1 (3:33) Oposición de los samaritanos Al enterarse Sambalat de que estábamos reconstruyendo la muralla, se enfureció sobremanera y burlándose de los judíos º |
2 (3:34) se expresó en estos términos ante sus colegas y la guarnición de Samaría: — ¿Qué están haciendo esos judíos muertos de hambre? ¿Es que nadie se lo va a impedir? ¿Volverán a ofrecer sacrificios? ¿Serán capaces de terminar la obra? Las piedras calcinadas ¿recobrarán vida de entre los montones de escombros? |
3 (3:35) Tobías, el amonita, que estaba junto a él, comentó: — Bastará que una zorra suba a la muralla que están construyendo para que se desmorone. |
4 (3:36) [Entonces oré al Señor]: — ¡Escucha, Dios nuestro, cómo se burlan de nosotros! ¡Que sus insultos se vuelvan contra ellos y que se conviertan en despojos humanos en un país que los esclavice! |
5 (3:37) No toleres su iniquidad ni borres de tu presencia su pecado ante ti, pues se han ensañado con los que reconstruyen la muralla. º |
6 (3:38) Reconstruimos, pues, la muralla completando la obra hasta media altura, gracias a que el pueblo puso el corazón en el empeño. |
7 (4:1) Cuando Sambalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los de Asdod se enteraron de que se avanzaba en la restauración de las murallas de Jerusalén y de que se iban cerrando las brechas, se enfurecieron º |
8 (4:2) y todos a una conspiraron º para luchar contra Jerusalén y causarle el mayor daño posible. |
9 (4:3) Así que oramos a nuestro Dios y establecimos contra ellos una guardia de día y de noche. |
10 (4:4) Los de Judá decían: — Empiezan a fallar las fuerzas de los acarreadores y el escombro es mucho. No podremos reconstruir la muralla. Por su parte nuestros enemigos decían: |
11 (4:5) — Que no se enteren ni nos vean hasta que irrumpamos en medio de ellos, los matemos y paremos la obra. |
12 (4:6) Pero los judíos que residían entre ellos no cesaban de advertirnos º: — De todos los sitios caerán sobre ustedes. |
13 (4:7) Así que coloqué al pueblo por familias con sus espadas, lanzas y arcos en las partes bajas por detrás de la muralla y en los lugares descubiertos º. |
14 (4:8) Inspeccioné el dispositivo, me puse en pie y dije a los nobles, a las autoridades y al resto del pueblo: — ¡No teman ante ellos! ¡Acuérdense que el Señor es grande y poderoso! ¡Luchen por sus hermanos, hijos e hijas, por sus mujeres y sus casas! º |
15 (4:9) Constataron nuestros enemigos que estábamos apercibidos y que Dios había desbaratado sus planes; así que pudimos volver a las murallas, cada uno a su trabajo. |
16 (4:10) Desde aquel día, la mitad de mis muchachos º trabajaba en la obra y la otra mitad empuñaba lanzas, escudos, arcos y corazas, mientras los jefes todos de Judá los apoyaban incondicionalmente. |
17 (4:11) Los que construían la muralla y los que portaban las cargas realizaban con una mano el trabajo y con la otra empuñaban un arma. |
18 (4:12) Cada albañil tenía una espada ceñida a la cintura y así realizaba su labor. A mi lado estaba permanentemente alguien que tocara la corneta. |
19 (4:13) Dije a los nobles, a las autoridades y al resto del pueblo: — La obra es extensa y estamos desperdigados a lo largo de la muralla, lejos los unos de los otros. |
20 (4:14) Así que cuando oigan el sonido de la corneta acudan allí para ayudarnos. Nuestro Dios luchará por nosotros. |
21 (4:15) Desde el amanecer hasta que salían las estrellas trabajábamos en la obra, siempre con la mitad de nosotros empuñando las lanzas. |
22 (4:16) Dije también al pueblo: — Que cada uno pernocte con su criado dentro de Jerusalén, haciendo guardia de noche y trabajando de día. |
23 (4:17) Ni yo, ni mis familiares *, ni mis muchachos, ni los hombres de la guardia que me acompañaban nos quitábamos el vestido; nadie se separaba de su arma º. |