I Pedro 1 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 25 versitos |
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Saludo

Pedro, apóstol de Jesucristo, a los elegidos que viven como extranjeros dispersos * por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia º y Bitinia. º
2 A ustedes, objeto del designio amoroso de Dios Padre y consagrados por medio del Espíritu para que obedezcan a Jesucristo y sean purificados con su sangre º, les deseo gracia y paz en abundancia. º
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I.— UNA HERENCIA RESERVADA EN LOS CIELOS (1:3-12)

Viviendo en esperanza

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo que, por su inmenso amor y mediante la resurrección de Jesucristo triunfante de la muerte, nos ha hecho renacer a una esperanza viviente, º
4 a una herencia incorruptible, inmaculada e imperecedera. Una herencia reservada en los cielos para ustedes
5 a quienes el poder de Dios asegura, mediante la fe, la salvación que ha de revelarse en el momento final.
6 Por eso viven alegres, aunque por un poco tiempo todavía sea necesario que soporten la aflicción de múltiples pruebas. º
7 Claro que así la autenticidad de la fe que ustedes profesan —de más valor que el oro, que no deja de ser caduco aunque sea acrisolado por el fuego— será motivo de alabanza, de gloria y de honor, cuando se manifieste Jesucristo, º
8 a quien aman y en quien confían aun sin haberlo visto º. Ustedes se alegrarán, con un gozo inenarrable y radiante, º
9 al recibir la salvación, meta de la fe.
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Una salvación anunciada

Acerca de esta salvación indagaron e investigaron los profetas cuando anunciaban los bienes que Dios tenía destinados para ustedes.
11 Pretendían así averiguar a qué persona y a qué tiempo se refería el Espíritu de Cristo, que alentaba en ellos, cuando anunciaba de antemano lo que Cristo había de sufrir y la gloria que seguiría a tales sufrimientos. º
12 Y se les reveló que lo que ahora les anuncian a ustedes quienes les proclaman el mensaje evangélico º con la fuerza del Espíritu Santo enviado desde el cielo, lo llevan a cabo no en su provecho, sino en el de ustedes. Anuncio este que los mismos ángeles están deseando contemplar. º
13

II.— UN NUEVO ESTILO DE VIDA (1:13—2:18)

Llamados a una vida nueva

Tengan, pues, a punto la mente º; no se dejen seducir y pongan toda la esperanza en el don que les traerá la manifestación de Jesucristo.
14 Como hijos obedientes, no sometán sus vidas a las apetencias de antaño, cuando aún vivían en la ignorancia. º
15 Por el contrario, compórtense en todo santamente º, como santo es el que los llamó.
16 Pues así lo dice la Escritura: Sean santos, porque yo soy santo. º
17 Y, si llaman Padre al que juzga a todos sin favoritismos y según su conducta, compórtense fielmente º mientras viven en tierra extraña. º
18 Deben saber que han sido liberados de la estéril situación heredada de los mayores, no con bienes caducos como son el oro y la plata, º
19 sino con la sangre preciosa de Cristo, cordero sin mancha y sin tacha º
20 que, existiendo desde antes de la creación del mundo, se ha manifestado al final de los tiempos para el bien de ustedes. º
21 Gracias a él, creen en Dios, que lo resucitó triunfante de la muerte y lo llenó de gloria para que de esta manera la fe y la esperanza que ustedes tienen descansen en Dios. º
22

Invitación al amor fraterno

Ustedes, obedientes a la verdad *, han eliminado cuanto impide * una auténtica fraternidad. Ámense, pues, intensa y entrañablemente º unos a otros º
23 ya que han nacido de nuevo, no de un germen mortal, sino de uno inmortal, mediante la palabra de Dios viva y permanente º. º
24 Porque está escrito: Todo mortal es como hierba; toda su hermosura como flor de hierba. Se agosta la hierba y cae la flor.
25 Pero la palabra de Dios perdura para siempre. Y esta es la palabra que les ha sido anunciada como buena noticia º. º

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Introducción a I Pedro

INTRODUCCIÓN


1. Características generales


Este escrito, unánime y constantemente atribuido hasta el siglo XIX al apóstol Pedro, presenta de entrada todas las características de una carta, y de una carta cristiana. Comienza con la mención del remitente y de los destinatarios y con los habituales deseos de gracia y paz (1Pe 1:1-2); en el cuerpo del escrito se incluyen varias indicaciones personales referidas tanto al remitente (1Pe 1:8; 1Pe 2:23-25; 1Pe 5:1-2) como a los destinatarios (1Pe 2:12; 1Pe 2:18; 1Pe 2:25; 1Pe 3:1-5; 1Pe 3:13-17; 1Pe 4:1-6; 1Pe 4:12-17); y el final es también inequívocamente epistolar (1Pe 5:12-14).


Es una carta escrita, como confiesa el propio autor, para animar y asegurar (1Pe 5:12), para exhortar y confirmar en la fe a los destinatarios que parecen estar pasando por momentos de prueba y dificultad. Tiene todas las apariencias de ser una carta circular que ha de ser leída públicamente en las asambleas litúrgicas; así lo sugieren las varias doxologías intercaladas en el curso de la carta (1Pe 1:3-12; 1Pe 4:11; 1Pe 5:10-11). Escrita en un griego de buena calidad (las citas del AT están tomadas de la Biblia griega de los LXX), transmite una sensación tal de seguridad, de entusiasmo y de alegría, que el lector queda cautivado desde el primer momento. Es como un grito de esperanza para tiempos de inclemencia. Alguien ha escrito que es la carta que cabía esperar de aquel a quien Jesús había encomendado la misión de ayudar a los hermanos a permanecer firmes en la fe (Luc 22:32).


2. Marco histórico


Siguen siendo numerosos los biblistas que piensan en el apóstol Pedro como autor responsable personal de la carta. La habría redactado con la ayuda de Silvano (Silas) y tal vez de Marcos (1Pe 5:12-13) poco antes el año 64 d. C., probablemente en Roma, a la que designaría con el nombre simbólico de Babilonia (1Pe 5:13). Los argumentos en contra de tal atribución (la buena calidad del griego, los contactos con la teología paulina, un pretendido desconocimiento de la figura histórica de Jesús, una cristología bastante desarrollada y el ambiente de persecución generalizada contra el cristianismo que se reflejaría en la carta y que no habría tenido lugar hasta los tiempos del emperador Domiciano en la década de los 80) no parecen decisivos, aunque tampoco son desdeñables. En la hipótesis de la no autenticidad petrina, habría que pensar en alguien perteneciente a la “escuela” de Pedro que no muchos años después de la muerte de su maestro se dirige a una serie de iglesias cristianas con problemas; unas iglesias a las que intenta confortar manteniendo vivo el recuerdo y la tradición del apóstol Pedro. La cuestión está aún sin resolver.


En cualquier caso, se trataría de comunidades establecidas en zonas más bien rurales, no muy comunicadas entre sí, compuestas de gente sobre todo humilde — campesinos y pastores (1Pe 2:18-25) — y oriunda en su mayor parte del paganismo (1Pe 1:14; 1Pe 1:18; 1Pe 4:3). Comunidades, sin embargo, que ya han adquirido una cierta familiaridad con la Escritura del AT y que, al menos en parte, podrían situarse en la órbita paulina. La mención del Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia como regiones donde están asentadas las iglesias destinatarias de la carta (1Pe 1:1), puede entenderse en sentido estricto, pero también como representación de un amplio círculo de cristianos que, dispersos en un ambiente hostil, viven una situación de inseguridad y de amenaza constante (1Pe 2:11-12; 1Pe 3:13-17; 1Pe 4:1-6).


3. Contenido


A primera vista puede parecer que la primera carta de Pedro (en adelante se utilizará preferentemente la abreviatura 1 Pe) no aporta nada verdaderamente importante a la teología del NT. Si acaso, la consideración de los cristianos como sacerdocio consagrado, sacerdocio real (1Pe 2:5; 1Pe 2:9) y el dato de la predicación de Jesucristo a los espíritus encarcelados (1Pe 3:19). Pero si bien se mira, 1 Pe constituye una magnífica síntesis de la fe cristiana y de la conducta vinculada a dicha fe. De ahí el interés que actualmente despierta entre los comentaristas del NT.


En líneas generales puede decirse que el tema de la pasión-resurrección de Cristo constituye la clave doctrinal de la carta. Tanto literaria como teológicamente, este tema ocupa el centro de la exposición (1Pe 3:181Pe 4:11) e inspira el resto de las enseñanzas y exhortaciones del autor. Destacan particularmente dos textos cristológicos (1Pe 2:21-25 y 1Pe 3:18-22), que son como dos primitivos credos cristianos. Sobre ellos se hace gravitar la esperanza y casi la seguridad de poder superar cualquier clase de dificultades (1Pe 3:13-17; 1Pe 4:19-19) y de alcanzar la salvación definitiva (1Pe 1:3-12; 1Pe 5:10-11) mediante una vida libremente entregada al servicio de Dios (1Pe 2:16) y de la comunidad humana (1Pe 4:8-11). Este servicio, concretado en una vida santa (1Pe 1:15-16), debe ejercerse en el seno de la Iglesia, el nuevo pueblo de Dios constituido en raza elegida, sacerdocio real, nación consagrada (1Pe 2:9), y compromete absolutamente a todos los cristianos cualquiera sea su condición o situación social (1Pe 1:13-16; 1Pe 2:18; 1Pe 3:1-8; 1Pe 5:1-3; 1Pe 5:5-7).


Y junto al tema de la pasión-resurrección de Cristo, destaca también el de la esperanza. Una esperanza que tiene su origen en Dios (1Pe 1:3), que aspira a una herencia incorruptible e imperecedera en los cielos (1Pe 1:4-5), que es fuente de una vida activa y comprometida (1Pe 1:13) y que está en la raíz del optimismo y confianza que rezuma la carta (1Pe 1:6-9; 1Pe 3:14-15).


4. Estructura


Alternan en la carta breves exposiciones con exhortaciones más extensas, indicativos con imperativos; se repiten términos claves y se observa una cierta disposición simétrica del material. Aun reconociendo la dificultad para establecer una estructura concreta y bien definida, pueden señalarse los siguientes momentos principales de la carta:


— Saludo (1Pe 1:1-2)


I. — UNA HERENCIA RESERVADA EN LOS CIELOS (1Pe 1:3-12)


II. — UN NUEVO ESTILO DE VIDA (1Pe 1:131Pe 2:18)


III. — TRAS LAS HUELLAS DE CRISTO RESUCITADO (1Pe 2:191Pe 4:19)


IV. — CONSEJOS DIVERSOS (1Pe 5:1-14)


Fuente:

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Notas

I Pedro 1,11Pe 2:4; 1Pe 2:9; 1Pe 5:13; (ver 2Pe 1:1).


I Pedro 1,1— dispersos: El texto griego utiliza el vocablo diáspora que es el término técnico para designar a los judíos que vivían fuera de Palestina (ver Jua 7:35). Aquí se aplica a los cristianos que viven dispersos por el mundo (ver nota a Stg 1:1).

— Asia: No se trata del continente asiático, ni tampoco de toda la península del Asia Menor (actual Turquía), sino de una de las provincias (se enumeran otras cuatro) en que Roma tenía dividida dicha península. Ver nota a Rom 16:5.
I Pedro 1,2Rom 8:29; 2Ts 2:13; Heb 12:24; Jud 1:2.
I Pedro 1,2— con su sangre: Los efectos de la muerte de Cristo se describen aquí con ayuda del vocabulario sacrificial del AT (ver Éxo 24:3-8; Lev 16:14-15).
I Pedro 1,31Pe 1:23; Efe 1:3-4.
I Pedro 1,6Rom 5:3; Stg 1:2.
I Pedro 1,71Pe 1:13; 1Pe 4:13; Sal 66:10; Job 23:10; Pro 17:3; Stg 1:3; (ver Isa 48:10; Zac 13:9; Mal 3:3); 1Co 1:7; 1Ts 1:10; 1Ts 1:1.
I Pedro 1,8Jua 20:29; 2Co 5:7.
I Pedro 1,8— sin haberlo visto: Según variante avalada por bastantes mss., habría que traducir: a quien aman sin conocerlo y en quien confían sin haberlo visto.
I Pedro 1,11Isa 53:1-12; Sal 22:1-31; (ver Luc 24:26).
I Pedro 1,12Hch 1:8; Hch 2:4; Hch 10:44-47; Hch 19:6; 1Co 2:4; 1Ts 1:5.
I Pedro 1,12— les proclaman el mensaje evangélico: Lit. los evangelizan. Ver notas a Mar 1:1 y Rom 1:1.
I Pedro 1,13— a punto la mente: El texto griego recoge lit. una expresión idiomática hebrea, a saber: tengan ceñidos los riñones de vuestra mente. Es una imagen inspirada en la costumbre de recogerse la túnica para poder caminar sin impedimentos.
I Pedro 1,141Pe 1:2; 1Pe 1:22; Rom 12:2; Efe 2:3; Efe 4:17.
I Pedro 1,15— santamente: Ver notas a Jua 17:17 y Rom 1:7. En el presente caso, la connotación moral parece bastante clara, por lo que se mantiene la terminología santo, santamente.
I Pedro 1,16Luc 11:44-45; Luc 19:2.
I Pedro 1,17— fielmente: Lit. con temor. En el lenguaje bíblico, el temor no es, en la mayoría de los casos, sinónimo de “miedo” o “terror”, sino más bien de respeto, veneración, fidelidad.
I Pedro 1,17Jer 3:19; Sal 89:26; Sir 23:4; Mat 6:9; Luc 11:2; Hch 10:34; Rom 2:11; Efe 6:9; Isa 59:18; Sal 28:4; Pro 24:12; Mat 16:27; Rom 2:6; Apo 2:23; Apo 20:12-13; Apo 22:12.
I Pedro 1,18Efe 1:7; Col 1:14.
I Pedro 1,191Pe 1:2; Heb 9:12; Heb 12:24; (ver Éxo 12:5; Núm 28:19).
I Pedro 1,20Efe 1:4.
I Pedro 1,21Rom 4:24; Rom 10:9.
I Pedro 1,22Jua 13:34; Rom 12:10; (ver Rom 1:5; Rom 16:26).
I Pedro 1,22— la verdad: Bastantes manuscritos, aunque no los más antiguos y mejores, añaden: por medio del Espíritu.

— eliminado cuanto impide: Lit. han purificado sus almas (o su conciencia).

— entrañablemente: Según variante de bastantes mss., entre ellos alguno de los más antiguos y mejores, habría que traducir: Ámense, pues, intensamente y con un corazón limpio.
I Pedro 1,23— viva y permanente: O bien: la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
I Pedro 1,23Jua 1:13; Jua 3:3-7; Stg 1:18; (ver Heb 4:12).
I Pedro 1,25Isa 40:6-8.
I Pedro 1,25— buena noticia: Lit. que les ha sido evangelizada. Ver notas a Mar 1:1 y Rom 1:1.