Baruc 4 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 37 versitos |
1 La sabiduría es el libro de los mandamientos de Dios, la ley que permanece para siempre. Todos los que fielmente la observen, vivirán; pero morirán los que se aparten de ella. º
2 Conviértete, Jacob, y mantenla asida; bajo su luz dirígete al resplandor que ella te indica.
3 No cedas a otro tu gloria ni a una nación extranjera tus privilegios.
4 ¡Dichosos somos nosotros, Israel, pues nosotros conocemos lo que a Dios le agrada!
5 ¡Ánimo, pueblo mío *, tú que guardas el recuerdo de Israel º!
6 Ustedes fueron vendidos a las naciones aunque no para ser aniquilados, sino que, por haber provocado la ira de Dios, fueron entregados a sus enemigos. º
7 Exasperaron a su Creador ofreciendo sacrificios a los demonios en lugar de a Dios. º
8 Olvidaron al Dios eterno que los sustentó, entristecieron a Jerusalén, que los ha criado.
9 Ella, al ver abatirse sobre ustedes la ira de Dios, dijo: “¡Escuchen, vecinas de Sión: Dios me ha enviado un gran sufrimiento!
10 He visto el cautiverio que el Eterno º ha traído sobre mis hijos y mis hijas.
11 Yo, que los había criado con gozo, los he visto partir con lágrimas y con dolor.
12 ¡Que nadie se alegre al verme viuda y abandonada de muchos! Desolada estoy por los pecados de mis hijos, porque se apartaron de la ley de Dios. º
13 Dejaron de lado los preceptos de Dios, y no siguieron el camino de sus mandamientos ni dejaron que los condujese por sendas de rectitud.
14 ¡Vengan, vecinas de Sión, miren el cautiverio que el Eterno ha traído sobre mis hijos y mis hijas!
15 Él hizo venir de lejos, contra ellos, una nación cruel, de lengua extraña, que no respetó al anciano ni se compadeció del niño; º
16 una nación que, despojando de sus hijos amados a la viuda y arrebatándole sus hijas, la dejó desolada.
17 Y ahora, ¿qué socorro puedo ofrecerles?
18 Aquel que trajo los males sobre ustedes, los librará del poder de sus enemigos.
19 ¡Sigan, hijos, sigan su camino, que yo me quedo en soledad!
20 Me he quitado la ropa del tiempo de paz y me he vestido de sayal º para rogar al Eterno y clamar a él todos los días de mi vida.
21 ¡Animo, hijos míos, invoquen a Dios! ¡Él será quien los libre de la tiranía y del poder de sus enemigos!
22 Yo he puesto en el Eterno la esperanza de la salvación de ustedes; el Santo me ha llenado de alegría, porque pronto les alcanzará la misericordia del Eterno que es su salvador.
23 Con tristeza y lágrimas los vi marchar, pero Dios los volverá a mí con gozo y alegría sin fin.
24 Y así como las ciudades vecinas de Sión los han visto caminar cautivos, muy pronto verán que el Eterno los salvará, mostrando su gran gloria y esplendor.
25 Hijos, soporten con paciencia el castigo que Dios les ha enviado. Su enemigo los ha perseguido, pero en breve ustedes verán su destrucción y podrán el pie sobre su cuello.
26 Mis tiernos hijos han ido por caminos ásperos, llevados como un rebaño asaltado por el enemigo.
27 ¡Tengan ánimo, hijos míos, y clamen a Dios, porque él, que les mandó estos males, se acordará de ustedes!
28 ¡Habían dejado de pensar en Dios! Pero ahora vuelvan y búsquenlo con empeño,
29 porque Dios, que les trajo las desgracias, él mismo los conducirá a la eterna alegría de su salvación”.
30 ¡Ánimo, Jerusalén! Dios, que te puso nombre º, te consolará. º
31 ¡Ay de quienes te maltrataron y se alegraron de tu caída!
32 ¡Ay de las ciudades que esclavizaron a tus hijos! ¡Ay de aquella que los recibió en exilio!
33 Pues como ella se alegró de tu caída y se regocijó con tu ruina, así se verá afligida por su propia desolación.
34 Yo le quitaré el alegre bullicio de su población y mudaré en duelo su soberbia.
35 Durante largos días el Eterno enviará fuego sobre ella, y por mucho tiempo será lugar donde solamente habitarán demonios.
36 Jerusalén, mira hacia oriente y verás la alegría que Dios te envía.
37 Mira, ya vuelven tus hijos, aquellos que viste partir. Vienen de oriente y de occidente, reunidos por la palabra del Dios santo, llenos de gozo al ver la gloria de Dios.

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Introducción a Baruc

INTRODUCCIÓN


1. Datos generales


En su presentación, este libro se considera escrito por Baruc, compañero y secretario de Jeremías (Jer 32:12; Jer 36:4; Jer 43:6), en Babilonia, en medio de la comunidad judía que vive en el exilio, y destinado a ser leído en Jerusalén los días de fiesta. Pero todo este encabezamiento no es más que una ficción literaria que sirve de marco para ambientar un escrito bastante posterior. Estamos, por tanto, ante un fenómeno de pseudonimia, muy común en la literatura de los últimos siglos antes de Cristo. La caída de Jerusalén, la destrucción del Templo, el exilio... adquieren una dimensión simbólica que trascienden los meros acontecimientos. Baruc es un personaje bien atestiguado en los escritos bíblicos, al que su cercanía a un profeta tan importante como Jeremías le proporciona suficiente autoridad. La escasez de datos biográficos permite la posibilidad de que su nombre sea utilizado como seudónimo para vincular el escrito a esta época y situación.


2. Características literarias y estructura


El carácter compuesto de este libro se nos hace manifiesto desde el primer momento ya que encontramos en él gran variedad de estilos, de géneros, de vocabulario; incluso en su aspecto más externo muestra una primera parte escrita en prosa (Bar 1:1Bar 3:8) y otra segunda en verso (Bar 3:9Bar 5:9).


Tras la pequeña introducción que trata de ambientar la obra en tiempos del exilio (Bar 1:1-14), la primera sección (Bar 1:15Bar 3:8), es una oración penitencial con la forma de “confesión nacional” al estilo de las que encontramos en Esd 7:1-28 y Neh 9:1-38, Sal 106:1-48 o Dan 3:1-30 y Dan 9:1-27. En todo este fragmento el autor se inspira en Jeremías, en Daniel y en el Deuteronomio para expresar su pensamiento.


La segunda parte, escrita en verso, se puede dividir a su vez en dos secciones diferentes en cuanto a su contenido y su estilo: Una meditación sobre la sabiduría (Bar 3:9Bar 4:4) de estilo sapiencial, con préstamos tomados de Job, Proverbios, Deuteroisaías y Sir 24:1-34. Un oráculo de consolación y restauración (Bar 4:5Bar 5:9) muy cercano al Deuteroisaías en el lenguaje, en las imágenes y en el estilo.


En su composición final el libro pretende ser una liturgia penitencial con tres momentos claramente definidos: en el primero el pueblo se reconoce responsable de su situación actual como consecuencia de su pecado. En el segundo, una reflexión invita a reconocer la verdadera sabiduría en la ley dada por Dios a Israel. El tercero es un canto de esperanza en la restauración inminente de Jerusalén.


3. Fecha y lugar de composición


El carácter tan heterogéneo de este escrito no permite localizar fácilmente un lugar o una fecha clara para su composición. Probablemente bajo el pseudónimo de Baruc haya que ver a un compilador de varios escritos pertenecientes a diferentes autores y que provienen de diferentes lugares y fechas. Quizá la ficción literaria del exilio sea una alusión a la situación de las comunidades judías en la última fase de la época helenística por lo que habríamos de situarlo en torno al año 150 a. C.


De todas formas la ausencia de otros datos y referencias, excepción hecha de los primeros versículos de ambientación, pretende mantener la dimensión simbólica de la caída de Jerusalén y del exilio, permitiendo que la liturgia pueda actualizar esta dimensión en otras situaciones históricas.


CARTA DE JEREMÍAS


INTRODUCCIÓN


1. Datos generales


La Carta de Jeremías no es propiamente una carta, sino un escrito apologético contra la idolatría. Se trata de una ficción literaria que, aprovechando la cita de Jer 29:1-3, pretende situar este alegato como una carta enviada por Jeremías a la comunidad judía de los deportados a Babilonia. Pero nada, salvo el título y la breve introducción, tiene que ver con una carta. Este breve escrito, por un lado, hace de la situación de los deportados en Babilonia una situación tipo de todo judío que se encuentra en la diáspora; y por otro lado, presenta al profeta Jeremías como la personalidad que autoriza las ideas en él desarrolladas. El documento es propiamente una especie de diatriba contra la idolatría en tonos satíricos y burlescos.


2. Estructura y contenido


Tras la aludida introducción, que pretende ambientar la obra, nos encontramos, en el interior de la misma, con un estribillo: A la vista está que no son dioses; no les tengan ningún temor; o bien: ¿cómo se puede pensar o decir que son dioses? que divide el escrito en diez partes desiguales: vv. Bar 6:7-14; Bar 6:15-22; Bar 6:23-28; Bar 6:29-39; Bar 6:40-44; Bar 6:45-51; Bar 6:52-56; Bar 6:57-64; Bar 6:65-68; Bar 6:68-72. De una sección a otra los temas se repiten y no existe una verdadera progresión.


Acomodado a su estilo burlesco, el documento se queda en una parodia superficial, sin abordar el tema en toda su hondura y profundidad. En su argumentación depende de otros autores del AT, sobre todo de Jer 10:1-16 e Isa 44:2-20.


3. Fecha de composición y texto


La Carta de Jeremías parece haber sido compuesta en el período helenístico (323-150 a. C.). Algunos pretenden ver una alusión a esta obra en 2Ma 2:2 aunque no es seguro. En la gruta VII de Qumrán ha aparecido un fragmento en griego de los versos Bar 6:43-44 datado en torno al año 100 a. C.


Aunque nos ha llegado únicamente en su versión griega, es muy probable que dependa de un original hebreo.


Fuente:

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Notas

Baruc 4,1Sir 24:23.


Baruc 4,5— ¡Ánimo, pueblo mío...: Con estas palabras comienza la tercera parte del libro, un poema de consuelo y restauración que tiene como trasfondo al Deuteroisaías.

— el recuerdo de Israel: Alusión a la porción elegida de las ofrendas llamada memorial (Lev 2:2), metáfora para designar la parte del pueblo que se convertirá en el verdadero Israel.
Baruc 4,6Isa 50:1; Isa 52:3.
Baruc 4,7Deu 32:17.
Baruc 4,10— el Eterno: En ninguna otra parte de la Biblia se encuentra esta expresión para designar a Dios. Es la forma peculiar para dirigirse a él en esta última parte del libro (Bar 4:10; Bar 4:14; Bar 4:20; Bar 4:22; Bar 4:24; Bar 4:35; Bar 5:2).
Baruc 4,12Lam 1:1-2.
Baruc 4,15Deu 28:49-50; Jer 5:15.
Baruc 4,20— vestido de sayal: Es una de las prácticas rituales más características de las liturgias penitenciales.
Baruc 4,30— te puso nombre: Alusión a la elección y a la vocación de la ciudad (Isa 1:26; Isa 60:14; Isa 62:4; Isa 62:12; Jer 33:16; Eze 48:35). El nombre definitivo le será dado con la restauración (Bar 5:4).
Baruc 4,30Isa 40:1.