II Corintios 1 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 24 versitos |
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Introducción (1:1-7)

Saludo

Pablo, apóstol de Jesucristo por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a la Iglesia de Dios reunida en Corinto * y a todos los creyentes * de la entera provincia de Acaya º. º
2 Que Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, el Señor, les concedan gracia y paz. º
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Acción de gracias

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios que siempre consuela. º
4 Él es el que nos conforta en todos nuestros sufrimientos de manera que también nosotros podamos confortar a los que se hallan atribulados, gracias al consuelo que hemos recibido º de Dios. º
5 Porque, si bien es cierto que como cristianos no nos faltan sufrimientos, no lo es menos que Cristo nos colma de consuelo º.
6 Si nos toca sufrir es para que redunde en consuelo y salvación de ustedes; si recibimos consuelo, es para que también ustedes se animen a soportar los mismos sufrimientos que nosotros soportamos.
7 Tiene, pues, una sólida base nuestra esperanza con respecto a ustedes, por cuanto sabemos que si comparten nuestros sufrimientos, habrán de compartir también nuestro consuelo.
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I.— PABLO Y LA IGLESIA DE CORINTO (1:8—2:13)

Dificultades superadas en Éfeso

Quiero, hermanos, que tengan cumplida información de las dificultades por las que he tenido * que pasar en la provincia de Asia º. Me vi abrumado de tal modo y tan por encima de mis fuerzas, que hasta perdí la esperanza de seguir viviendo.
9 Pero si llegué a considerar la sentencia de muerte como algo inevitable, eso me enseñó a no confiar en mí mismo, sino en Dios que resucita a los muertos. º
10 Fue él quien me libró de tan graves peligros de muerte; y continuará º librándome, pues he puesto en él la esperanza de que así lo hará.
11 Cuento para ello con la ayuda de sus oraciones; de esta manera, siendo muchos los que han contribuido a que Dios me conceda su favor, otros tantos serán los que den gracias a Dios por causa de mí. º
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Pablo cambia sus planes de viaje

Si de algo nos sentimos orgullosos es de que la conciencia nos asegura que nuestro comportamiento con todo el mundo, y particularmente con ustedes, ha estado presidido por la sencillez º y la franqueza que Dios inspira; es decir, ha sido fruto del favor divino y no del humano saber. º
13 No hay, pues, segundas intenciones º en mis cartas. Y espero que ustedes comprendan del todo
14 lo que ya en parte han comprendido, a saber, que el día en que Jesús, nuestro Señor, se manifieste º, ustedes serán motivo de orgullo para nosotros y nosotros lo seremos para ustedes.
15 Tan convencido estaba yo de todo esto, que tenía decidido visitarlos los primeros y hacerles así el obsequio º de una doble visita.
16 Pasaría por Corinto en ruta hacia Macedonia º, y desde Macedonia regresaría de nuevo a Corinto para que fueran ustedes quienes me encaminaran a Judea. º
17 ¿Piensan que proyecté todo esto a la ligera? ¿O que mis planes están guiados por el interés humano hasta el punto de que para mí es igual el “sí” que el “no”? º
18 Dios es testigo de que nuestro modo de hablarles no es a la vez un “sí” y un “no”,
19 como no lo es Jesucristo, el Hijo de Dios, a quien yo, junto con Silvano º y Timoteo, anuncié entre ustedes. En Cristo todo ha sido “sí”,
20 pues todas las promesas de Dios se han hecho realidad en él. Precisamente por eso, él sustenta el “Amén” º con que nosotros glorificamos a Dios.
21 Dios es, por lo demás, quien nos mantiene, tanto a mí como a ustedes, firmemente unidos a Cristo. Dios nos consagró º, º
22 nos marcó con su sello e hizo habitar en nosotros al Espíritu como prenda º de salvación.
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Los motivos del cambio

En cuanto a mí, pongo a Dios por testigo —y que me muera si miento— de que, si todavía no he ido a Corinto, ha sido en atención a ustedes.
24 Y no es que pretendamos controlar la fe que ustedes tienen y en la que se mantienen firmes; lo que deseamos es contribuir a que estén ustedes alegres.

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Introducción a II Corintios

INTRODUCCIÓN


1. Contexto histórico de la carta


No es nada fácil precisar las circunstancias que rodearon la composición de esta llamada segunda carta a los Corintios (en adelante se utilizará preferentemente la abreviatura 2Co). Alguien ha escrito que es la más enigmática de las cartas paulinas. Y tal vez el enigma principal sea el siguiente: ¿se trata de una única carta escrita — o dictada — de un tirón por Pablo o es, más bien, el resultado de fundir una serie de cartas enviadas sucesivamente por el Apóstol a los corintios en el curso de unas relaciones que se volvieron por momentos difíciles y conflictivas?


En el primero de los supuestos apuntados — que ha sido sostenido acríticamente durante siglos por la inmensa mayoría de lectores y comentaristas de la carta — , Pablo haría recuento y balance final de lo sucedido entre él y la iglesia de Corinto durante los meses siguientes al envío de la primera carta. Eso habría ocurrido entre los años 54 y 56 d. C., según las distintas cronologías sobre la vida de Pablo. En el trascurso de esos meses, no sólo no se habrían resuelto los problemas existentes, sino que habrían surgido otros nuevos. Ciertos misioneros cristianos procedentes de Judea, y con un pretendido respaldo de los apóstoles de Jerusalén, habían llegado a Corinto donde comenzaron a minar la autoridad de Pablo poniendo en duda su condición de apóstol y anunciando un mensaje distinto, al menos en parte, al proclamado por Pablo (ver 2Co 11:4-5; 2Co 11:12-15). Parece que entonces Pablo realizó una breve visita (2Co 2:1) que no tuvo éxito; es más, durante esa visita el propio Pablo o uno de sus colaboradores debió ser objeto de una grave ofensa sin que la comunidad reaccionara (2Co 2:5). A raíz de esta infructuosa visita, Pablo les escribe una carta llena de emoción y severidad que el propio Apóstol dice haber escrito con el corazón lleno de angustia y anegado en lágrimas (2Co 2:4). Una carta que se habría perdido.


Esta carta y los buenos oficios de Tito, probable portador de ella, provocaron afortunadamente un cambio radical en la comunidad: se castiga al ofensor, se restablece la autoridad de Pablo, se recuperan las buenas relaciones. Las noticias del cambio llenan de alegría a Pablo que, a la vez gozoso y apasionado, escribe de nuevo a los corintios. La batalla ha sido dura y es preciso restañar heridas y apuntalar el edificio que ha quedado tambaleante. Este sería, en el supuesto de una única carta, el marco histórico de 2 Co.


Pero en los últimos tiempos se ha ido abriendo paso entre los estudiosos paulinos, cada vez con más fuerza, un segundo supuesto: a saber, 2 Co no sería una única carta, sino varias cartas reunidas por un redactor postpaulino bastantes años después de la muerte del Apóstol. Se habla de tres, de cuatro y hasta de cinco cartas fundidas en una sola. La primera, en orden cronológico, se conservaría en 2Co 2:142Co 7:4 y en ella Pablo sale en defensa de su ministerio apostólico, a la vez que se esfuerza en desenmascarar a los falsos apóstoles. La segunda estaría representada por 2Co 10:1-182Co 13:1-14 y según muchos autores habría que identificarla con la llamada “carta de las lágrimas”. La tercera sería la carta de reconciliación que Pablo escribe a los corintios una vez que ha recibido de Tito las buenas noticias sobre el cambio de actitud de la Iglesia de Corinto. Si no la carta completa, al menos sus pasajes más importantes se conservarían en 2Co 1:12Co 2:17 y 2Co 7:5-16. Finalmente, en 2Co 8:1-242Co 9:1-15 tendríamos al menos el núcleo de otras dos breves cartas de Pablo a los corintios con ocasión de la colecta a favor de las iglesias necesitadas de Judea. Algunos autores piensan que únicamente el capítulo 2Co 9:1-15 es una carta independiente; el capítulo 2Co 8:1-24 formaría en su origen parte de la llamada “carta de reconciliación”.


¿Qué decir de este segundo supuesto? ¿Cómo se desarrollaron realmente las cosas? No hay que descartar la hipótesis de varias cartas; al contrario, tiene grandes probabilidades de ser correcta en líneas generales. Sin embargo, no se ha dicho la última palabra sobre el tema; la cuestión sigue abierta y si la hipótesis de la unidad presenta dificultades, tampoco carece de ellas la de la fragmentación.


En cualquier caso, ya los más antiguos mss. nos transmiten la carta como un escrito unitario. Así la han leído los cristianos de todos los tiempos y así podemos seguir leyéndola hoy, habida cuenta de que los acontecimientos, los protagonistas y la enseñanza fundamental son los mismos, haya sido uno u otro su proceso de composición y formación.


2. Peculiaridades de la carta


2 Co es tal vez el escrito que mejor refleja la personalidad humana y apostólica de Pablo. Es también una fuente inestimable de datos acerca del Apóstol, de su vida azarosa y enamorada de Cristo. Por ella conocemos su colosal esfuerzo misionero repleto de fatigas y peligros, su amor apasionado a Cristo y a la Iglesia, la preocupación por las distintas iglesias cristianas fundadas por él (que era como un fuego que lo devoraba por dentro), las extraordinarias experiencias místicas con que fue agraciado, su enfermedad crónica cuya curación pedía insistentemente al Señor... y los inigualables contrastes de su personalidad excepcional: al mismo tiempo audaz y tímido, sereno y apasionado, prudente y arrebatado, activo y contemplativo, afectuoso y sarcástico, delicado y exigente.


Y en línea con las peculiaridades y circunstancias de la carta, está el estilo, que es directo, patético, apasionado. En ocasiones la pasión roba claridad al discurso. Nos encontramos con expresiones oscuras, con complicadas construcciones gramaticales, con interrupciones desconcertantes en el proceso del pensamiento. Pero 2 Co recompensa con creces el esfuerzo que exige su lectura, pues nos revela mejor que ninguna otra carta el carácter y el corazón de Pablo.


3. Contenido de la carta


Cualquiera que sea el proceso de composición de 2 Co — una o varias cartas — , hay un tema que, de una u otra forma, recorre casi todas las páginas del escrito: el del ministerio apostólico y la distinta manera que tienen de entenderlo, por una parte Pablo y por otra los misioneros que han arribado a Corinto procedentes de Judea. Primero en un tono cálido, paternal y persuasivo (ver 2Co 6:11-13; 2Co 7:2-4), y más adelante de forma áspera, agresiva y amenazante (2Co 10:1-182Co 13:1-14) — ¿ha cambiado la situación y se trata de una carta distinta? — , Pablo reflexiona y hace reflexionar a los corintios sobre cómo debe ser y desarrollarse la tarea misionera del verdadero apóstol de Cristo. Una tarea que está rodeada de grandezas y miserias, que lleva consigo riesgos y compensaciones, que puede causar tristezas y alegrías. Pablo lo resume magníficamente en una frase: se trata de un tesoro que guardamos en vasijas de barro (2Co 4:7), frase que encuentra a su vez el mejor comentario en 2Co 12:9 cuando Jesús le dice al Apóstol: mi fuerza se realiza plenamente en lo débil.


Por lo demás, tal como ha llegado hasta el presente, 2 Co se abre con una solemne acción de gracias y una serie de explicaciones de Pablo sobre sus proyectos apostólicos en relación con los corintios (2Co 1:12Co 2:13). Sigue una extensa reflexión sobre el ministerio apostólico, reflexión que puede considerarse la parte central de la carta (2Co 2:142Co 7:16). Vienen luego los dos capítulos dedicados a la colecta a favor de los creyentes necesitados de Judea (2Co 8:1-242Co 9:1-15). Y con un brusco cambio de tono (difícilmente explicable, por lo demás, dentro de la misma carta), Pablo pasa a redactar una vigorosa defensa de su autoridad y sus derechos de apóstol frente a los competidores que le han salido en Corinto y a los que califica irónicamente de “superapóstoles” (2Co 10:12Co 13:10). Una conclusión breve y de talante más bien frío cierra la carta (2Co 13:11-13).


4. Estructura de la carta


— Introducción (2Co 1:1-7)


I. — PABLO Y LA IGLESIA DE CORINTO (2Co 1:82Co 2:13)


II. — EL MINISTERIO APOSTÓLICO (2Co 2:142Co 7:16)


III. — COLECTA A FAVOR DE LOS CREYENTES DE JUDEA (2Co 8:1-242Co 9:1-15)


IV. — PABLO DEFIENDE SU MISIÓN APOSTÓLICA (2Co 10:12Co 13:10)


— Conclusión (2Co 13:11-13)


Fuente:

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Notas

II Corintios 1,11Co 1:1-2.


II Corintios 1,1— en Corinto: Ver Introducción a 1 Co y nota a 1Co 1:2.

— creyentes: Lit. santos. Ver nota a Rom 1:7.

— Acaya: Ver nota a Rom 15:26.
II Corintios 1,2Rom 1:7; 1Co 1:3.
II Corintios 1,3Isa 40:1; Sal 34:18; Sal 94:19; Rom 15:5.
II Corintios 1,4— hemos recibido: En este capítulo y a lo largo de toda la carta, Pablo utiliza con frecuencia la primera persona del plural, alternando en ocasiones con la primera del singular. Es un proceder un tanto sorprendente que no siempre tiene fácil explicación. No hay que descartar que el Apóstol quiera referirse también a sus colaboradores más inmediatos, especialmente a Timoteo; en bastantes ocasiones, sin embargo, cabe pensar que el protagonista es única o casi únicamente Pablo, por lo que a veces se ha preferido traducir en primera persona singular.
II Corintios 1,42Co 8:2; Jua 16:33; 1Co 12:26; Col 1:24.
II Corintios 1,5— consuelo: El término “consuelo” (y sus afines), tan reiteradamente utilizado por Pablo en este pasaje, puede traducirse también por “ánimo”, “ayuda”; tiene un buen referente en Isa 40:1 y designa, sobre todo en el NT, la alegría que proporciona el anuncio de la buena noticia.
II Corintios 1,8— he tenido: Aunque en todo este pasaje (2Co 1:8-11) Pablo utiliza la primera persona del plural, se ha preferido traducir en singular de acuerdo con nota a 2Co 1:4.

— de Asia: Ver nota a Rom 16:5. En cuanto al peligro de muerte al que alude aquí Pablo, no es posible determinar con precisión y certeza a qué se refiere el Apóstol.
II Corintios 1,9Flp 2:27; 2Ti 4:18.
II Corintios 1,10— continuará: Bastantes mss., aunque no los más antiguos y mejores, dicen: y continuará librándonos ahora.
II Corintios 1,112Co 4:15; 2Co 9:11-12.
II Corintios 1,121Co 1:17; 1Co 2:1.
II Corintios 1,12— sencillez: Según variante sostenida por bastantes de los mejores y más antiguos mss., habría que leer: rectitud (o santidad).
II Corintios 1,13— segundas intenciones: Lit. no les escribimos algo diferente de lo que realmente leen y entienden.
II Corintios 1,14— el día... en que se manifieste: Ver notas a 1Co 1:7-8.
II Corintios 1,15— obsequio: Lit. gracia. Otros mss., entre ellos algunos importantes, dicen: daros la alegría.
II Corintios 1,162Co 1:23; 2Co 2:1; Hch 19:21; 1Co 16:5-6.
II Corintios 1,16— Macedonia: Ver nota a Rom 15:26.
II Corintios 1,17Mat 5:37; Stg 5:12.
II Corintios 1,19— Silvano: Sin duda, el mismo personaje a quien Hch 15:22-40 llama Silas.
II Corintios 1,20— Amén: Palabra aramea transcrita lit. al griego y a otras lenguas. Originalmente expresa la fidelidad de Dios con respecto al ser humano y se usa sobre todo en la liturgia para indicar que el creyente se siente seguro de dicha fidelidad (ver Rom 16:27; 1Co 14:16; Apo 5:14). Ver también VOCABULARIO BÍBLICO.
II Corintios 1,211Jn 2:20; 1Jn 2:27.
II Corintios 1,21— consagró. Lit. nos ungió. La unción con aceite de oliva se utiliza en el AT para consagrar a una persona como rey o como sacerdote; simboliza el Espíritu divino (Éxo 28:41; 1Sa 16:13; Isa 61:1).
II Corintios 1,22— prenda: Lit. arras, es decir, anticipo de un pago como garantía de que también el resto se pagará a su tiempo (2Co 5:5; Efe 1:14; ver Rom 8:23).