II Corintios 13 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 14 versitos |
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Advertencias

Esta será la tercera vez * que los visite. Y toda disputa deberá resolverse conforme al testimonio de dos o tres testigos º. º
2 Lo dije entonces, cuando me hice presente entre ustedes por segunda vez, y lo repito ahora estando ausente: si vuelvo de nuevo trataré sin miramientos tanto a los culpables de otro tiempo como a todos los demás.
3 Así tendrán la prueba que andan buscando de que Cristo habla por medio de mí. Cristo, que no ha dado muestras de debilidad entre ustedes, sino que las ha dado de poder.
4 Porque es cierto que se dejó crucificar manifestando así su debilidad, pero ahora vive en virtud de la fuerza de Dios. Igualmente nosotros, que compartimos º su debilidad, compartiremos también su poderosa vitalidad divina si hemos de enfrentarnos con ustedes. º
5 Ustedes son los que tienen que ponerse a prueba y someterse a examen, a ver si se mantienen en la fe. Y si reconocen que Cristo no vive en ustedes, será tanto como no superar la prueba º. º
6 Espero que reconozcan, sin embargo, que nosotros sí la hemos superado.
7 Suplicamos a Dios que no hagan nada malo. No con el fin de que aparezca que somos nosotros quienes tenemos la razón, sino para que ustedes se porten bien aunque nosotros demos la impresión de no haber superado la prueba.
8 Pues si tenemos algún poder, no es para utilizarlo contra la verdad, sino en favor de la verdad.
9 Lo que nos alegra es que ustedes se encuentren fuertes *, aunque nosotros parezcamos débiles; lo que pedimos es que se corrijan º.
10 Por eso les escribo en estos términos estando ausente, para que, cuando esté presente, no me vea obligado a proceder con dureza, utilizando un poder que el Señor me ha confiado para construir y no para derribar. º
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Conclusión (13:11-13)

Saludos finales

En fin, hermanos, estén alegres, permitan que se los corrija º, déjense amonestar, vivan en armonía, mantengan la paz. Y Dios, que es fuente de amor y de paz, estará con ustedes. º
12 Salúdense unos a otros con un beso fraterno *.
13 (12) Los saludan todos los hermanos. º
14 (13) Que la gracia de Jesucristo, el Señor, el amor de Dios y la participación en los dones del Espíritu Santo permanezcan con ustedes. º

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Introducción a II Corintios

INTRODUCCIÓN


1. Contexto histórico de la carta


No es nada fácil precisar las circunstancias que rodearon la composición de esta llamada segunda carta a los Corintios (en adelante se utilizará preferentemente la abreviatura 2Co). Alguien ha escrito que es la más enigmática de las cartas paulinas. Y tal vez el enigma principal sea el siguiente: ¿se trata de una única carta escrita — o dictada — de un tirón por Pablo o es, más bien, el resultado de fundir una serie de cartas enviadas sucesivamente por el Apóstol a los corintios en el curso de unas relaciones que se volvieron por momentos difíciles y conflictivas?


En el primero de los supuestos apuntados — que ha sido sostenido acríticamente durante siglos por la inmensa mayoría de lectores y comentaristas de la carta — , Pablo haría recuento y balance final de lo sucedido entre él y la iglesia de Corinto durante los meses siguientes al envío de la primera carta. Eso habría ocurrido entre los años 54 y 56 d. C., según las distintas cronologías sobre la vida de Pablo. En el trascurso de esos meses, no sólo no se habrían resuelto los problemas existentes, sino que habrían surgido otros nuevos. Ciertos misioneros cristianos procedentes de Judea, y con un pretendido respaldo de los apóstoles de Jerusalén, habían llegado a Corinto donde comenzaron a minar la autoridad de Pablo poniendo en duda su condición de apóstol y anunciando un mensaje distinto, al menos en parte, al proclamado por Pablo (ver 2Co 11:4-5; 2Co 11:12-15). Parece que entonces Pablo realizó una breve visita (2Co 2:1) que no tuvo éxito; es más, durante esa visita el propio Pablo o uno de sus colaboradores debió ser objeto de una grave ofensa sin que la comunidad reaccionara (2Co 2:5). A raíz de esta infructuosa visita, Pablo les escribe una carta llena de emoción y severidad que el propio Apóstol dice haber escrito con el corazón lleno de angustia y anegado en lágrimas (2Co 2:4). Una carta que se habría perdido.


Esta carta y los buenos oficios de Tito, probable portador de ella, provocaron afortunadamente un cambio radical en la comunidad: se castiga al ofensor, se restablece la autoridad de Pablo, se recuperan las buenas relaciones. Las noticias del cambio llenan de alegría a Pablo que, a la vez gozoso y apasionado, escribe de nuevo a los corintios. La batalla ha sido dura y es preciso restañar heridas y apuntalar el edificio que ha quedado tambaleante. Este sería, en el supuesto de una única carta, el marco histórico de 2 Co.


Pero en los últimos tiempos se ha ido abriendo paso entre los estudiosos paulinos, cada vez con más fuerza, un segundo supuesto: a saber, 2 Co no sería una única carta, sino varias cartas reunidas por un redactor postpaulino bastantes años después de la muerte del Apóstol. Se habla de tres, de cuatro y hasta de cinco cartas fundidas en una sola. La primera, en orden cronológico, se conservaría en 2Co 2:142Co 7:4 y en ella Pablo sale en defensa de su ministerio apostólico, a la vez que se esfuerza en desenmascarar a los falsos apóstoles. La segunda estaría representada por 2Co 10:1-182Co 13:1-14 y según muchos autores habría que identificarla con la llamada “carta de las lágrimas”. La tercera sería la carta de reconciliación que Pablo escribe a los corintios una vez que ha recibido de Tito las buenas noticias sobre el cambio de actitud de la Iglesia de Corinto. Si no la carta completa, al menos sus pasajes más importantes se conservarían en 2Co 1:12Co 2:17 y 2Co 7:5-16. Finalmente, en 2Co 8:1-242Co 9:1-15 tendríamos al menos el núcleo de otras dos breves cartas de Pablo a los corintios con ocasión de la colecta a favor de las iglesias necesitadas de Judea. Algunos autores piensan que únicamente el capítulo 2Co 9:1-15 es una carta independiente; el capítulo 2Co 8:1-24 formaría en su origen parte de la llamada “carta de reconciliación”.


¿Qué decir de este segundo supuesto? ¿Cómo se desarrollaron realmente las cosas? No hay que descartar la hipótesis de varias cartas; al contrario, tiene grandes probabilidades de ser correcta en líneas generales. Sin embargo, no se ha dicho la última palabra sobre el tema; la cuestión sigue abierta y si la hipótesis de la unidad presenta dificultades, tampoco carece de ellas la de la fragmentación.


En cualquier caso, ya los más antiguos mss. nos transmiten la carta como un escrito unitario. Así la han leído los cristianos de todos los tiempos y así podemos seguir leyéndola hoy, habida cuenta de que los acontecimientos, los protagonistas y la enseñanza fundamental son los mismos, haya sido uno u otro su proceso de composición y formación.


2. Peculiaridades de la carta


2 Co es tal vez el escrito que mejor refleja la personalidad humana y apostólica de Pablo. Es también una fuente inestimable de datos acerca del Apóstol, de su vida azarosa y enamorada de Cristo. Por ella conocemos su colosal esfuerzo misionero repleto de fatigas y peligros, su amor apasionado a Cristo y a la Iglesia, la preocupación por las distintas iglesias cristianas fundadas por él (que era como un fuego que lo devoraba por dentro), las extraordinarias experiencias místicas con que fue agraciado, su enfermedad crónica cuya curación pedía insistentemente al Señor... y los inigualables contrastes de su personalidad excepcional: al mismo tiempo audaz y tímido, sereno y apasionado, prudente y arrebatado, activo y contemplativo, afectuoso y sarcástico, delicado y exigente.


Y en línea con las peculiaridades y circunstancias de la carta, está el estilo, que es directo, patético, apasionado. En ocasiones la pasión roba claridad al discurso. Nos encontramos con expresiones oscuras, con complicadas construcciones gramaticales, con interrupciones desconcertantes en el proceso del pensamiento. Pero 2 Co recompensa con creces el esfuerzo que exige su lectura, pues nos revela mejor que ninguna otra carta el carácter y el corazón de Pablo.


3. Contenido de la carta


Cualquiera que sea el proceso de composición de 2 Co — una o varias cartas — , hay un tema que, de una u otra forma, recorre casi todas las páginas del escrito: el del ministerio apostólico y la distinta manera que tienen de entenderlo, por una parte Pablo y por otra los misioneros que han arribado a Corinto procedentes de Judea. Primero en un tono cálido, paternal y persuasivo (ver 2Co 6:11-13; 2Co 7:2-4), y más adelante de forma áspera, agresiva y amenazante (2Co 10:1-182Co 13:1-14) — ¿ha cambiado la situación y se trata de una carta distinta? — , Pablo reflexiona y hace reflexionar a los corintios sobre cómo debe ser y desarrollarse la tarea misionera del verdadero apóstol de Cristo. Una tarea que está rodeada de grandezas y miserias, que lleva consigo riesgos y compensaciones, que puede causar tristezas y alegrías. Pablo lo resume magníficamente en una frase: se trata de un tesoro que guardamos en vasijas de barro (2Co 4:7), frase que encuentra a su vez el mejor comentario en 2Co 12:9 cuando Jesús le dice al Apóstol: mi fuerza se realiza plenamente en lo débil.


Por lo demás, tal como ha llegado hasta el presente, 2 Co se abre con una solemne acción de gracias y una serie de explicaciones de Pablo sobre sus proyectos apostólicos en relación con los corintios (2Co 1:12Co 2:13). Sigue una extensa reflexión sobre el ministerio apostólico, reflexión que puede considerarse la parte central de la carta (2Co 2:142Co 7:16). Vienen luego los dos capítulos dedicados a la colecta a favor de los creyentes necesitados de Judea (2Co 8:1-242Co 9:1-15). Y con un brusco cambio de tono (difícilmente explicable, por lo demás, dentro de la misma carta), Pablo pasa a redactar una vigorosa defensa de su autoridad y sus derechos de apóstol frente a los competidores que le han salido en Corinto y a los que califica irónicamente de “superapóstoles” (2Co 10:12Co 13:10). Una conclusión breve y de talante más bien frío cierra la carta (2Co 13:11-13).


4. Estructura de la carta


— Introducción (2Co 1:1-7)


I. — PABLO Y LA IGLESIA DE CORINTO (2Co 1:82Co 2:13)


II. — EL MINISTERIO APOSTÓLICO (2Co 2:142Co 7:16)


III. — COLECTA A FAVOR DE LOS CREYENTES DE JUDEA (2Co 8:1-242Co 9:1-15)


IV. — PABLO DEFIENDE SU MISIÓN APOSTÓLICA (2Co 10:12Co 13:10)


— Conclusión (2Co 13:11-13)


Fuente:

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Notas

II Corintios 13,1Deu 17:6; Deu 19:15.


II Corintios 13,1— la tercera vez: Ver nota a 2Co 12:14.

— de dos o tres testigos: Aunque faltan las habituales palabras introductorias a una cita de la Escritura, es claro que Pablo aplica aquí a sus relaciones con la iglesia de Corinto la ley de los testigos formulada en Deu 17:6 y Deu 19:15 (ver Mat 18:16; 1Ti 5:19; Heb 10:28).
II Corintios 13,42Co 12:9-10; Rom 6:8-11.
II Corintios 13,4— nosotros, que compartimos: Reaparece la redacción en primera persona plural que se mantendrá ya hasta el final del pasaje; podría traducirse en primera persona del singular (ver notas a 2Co 1:4 y 2Co 10:2).
II Corintios 13,5— no superar la prueba: El término griego utilizado por Pablo repetidamente en este pasaje tiene una clara connotación deportiva y significaba “quedar descalificado” en el curso de una competición.
II Corintios 13,5Gál 6:4.
II Corintios 13,9— fuertes: Se sobreentiende fuertes “en la fe”. El binomio fuertes-débiles ha sido traducido en otros lugares por formados-poco formados (ver Rom 14:1; 1Co 8:7; 1Co 9:22).

— se corrijan: El nombre griego empleado aquí por Pablo es único en todo el NT; parece pertenecer, en su origen, al vocabulario médico y equivaldría a “restablecimiento”, “rehabilitación”; trasladado al campo moral, significaría algo así como “enmienda”, “arrepentimiento”, “corrección”; algunos lo entienden como “perfección”, “perfeccionamiento”.
II Corintios 13,102Co 10:8; Jer 1:10.
II Corintios 13,11— que se los corrija: El verbo griego así traducido es de la misma raíz que el sustantivo de la nota anterior. Se usa varias veces en el NT con diversos significados, tales como “reparar” (las redes), “hacer perfecto”, “completar”, “preparar”, “formar”, “restablecer”, “corregir”. En el presente contexto, el significado de “corregir” es el más apropiado.
II Corintios 13,11Rom 15:5; Rom 15:33; 1Co 1:10; Efe 4:2-3; Flp 2:2; Flp 3:1; Flp 4:4.
II Corintios 13,12Rom 16:16; 1Co 16:20; 1Ts 5:26.
II Corintios 13,132Co 1:21-22; Mat 28:19; Jua 14:16; Hch 2:32-33; Rom 15:16; Rom 15:30; 1Co 12:4-6; 1Pe 1:2; 1Jn 3:23-24.