I Corintios 2,8

Ninguno entre los poderosos de este mundo ha llegado a conocer tal sabiduría, pues, de haberla conocido, no habrían crucificado al Señor de la gloria º.

— al Señor de la gloria: En el AT, “gloria” de Dios es el mismo ser divino en cuanto se manifiesta a través de sus atributos de poder, belleza, esplendor, etc. (Ver Éxo 24:16-17; Éxo 33:18-23; Deu 5:23-24; Isa 6:3; Isa 60:1-3; Eze 11:22-23). Se trata, pues, de un atributo divino que, como tal, es absolutamente incomunicable. Pablo atribuye esa gloria, en este pasaje, a Jesucristo. I Corintios 2, 8

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