Salmos 119,82

Se consumen mis ojos por tu promesa y me pregunto: “¿Cuándo te apiadarás de mí º?”.

— ... de mí: Adoptando un tono de súplica, se pide la ayuda de Dios frente a los adversarios que acosan (Sal 119:84; Sal 119:86), tienden trampas (Sal 119:85) y amenazan la vida (Sal 119:87) de quien no olvida los mandatos divinos. Como en otros pasajes del salmo (ver, entre otros, vv. Sal 119:21-22; Sal 119:69-70; Sal 119:95; Sal 119:110), a la conducta de los malvados se opone el aprecio y respeto a la ley por parte del orante. Salmos 119, 82

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