Ester  1 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 22 versitos |
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I.— INTRODUCCIÓN HISTÓRICA (1—2)

[El sueño de Mardoqueo

(1a) El segundo año del reinado de Artajerjes * el Grande, el día primero del mes de Nisán *, Mardoqueoº, hijo de Jaír, hijo de Semeí, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, tuvo un sueño.
(1b) Mardoqueo era un judío que residía en la ciudad de Susaº, y que desempeñaba un cargo importante en el palacio real.
(1c) Era uno de los que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había deportado de Jerusalén con Jeconíasº, rey de Judá.
(1d) El sueño de Mardoqueo fue así: gritos y estruendos, truenos, terremotos y agitación sobre la tierra.
(1e) Luego aparecieron dos enormes dragones que se disponían a abalanzarse el uno contra el otro, y lanzaron un gran rugido.
(1f) Al oír aquel rugido, todas las naciones se prepararon para la guerra, prestas a luchar contra el pueblo de los justos.
(1g) Fue un día de oscuridad, tinieblas, tribulación y angustia, y de sufrimiento y gran agitación sobre la tierra.
(1h) El pueblo de los justos se llenó de turbación: aterrorizados por su propia desgracia, se dispusieron a morir y clamaron a Dios.
(1i) De ese clamor, como de un pequeño manantial, brotó un río grande y caudaloso;

(1j) luego hubo una luz, salió el sol, y los humildes fueron exaltados y devoraron a los poderosos.

(1k) Cuando Mardoqueo se despertó de aquel sueño, comenzó a reflexionar qué sería lo que Dios había decidido hacer; y el sueño no se apartaba de su mente, de modo que estuvo hasta la noche tratando de entender su sentido.

Mardoqueo descubre una conjura

(1l) Mardoqueo, que vivía por aquel tiempo en palacio junto con Gabazá y Zarra, un par de eunucos del rey encargados de la vigilancia de la corte,
(1m) oyó que ambos estaban tramando algo. Tratando de averiguar sus propósitos, entendió que preparaban un atentado contra el rey Artajerjes. Entonces se lo comunicó al rey,
(1n) que ordenó arrestar a los dos eunucos, los cuales, después de confesar sus intenciones, fueron ejecutados.
(1o) El rey mandó que se consignaran estos hechos en los anales del reino, lo cual hizo también Mardoqueo.
(1p) Entonces concedió el rey a Mardoqueo un cargo en palacio, y además le mostró su gratitud con diversos regalos.

(1q) Pero Amán, hijo de Hamedata y descendiente de Agag, que gozaba de gran prestigio delante del rey, buscaba la manera de perjudicar a Mardoqueo y a su pueblo, a causa de lo ocurrido con los dos eunucos del rey.]

El banquete de Asuero

(1) Esta historia sucedió en los días en que el reino de Asuero º se extendía sobre ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía,
2 y su trono real se hallaba establecido en la ciudadela de Susa º.
3 En el tercer año de su reinado ofreció un banquete a todos sus oficiales y altos funcionarios. Los jefes del ejército de los Persas y los Medos º, los nobles y los gobernadores de las provincias se dieron cita allí.
4 Durante muchos días, más de ciento ochenta, hizo ostentación de las riquezas de su reino y del magnífico esplendor de su grandeza º.
5 Pasado ese tiempo, el rey ofreció en el patio de los jardines reales un banquete de siete días al que invitó a toda la población, ricos y pobres por igual, que se hallaba en la ciudadela de Susa.
6 Cortinas blancas y violetas, atadas con cordones de lino blanco y púrpura violeta a unas anillas de plata, pendían de columnas de mármol blanco; sobre un pavimento de mosaico realizado con malaquita, alabastro, nácar y mármoles de colores, había divanes de oro y plata.
7 En copas de oro de las más diversas formas se servía el vino real, el cual corría a raudales, como cabía esperar de la generosidad de un rey.
8 Todos los invitados podían beber cuanto quisieran, pues los sirvientes habían recibido la orden del rey de servir a cada cual lo que deseara.
9 También la reina Vasti ofreció un banquete a las mujeres en el palacio del rey Asuero. º
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La reina Vasti cae en desgracia

El séptimo día, alegre por el vino, el rey ordenó a Maumán, Biztá, Jarboná, Bigtá, Abagtá, Zetar y Carcás —los siete eunucos º que servían personalmente al rey—,
11 que trajeran a su presencia a la reina Vasti, luciendo la corona real, para que el pueblo y los principales del reino pudieran admirar la belleza de la reina, pues era realmente hermosa.
12 Pero cuando los eunucos comunicaron a la reina Vasti la orden del rey, esta se negó a ir. El rey se enfureció muchísimo, montó en cólera, º
13 y consultó a los entendidos en leyes º, porque era frecuente que los asuntos reales se tratasen con los expertos en leyes y en derecho.
14 De ellos, los más allegados al rey eran Carsená, Setar, Tarsis, Mares, Marsená y Mamucán, los siete altos oficiales de Persia y Media, que ocupaban los puestos más importantes del reino y formaban parte del consejo real. º
15 El rey les preguntó: — Según la ley, ¿qué ha de hacerse con la reina Vasti por haber desobedecido la orden del rey enviada a través de los eunucos?
16 En presencia del rey y del consejo real, Mamucán respondió: — La reina Vasti no ha ofendido tan solo al rey, sino también a todas las autoridades y a todos los súbditos de las provincias del rey Asuero.
17 Porque cuando las mujeres sepan lo que ha hecho la reina Vasti perderán el respeto a sus maridos. Dirán: “El rey Asuero mandó venir a su presencia a la reina Vasti, y ella no acudió”.
18 Y a partir de hoy, cuando las mujeres de la nobleza de Persia y Media se enteren de la conducta de la reina, responderán a los oficiales del rey del mismo modo; les faltarán al respeto y habrá problemas.
19 Por lo tanto, si le parece bien al rey, promulgue con carácter irrevocable un decreto real que se inscriba en la legislación de persas y medos en estos términos: “La reina Vasti no podrá presentarse nunca más ante el rey Asuero. Su título de reina se conferirá a otra mujer más digna que ella”. º
20 Cuando este decreto real sea conocido en todo tu vasto imperio, todas las mujeres respetarán a sus maridos, independientemente de su condición social.
21 La propuesta agradó al rey y a sus oficiales; así que el rey llevó a cabo la sugerencia de Mamucán.
22 Envió cartas por todas las provincias del reino, a cada provincia según su escritura y a cada pueblo según su lengua, ordenando que el marido fuese el señor de su casa y que en ella se hablase la lengua del marido. º

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Introducción a Ester 

INTRODUCCIÓN


Ester, según los rabinos judíos, sería el libro más reciente del Antiguo Testamento. Narra las vicisitudes de una bella muchacha judía llamada Hadasá (que significa “mirto”) o Ester (que significa “estrella”) en el marco de uno de los momentos más florecientes del imperio persa. Asuero (nombre que corresponde al rey Jerjes I — 485-465 a. C. — ) reina en Susa donde se desarrollan las usuales conspiraciones palaciegas, intentos de monopolizar poder y favores, emisiones de decretos y contradecretos.


El texto, marcado por un notable dramatismo histórico, destaca por su aparente falta de vinculación con los cánones usuales de religiosidad veterotestamentaria: no se menciona el nombre de Yahvé ni se hacen referencias explícitas a Dios; tampoco se indica que Israel sea una entidad de carácter espiritual ni profético. Esta peculiaridad hizo que se cuestionara su inclusión en el canon. Su estrecha asociación con la fiesta de Purim (el libro de Ester es el último de los cinco “rollos” — meguillot — que se leían en las grandes fiestas judías) y su tinte racial terminaron por imponer su peso en la consideración de la obra como libro inspirado y pasó a formar parte de los libros canónicos del AT.


La versión griega de los LXX amplía el texto hebreo que poseemos (TM) en ciento siete versículos. Estos versículos se intercalan entre los diferentes capítulos del original hebreo con la intención de buscar, seguramente, una vinculación más estrecha con los escritos canónicos.


Los rabinos opinaban que fueron los miembros de la Gran Sinagoga los que compusieron el libro. Otros autores se inclinan por Mardoqueo o Esdras. Detalles del palacio real y de los cargos secundarios de la organización del imperio persa, nos hacen pensar que el autor pudo incluso ser coetáneo a los acontecimientos (siglo IV a. C.).


El libro nos presenta el siguiente esquema:


I. — INTRODUCCIÓN HISTÓRICA (Est 1:1-22Est 2:1-23)


II. — PROYECTO DE AMÁN PARA EXTERMINAR A LOS JUDÍOS (Est 3:1-15Est 5:1-14)


III. — LA LIBERACIÓN (Est 6:1Est 9:19)


IV. — INSTITUCIÓN DE LA FIESTA DE PURIM (Est 9:20Est 10:3)


El relato está concebido y elaborado literariamente de un modo exquisito. Por ello se ha planteado la cuestión de si el libro de Ester es un relato, parcialmente al menos, histórico o una simple novela de ficción. Sea como fuere manifiesta situaciones de un alto interés dramático y de una gran fortaleza de espíritu en los protagonistas. El comportamiento del pueblo judío, que de perseguido se convierte en perseguidor, plantea, sin embargo, serias cuestiones teológicas.


La historia es sustrato indispensable para justificar la fiesta de Purim. Un plan de exterminio cuya ejecución concreta se echa a suertes (en hebreo “pur”, “purim”) termina cambiando de destinatarios, y la tristeza se convierte en desbordante alegría. Esa algazara constituye el pretendido trasfondo histórico de la fiesta de Purim (suertes), una fiesta que llegó a ocupar un lugar importante en el calendario nacional judío.


El libro de Ester nos hace reflexionar sobre el devenir de los tiempos y de los fenómenos sociales y de cómo los protagonistas de la historia (hombres y mujeres representados en este caso por Mardoqueo y Ester) pueden, apoyados por el poder divino, superar, o cuando menos mejorar, las situaciones adversas.


ESTER CON LOS TEXTOS DEUTEROCANÓNICOS.


INTRODUCCIÓN


1. Datos generales


El libro de Ester ha llegado hasta nosotros, por una parte, en el texto hebreo masorético (TM) y, por otra, en dos traducciones griegas: la versión de los LXX y el texto de Luciano. A la hora de contrastar estas versiones griegas, se puede comprobar que la traducción es bastante libre, sobre todo en la versión de los LXX que, con relación al texto hebreo, está ampliada en 107 versos divididos en seis secciones, incorporadas en distintos puntos de la narración. Estos añadidos, que no fueron reconocidos como Escritura Sagrada por el judaísmo ortodoxo palestinense ni más tarde por las iglesias protestantes, suponen una cierta reelaboración del original.


Jerónimo, en su traducción latina, decide sacar estas adiciones de su contexto y situarlas al final de su traducción de Ester. Estas adiciones, reconocidas como Escritura sagrada por la tradición católica, son las que recogemos aquí. Pero, para que al lector le sea fácil conocer dónde deben insertarse estas adiciones dentro de la trama del libro hebreo de Ester, las hemos querido acompañar de dicho texto. Lo hacemos poniendo en letra cursiva lo que corresponde al texto griego, y entre corchetes — [] — lo que forma parte del texto hebreo.


2. Intención


Las adiciones griegas no proporcionan datos nuevos al núcleo de la narración. Su aportación es de otra índole. En el texto hebreo llama poderosamente la atención la ausencia casi total de referencias religiosas: no se nombra ni una sola vez a Dios, ni hay alusión alguna a prácticas religiosas. Quizá una de las razones que tuvo el autor para introducir estas adiciones está precisamente en la voluntad de dar al relato hebreo un talante religioso más explícito; en concreto se menciona expresamente muchas veces a Dios o al Señor.


Por otra parte, el medio socio-cultural helenístico en que se desenvuelve la vida de los judíos, especialmente los de la diáspora, pedía adaptar un tanto el contenido con el fin de humanizar la obra y suavizar algunos de sus rasgos más duros. También puede notarse un esfuerzo de adaptación estilística acomodándose al estilo judío de narrar tal como aparece en los libros de Esdras, Nehemías y Daniel.


3. Autor, lugar y fecha de composición


No es fácil determinar quién es el autor de estas adiciones al libro hebreo de Ester. Casi lo único que podemos decir es que no todas proceden del mismo autor, y que no son traducciones; su lengua original es el griego.


Respecto a la fecha de composición tenemos el dato que nos aporta el propio libro en el capítulo Est 10:3 k, lo que nos situaría en la época de Ptolomeo VIII, es decir en torno al año 114 a. C. El gran intercambio cultural que existe en esta época entre las comunidades judías de Palestina y de Egipto (sobre todo de Alejandría) apoyarían esta hipótesis.


Fuente:

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Notas

Ester  1,1— Asuero: Este nombre se aplica en los textos hebreos (ver también Esd 4:6) al rey persa conocido como Jerjes I (486-465 a. C.). La versión de los LXX lo traduce por Artajerjes. El imperio persa fue uno de los grandes imperios de la antigüedad y se extendía desde la India hasta Etiopía. Ver ÍNDICE DE MAPAS.

Est 1:1 a: — Artajerjes: El texto hebreo utiliza el nombre de Asuero, que se corresponde al griego Jerjes. Aunque conocemos a tres Artajerjes que reinaron en Persia, parece que el autor quiere referirse a Jerjes I (485-465 a. C.) sucesor de Darío I.— día primero del mes de Nisán: Mes del calendario babilónico que se corresponde con nuestros meses de marzo-abril. Es el primer mes del calendario judío por lo que la fecha se refiere al día de año nuevo.— Mardoqueo: Nombre teóforo del dios babilónico Marduk. Encontramos este nombre entre los que regresan de Babilonia (Esd 2:2; Neh 7:7).

Est 1:1 b: — Susa: Antigua capital del reino de Elam. Situada al sureste de Babilonia, en las estribaciones de los montes Zagros, los reyes persas la hicieron ciudad de residencia estacional.

Est 1:1 c: — Jeconías: La ambientación histórica que hace el v. Est 1:1 a nos situaría ciento doce años después; esto significa que la exactitud histórica de los datos no es primordial para el autor.


Ester  1,2— Susa: Ciudad situada a unos 370 km al este de Babilonia. Era la residencia de invierno de los reyes persas y una de las tres capitales del Imperio. Las otras dos capitales eran Babilonia y Ecbatana.
Ester  1,3— los Persas y los Medos: Entre los diversos pueblos que formaban el imperio persa, los persas y los medos eran los dos más importantes.
Ester  1,4— riquezas... grandeza: La riqueza del imperio persa era famosa en la antigüedad. Jerjes I pasó a la historia, entre otras cosas, por ser el que terminó la construcción del palacio real.
Ester  1,9Ver Dan 5:1.
Ester  1,10— eunucos: Eran hombres, de ordinario castrados, al servicio del rey y del harén real.
Ester  1,12Dan 2:12.
Ester  1,13— Los entendidos en leyes: Lit. los conocedores de los tiempos. Eran expertos que aconsejaban al rey lo que se debía hacer en determinadas circunstancias. Se podía pensar también en un grupo de astrólogos, y por tanto, conocedores del futuro.
Ester  1,142Re 25:19; Esd 7:14.
Ester  1,19Est 3:12; ver Dan 6:7; Dan 6:9.
Ester  1,22Ver Dan 6:25.