Lucas 12 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 59 versitos |
1

Invitación a la sinceridad y a la confianza

(Mt 10:26-31; 16:6; Mc 8:15)

Entre tanto, miles de personas se apiñaban alrededor de Jesús atropellándose unas a otras. Entonces, dirigiéndose en primer lugar a sus discípulos, Jesús dijo: — Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. º
2 Porque nada hay secreto que no haya de ser descubierto, ni nada oculto que no haya de ser conocido. º
3 De manera que lo que ustedes dijeron en la oscuridad, será oído a plena luz; lo que hablaron al oído en el interior de la casa, será pregonado desde las terrazas.
4 A ustedes, amigos míos, les digo que no tengan miedo a los que pueden matar el cuerpo, pero no pueden hacer nada más.
5 Les indicaré, en cambio, a quién deben tener miedo: ténganselo a aquel que no sólo puede matar, sino que también tiene poder para arrojar a la gehena º. A ese es a quien deben temer. º
6 ¿No se venden cinco pájaros por unos céntimos º? Pues ni de uno de ellos se olvida Dios.
7 En cuanto a ustedes, tienen contado hasta el último cabello de la cabeza. No tengan miedo, porque ustedes valen más que todos los pájaros. º
8

A favor o en contra de Jesús

(Mt 10:32-33; 12:32; 10:19-20; Mc 13:11)

Les digo, además, que a todo aquel que me reconozca delante de los demás, también el Hijo del hombre º lo reconocerá delante de los ángeles de Dios.
9 Y, al contrario, si alguien me niega delante de los demás, también él será negado delante de los ángeles de Dios. º
10 Si alguien habla contra el Hijo del hombre, podrá serle perdonado. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no será perdonado. º
11 Cuando los lleven a ustedes a las sinagogas o ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo han de hablar o qué han de decir en defensa propia, º
12 porque en aquel mismo momento el Espíritu Santo les enseñará lo que deban decir.
13

Parábola del rico estúpido

Uno que estaba entre la gente dijo a Jesús: — Maestro, dile a mi hermano que reparta la herencia conmigo.
14 Jesús le contestó: — Amigo, ¿quién me ha puesto por juez o repartidor de herencias entre ustedes? º
15 Y, dirigiéndose a los demás, añadió: — Procuren evitar toda clase de avaricia, porque la vida de uno no depende de la abundancia de sus riquezas.
16 Y les contó esta parábola: — Una vez, un hombre rico obtuvo una gran cosecha de sus campos.
17 Así que pensó: “¿Qué haré ahora? ¡No tengo lugar bastante grande donde guardar la cosecha!
18 ¡Ya sé qué haré! Derribaré los graneros y haré otros más grandes donde pueda meter todo el trigo junto con todos mis bienes.
19 Luego podré decirme: tienes riquezas acumuladas para muchos años; descansa, pues, come, bebe y diviértete”. º
20 Pero Dios le dijo: “¡Estúpido! Vas a morir esta misma noche. ¿A quién le aprovechará todo eso que has almacenado?”.
21 Esto le sucederá al que acumula riquezas pensando sólo en sí mismo, pero no se hace rico a los ojos de Dios. º
22

Confianza en Dios

(Mt 6:19-21,25-34)

Después dijo Jesús a sus discípulos: — Por lo tanto les digo: No anden preocupados pensando qué vans a comer para poder vivir o con qué ropa van a cubrir su cuerpo.
23 Porque la vida vale más que la comida y el cuerpo más que la ropa.
24 Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen despensas ni almacenes, y, sin embargo, Dios los alimenta. Pues ¡cuánto más valen ustedes que esas aves! º
25 Por lo demás, ¿quién de ustedes, por mucho que se preocupe, podrá añadir una sola hora a su vida º?
26 Pues si son incapaces de influir en las cosas más pequeñas, ¿a qué preocuparse por las demás?
27 Fíjense en cómo crecen los lirios. No se fatigan ni hilan y, sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su esplendor, llegó a vestirse como uno de ellos. º
28 Pues si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy está verde y mañana será quemada en el horno, ¡cuánto más hará por ustedes! ¡Qué débil es la fe de ustedes!
29 No se atormenten buscando qué comer o qué beber.
30 Esas son las cosas que preocupan a los paganos de este mundo; pero el Padre de ustedes ya sabe que las necesitan.
31 Ustedes busquen, más bien, el reino de Dios, y Dios se encargará de darles además todas esas cosas.
32 No tengan miedo, pequeño rebaño, que es voluntad de el Padre darles el reino. º
33 Vendan sus bienes y repartan el producto entre los necesitados. Háganse así un capital que no se deteriora, riquezas inagotables en los cielos, donde no hay ladrones que entren a robar ni polilla que destruya.
34 Pues donde tengan ustedes su riqueza, allí tendrán también el corazón.
35

Preparados para la venida del Señor

(Mt 24:42-44)

Estén preparados y mantengan las lámparas encendidas. º
36 Sean como criados que están esperando que el amo regrese de una boda, listos para abrirle la puerta en cuanto llegue y llame.
37 ¡Felices aquellos criados a quienes el amo, al llegar, los encuentre vigilando! Les aseguro que los hará sentarse a la mesa y él mismo se pondrá a la tarea de servirles la comida. º
38 Felices ellos si al llegar el amo, ya sea a medianoche o de madrugada, los encuentra vigilando.
39 Piensen que si el amo de la casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, impediría que le perforaran º la casa.
40 Pues también ustedes estén preparados, porque cuando menos lo piensen vendrá el Hijo del hombre. º
41

La fidelidad en el servicio

(Mt 24:45-51)

Pedro le preguntó: — Señor, esta parábola, ¿se refiere solamente a nosotros o a todos?
42 El Señor le contestó: — Pórtense ustedes como el administrador fiel e inteligente a quien su amo pone al frente de la servidumbre para que a su hora les tenga dispuesta la correspondiente ración de comida
43 ¡Feliz aquel criado a quien su amo, al llegar, encuentre cumpliendo con su deber!
44 Les aseguro que le confiará el cuidado de toda su hacienda.
45 Pero si ese criado piensa para sí: “Mi señor se retrasa en llegar” y comienza a maltratar a los demás criados y criadas y a comer y beber hasta emborracharse,
46 un día, cuando menos lo espere, llegará su señor. Entonces lo castigará severamente º dándole un lugar entre los que son sorprendidos en infidelidad.
47 El criado que sabe lo que su amo quiere, pero no se prepara para hacerlo, será castigado con severidad.
48 En cambio, el criado que, ignorando lo que quiere su amo, hace algo merecedor de castigo, será castigado con menos severidad. Al que mucho se le ha dado, mucho le será exigido; al que mucho se le confía, mucho más se le pedirá.
49

Jesús causa de división

(Mt 10:34-46)

Yo he venido para traer fuego º al mundo, y ¡cómo me gustaría que ya estuviera ardiendo! º
50 Tengo que pasar la prueba de un bautismo º y me embarga la ansiedad hasta que se haya cumplido.
51 ¿Creen ustedes que he venido a traer paz al mundo? Les digo que no, sino que he venido a traer división. º
52 Porque de ahora en adelante, en una familia de cinco personas se pondrán tres en contra de dos, y dos en contra de tres.
53 El padre se pondrá en contra del hijo, y el hijo en contra del padre; la madre en contra de la hija, y la hija en contra de la madre; la suegra en contra de la nuera, y la nuera en contra de la suegra. º
54

Reconocer el tiempo presente

(Mt 16:2-3)

Dijo también Jesús a la gente: — Cuando ven que una nube aparece por poniente, ustedes dicen que va a llover, y así sucede.
55 Y cuando sopla el viento del sur º, dicen que hará bochorno, y lo hace.
56 ¡Hipócritas! Si saben interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no son capaces de interpretar el tiempo en que viven?
57 ¿Por qué no disciernen por ustedes mismos lo que es recto?
58

Sobre la reconciliación

(Mt 5:25-26)

Si tu adversario te demanda ante las autoridades, esfuérzate por llegar a un acuerdo con él mientras puedas hacerlo; no sea que te entregue al juez, y el juez a los guardias, y los guardias te metan en la cárcel.
59 Te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último céntimo º de tu deuda.

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Introducción a Lucas

INTRODUCCIÓN


1. Primera parte de una historia en dos volúmenes


El tercer evangelio o evangelio de Lucas (en adelante se utilizará preferentemente la abreviatura Lc) constituye, en realidad, la primera parte de una obra más extensa que tiene su continuación natural en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Que el autor de ambos escritos sea el mismo, apenas nadie lo pone actualmente en duda. Ambos comienzan con un prólogo-dedicatoria muy semejante que, además, es único en los libros del NT (Luc 1:1-4; Hch 1:1-2); ambos hacen gala de un vocabulario y unos recursos estilísticos muy parecidos y muy peculiares dentro del resto de la literatura neotestamentaria; ambos presentan una línea de pensamiento notablemente homogénea. Lo que ya no es tan seguro, es si desde el principio formaron una única obra o bien existió un intervalo más o menos amplio de tiempo entre la composición de las dos partes de la obra. Si se escribió como un todo, alguien la habría separado más tarde en dos libros por razones prácticas, tal vez para colocar los cuatro evangelios seguidos. Sea lo que haya sido el proceso, no deja de ser significativa la evidente simetría de composición entre la primera y la segunda parte de la obra: mientras el evangelio refiere el camino de Jesús hacia Jerusalén, donde tiene lugar la Pascua del Señor como centro del tiempo, el libro de los Hechos recorre el camino inverso, a saber, de Jerusalén hasta los confines de la tierra.


En este sentido, el proyecto de Lc es tan genial como el de Mc al componer por primera vez un evangelio. Por eso, para una lectura y una inteligencia correcta del tercer evangelio, es preciso tener en cuenta la obra completa como marco de referencia. Ahora, sin embargo, nos centramos en la primera parte de la obra, en el evangelio, que tiene en común con los otros evangelios el ser ante todo un testimonio de fe en Jesús de Nazaret, el ser un mensaje de salvación sin menoscabo de una sólida base histórica que el evangelista reclama para su obra desde el comienzo mismo del relato (Luc 1:1-4).


El objetivo, pues, de Lc es a la vez didáctico e histórico. Se trata de proporcionar al lector un fundamento firme de la fe ya poseída y de hacerlo con los métodos y las formas que se usaban en la cultura helenística del tiempo. Un mundo y una cultura representados, sin duda, en Teófilo, el desconocido personaje de ambas dedicatorias (Luc 1:3 y Hch 1:1).


2. Marco histórico de Lucas. El autor y su comunidad


Desde los orígenes mismos del cristianismo, de forma unánime y sin interrupción, el tercer evangelio ha sido atribuido a Lucas, un cristiano de origen no judío al que el NT menciona en tres ocasiones (Flm 1:24, Col 4:14; 2Ti 4:11). Una primera tradición habla de él como médico; otra, más tardía y menos fundamentada, como pintor. En todo caso se trata de un magnífico conocedor de la lengua griega, muy familiarizado también con la Biblia griega de los LXX, y con una gran sensibilidad — como corresponde a un buen historiador — para conectar los acontecimientos de la historia profana con los de la historia religiosa que quiere contar (Luc 1:5; Luc 2:1-3; Luc 3:1-2). Esta singular personalidad no podrá menos de dejar huellas profundas en la redacción final de su obra.


Pero tan importante o más que el autor del evangelio, puede ser la comunidad cristiana que está detrás de él. Porque los evangelios en general, y el de Lc en particular, son el resultado de un diálogo entre la comunidad creyente, por una parte, con sus problemas, sus inquietudes, sus preguntas, sus esperanzas, sus deficiencias, sus logros, sus desánimos y sus entusiasmos, y por otra, el redactor — también creyente — que comparte todas esas experiencias y quiere iluminarlas desde los recuerdos de la vida de Jesús. A falta de otras fuentes de información, será sobre todo una lectura inteligente y atenta del propio evangelio la que proporcione pistas suficientes para identificar las peculiaridades de la comunidad o comunidades desde las que Lc escribe — y para las que escribe — su evangelio. Peculiaridades que podríamos concretar en las siguientes:


— Se trata de comunidades de origen fundamentalmente pagano, situadas tal vez en la órbita paulina, pero en las que la polémica judeocristiana ya no es un problema importante, y en las que predomina un ambiente conciliador. La relación Lucas-Pablo, muy subrayada en tiempos pasados, tal vez no sea tan estrecha como pudiera parecer a primera vista.


— Comunidades abiertas a la cultura grecorromana, deseosas de un sincero diálogo con el mundo pagano y en busca, por tanto, de un puesto dentro del Imperio.


— Comunidades, sin embargo, que se consideran al mismo tiempo legítimas herederas de las promesas hechas a Israel.


— Comunidades, en fin, que deben afrontar los problemas típicos de la segunda generación cristiana (cansancio, permanente seducción del paganismo, debilitamiento de la fe, tentación de dar marcha atrás, falta de responsabilidad en los guías de la comunidad) y en las que el clima de fraternidad y el impulso misionero del primer momento han entrado, al menos parcialmente, en crisis. Comunidades, por tanto, necesitadas de conversión y de perdón.


Para comunidades marcadas por estas características, envueltas en estos problemas y preocupadas por estas necesidades, escribe Lucas su evangelio en el último cuarto del siglo I. Lo más probable es que la redacción haya tenido lugar en la década de los ochenta, aunque no faltan quienes siguen proponiendo una fecha anterior. Sobre el lugar concreto de composición no existen indicaciones precisas, aunque prácticamente todos coinciden en situarlo fuera de Palestina.


3. Proceso de composición y características literarias


En el pórtico mismo del relato, Lucas manifiesta su intención de escribir una historia ordenada y bien documentada (Luc 1:3). El evangelista, pues, se presenta a sí mismo como un narrador que se ha preocupado de recoger abundantes materiales sobre un tema concreto y que luego los utiliza cuidadosamente para componer un relato coherente de los acontecimientos que quiere referir. El tema es el mensaje salvador de Jesús de Nazaret. Las fuentes de información son de tres clases. En primer lugar, Lucas utiliza el evangelio de Mc como base, en más de una tercera parte de lo que él mismo escribe. En segundo lugar, se sirve de una fuente (probablemente escrita) que contenía sólo palabras de Jesús y que fue también conocida y utilizada por Mt; es la llamada “fuente de dichos” (o Documento Q), y ocupa algo más de una cuarta parte del tercer evangelio. Finalmente, la tercera parte restante procede de informes y noticias que Lc recabó por su cuenta; entre este último material hay que destacar el evangelio de la infancia (Luc 1:1-80Luc 2:1-52), algunas de las más bellas e importantes parábolas (Luc 10:30-37; Luc 15:8-32; Luc 16:1-8; Luc 16:19-31; Luc 18:1-14) y varios episodios en el relato de la pasión-resurrección (Luc 22:35-38; Luc 23:6-12; Luc 23:27-31; Luc 23:39-43; Luc 24:13-35).


A todo este material, Lc le imprime su fuerte personalidad de escritor formado en la cultura helenística. El resultado es una redacción con estas peculiaridades:


a) Aunque construye su relato sobre el esquema de Mc y en general sigue fielmente el orden y la disposición de la fuente original, hay algunas excepciones significativas. Sobre todo llama poderosamente la atención la importancia que Lc concede al “camino de Jesús desde Galilea a Jerusalén” que ocupa diez capítulos en el tercer evangelio (Luc 9:51Luc 19:28) y sólo dos en Mt y uno en Mc (Mat 19:1Mat 20:3; Mar 10:1-52). Parece claro que más allá de consideraciones geográficas, Lc quiere destacar la dimensión teológico-didáctica de este camino-viaje hacia Jerusalén.


b) Lc incorpora a su evangelio la mayor parte del material de Mc; pero no duda en prescindir de lo que considera poco asequible a sus lectores, poco favorable a Jesús, o bien entiende que es superfluo al tratarse de algo que figura ya en otro contexto. Al contrario, tampoco se priva de añadir aquello que considera conveniente para la precisión y la claridad.


c) Su particular talante de historiador lleva a Lc a situar la historia de Jesús en el marco de la historia profana y religiosa de su época (Luc 2:1-2; Luc 3:1-38; Luc 1:1-80; Luc 2:1-52) y a dividir el tiempo de esta historia en períodos netamente delimitados con la consiguiente concentración temática en torno a un personaje (María, Juan, Jesús) o un acontecimiento (anuncio en Galilea, viaje hacia Jerusalén, culminación de la historia sin salir de Jerusalén).


d) Geográficamente, Lc centra todo el relato en Jerusalén: el evangelio comienza y termina en el Templo de Jerusalén (Luc 1:8-10; Luc 24:52-53); durante el viaje de Galilea a Judea el único lugar geográfico que se menciona es Jerusalén; las apariciones de Pascua tienen lugar únicamente en Jerusalén; la última tentación de Jesús en Luc 4:1-13 tiene lugar, a diferencia de Mat 4:1-11, en el marco del Templo de Jerusalén. Todo esto indica que Jerusalén es para Lc el centro geográfico y sobre todo teológico de la historia de la salvación.


e) En cuanto a la lengua y al estilo, ya desde los primeros siglos se ha considerado al griego de Lc como uno de los más cuidados y elegantes del NT. Conoce los recursos estilísticos tanto semitas como helenísticos, domina las técnicas que ayudan a una presentación viva y agradable de los materiales, hace gala de un vocabulario rico y abundante. Pero en Lc, la lengua está al servicio de la fe; por eso, aunque sabía y podía escribir con notable perfección, como lo pone de manifiesto en el prólogo (Luc 1:1-4), por lo general renuncia a escribir la historia evangélica en un griego estilísticamente perfecto. Dos principales razones debieron impulsarle a ello: fidelidad a las fuentes y también coherencia con el mensaje que no estaba destinado sólo a sabios y eruditos, sino también a gente sencilla y poco cultivada.


Resumiendo, esta singular manera de componer propia de Lc, pretende ofrecer — sin apartarse del género literario “evangelio” inaugurado por Mc — una visión propia del hecho cristiano, destinada tanto a confirmar la fe de los creyentes como a facilitar la conversión de los paganos.


4. Contenido teológico


El hilo teológico conductor de la obra de Lucas en conjunto, y del evangelio en particular, es sin duda el tema de la salvación. Un tema que, en el momento de escribirse el evangelio, es también clave en el mundo helenístico. En una sociedad necesitada de salvación, sedienta de salvación y dispuesta a aceptar cualquier sucedáneo de ella, Lc proclama que Dios ha hecho presente su plan salvador en Jesús de Nazaret, centro y Señor de la historia. Cualquier otra oferta que pueda llegar desde las estructuras del Imperio es pura ilusión.


En Jesús, efectivamente, se cumplen y alcanzan su punto culminante las promesas y las acciones salvíficas de Dios presentes en el AT (Luc 1:68-71; Luc 1:77). En su nacimiento, es anunciado como Mesías, como Señor, pero sobre todo como Salvador (Luc 2:11). Su actividad misionera por los caminos de Palestina se centrará en liberar y salvar, tanto física como espiritualmente, a cuantos lo necesiten y estén dispuestos a acoger con fe esta salvación (Luc 7:50; Luc 8:36; Luc 8:48; Luc 17:19; Luc 18:42; Luc 19:9-10), que tiene en última instancia una dimensión escatológica (Luc 9:24; Luc 13:23; Luc 18:26).


La realización de este plan salvador de Dios a través de Jesucristo es descrita por Lc como un camino por recorrer. Juan el Bautista es anunciado como el que viene a preparar los caminos del Señor (Luc 1:76) y más adelante se presenta a sí mismo como el que allana esos caminos (Luc 3:4-5). María, la madre de Jesús, se pone en camino a toda prisa (Luc 1:39). Jesús enseña el camino de Dios (Luc 20:21) y lo recorre personalmente hasta sus últimas consecuencias (Luc 18:31-32). El significativo papel que desempeña en el evangelio de Lc su parte central, es decir el viaje desde Galilea a Jerusalén (Luc 9:51Luc 19:28), y las repetidas menciones o alusiones que allí se hacen al camino (Luc 9:51; Luc 9:53; Luc 9:57; Luc 10:38; Luc 13:22; Luc 17:11; Luc 19:28), constituye todo un símbolo de la importancia que la perspectiva del camino como realidad teológico-didáctica tiene en el tercer evangelio.


Un camino, por lo demás, que ha de ser recorrido por la Iglesia, comunidad de salvación, bajo la acción imparable del Espíritu Santo, singularmente presente en la obra de Lucas, tanto en el evangelio (Luc 1:15; Luc 1:35; Luc 1:41; Luc 1:67; Luc 2:25-27; Luc 3:22; Luc 4:1; Luc 4:14-18; Luc 10:21; Luc 11:13; Luc 12:10) como en el libro de los Hechos donde es abundante la presencia del Espíritu. Un camino de salvación sobre todo para los más necesitados e indefensos: niños, mujeres, extranjeros, enfermos, pecadores, cualquier ser humano que se sienta desheredado de la fortuna y del amor. El manifiesto interés de Lc por esta clase de personas revela que su evangelio es verdaderamente el evangelio de la ternura y la misericordia entrañable de Dios Padre que se ha hecho visible y operante en Jesucristo (Luc 7:11-17; Luc 7:36-50; Luc 15:1-32; Luc 19:1-10).


A todo esto deberíamos unir: la llamada urgente y general a la conversión, la insistencia en el desprendimiento y la renuncia como condición indispensable para seguir a Jesús en el camino del Reino, la permanente invitación a orar siempre sin desfallecer y la experiencia de una alegría incontenible ante la presencia de las realidades salvíficas. Con ello tendremos el perfil aproximado de un evangelio cuya lectura no puede menos de impactar también a cualquier lector contemporáneo, tanto por su exquisita sensibilidad literaria, como por su contenido excepcional.


5. Estructura del tercer evangelio


De lo dicho hasta aquí sabemos que cuando Lucas redacta su evangelio existían ya otros relatos similares, sobre todo el de Mc, al que Lucas sigue de cerca. Pero las dotes y las peculiaridades que ya conocemos del tercer evangelista, y su propósito de proceder ordenadamente en la exposición de los hechos (Luc 1:3), han contribuido a producir una obra muy bien ensamblada en la que las diversas etapas del ministerio de Jesús revisten una especial claridad y concrección. Conviene recordar, al respecto, la tendencia de Lucas a dividir la historia en períodos (tiempo de Israel, tiempo de Cristo, tiempo de la Iglesia), la singular importancia y extensión que concede al viaje-camino desde Galilea a Jerusalén, y la insistencia en considerar a Jerusalén como centro geográfico-teológico de toda la historia de la salvación.


Con estas premisas, podemos señalar para el evangelio de Lc el siguiente itinerario de lectura:


— Introducción (Luc 1:1-4)


I. — RELATOS DE LA INFANCIA (Luc 1:5Luc 2:52)


- Anuncio del nacimiento de Juan y Jesús (Luc 1:5-56)


- Nacimiento de Juan y Jesús (Luc 1:57Luc 2:21)


- Episodios de la infancia de Jesús (Luc 2:22-52)


II. — COMIENZO DEL MINISTERIO DE JUAN Y DE JESÚS (Luc 3:1Luc 4:13)


- La misión de Juan el Bautista (Luc 3:1-20)


- Primera actividad de Jesús (Luc 3:21Luc 4:13)


III. — ANUNCIO DEL REINO EN GALILEA (Luc 4:14Luc 9:50)


- Manifestación y rechazo (Luc 4:14Luc 6:11)


- Enseñanzas y milagros (Luc 6:12Luc 8:56)


- Revelación a los discípulos (Luc 9:1-50)


IV. — CAMINO HACIA JERUSALÉN (Luc 9:51Luc 19:28)


- Instrucción y envío de los discípulos (Luc 9:51Luc 13:21)


- Destino sufriente de Jesús y de los discípulos (Luc 13:22Luc 17:10)


- Respuesta a las preocupaciones de la comunidad (Luc 17:11Luc 18:30)


- El final del camino (Luc 18:31Luc 19:28)


V. — JESÚS SE MANIFIESTA EN JERUSALÉN (Luc 19:29Luc 21:38)


- Entrada en Jerusalén y enseñanza en el Templo (Luc 19:29-48)


- Controversias con los dirigentes israelitas (Luc 20:1-47)


- Discurso escatológico (Luc 21:1-38)


VI. — LA PASCUA DE JESÚS (Luc 22:1Luc 24:49)


- Pasión y muerte de Jesús (Luc 22:1Luc 23:56)


- Resurrección y apariciones (Luc 24:1-49)


— Conclusión (Luc 24:50-53)


Fuente:

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Notas

Lucas 12,11Co 5:6-8; Gál 5:9.


Lucas 12,2Luc 8:17; Mar 4:22.
Lucas 12,5Luc 23:40.
Lucas 12,5— gehena. Ver cuarta nota a Mat 5:22.
Lucas 12,6— unos céntimos: Lit. por dos ases (o asariones). El asarión era una moneda griega de poco valor. Ver nota a Mat 10:29 y TABLA DE PESAS, MEDIDAS Y MONEDAS.
Lucas 12,7Luc 12:24; Luc 21:18; Hch 27:34.
Lucas 12,8— Hijo del hombre: Ver nota a Mat 8:20.
Lucas 12,9Luc 9:26; Mar 8:38.
Lucas 12,10— Hijo del hombre: Ver nota a Mat 8:20.
Lucas 12,10(Ver Mat 10:22-23 y par.; Hch 13:46; Hch 28:24-28).
Lucas 12,11Luc 21:12-15; Hch 4:8; Hch 7:55.
Lucas 12,14(Ver Éxo 2:14; Hch 7:26-27; Hch 7:35).
Lucas 12,19Stg 4:13-14.
Lucas 12,21Luc 12:33; Luc 18:22; Mat 6:19-21.
Lucas 12,24Luc 12:7; Mat 10:31.
Lucas 12,25— una sola hora a su vida: Ver nota a Mat 6:27.
Lucas 12,271Re 10:4-7.
Lucas 12,32Luc 15:4-6; Isa 40:11; Eze 34:1-31; Mat 9:36; Mat 26:31; Jua 10:1-16; Jua 10:26-29; Jua 21:15-17.
Lucas 12,35Mat 25:1-13; Mar 13:33-37; Efe 6:14.
Lucas 12,37Jua 13:4; Jua 13:12.
Lucas 12,39— perforaran: Ver nota a Mat 6:19.
Lucas 12,40Mat 10:23; Mat 25:31.
Lucas 12,46— lo castigará severamente: Lit. lo partirá en dos.
Lucas 12,49— fuego: Parece evidente el alcance simbólico de esta palabra que puede revestir distintos significados según el contexto (ver segunda nota a Mat 3:11). En el presente pasaje, unos la refieren a la acción del Espíritu Santo; otros, al juicio divino que separará a los buenos de los malos; y otros, a la pasión de Cristo como suprema manifestación del amor de Dios por sus criaturas.
Lucas 12,49Luc 3:16; Mat 3:11; Hch 2:3.
Lucas 12,50— la prueba de un bautismo: Ver nota a Mar 10:38.
Lucas 12,51(Ver Luc 1:79; Luc 2:14).
Lucas 12,53Luc 21:16 y par.; Miq 6:7; (ver Ml Luc 3:24).
Lucas 12,54-55— poniente... viento del sur: El viento del poniente era el viento procedente del Mediterráneo, cargado por tanto de humedad; en cambio, el viento del sur era el que procedía del desierto, presagio de un calor sofocante.
Lucas 12,59— el último céntimo: Lit. el último lepton. El “lepton” era la moneda griega de menor valor (ver TABLA DE PESAS, MEDIDAS Y MONEDAS y nota a Mar 12:42).