Numeros  18 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 32 versitos |
1

Sacerdotes y levitas

El Señor dijo a Aarón * : — Tú, tus hijos y el clan familiar que te suceda *, serán los responsables de cualquier profanación de las cosas sagradas º; serán también los responsables de los pecados cometidos en el ejercicio de su sacerdocio. º
2 En cuanto a tus hermanos de la tribu de Leví, la tribu de tu padre, haz que te ayuden y te asistan, mientras tú y tus descendientes º ejerzan el ministerio en la Tienda del testimonio.
3 Ellos estarán a tu servicio y al servicio de la Tienda, pero no entrarán en contacto con los utensilios sagrados ni con el altar, no sea que mueran tanto ustedes como ellos.
4 Serán tus ayudantes y tendrán a su cargo el servicio de la Tienda del encuentro incluyendo todas las tareas de la Tienda; ningún extraño * se mezclará º con ustedes. º
5 A ustedes les corresponde el servicio del santuario y del altar, para que la cólera º [divina] no ataque más a los israelitas.
6 Tomo, pues, de entre los israelitas, a sus hermanos levitas y se los asigno como si fueran un don del Señor, para que sirvan en el ministerio de la Tienda del encuentro. º
7 En cuanto a ti y tus descendientes *, ejercerán su sacerdocio * en todo lo relacionado con el altar y con lo que está detrás del velo. Así desempeñarán su servicio, pues les he concedido el sacerdocio como un don *; y cualquier intruso que se arrogue ese derecho º, será condenado a muerte.
8

La porción de los sacerdotes

Dijo además el Señor a Aarón: — Te confío el cuidado de las ofrendas que me pertenecen, y también el cuidado de todas las ofrendas sagradas de los israelitas; te lo concedo a ti y a tus descendientes como prerrogativa perpetua de la unción sacerdotal. º
9 Y esto será lo que te corresponde de las cosas sagradas consumidas por el fuego: todo lo que presenten los israelitas, a saber, toda ofrenda de cereal º, toda ofrenda de purificación y toda ofrenda de reparación. Todas estas ofrendas te pertenecerán a ti y a tus descendientes;
10 las comerás en el santuario; sólo los varones las podrán comer; las considerarás como algo sagrado.
11 También te corresponden las ofrendas que presenten los israelitas mediante el rito de la elevación º; todo esto te lo asigno a ti, a tus hijos y a tus hijas, por estatuto perpetuo; cualquiera de tu familia que se encuentre en estado de pureza lo podrá comer.
12 Te concedo igualmente lo más escogido del aceite, del vino y del cereal, es decir, las primicias de todo eso que los israelitas han de presentar al Señor.
13 Tuyas serán las primicias de todos los frutos de la tierra que ellos deben presentar al Señor; cualquiera de tu familia que se encuentre en estado de pureza lo podrá comer.
14 También te corresponderá todo lo que en Israel sea consagrado al exterminio º.
15 Los primogénitos de toda criatura, tanto de personas como de animales, que los israelitas presenten al Señor, serán tuyos; pero tú harás que los primogénitos humanos sean rescatados º; también rescatarás los primogénitos de los animales impuros.
16 Los rescatarás al mes de nacer y, como precio por el rescate, pagarás cinco siclos, según el valor del siclo del santuario *, que es de veinte gueras º.
17 Pero no rescatarás a los primogénitos de la vaca, de la oveja o de la cabra, pues son algo sagrado. Derramarás su sangre sobre el altar y quemarás su grasa como sacrificio de olor grato al Señor.
18 Pero su carne te pertenece a ti, lo mismo que el pecho pasado por el rito de la elevación * y el muslo derecho.
19 Todas las ofrendas sagradas que los israelitas presenten al Señor, te las he dado a ti y a todos tus descendientes * por estatuto perpetuo. Es una alianza irrompible, sellada con sal º, hecha en presencia del Señor y válida para ti y para toda tu descendencia. º
20

Estatuto de los levitas

El Señor dijo a Aarón: — Tú, sin embargo, no poseerás heredad alguna en la tierra de los israelitas, ni tendrás porción entre ellos. Yo soy tu porción y tu heredad en medio de los israelitas. º
21 En cuanto a los levitas, yo les asigno por heredad todos los diezmos de Israel en pago del servicio que prestan en la Tienda del encuentro.
22 Por tanto, los israelitas no tendrán que entrar en la Tienda del encuentro, cosa que los haría incurrir en pecado y les acarrearía la muerte.
23 Solamente los levitas desarrollarán tareas en la Tienda del encuentro e incurrirán en culpa * si no lo hacen así; es esta una norma perpetua para sus descendientes. Los levitas no tendrán heredad º entre los demás israelitas,
24 pues a ellos les he dado por heredad los diezmos que los israelitas presentarán al Señor en ofrenda. Por eso les he dicho que no tendrán heredad entre los israelitas.
25 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: º
26 — Di a los levitas: Cuando ustedes reciban de los israelitas los diezmos que yo les he asignado como heredad, presentarán la décima parte de esos diezmos como ofrenda hecha al Señor mediante el rito de la elevación º.
27 Esto les será tomado en cuenta como si hicieran una ofrenda del grano de la era o del mosto del lagar;
28 así harán también ustedes una ofrenda al Señor de todos los diezmos que reciban de los israelitas; es una ofrenda de lo reservado al Señor que entregarán al sacerdote Aarón.
29 De todo lo que reciban en donación reservarán para el Señor lo mejor de cada cosa consagrada.
30 Diles además: — Una vez que me hayan reservado lo mejor de cada cosa, el resto será para ustedes, los levitas, como producto de la era y del lagar.
31 Ustedes y sus familias lo podrán comer en cualquier lugar, pues es el pago por su servicio en la Tienda del encuentro.
32 Y no incurrirán en pecado alguno por ello, una vez que hayan reservado lo mejor. De esta manera no profanarán º las cosas santas de los israelitas, y no tendrán que morir.

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Introducción a Numeros 

INTRODUCCIÓN


El libro de Números se centra sobre todo en narrar la marcha de los israelitas a través del desierto, camino de la tierra prometida. Fue esta una vivencia histórica que dejó una profunda huella en la memoria colectiva de Israel. Los profetas Oseas y Jeremías describen esta época con rasgos netamente positivos, como el tiempo de las relaciones ideales entre Dios y su pueblo (Jer 2:2-3; Ose 2:14-21). Para la escuela deuteronomista es el tiempo y el lugar en que Dios pone a prueba a su pueblo (Deu 8:2-6), una prueba de la que no siempre los israelitas salieron bien parados, como lo hace notar el profeta Ezequiel (Eze 20:1-49) y también el salmista que invita a su generación a no comportarse como lo hizo la generación del desierto, generación terca y rebelde que no fue fiel a Dios (Sal 78:8).


Llegados los tiempos de la Nueva Alianza, Juan Bautista y Jesús de Nazaret buscarán repetir esta experiencia del desierto (Mat 3:1; Mat 4:1; Luc 1:80) tratando de encontrarse allí con Dios, de ser plenamente fieles a los planes divinos y de introducir al nuevo pueblo de Dios en la verdadera “tierra prometida”, una tierra que de veras mane leche y miel.


1. Título y texto


Siguiendo la costumbre semita de referirse a los libros bíblicos por sus primeras palabras, los judíos designaban a este libro —que hoy denominamos de NÚMEROS— con el título de “y él habló” y más comúnmente con el de bemidbar, es decir “en el desierto”, que es el que mejor corresponde al contenido y el que actualmente lleva en la Biblia hebrea.


El título castellano actual —libro de Números— procede de la versión griega de los LXX y se debe al interés del autor o autores del mismo por los censos, y a las abundantes cifras que se consignan en él.


En cuanto al texto hebreo que ha llegado hasta nosotros, hay que decir que el de Números presenta un excelente estado de conservación; sólo hay que exceptuar algún que otro versículo en pasajes poéticos (ver Núm 21:14; Núm 21:30 y Núm 24:22-24). Como testigos cualificados del texto primitivo disponemos del Texto Masorético, de la traducción griega de los LXX, del Pentateuco Samaritano y de algunos manuscritos de Qumrán (4QNm). Entre las traducciones antiguas merecen también mencionarse el targum arameo de Ónkelos, la Peshita siriaca y la Vulgata latina.


2. Contexto histórico


El libro de Números se sitúa históricamente en la época de formación del pueblo israelita, concretamente abarca el tramo que va desde la teofanía del Sinaí (Éxo 19:1-25Éxo 20:1-26; Éxo 32:1-35Éxo 34:1-35) hasta su llegada a las llanuras de Moab, en la ribera oriental del Jordán (Núm 22:1-41Núm 33:1-56). En este sentido podemos decir que Números continúa la trama narrativa de Éxodo y enmarca geográficamente los discursos parenéticos del Deuteronomio.


Es difícil para el historiador precisar el contorno exacto de los acontecimientos que tuvieron lugar en este período y que podrían fecharse en el último cuarto del segundo milenio a. C. Parece que diversos clanes seminómadas, unos procedentes de Egipto y otros oriundos de Canaán, pero étnicamente afines, se fusionaron para dar origen a una nación fuertemente aglutinada por lazos sobre todo religiosos. Ni los restos arqueológicos ni los textos extrabíblicos de la época nos proporcionan noticias sobre ello; se limitan a constatar movimientos de diversos grupos tribales en el marco de las migraciones de distintos clanes seminómadas en dirección a Palestina. Pero los avatares vividos por los clanes israelitas en esta marcha hacia Palestina dejaron un recuerdo perdurable en su memoria: incidentes de todo tipo, conflictos entre los componentes de las distintas tribus, derrotas sufridas, victorias obtenidas, itinerarios recorridos. El libro de Números es una evocación teológico-literaria de todas estas vivencias; ello hace que bastantes datos resulten poco verosímiles históricamente hablando. A la hora de organizar los materiales que integran el libro de Números, el autor tiene ante todo un interés religioso que relega a un segundo plano la precisión histórica.


3. Proceso de composición


Como el resto de los libros que integran el Pentateuco, el libro de Números es el resultado de un largo y complejo proceso redaccional. Remitimos sobre el particular a lo dicho en la introducción general al Pentateuco. Así pues, también en Números están presentes los grandes estratos literarios que conocemos con el nombre de tradición yavista (J), tradición elohista (E) y tradición sacerdotal (P). Los textos yavistas, más vinculados a las tribus del sur, resaltan sobre todo los aspectos humanos de los orígenes históricos del pueblo israelita e insisten en su destino universal (Núm 22:1-41; Núm 24:1-25); los elohistas, por su parte, ponen énfasis en la unidad de la nación que se está gestando, condenan cualquier tendencia separatista (Núm 16:12-34) y alumbran el despertar de la institución profética (Núm 11:25-29).


Pero es sobre todo la tradición sacerdotal la que vertebra de principio a fin el libro de Números. Podemos decir al respecto que autores de la escuela sacerdotal han reelaborado profundamente las antiguas tradiciones yavistas y elohistas, aportando al mismo tiempo una gran cantidad de materiales nuevos; con ello han dado origen a una obra que podemos considerar nueva, tanto en la forma como en el fondo. Por lo demás, lo mismo que en Éxodo y Deuteronomio, en el libro de Números alternan secciones narrativas y legales, de forma que los pasajes narrativos son como el marco de los textos legales y cultuales.


4. Contenido teológico y claves de lectura


Se ha dicho más arriba que el contenido teológico fundamental de Números está sobre todo inspirado por la tradición sacerdotal que considera a Israel no tanto como una nación más, implicada en la vida política internacional y preocupada por tanto de su organización militar, cuanto como una comunidad dedicada a rendir culto al Señor, su Dios. Así las cosas, todo en esta comunidad está perfectamente regulado, hasta en sus más mínimos detalles, por la voluntad divina. Aunque aparentemente es Moisés el que preside y guía a la comunidad, quien realmente la gobierna es la palabra del Señor.


Al ser un pueblo en marcha —la larga marcha a través del desierto—, Israel no dispone de un santuario asentado de manera estable en un lugar concreto, sino que Dios se hace presente, es decir mora (de donde el nombre peculiar del santuario: la Morada) en una Tienda movible y transportable; nadie puede monopolizar la presencia del Señor al mismo tiempo protectora y temible. Por su parte, la institución de los sacerdotes y levitas actúa de pararrayos para que el pueblo, tantas veces infiel y pecador, no sea fulminado por la cólera divina (Núm 8:19; Núm 16:47-48). Cabría, pues, decir que la marcha de los israelitas a través del desierto tiene más de procesión litúrgica y de camino teológico que de organización y marcha cívico-militar. En esta marcha teológica es posible reconocer una secuencia de momentos que se repiten una y otra vez: gracia, pecado, castigo, conversión y de nuevo gracia. Dicha secuencia —en la que la gracia es el momento clave— constituye uno de los principales ejes teológicos del libro. Con ello la comunidad del desierto se convierte en punto de referencia para el pueblo de Dios de todos los tiempos: al verse reflejada en el libro de Números, la comunidad eclesial comprenderá que es un pueblo en marcha, un pueblo de profetas, un pueblo dirigido por la palabra divina y dedicado a servir al Señor.


Digamos finalmente que, dentro del libro de Números, los textos de mayor calado y densidad teológica son los cuatro poemas que el autor pone en boca de Balaán, el singular protagonista de los cps. Núm 22:1-41Núm 24:1-25, y que pertenecen a las antiguas tradiciones yavista y elohista. En ellos se enfatizan los temas de la elección y la bendición divina que a través de Israel alcanzan al resto de la humanidad, temas cuya presencia mitiga en cierta manera la escasa presencia en Números de temas tan capitales como la creación, la promesa, la alianza o la ley.


5. Estructura


Según sean los criterios —geográficos, literarios o temáticos— que con preferencia se utilicen, así será la estructura que se aplique a Números. Si utilizamos criterios geográficos, cabría distinguir tres partes: a) Núm 1:1Núm 10:10 : estancia en el Sinaí; b) Núm 10:11Núm 21:35 : marcha desde el Sinaí hasta Transjordania; y c) Núm 22:1-41Núm 36:1-13 : acampada en las llanuras de Moab.


Pero cabe también utilizar criterios literario-temáticos como son los dos censos de Núm 1:1 ss y Núm 26:1 ss y como es el hecho de que Núm 1:1-54Núm 25:1-18 tenga como protagonista a la generación que salió de Egipto, mientras que en Núm 26:1-65Núm 36:1-13 lo es la generación que, totalmente renovada, se encamina hacia la tierra prometida. En la presente traducción seguimos este segundo modelo que articulamos como sigue:


I.— LA GENERACIÓN DEL ÉXODO (Núm 1:1-54 Núm 25:1-18)


EN SINAÍ (Núm 1:1Núm 10:10)


- Organización del campamento (Núm 1:1-54Núm 4:1-49)


- Leyes diversas y bendición sacerdotal (Núm 5:1-31Núm 6:1-27)


- Ofrendas de los jefes y normas para los levitas (Núm 7:1-89Núm 8:1-26)


- Celebración de la Pascua y partida (Núm 9:1Núm 10:10)


DESDE SINAÍ HASTA TRANSJORDANIA (Núm 10:11Núm 25:18)


- De Sinaí a Cadés (o Parán) (Núm 10:11Núm 12:16)


- En Cadés y su entorno (Núm 13:1Núm 20:13)


- De Cadés a Moab (Núm 20:14Núm 21:35)


- En la estepa de Moab (Núm 22:1-41Núm 25:1-18)


II.— LA GENERACIÓN DE LA CONQUISTA (Núm 26:1-65Núm 36:1-13)


- Normas sobre la ocupación de la tierra (Núm 26:1-65Núm 31:1-54)


- Ocupación de Transjordania y últimas disposiciones (Núm 32:1-42Núm 36:1-13)


Fuente:

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Notas

Numeros  18,1— El Señor dijo a Aarón: Aparte Deu 18:1; Deu 18:8; Deu 18:20, sólo en Lev 10:8-11 se registran instrucciones dirigidas únicamente a Aarón.

— que te suceda: Lit. detrás de ti.

— las cosas sagradas: El término hebreo utilizado puede significar tanto los objetos sagrados utilizados en el santuario (Núm 3:38; Núm 10:21) como el recinto del mismo (Lev 12:4).


Numeros  18,1Ver Heb 7:27.
Numeros  18,2— y tus descendientes: Lit. y tus hijos detrás de ti: la misma expresión que en Núm 18:1.
Numeros  18,4Núm 1:51+.
Numeros  18,4— extraño: En sentido de “profano”, ajeno a la clase sacerdotal y, por tanto, no legitimado para oficiar en el santuario.

— se mezclará: Lit. se acercará.
Numeros  18,5— la cólera: Aparece aquí, lo mismo que ira en Núm 16:46, como una realidad personificada.
Numeros  18,6Núm 8:16-19+.
Numeros  18,7— y tus descendientes: Ver nota a Núm 18:2.

— ejercerán su sacerdocio: Es decir, protegerán el santuario de la entrada de intrusos y velarán para que ningún sacerdote no cualificado desarrolle las funciones sacerdotales.

— les he concedido el sacerdocio como un don: Traducción conjetural de un texto hebreo poco claro. Otros traducen: les concedo el sacerdocio como servicio de dedicación; o bien: les he dado el derecho de ejercer las funciones sacerdotales. En todo caso, puede tratarse de una glosa tardía como demuestra el pasaje paralelo Núm 3:10 y el hecho que, en ambos pasajes, al mandato de “ejercer el sacerdocio” sigue la condena de quienes se arrogan tal derecho. La glosa en cuestión anticiparía las ofrendas que le corresponden a los sacerdotes como recompensa por su servicio (vv. Núm 18:9-20).

— que se arrogue este derecho: Ver nota a Núm 1:51.
Numeros  18,8-19Parte de las ofrendas que presentan los israelitas está destinada al sustento de los sacerdotes.
Numeros  18,8Lev 6:8-30; Lev 7:1-38; Eze 44:29-30.
Numeros  18,9— ofrenda de cereal: Ver nota a Lev 2:1.
Numeros  18,11Núm 18:18 : — el rito de la elevación: Ver nota a Lev 7:30.
Numeros  18,14— consagrado al exterminio: Ver segunda nota a Jos 2:10.
Numeros  18,15— sean rescatados: Los sacerdotes son los que efectúan el procedimiento, pero el que rescata es propiamente el familiar.
Numeros  18,16— cinco siclos... veinte gueras: Para la equivalencia actual, ver TABLA DE PESAS, MEDIDAS Y MONEDAS.



— según el valor del siclo del santuario: Ver segunda nota a Núm 7:13.
Numeros  18,19— a todos tus descendientes: Lit. a tus hijos e hijas detrás de ti: Ver nota a Núm 18:2. Por lo demás, no consta que Aarón tuviera alguna hija.

— alianza sellada con sal: Lev 2:13; 2Cr 13:15. La sal se utilizaba principalmente para preservar los alimentos. De ahí su uso durante la firma de tratados o alianzas para simbolizar el carácter duradero de los mismos. En el sistema sacrificial, sirve de recordatorio de la alianza eterna sellada entre Dios y su pueblo; una alianza o pacto de sal, es una alianza permanente.
Numeros  18,19Lev 2:13.
Numeros  18,20Núm 1:47-49+.
Numeros  18,23— incurrirán en culpa: Los levitas son los responsables de que alguien no cualificado entre en el santuario.

— heredad: El correspondiente término hebreo implica que se trata de una propiedad que no se puede vender ni enajenar; debe permanecer siempre dentro de la familia.
Numeros  18,25Deu 14:28-29.
Numeros  18,26— rito de elevación: Ver nota a Lev 7:30.
Numeros  18,32— profanarán: Concepto distinto al de “contaminar, hacer impuro”.