituales contenidas en Levítico y el que nos invita a leerlo, si no con un entusiasmo desbordante, sí con interés y respeto.


1. Título y texto


El nombre —LEVÍTICO— con que actualmente conocemos este libro no es el original de la Biblia hebrea. Los israelitas lo designaban con la primera palabra del mismo, a saber, Vayiqrá que significa: “y él llamó.”


Fue la traducción griega llamada de los LXX, y tras sus huellas la traducción latina llamada Vulgata, la que asignó al libro el nombre de Levítico (Levitikon, Liber Leviticus) en razón de que sus principales protagonistas (Aarón y sus descendientes sacerdotes encargados de todo lo referente al culto divino) pertenecen a la tribu de Leví. En cuanto a los levitas estrictamente tales, es decir, la institución encargada de ayudar y colaborar con la clase sacerdotal en la organización del culto, sólo son mencionados en Lev 25:32-34.


El texto hebreo de Levítico ha llegado hasta nosotros a través de la tradición masorética, de los manuscritos encontrados en los descubrimientos de Qumrán, y del Pentateuco Samaritano. A su vez, las antiguas traducciones al griego (los LXX), al arameo (los llamados “targumes”), al siriaco (la Peshita) y al latín (la Vulgata) revelan, aunque a veces con significativas variantes, un texto hebreo sustancialmente equivalente al hebreo del Texto Masorético y de los manuscritos de Qumrán.


2. Proceso de composición


Como los otros cuatro libros del Pentateuco, Levítico es el resultado de un proceso redaccional, sin duda, bastante complejo. Prácticamente nadie sostiene en la actualidad que Moisés pueda ser directamente su autor. Se piensa más bien que fue elaborado en una época mucho más reciente, concretamente en la época del postexilio, cuando los israelitas, privados de las dos instituciones clave en su historia precedente —la monarquía y el profetismo— vuelven los ojos al culto, al Templo y a la institución sacerdotal como único punto de referencia para seguir subsistiendo como nación. Es, pues, Levítico una obra básicamente sacerdotal que, a la vuelta del exilio, está muy preocupada por salvaguardar la identidad del pueblo elegido. Se trata de recordar y purificar de toda escoria las antiguas normas cultuales, adaptándolas a la situación actual de la comunidad; se trata de alumbrar una piedad más personal e interior que la de tiempos pasados, restaurando unas prácticas rituales correctas, pero promoviendo también unos valores éticos que hagan a la comunidad israelita moralmente superior a los demás pueblos. Para ello se prescribe una serie de normas que, enraizadas en la alianza del Sinaí, se colocan a la sombra de Moisés y se avalan con la autoridad directa del Señor.


Así pues, la mayor parte del libro de Levítico pertenece al estrato de la tradición sacerdotal del Pentateuco, que data en su conjunto de la época del destierro en Babilonia y conoce su redacción definitiva en el inmediato postexilio. Pero ello no impide que el redactor o redactores del libro hayan utilizado materiales más antiguos, entre ellos el llamado Código de Santidad (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46), pertenecientes muchos de ellos al período preexílico.


3. Contenido y estructura


Como acabamos de afirmar, el libro de Levítico es uno de los documentos más significativos de la tradición sacerdotal israelita que, junto con la yavista, la elohista y la deuteronomista, ha dado lugar al gran bloque histórico-legislativo denominado por los judíos Torá (Ley) y por los griegos Pentateuco. El contenido de Levítico se encuadra en la llamada “Sección del Sinaí” y lo integran cuatro grandes cuerpos legales, más un apéndice. Tiene como principales, aunque no únicos destinatarios, a los sacerdotes pertenecientes a la tribu de Leví que eran los responsables oficiales de salvaguardar la santidad del culto divino, tema nuclear del libro.


El primer cuerpo (Lev 1:1-17; Lev 2:1-16; Lev 3:1-17; Lev 4:1-35; Lev 5:1-19; Lev 6:8-30; Lev 7:1-38) recoge el código sacrificial del segundo Templo en la época del postexilio y está dirigido a lectores más o menos iniciados en la vida religioso-cultual de la comunidad israelita.


El segundo cuerpo (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24; Lev 10:1-20) describe el ceremonial de la consagración sacerdotal de Aarón y sus descendientes.


El tercer cuerpo (Lev 11:1-47; Lev 12:1-8; Lev 13:1-59; Lev 14:1-57; Lev 15:1-33; Lev 16:1-34) está centrado en las normas sobre la pureza o impureza ritual de todo tipo.


Y el cuarto cuerpo (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46), denominado Código de Santidad, gira en torno al estribillo: Sean santos porque yo, el Señor su Dios, soy santo, precisando lo que el israelita debe hacer o evitar para agradar al Señor, su Dios, y comportarse adecuadamente con el prójimo.


El último capítulo (Lev 27:1-34) es un apéndice que se ocupa de señalar, con rigurosa precisión, lo que debe pagarse al santuario en concepto de rescate por personas, animales o cosas que hayan sido previamente consagradas al Señor. Probablemente es un capítulo añadido con posterioridad a la redacción original del libro.


Así pues, por una parte, Levítico proclama y subraya la santidad transcendente de Dios; pero al mismo tiempo indica cómo el israelita fiel puede y debe hacerse partícipe de esa santidad, observando una serie de normas morales y de prácticas rituales que le harán entrar en comunión vital con Dios y lo irán preparando de forma providencial para recibir la revelación de la nueva alianza.


Según esto, podemos ya señalar las líneas fundamentales de la estructura temático-literaria de Levítico. Serían las siguientes:


I.— REGULACIÓN DE LOS SACRIFICIOS (Lev 1:1-17; Lev 2:1-16; Lev 3:1-17; Lev 4:1-35; Lev 5:1-19; Lev 6:8-30; Lev 7:1-38)


Los holocaustos (Lev 1:1-17)


Ofrendas de cereal (Lev 2:1-16)


Sacrificios de comunión (Lev 3:1-17)


Sacrificios expiatorios (Lev 4:1-35; Lev 5:1-19)


Administración de las ofrendas y sacrificios (Lev 6:8-30; Lev 7:1-38)


II.— EL ORDEN DEL CULTO (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24; Lev 10:1-20)


Consagración de los sacerdotes (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24)


Normas adicionales (Lev 10:1-20)


III.— NORMAS SOBRE LA PUREZA E IMPUREZA RITUAL (Lev 11:1-47; Lev 12:1-8; Lev 13:1-59; Lev 14:1-57; Lev 15:1-33; Lev 16:1-34)


Animales puros e impuros (Lev 11:1-47)


Impureza contraída durante el parto (Lev 12:1-8)


Normas sobre la lepra (Lev 13:1-59; Lev 14:1-57)


Impurezas sexuales (Lev 15:1-33)


El Día de la Expiación (Lev 16:1-34)


IV.— CÓDIGO DE SANTIDAD (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46)


Inmolación de animales (Lev 17:1-16)


Prácticas sexuales no permitidas (Lev 18:1-30)


Llamada a la santidad (Lev 19:1-37)


Prácticas religiosas prohibidas (Lev 20:1-27)


Santidad de los sacerdotes y laicos (Lev 21:1-24; Lev 22:1-33)


Calendario de fiestas (Lev 23:1-44)


Prescripciones rituales y otras disposiciones (Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46)


V.— APÉNDICE (Lev 27:1-34)


Rescate de lo consagrado al Señor (Lev 27:1-34)


Fuente:

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Notas

Levítico 26,1-46Este capítulo comienza reiterando la prohibición de la idolatría de Lev 19:4 (ver también Éxo 20:4-6 y Deu 5:8-10); luego pasa a enumerar las bendiciones y maldiciones como consecuencia de la obediencia o desobediencia de los mandatos divinos.


Levítico 26,1Lev 19:4; Éxo 5:8-9.
Levítico 26,1— postrarse ante ellas: Dios exige a su pueblo una adoración exclusiva; inclinarse en reverencia y adoración ante cualquier obra humana representaba un caso claro de idolatría.
Levítico 26,2Lev 19:3-4+.
Levítico 26,3Deu 28:1-14.
Levítico 26,4Deu 11:13-14; Isa 1:19; Eze 34:26-27.
Levítico 26,9— mantendré mi alianza con ustedes: Se refiere, sin duda, a las promesas de protección y fecundidad hechas por Dios a Abrahán y repetidas a sus inmediatos descendientes.
Levítico 26,11Lev 15:31+; Eze 36:28; 2Co 3:16.
Levítico 26,13— en libertad: Lit. erguidos.
Levítico 26,14-39Deu 28:15-68; Amó 4:6-12; Dan 9:11-13.
Levítico 26,19Deu 11:17.
Levítico 26,25Eze 20:45-27.
Levítico 26,29Eze 5:10; Lam 2:20; Lam 4:10.
Levítico 26,30Jer 22:5-8; Eze 6:1-7; Lam 2:5.
Levítico 26,31— sus santuarios: Debe tratarse de los numerosos santuarios que existían en Israel antes de las reformas de Ezequías y Josías.
Levítico 26,34Lev 26:43; 2Cr 36:21.
Levítico 26,40Sal 106:6; Dan 9:4-19; Esd 9:6-14; Neh 9:16-17; Neh 9:26.
Levítico 26,45Deu 4:29-31; Lam 3:31-32.