I Macabeos 15 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 41 versitos |
1

Antíoco VII reconoce los títulos de Simón

Desde las islas del mar *, Antíoco º, hijo de Demetrio, envió una carta a Simón, sacerdote y autoridad suprema de los judíos, y a toda la nación.
2 La carta se redactó en los siguientes términos: “El rey Antíoco saluda a Simón, sumo sacerdote y gobernante de la nación judía.
3 Cierta gente malvada se ha apoderado del reino de nuestros antepasados; pero yo estoy dispuesto a recobrarlo y a restablecer la situación anterior. Esa es la razón por la cual he organizado un gran ejército y he equipado naves de guerra;
4 quiero desembarcar en el país y castigar a los que redujeron a ruinas nuestra patria y asolaron muchas ciudades de mi reino.
5 Por eso, yo ratifico ahora todas las exenciones tributarias y cuantos otros privilegios te otorgaron mis predecesores; º
6 y te autorizo también a que acuñes moneda propia, de curso legal en tu país.
7 Jerusalén y el Templo serán libres, y todo el armamento que has fabricado, así como las fortalezas que has construido y que ocupas, seguirán siendo tuyas.
8 Cualquier deuda que tengas contraída con el tesoro real, incluidas las que en el futuro puedas contraer, quedan canceladas desde ahora y para siempre.
9 Y cuando hayamos recuperado nuestro reino, te colmaremos de tantos honores a ti, a tu pueblo y al Templo, que la gloria de ustedes será conocida en toda la tierra”.
10 En el año ciento setenta y cuatro º se dirigió Antíoco a la tierra de sus antepasados. Todas las tropas se pasaron a su lado, de modo que fueron muy pocos los que quedaron con Trifón.
11 Antíoco lo persiguió, y Trifón se refugió en la ciudad costera de Dor º,
12 pues al ver que sus tropas lo habían abandonado, comprendió que muchas calamidades caerían sobre él.
13 Antíoco acampó frente a Dor, con ciento veinte mil soldados de infantería y ocho mil de caballería.
14 Cercó con sus tropas la ciudad, al tiempo que las naves se acercaban a ella por el mar; de este modo, la ciudad quedó sitiada por tierra y por mar; nadie podía entrar ni salir de ella.
15

El regreso de Numenio

Mientras tanto º, Numenio y sus compañeros regresaron de Roma. Traían cartas para los diversos reyes y países, en las cuales se decía: º
16 “Lucio *, cónsul de los romanos, saluda al rey Tolomeo º.
17 El sumo sacerdote Simón y el pueblo judío, amigos nuestros y aliados, nos han enviado una embajada con la misión de renovar nuestra antigua amistad y nuestro pacto.
18 También nos han traído un escudo de oro de mil minas º.
19 Por eso hemos resuelto escribir a los diversos reyes y países, para pedirles que no les causen ningún mal y que no hagan guerra contra ellos ni contra sus ciudades ni contra su país, ni se alíen tampoco con sus enemigos.
20 Hemos decidido aceptar el escudo que nos trajeron.
21 Si algunos malvados huyen de su patria judía y van a refugiarse entre ustedes, entrégueselos al sumo sacerdote Simón, para que los castigue de acuerdo con su ley”.
22 Cartas iguales fueron enviadas al rey Demetrio *, a Atalo *, a Ariarates *, a Arsaces º
23 y a todos estos países º: Sampsame, Esparta, Delos, Mindos, Sición, Caria, Samos, Panfilia, Licia, Halicarnaso, Rodas, Fasélida, Cos, Side, Arados, Górtina, Cnido, Chipre y Cirene.
24 Igualmente, al sumo sacerdote Simón le fue enviada una copia de esta carta.
25

Antíoco VII se enemista con Simón

El rey Antíoco, manteniendo el sitio de Dor, acampó en un suburbio de la ciudad y no cesó de atacarla con sus tropas y máquinas de guerra. Tenía cercado a Trifón de manera que nadie podía entrar ni salir.
26 Simón envió en apoyo de Antíoco a dos mil soldados escogidos, y también plata, oro y gran cantidad de armamento.
27 Pero Antíoco no sólo se negó a aceptarlos, sino que además anuló todas las concesiones anteriormente hechas a Simón y se manifestó enemistado con él.
28 Le envió a Atenobio, uno de sus amigos, con el siguiente mensaje: “Ustedes han ocupado Jope, Guézer y la ciudadela de Jerusalén, que son parte de mi reino.
29 Han devastado su territorio y causado graves daños al país; además se han adueñado de muchos lugares de mi reino.
30 Ahora pues, devuélvanme las ciudades que ocuparon y entréguenme los impuestos que percibieron de lugares ajenos a Judea.
31 En otro caso, paguen por los daños causados quinientos talentos º de plata, y otros quinientos talentos por los impuestos de las ciudades. De no hacerlo así, les declararemos la guerra”.
32 Cuando Atenobio, el amigo del rey, llegó a Jerusalén, se quedó asombrado de la magnificencia de Simón, de su vajilla de oro y plata y de todo el esplendor que le rodeaba. Luego le comunicó el mensaje del rey.
33 Simón respondió: — Nosotros no hemos ocupado ninguna tierra extranjera, ni nos hemos adueñado de bienes ajenos, sino tan sólo de la herencia de nuestros antepasados, la cual, por un tiempo, nos habían arrebatado injustamente nuestros enemigos.
34 Nosotros, aprovechando la ocasión favorable, hemos recuperado lo que habíamos heredado de nuestros antepasados.
35 En lo que se refiere a Jope y Guézer, que tú nos reclamas, son precisamente las ciudades que causaron graves daños a nuestro pueblo y a nuestro país. No obstante, estamos dispuestos a darte por ellas cien talentos.
36 Atenobio no respondió ni una sola palabra, sino que, lleno de irritación, regresó adonde estaba el rey y le informó de lo dicho por Simón, de su magnificencia y de todo lo que había visto. El rey se encolerizó muchísimo.
37 Entre tanto, Trifón huyó a Ortosia º en un barco.
38 El rey nombró a Cendebeo jefe supremo de la zona costera, y le proporcionó tropas de infantería y de caballería.
39 Le ordenó que acampara frente a Judea, que reconstruyera Cedrón * y reforzara sus puertas para combatir contra el pueblo judío, mientras el propio rey perseguía a Trifón º.
40 Cendebeo llegó a Yamnia y comenzó a hostigar al pueblo judío: hacía incursiones en Judea, apresando y matando a muchos.
41 Reconstruyó Cedrón, poniendo allí tropas de caballería e infantería, que salieran a patrullar por los caminos de Judea siguiendo las órdenes del rey.

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Introducción a I Macabeos

INTRODUCCIÓN


La denominación de estos libros como primero y segundo de los Macabeos puede inducirnos al error de pensar, como ocurre con los de Samuel, Reyes o Crónicas, que estos también son obras consecutivas. 2 Ma no es continuación de 1 Ma sino un escrito totalmente distinto e independiente. De hecho hay una cierta coincidencia en la cronología de los hechos relatados. La denominación de “segundo libro” le viene dada por el lugar que ocupa en los antiguos códices que lo transmiten.


Ambos libros narran desde perspectivas distintas y con distintos objetivos las luchas mantenidas por la familia macabea contra la dinastía seléucida con el fin de salvaguardar la libertad, en un primer momento religiosa y después también política, del pueblo de Israel. El apelativo macabeo (que significa “martillo”) proviene del apodo que recibió Judas, uno de los principales — si no el principal — miembros de la familia.


Debido al carácter diferente de ambas obras, abordaremos cada una de ellas por separado.


1 MACABEOS


La atención de 1 Ma se va a centrar, por un lado, en la sublevación macabea que conducirá progresivamente a la liberación del Templo y a la independencia nacional y, por otro lado, en los tres líderes protagonistas de la revuelta: Judas, Jonatán y Simón. La obra comprende, por tanto, un período de tiempo que va desde la subida al trono de Antíoco Epífanes en el año 175 a. C. hasta la muerte de Simón el en 134 a. C., unos cuarenta años.


1. Características literarias y estructura de la obra


El primer libro de los Macabeos está dentro de la tradición historiográfica del AT; incluso sigue modelos y esquemas de otros libros bíblicos como Jueces o Crónicas. Mantiene en su narración una cierta ambivalencia: mientras que, por un lado, queda patente en todo momento la parcialidad de su punto de vista, opuesto a los seléucidas y al partido helenista y claramente adepto del partido macabeo, a la vez da la sensación de procurar una presentación de los hechos lo más objetiva posible, basándose en fuentes fiables; a este respecto, llama la atención la gran cantidad de documentos oficiales y diplomáticos que aparecen citados al hilo de la narración.


En todo momento queda manifiesto que 1 Ma pretende hacer historia creyente. Sin embargo, a diferencia de 2 Ma, su autor es parco a la hora de señalar alusiones religiosas explícitas, poniendo más énfasis en el valor humano que en las intervenciones divinas.


El libro sigue, en su estructura, la sucesión cronológica de los hechos y de los tres líderes que llevaron a cabo la revuelta: Judas (1Ma 3:11Ma 9:22); Jonatán (1Ma 9:231Ma 12:52); y Simón (1Ma 12:531Ma 16:22).


2. Texto, autor y fecha de composición de 1 Ma


El texto original de 1 Ma estuvo escrito, posiblemente, en hebreo. Orígenes y Jerónimo, el traductor de la Vulgata, parecen haberlo conocido. A nosotros, sin embargo, no ha llegado más que en lengua griega; todas las versiones conocidas dependen del griego, aunque se trata de un griego con abundancia de semitismos y de giros habituales del AT.


El autor de la obra no viene mencionado en todo el libro. Puede intuirse que se trata de un judío palestino que conoce bien su tierra y la topografía del país, claramente vinculado a la dinastía asmonea y decididamente contrario a los judíos filohelenistas.


La fecha de composición no parece estar muy lejana a los hechos narrados. El libro cuenta la llegada al poder de Juan Hircano en el 135 a. C., pero no da más datos sobre su reinado; por otra parte, debió estar escrito antes de la toma de Jerusalén por Pompeyo en el 63 a. C. Los últimos años del siglo II podrían ser una buena fecha para su redacción final.


2 MACABEOS


Como ya hemos dicho, 2 Ma no es la continuación de 1 Ma. De hecho hay una cierta coincidencia cronológica. Así 2 Ma comienza su historia un poco antes de los hechos relatados en 1 Ma — finales del reinado de Seleuco IV — y termina con la derrota de Nicanor, antes de la muerte de Judas Macabeo. Vendría a coincidir con los siete primeros capítulos de 1 Ma y comprende unos 15 años de la historia de Israel.


1. Características literarias y estructura de la obra


El autor de 2 Ma escribe para los judíos de Alejandría con la intención de reforzar los sentimientos de fraternidad entre ambas comunidades: la de Palestina y la de Egipto. No pretende tanto el escribir la historia de la rebelión macabea cuanto dar una instrucción religiosa y moralizante. En función de este objetivo está el género literario utilizado, el “histórico-patético”. Este género, relativamente frecuente en la literatura helenística, pretende causar en el ánimo de los lectores los mismos efectos que la oratoria. En estas obras están muy marcados los efectos emocionales, los ritmos de las frases, la exageración de las cifras... 2 Ma, por tanto, estaría dentro de la literatura histórica edificante, que presenta de manera retórica los acontecimientos con el fin de agradar y provocar la simpatía del lector.


En función de este objetivo nos encontramos con una serie de elementos característicos de este género: la libertad para tratar los acontecimientos, donde los hechos a menudo no son más que ocasión para una enseñanza edificante; la constante intrusión del narrador para mostrar la correcta interpretación de los acontecimientos o para sacar conclusiones; el recurso a las apariciones celestes; la tendencia a esquematizar y simplificar personajes y situaciones; la ampulosidad de cifras y escenarios; la teatralidad de muchas de las escenas; etc.


La obra viene estructurada en dos partes, cada una de ellas finaliza con la institución de una fiesta: la purificación del Templo “hanukká” (2Ma 10:1-8) y el “día de Nicanor” (2Ma 15:36). El conjunto de la obra viene precedido de dos cartas dirigidas a los judíos de Alejandría (2Ma 1:12Ma 2:18) y de un prólogo (2Ma 2:19-32); todo concluye con un epílogo (2Ma 15:37-39) que, lo mismo que las cartas y el prólogo, parece un añadido posterior a la obra.


2. Texto, autor y fecha de composición de 2 Ma


El libro ha sido escrito originariamente en griego y, si excluimos las cartas que le sirven de introducción, son bastante raros los semitismos. Se presenta a sí mismo (2Ma 2:23) como un resumen de una obra en cinco volúmenes de un tal Jasón de Cirene, del que podemos suponer que era un historiógrafo judeohelenista, pero del que no sabemos nada más. Del autor del resumen tampoco tenemos ningún dato; posiblemente es él quien ha añadido las dos cartas dirigidas a los judíos de Alejandría, así como el prólogo y el epílogo.


En cuanto a la fecha de composición del libro no tenemos datos suficientes para precisarla mucho; 2Ma 1:10 habla del año 124 a. C. Lo más lógico es situarla, bien sea en la primera mitad del s. II a.C., o a finales del mismo).


Fuente:

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Notas

I Macabeos 15,1— mar: El texto griego no especifica de que mar se trata, aunque con toda probabilidad se refiere al Mediterráneo.

— Antíoco: Se trata de Antíoco VII (138-129 a. C.), hijo de Demetrio I y hermano de Demetrio II. Se había criado en Side y de ahí recibió el sobrenombre de “Sidetes”, aunque su sobrenombre oficial era Evergetes, es decir, “Benefactor”.


I Macabeos 15,51Ma 10:28; 1Ma 13:37.
I Macabeos 15,10— El año ciento setenta y cuatro: En el otoño del 139 a. C. Antíoco desembarca en Seleucia, el puerto de Antioquía.
I Macabeos 15,11— Dor: Al sur del Carmelo.
I Macabeos 15,15— Mientras tanto: Continuación de 1Ma 14:24.
I Macabeos 15,151Ma 12:16; 1Ma 14:22; 1Ma 14:24.
I Macabeos 15,16— Lucio: Se trata de Lucio Cecilio Metelo Calvo que era cónsul en el 142 a. C.; cabe suponer, por tanto, que esta carta no se encuentra correctamente ubicada en este libro (ver 1Ma 14:18).

— Tolomeo: Tolomeo VIII (145-116 a. C.).
I Macabeos 15,18— mil minas: Ver TABLA DE PESAS, MEDIDAS Y MONEDAS y nota a 1Ma 14:24.
I Macabeos 15,22— Demetrio: Roma desconoce todavía que haya sido capturado por los partos.

— Atalo: Atalo II rey de Pérgamo (159-138 a. C.).

— Ariarates: Ariarates V rey de Capadocia (162-131 a. C.).

— Arsaces: Arsaces VI rey de los partos (171-138 a. C.) (ver nota a 1Ma 14:2).
I Macabeos 15,23— estos países: Esta lista refleja el estado político de Oriente Próximo en torno a la mitad del segundo siglo: grandes reinos como Caria y Licia; islas o ciudades independientes y otras como Chipre o Cirene que dependen de Egipto. En muchas de estas ciudades existía una numerosa comunidad judía.
I Macabeos 15,31— quinientos talentos: Ver TABLA DE PESAS, MEDIDAS Y MONEDAS. Esta exigencia de Antíoco contradice sus promesas (1Ma 15:8), pero concuerda con las condiciones exigidas por su padre (1Ma 13:39).
I Macabeos 15,37— Ortosia: Entre Trípoli y el río Eléuteros.
I Macabeos 15,39— Cedrón: La actual Qatra a 6 km de Yamnia y a 25 km de Modín.

— perseguía a Trifón: Trifón huyó a Apamea donde fue capturado y posteriormente ejecutado.