Numeros  1 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 54 versitos |
1

I.— LA GENERACIÓN DEL ÉXODO (1—25)

EN SINAÍ (1:1—10:10)

Organización del campamento (1—4)

Censo de Israel

En el primer día * del segundo mes, en el segundo año de la salida del país de Egipto, el Señor se dirigió a Moisés en el desierto de Sinaí *, en la Tienda del encuentro º, y le dijo:
2 — Haz un censo * completo de la comunidad * israelita: registrarás uno por uno los nombres de todos los varones según sus clanes º y sus casas patriarcales. º
3 Tú y Aarón censarán por escuadrones * a todos los varones mayores de veinte años º que sean aptos para el servicio militar.
4 Les prestará asistencia un representante de cada tribu, que sea jefe de casa patriarcal.
5

Asistentes del censo

Estos son los nombres de quienes los asistirán: De la tribu de Rubén, Elisur, hijo de Sedeur. º
6 De Simeón, Selumiel, hijo de Zurisaday.
7 De Judá, Naasón, hijo de Aminadab.
8 De Isacar, Natanael, hijo de Zuar.
9 De Zabulón, Eliab, hijo de Jelón.
10 De los hijos de José: por Efraín, Elisamá, hijo de Amihud; y por Manasés, Gamaliel, hijo de Pedasur.
11 De Benjamín, Abidán, hijo de Guideoní.
12 De Dan, Ajiezer, hijo de Amisaday.
13 De Aser, Paguiel, hijo de Ocrán.
14 De Gad, Eliasaf, hijo de Deuel.
15 De Neftalí, Ajirá, hijo de Enán.
16 Estos fueron los convocados de entre la comunidad, jefes de sus respectivos clanes patriarcales y comandantes de los escuadrones º de Israel.
17

El recuento

Moisés y Aarón convocaron º a estos hombres que habían sido designados por sus nombres,
18 reunieron a toda la comunidad el primer día del segundo mes y censaron uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, a todos los mayores de veinte años.
19 Tal como el Señor le había mandado a Moisés, así él los censó en el desierto de Sinaí.
20 De los descendientes de Rubén, primogénito de Israel, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar; º
21 los censados de la tribu de Rubén fueron cuarenta y seis mil quinientos.
22 De los descendientes de Simeón, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar;
23 los censados de la tribu de Simeón fueron cincuenta y nueve mil trescientos.
24 De los descendientes de Gad, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar;
25 los censados de la tribu de Gad fueron cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta.
26 De los descendientes de Judá, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar;
27 los censados de la tribu de Judá fueron setenta y cuatro mil seiscientos.
28 De los descendientes de Isacar, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar;
29 los censados de la tribu de Isacar fueron cincuenta y cuatro mil cuatrocientos.
30 De los descendientes de Zabulón, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar;
31 los censados de la tribu de Zabulón fueron cincuenta y siete mil cuatrocientos.
32 De los descendientes de José por parte de Efraín, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar;
33 los censados de la tribu de Efraín fueron cuarenta mil quinientos.
34 Y de los descendientes de José por parte de Manasés, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar;
35 los censados de la tribu de Manasés fueron treinta y dos mil doscientos.
36 De los descendientes de Benjamín, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar;
37 los censados de la tribu de Benjamín fueron treinta y cinco mil cuatrocientos.
38 De los descendientes de Dan, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar;
39 los censados de la tribu de Dan fueron sesenta y dos mil setecientos.
40 De los descendientes de Aser, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar;
41 los censados de la tribu de Aser fueron cuarenta y un mil quinientos.
42 De los descendientes de Neftalí, quedaron registrados uno por uno, según sus clanes y sus casas patriarcales, los nombres de todos los varones mayores de veinte años aptos para el servicio militar;
43 los censados de la tribu de Neftalí fueron cincuenta y tres mil cuatrocientos.
44 Estos fueron los censados por Moisés y Aarón asistidos por los doce jefes de las respectivas casas patriarcales.
45 El total de israelitas censados según sus clanes patriarcales, todos ellos mayores de veinte años y aptos para el servicio militar,
46 fue de seiscientos tres mil quinientos cincuenta. º
47

Estatuto de los levitas

Pero los levitas no fueron censados según sus respectivos clanes patriarcales,
48 porque el Señor había dicho a Moisés:
49 — No registrarás la tribu de Leví, ni los censarás con los demás israelitas. º
50 Pondrás a los levitas a cargo de la Morada del testimonio º, de todos sus utensilios, y de todo lo relacionado con ella. Ellos transportarán la Morada, estarán a su servicio y acamparán alrededor de ella.
51 Cuando la Morada haya de trasladarse, los levitas la desmontarán; y cuando haya de detenerse, los levitas la montarán; cualquier intruso que se arrogue ese derecho º será condenado a muerte. º
52 Los israelitas acamparán por escuadrones *, cada uno en su campamento y cada uno junto a su estandarte º.
53 Los levitas, sin embargo, acamparán alrededor de la Morada del testimonio para que no se desate la cólera divina º sobre la comunidad israelita; a ellos corresponde la custodia de la Morada del testimonio.
54 Los israelitas hicieron puntualmente todo que el Señor mandó a Moisés.

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Introducción a Numeros 

INTRODUCCIÓN


El libro de Números se centra sobre todo en narrar la marcha de los israelitas a través del desierto, camino de la tierra prometida. Fue esta una vivencia histórica que dejó una profunda huella en la memoria colectiva de Israel. Los profetas Oseas y Jeremías describen esta época con rasgos netamente positivos, como el tiempo de las relaciones ideales entre Dios y su pueblo (Jer 2:2-3; Ose 2:14-21). Para la escuela deuteronomista es el tiempo y el lugar en que Dios pone a prueba a su pueblo (Deu 8:2-6), una prueba de la que no siempre los israelitas salieron bien parados, como lo hace notar el profeta Ezequiel (Eze 20:1-49) y también el salmista que invita a su generación a no comportarse como lo hizo la generación del desierto, generación terca y rebelde que no fue fiel a Dios (Sal 78:8).


Llegados los tiempos de la Nueva Alianza, Juan Bautista y Jesús de Nazaret buscarán repetir esta experiencia del desierto (Mat 3:1; Mat 4:1; Luc 1:80) tratando de encontrarse allí con Dios, de ser plenamente fieles a los planes divinos y de introducir al nuevo pueblo de Dios en la verdadera “tierra prometida”, una tierra que de veras mane leche y miel.


1. Título y texto


Siguiendo la costumbre semita de referirse a los libros bíblicos por sus primeras palabras, los judíos designaban a este libro —que hoy denominamos de NÚMEROS— con el título de “y él habló” y más comúnmente con el de bemidbar, es decir “en el desierto”, que es el que mejor corresponde al contenido y el que actualmente lleva en la Biblia hebrea.


El título castellano actual —libro de Números— procede de la versión griega de los LXX y se debe al interés del autor o autores del mismo por los censos, y a las abundantes cifras que se consignan en él.


En cuanto al texto hebreo que ha llegado hasta nosotros, hay que decir que el de Números presenta un excelente estado de conservación; sólo hay que exceptuar algún que otro versículo en pasajes poéticos (ver Núm 21:14; Núm 21:30 y Núm 24:22-24). Como testigos cualificados del texto primitivo disponemos del Texto Masorético, de la traducción griega de los LXX, del Pentateuco Samaritano y de algunos manuscritos de Qumrán (4QNm). Entre las traducciones antiguas merecen también mencionarse el targum arameo de Ónkelos, la Peshita siriaca y la Vulgata latina.


2. Contexto histórico


El libro de Números se sitúa históricamente en la época de formación del pueblo israelita, concretamente abarca el tramo que va desde la teofanía del Sinaí (Éxo 19:1-25Éxo 20:1-26; Éxo 32:1-35Éxo 34:1-35) hasta su llegada a las llanuras de Moab, en la ribera oriental del Jordán (Núm 22:1-41Núm 33:1-56). En este sentido podemos decir que Números continúa la trama narrativa de Éxodo y enmarca geográficamente los discursos parenéticos del Deuteronomio.


Es difícil para el historiador precisar el contorno exacto de los acontecimientos que tuvieron lugar en este período y que podrían fecharse en el último cuarto del segundo milenio a. C. Parece que diversos clanes seminómadas, unos procedentes de Egipto y otros oriundos de Canaán, pero étnicamente afines, se fusionaron para dar origen a una nación fuertemente aglutinada por lazos sobre todo religiosos. Ni los restos arqueológicos ni los textos extrabíblicos de la época nos proporcionan noticias sobre ello; se limitan a constatar movimientos de diversos grupos tribales en el marco de las migraciones de distintos clanes seminómadas en dirección a Palestina. Pero los avatares vividos por los clanes israelitas en esta marcha hacia Palestina dejaron un recuerdo perdurable en su memoria: incidentes de todo tipo, conflictos entre los componentes de las distintas tribus, derrotas sufridas, victorias obtenidas, itinerarios recorridos. El libro de Números es una evocación teológico-literaria de todas estas vivencias; ello hace que bastantes datos resulten poco verosímiles históricamente hablando. A la hora de organizar los materiales que integran el libro de Números, el autor tiene ante todo un interés religioso que relega a un segundo plano la precisión histórica.


3. Proceso de composición


Como el resto de los libros que integran el Pentateuco, el libro de Números es el resultado de un largo y complejo proceso redaccional. Remitimos sobre el particular a lo dicho en la introducción general al Pentateuco. Así pues, también en Números están presentes los grandes estratos literarios que conocemos con el nombre de tradición yavista (J), tradición elohista (E) y tradición sacerdotal (P). Los textos yavistas, más vinculados a las tribus del sur, resaltan sobre todo los aspectos humanos de los orígenes históricos del pueblo israelita e insisten en su destino universal (Núm 22:1-41; Núm 24:1-25); los elohistas, por su parte, ponen énfasis en la unidad de la nación que se está gestando, condenan cualquier tendencia separatista (Núm 16:12-34) y alumbran el despertar de la institución profética (Núm 11:25-29).


Pero es sobre todo la tradición sacerdotal la que vertebra de principio a fin el libro de Números. Podemos decir al respecto que autores de la escuela sacerdotal han reelaborado profundamente las antiguas tradiciones yavistas y elohistas, aportando al mismo tiempo una gran cantidad de materiales nuevos; con ello han dado origen a una obra que podemos considerar nueva, tanto en la forma como en el fondo. Por lo demás, lo mismo que en Éxodo y Deuteronomio, en el libro de Números alternan secciones narrativas y legales, de forma que los pasajes narrativos son como el marco de los textos legales y cultuales.


4. Contenido teológico y claves de lectura


Se ha dicho más arriba que el contenido teológico fundamental de Números está sobre todo inspirado por la tradición sacerdotal que considera a Israel no tanto como una nación más, implicada en la vida política internacional y preocupada por tanto de su organización militar, cuanto como una comunidad dedicada a rendir culto al Señor, su Dios. Así las cosas, todo en esta comunidad está perfectamente regulado, hasta en sus más mínimos detalles, por la voluntad divina. Aunque aparentemente es Moisés el que preside y guía a la comunidad, quien realmente la gobierna es la palabra del Señor.


Al ser un pueblo en marcha —la larga marcha a través del desierto—, Israel no dispone de un santuario asentado de manera estable en un lugar concreto, sino que Dios se hace presente, es decir mora (de donde el nombre peculiar del santuario: la Morada) en una Tienda movible y transportable; nadie puede monopolizar la presencia del Señor al mismo tiempo protectora y temible. Por su parte, la institución de los sacerdotes y levitas actúa de pararrayos para que el pueblo, tantas veces infiel y pecador, no sea fulminado por la cólera divina (Núm 8:19; Núm 16:47-48). Cabría, pues, decir que la marcha de los israelitas a través del desierto tiene más de procesión litúrgica y de camino teológico que de organización y marcha cívico-militar. En esta marcha teológica es posible reconocer una secuencia de momentos que se repiten una y otra vez: gracia, pecado, castigo, conversión y de nuevo gracia. Dicha secuencia —en la que la gracia es el momento clave— constituye uno de los principales ejes teológicos del libro. Con ello la comunidad del desierto se convierte en punto de referencia para el pueblo de Dios de todos los tiempos: al verse reflejada en el libro de Números, la comunidad eclesial comprenderá que es un pueblo en marcha, un pueblo de profetas, un pueblo dirigido por la palabra divina y dedicado a servir al Señor.


Digamos finalmente que, dentro del libro de Números, los textos de mayor calado y densidad teológica son los cuatro poemas que el autor pone en boca de Balaán, el singular protagonista de los cps. Núm 22:1-41Núm 24:1-25, y que pertenecen a las antiguas tradiciones yavista y elohista. En ellos se enfatizan los temas de la elección y la bendición divina que a través de Israel alcanzan al resto de la humanidad, temas cuya presencia mitiga en cierta manera la escasa presencia en Números de temas tan capitales como la creación, la promesa, la alianza o la ley.


5. Estructura


Según sean los criterios —geográficos, literarios o temáticos— que con preferencia se utilicen, así será la estructura que se aplique a Números. Si utilizamos criterios geográficos, cabría distinguir tres partes: a) Núm 1:1Núm 10:10 : estancia en el Sinaí; b) Núm 10:11Núm 21:35 : marcha desde el Sinaí hasta Transjordania; y c) Núm 22:1-41Núm 36:1-13 : acampada en las llanuras de Moab.


Pero cabe también utilizar criterios literario-temáticos como son los dos censos de Núm 1:1 ss y Núm 26:1 ss y como es el hecho de que Núm 1:1-54Núm 25:1-18 tenga como protagonista a la generación que salió de Egipto, mientras que en Núm 26:1-65Núm 36:1-13 lo es la generación que, totalmente renovada, se encamina hacia la tierra prometida. En la presente traducción seguimos este segundo modelo que articulamos como sigue:


I.— LA GENERACIÓN DEL ÉXODO (Núm 1:1-54 Núm 25:1-18)


EN SINAÍ (Núm 1:1Núm 10:10)


- Organización del campamento (Núm 1:1-54Núm 4:1-49)


- Leyes diversas y bendición sacerdotal (Núm 5:1-31Núm 6:1-27)


- Ofrendas de los jefes y normas para los levitas (Núm 7:1-89Núm 8:1-26)


- Celebración de la Pascua y partida (Núm 9:1Núm 10:10)


DESDE SINAÍ HASTA TRANSJORDANIA (Núm 10:11Núm 25:18)


- De Sinaí a Cadés (o Parán) (Núm 10:11Núm 12:16)


- En Cadés y su entorno (Núm 13:1Núm 20:13)


- De Cadés a Moab (Núm 20:14Núm 21:35)


- En la estepa de Moab (Núm 22:1-41Núm 25:1-18)


II.— LA GENERACIÓN DE LA CONQUISTA (Núm 26:1-65Núm 36:1-13)


- Normas sobre la ocupación de la tierra (Núm 26:1-65Núm 31:1-54)


- Ocupación de Transjordania y últimas disposiciones (Núm 32:1-42Núm 36:1-13)


Fuente:

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Notas

Numeros  1,1-54Núm 1:1-54Núm 25:1-18 : La primera mitad del libro de Números está dedicada a la generación del éxodo, es decir, a los que salieron de Egipto bajo el liderazgo de Moisés. Está generación ya ha experimentado la gracia liberadora de Dios, con su manifestación de poder en la teofanía sinaítica, y ha sido instruida en los elementos básicos del culto a través de la construcción y funcionamiento de la Tienda del encuentro. Su destino, sin embargo, se verá ensombrecido por su falta de confianza durante la marcha por el desierto y su resistencia o miedo a entrar en la tierra prometida. Su trágico final será perecer en el mismo desierto que fue testigo de sus rebeldías.


Numeros  1,1-54Núm 1:1-54Núm 4:1-49 : La marcha por el desierto requerirá una organización eficiente, tanto en lo civil y religioso como en lo militar. En estos capítulos se describe cómo se organiza la comunidad para la marcha.
Numeros  1,1— el primer día: El primer día del mes era, en la antigüedad, un día de celebración (Núm 10:10; Núm 28:11) y por lo tanto una ocasión propicia para convocar a la comunidad.

— el desierto de Sinaí: Designa aquí la parte sur de la península del mismo nombre, donde se sitúan los acontecimientos narrados entre Éxo 19:1 y Núm 10:12. Allí fue donde los israelitas acamparon tres meses después de salir de Egipto (Éxo 19:1) y desde allí partirán hacia el desierto de Parán.

— Tienda del encuentro: Ver nota a Éxo 26:1. La Tienda provee el espacio para el encuentro divino-humano y según la tradición sacerdotal (P) se encuentra en el centro del campamento (Núm 2:17 y Núm 3:38), mientras que en la tradición yavista-elohista (J-E) se ubica fuera del campamento (Núm 11:24-27 y Núm 12:4-5).
Numeros  1,2— censo: Los censos eran frecuentes en el antiguo Oriente Próximo. Sus dos propósitos básicos eran el recuento de efectivos disponibles para fines militares y establecer la base impositiva sobre las propiedades. Ver 2Sa 24:1-9; 2Cr 14:8.

— comunidad: A veces se traduce por “asamblea”. En su sentido básico abarca a toda la nación, a todas las personas israelitas; pero también puede utilizarse en un sentido restringido para referirse a los adultos varones (Núm 14:1-4; Núm 31:26; Núm 31:28; Núm 31:43) o a los líderes tribales (Éxo 12:3; Éxo 12:21).

— clanes: Cada una de las tribus de Israel estaba compuesta de varios clanes y cada clan, de varias casas o familias patriarcales.
Numeros  1,2Éxo 30:12; 2Sa 24:1-2; Luc 2:1-3.
Numeros  1,3— escuadrones: Es decir, grupos organizados militarmente que conforman la fuerza militar de una tribu.

— mayores de veinte años: Es la edad mínima de reclutamiento en Israel (2Cr 25:5).
Numeros  1,5-15— asistentes del censo: Los mismos nombres aparecen en las listas de Núm 2:3-31; Núm 7:12-83; Núm 10:14-28. Aquí los hijos de Jacob se agrupan de acuerdo a sus madres (Gén 35:22-26): Rubén, Simeón, Judá, Isacar y Zabulón eran hijos de Lía; José y Benjamín hijos de Raquel; Dan, Aser, Gad y Neftalí eran hijos de las siervas de Lía y Raquel. Si bien en la Biblia el orden en que se enumeran las doce tribus puede variar, existe una fuerte tendencia a mantener el número de doce. Con ese propósito, al no ser contada la tribu de Leví dentro de este censo, se divide la tribu de José en dos, Efraín y Manasés.
Numeros  1,5Núm 10:14-27.
Numeros  1,16— escuadrones: Ver nota a Núm 1:3.
Numeros  1,17— convocaron: El verbo hebreo está en tercera persona del singular y originalmente se refería sólo a Moisés. El nombre de Aarón fue agregado posteriormente para hacerlo partícipe del liderazgo.
Numeros  1,20Ver Apo 7:4-8.
Numeros  1,46Núm 2:32; Núm 11:21; Éxo 12:37; Éxo 38:26.
Numeros  1,47-54La tribu de Leví recibe un trato distinto al resto de las tribus. A diferencia de ellas, no recibirá una porción de la tierra a repartir y se dedicará enteramente al servicio de la Morada del testimonio (ver Deu 10:8-9; Jos 13:14).
Numeros  1,47Núm 2:33; Núm 3:15-16; Núm 18:20-24.
Numeros  1,50Núm 1:53 : — la Morada del testimonio: Es esta otra denominación de la Tienda del encuentro; procede de la tradición sacerdotal y la encontramos en Éxo 38:21, Núm 1:53; Núm 10:11.
Numeros  1,51Núm 3:10; Núm 3:38; Núm 4:5-15; Núm 16:40; Núm 18:7.
Numeros  1,51— cualquier intruso que se arrogue ese derecho: El vocablo hebreo que traducimos por intruso, suele también traducirse por “extraño” o “profano”. De hecho en Lev 20:10-12 y Núm 16:40 se refiere a los que no son sacerdotes. En cuanto a la expresión se arrogue ese derecho, parece más precisa en el presente contexto que el simple “acercarse” de otras traducciones, pues el vocablo hebreo utilizado tiene, en contextos prohibitivos, el sentido de “traspasar los límites”, “usurpar”, “abusar”.
Numeros  1,52— escuadrones: Ver nota a Núm 1:3.

— estandarte: Posiblemente en origen una bandera militar que luego se utiliza por asociación para referirse al regimiento en sí (como en los documentos arameos de Elefantina). De acuerdo al contexto, el vocablo hebreo puede traducirse bien por “estandarte”, bien por “regimiento” como en Núm 2:2.
Numeros  1,53— cólera divina: Algo que se produce cuando un humano entra en contacto ilícito con objetos sagrados.