Gálatas 4 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 31 versitos |
1 Digo, pues, que, mientras el heredero es menor de edad, en nada se distingue de un esclavo. Cierto que es dueño de todo,
2 pero tiene que estar sometido a tutores y administradores hasta el momento fijado por el padre º.
3 Lo mismo sucede con nosotros: durante nuestra minoría de edad nos han esclavizado las realidades mundanas º.
4 Pero, al llegar el momento cumbre de la historia *, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer º, nacido bajo el régimen de la ley, º
5 para liberarnos del yugo de la ley y alcanzarnos la condición de hijos adoptivos de Dios. º
6 Y prueba de que ustedes son hijos es que Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a sus corazones; y el Espíritu clama: “¡Abba!”, es decir, “¡Padre!” º.
7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo. Y como hijo que eres, Dios te ha declarado también heredero.
8

Inquietud de Pablo por la actitud de los Gálatas

En otro tiempo no conocían a Dios y estaban al servicio de falsos dioses. º
9 Pero ahora que ya conocen a Dios o, mejor dicho, ahora que Dios los conoce, ¿cómo es que vuelven a dejarse esclavizar por esas realidades mundanas º que no tienen fuerza ni valor? º
10 Todavía celebran como fiestas religiosas ciertos días, meses, estaciones y años º. º
11 Mucho me temo que mis sudores entre ustedes hayan sido baldíos.
12 Por favor, hermanos, compórtense como yo, pues también yo me he adaptado a ustedes. Ninguna ofensa sufrí de ustedes entonces. º
13 Ya saben que fue una enfermedad º la que me dio la oportunidad de anunciarles por vez primera el mensaje evangélico.
14 Y, aunque mi estado físico debió de ser una dura prueba para ustedes, no me despreciaron ni sintieron asco de mí. Al contrario, me acogieron como a un mensajero de Dios, como si fuera el mismo Cristo Jesús. º
15 ¿Qué ha sido de aquel entusiasmo? Porque estoy seguro de que ustedes hasta los ojos se habrían arrancado, a ser posible, para dármelos a mí.
16 ¿He pasado entonces a ser enemigo por haberles dicho la verdad?
17 Esa gente º muestra mucho interés por ustedes, pero no es un interés de buena ley. Lo que buscan es aislarlos de mí para que no tengan más remedio que seguirlos.
18 Deberían ustedes interesarse por hacer el bien en todo momento y no sólo cuando yo me encuentro entre ustedes.
19 Hijos míos, estoy sufriendo, como si de nuevo los estuviera dando a luz, hasta que Cristo tome forma definitiva en ustedes.
20 Me gustaría estar ahora entre ustedes y emplear el tono adecuado, pues verdaderamente no sé cómo tratarlos.
21

Alegoría de Sara y Agar

Ustedes, los que se empeñan en vivir bajo la ley de Moisés, díganme: ¿han escuchado acaso lo que dice?
22 Porque en ella está escrito que Abrahán tuvo dos hijos: uno de su esclava y otro de su esposa, que era libre. º
23 El de la esclava nació siguiendo el curso normal de la naturaleza º; el de la libre, en cambio, en virtud de una promesa divina. º
24 Esto tiene un significado más profundo: las dos mujeres representan dos alianzas. Una —simbolizada en Agar— proviene del monte Sinaí, y engendra esclavos.
25 Noten, en efecto, que Agar hace referencia al monte Sinaí, el cual está en Arabia, y es figura de la actual Jerusalén º, que sigue siendo esclava junto con sus hijos. º
26 Pero la Jerusalén celestial es libre, y esa es nuestra madre. º
27 Pues dice la Escritura: Alégrate tú, la estéril, la que no tienes hijos; salta de júbilo y clama, tú que no has experimentado los dolores de parto. Porque van a ser muchos más los hijos de la abandonada, que los de aquella que tiene marido. º
28 Hermanos, ustedes º, como Isaac, son hijos en virtud de la promesa.
29 Pero lo mismo que entonces el hijo que nació siguiendo el curso normal de la naturaleza no cesaba de hostigar al que nació en virtud del Espíritu, así ocurre ahora.
30 Y ¿qué dice la Escritura?: Echa de casa a la esclava y a su hijo, porque el hijo de la esclava no ha de compartir la herencia con el hijo de la libre. º
31 En una palabra, hermanos: no somos hijos de la esclava, sino de la libre º.

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Introducción a Gálatas

INTRODUCCIÓN


1. Pablo y los cristianos de Galacia


Galacia era una extensa región situada en el centro de Asia Menor. Sus habitantes, de origen céltico, descendían de las tribus de la antigua Galia. En el año 25 a. C., el emperador Augusto la constituyó provincia romana con Ancira, Pesinonte y Tavio como ciudades más importantes. A la Galacia propiamente dicha — la Galacia del Norte — se incorporaron algún tiempo después otros territorios y ciudades — Iconio, Derbe, Listra — dando lugar a la Galacia del Sur.


Pablo evangelizó estos territorios y ciudades del sur en el curso de su primer viaje misionero (ver Hch 13:13Hch 14:24). Los del norte debieron ser evangelizados durante el segundo viaje misional del Apóstol, probablemente hacia el año 49 d. C.; así lo deja sobreentender, aunque muy escuetamente, Hch 16:6. Según el propio Pablo (ver Gál 4:13) debió ser una grave e inesperada enfermedad la que lo obligó a detenerse un tiempo entre los gálatas y le proporcionó la ocasión de evangelizarlos. Fue una experiencia inolvidable que Pablo recordará con añoranza cuando las relaciones con los gálatas entren en una profunda crisis (Gál 4:13-14).


2. La crisis gálata


Todo fue bien durante algún tiempo. Pero en un determinado momento ciertos cristianos procedentes del judaísmo — los llamados “judaizantes” por cuanto exigían a los creyentes en Cristo la observancia de las prescripciones de la ley de Moisés, en especial la práctica de la circuncisión — se hicieron presentes en Galacia. Allí trataron de imponer sus criterios. Alardeaban de estar apoyados doctrinalmente por los apóstoles de Jerusalén y consideraban que Pablo no era un verdadero apóstol, pues no pertenecía al grupo de los Doce y, además, su versión del evangelio no destacaba suficientemente los aspectos morales de la conducta cristiana. Estos cristianos judaizantes tuvieron éxito. Consiguieron ganar a los gálatas para sus puntos de vista, haciéndoles desconfiar de Pablo y separándolos de la órbita del Apóstol.


A Pablo no le preocupa que lo ataquen o lo desprestigien personalmente. Pero sí le preocupa, y mucho, el daño que pueda hacerse a las jóvenes iglesias cristianas si se tergiversa el auténtico mensaje evangélico y, por consiguiente, si el movimiento iniciado por Jesús de Nazaret se convierte en un movimiento formalista y ritual, en una especie de secta judía en la que las prácticas exteriores constituyan el más importante, si no el único, camino de salvación. El peligro es, pues, serio. Pablo hubiera querido acudir personalmente a resolver la situación (Gál 4:20), pero algo se lo impidió y una vez más tuvo que emplear el recurso de la carta.


3. La carta y sus peculiaridades


Gálatas (en adelante se utilizará preferentemente la abreviatura Ga) es una carta singular. Lo es por estar dirigida no a una sino a varias comunidades cristianas, por contener abundantes y muy interesantes datos autobiográficos, por su carácter tremendamente polémico y por lo transcendental de su mensaje.


Nadie, ni en la antigüedad ni en tiempos más recientes, ha puesto en duda la autenticidad paulina de Ga. Sus preciosos datos autobiográficos, su estilo y sus ideas no admiten más autor que Pablo. Toda ella es una inmensa rúbrica paulina. Incluso cabe pensar que la escribió el propio Pablo de puño y letra, si no toda ella, al menos los párrafos finales (ver Gál 6:11). Por lo que se refiere a los recursos estilísticos utilizados, son de lo más variado: reconstrucciones históricas (Gál 1:11Gál 2:14), evocaciones personales (Gál 4:13-16), citas del AT (Gál 3:6-13), procedimientos exegéticos de corte rabínico (Gál 3:15-22; Gál 4:21-31), observaciones irónicas que rozan con lo sarcástico (Gál 5:12). Maldice, (Gál 1:9), apostrofa (Gál 3:1-15), recrimina sin respetos humanos (Gál 2:14), pero también ruega con dulzura y delicadeza (Gál 4:12; Gál 4:19). Hay que resaltar un detalle sin duda muy significativo: la acción de gracias habitual al comienzo de las cartas paulinas ha sido sustituida en Ga por una severa amonestación (Gál 1:6-10).


¿Cuándo y desde dónde escribió Pablo esta carta a las comunidades cristianas de Galacia? No disponemos de datos para responder con precisión a esta pregunta. Tal vez desde Éfeso, entre los años 53-55 d. C. O incluso algo más tarde, de camino hacia Corinto y no mucho antes de la carta a los Romanos que, según una cronología larga para la vida de Pablo, habría sido escrita hacia el año 57 (ver Introducción a Romanos). En cualquier caso, es este un dato más bien irrelevante para la interpretación del mensaje de la carta. Lo mismo que no tiene mayor importancia determinar si la carta tiene como destinatarios a las iglesias de la Galacia del Norte — hipótesis más probable — o más bien a las de la Galacia del Sur.


4. Contenido de la carta


Antes de entrar en el núcleo de la cuestión, Pablo quiere asegurar su condición y su autoridad de apóstol. De esta manera quedará bien claro que el mensaje de salvación por él proclamado, y que los gálatas recibieron, es el auténtico evangelio de Jesucristo y, mal que les pese a los judaizantes, no existe otra doctrina evangélica (Gál 1:7-9). A este propósito se orienta la primera sección de la carta, que es de carácter autobiográfico: Pablo ha sido elegido y llamado por Dios para ser apóstol de todos (Gál 1:11-24), pero especialmente de los paganos; así se lo han reconocido los dirigentes de la iglesia madre de Jerusalén, considerados como columnas de la Iglesia (Gál 2:1-14).


Sobre esta base, Pablo puede ya proclamar, y proclama sin ambages, que el acontecimiento decisivo de la salvación del ser humano es únicamente Cristo (Gál 4:4-7). Y no se puede colocar al lado de Cristo, como un elemento competidor, ninguna otra realidad paralela, en concreto la ley de Moisés, como pretendían los predicadores judaizantes. La ley no salva; por el contrario, esclaviza y es ocasión de pecado ya que dice lo que hay que hacer, pero no proporciona las fuerzas necesarias para hacerlo (Gál 2:15-21). Sólo Jesucristo, aceptado por la fe, es fuente de salvación. Pablo ilumina esta verdad acudiendo a la Escritura y proponiendo como puntos de referencia el ejemplo de Abrahán y la alegoría de Sara y Agar. El patriarca Abrahán se hace agradable a Dios no por sus méritos, sino por haberse fiado plenamente de Dios y de sus promesas (Gál 3:15-18). Agar y Sara, por su parte, tipifican, respectivamente, al judaísmo como religión de la esclavitud y al cristianismo como religión de la libertad (Gál 4:21-31).


En el tramo final de la carta (Gál 5:2Gál 6:10) Pablo saca las consecuencias de lo dicho. Aceptar a Cristo y su mensaje mediante la fe nos hace “personas libres” y “nuevas criaturas”. Pero al mismo tiempo comporta una serie de exigencias para la vida cristiana que el Apóstol formula en dos frases lapidarias: ¡No utilicen esa libertad como tapadera de apetencias puramente humanas! Al contrario, háganse esclavos los unos de los otros por amor (Gál 5:13); y aquella otra: Lo que cuenta es la fe, que actúa por medio del amor (Gál 5:6).


Concluye Pablo la carta de forma apasionada, escueta y exigente. Sin saludos personales, pero con un hermanos, único en las cartas paulinas, que es como un grito de angustia y, a la vez, de confianza en que los gálatas recapacitarán y volverán al único y auténtico mensaje de Cristo (Gál 6:11-18).


5. Protagonismo histórico-teológico de Gálatas


En el curso de la historia del cristianismo Ga ha sido, un poco como Jesucristo, “piedra de escándalo y signo de contradicción”. Ha sido llamada con toda justicia “la carta magna de la libertad cristiana” y, al margen de interpretaciones más o menos radicales, este singular escrito paulino se ha enfrentado y se seguirá enfrentando permanentemente a todo lo que signifique hipocresía o formulismo en el seno de la Iglesia cristiana. Siempre que la vida cristiana, tanto individual como comunitaria, se sienta amenazada por actitudes legalistas capaces de esterilizarla totalmente, será bueno volver, por parte de todos, a la lectura y meditación serias, sin condicionamientos ni prejuicios históricos, de ese singular escrito que es Ga.


6. Estructura de la carta


— Introducción (Gál 1:1-10)


I. — AUTORIDAD APOSTÓLICA DE PABLO (Gál 1:11Gál 2:21)


II. — SALVADOS POR LA GRACIA Y LA FE (Gál 3:1-29Gál 4:1-31)


III. — LA VERDADERA LIBERTAD CRISTIANA (Gál 5:1Gál 6:10)


— Conclusión (Gál 6:11-18)


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Notas

Gálatas 4,2— fijado por el padre: No aclara Pablo si habla según el derecho romano o el griego. Es probable que se trate de este último, conforme al cual era el padre (y no la ley) quien fijaba la fecha de la mayoría de edad de su hijo.


Gálatas 4,3— realidades mundanas: O bien: potencias cósmicas (lit. elementos del mundo). Expresión cuyo significado es un tanto difícil de precisar. Pablo utiliza el vocablo griego “estoigeia” (que aquí se traduce por elementos, realidades, potencias) en este mismo contexto (Gál 4:9) y en Col 2:8; Col 2:20. También lo encontramos en Heb 5:12. En todos estos lugares parece evocar un sentido de fragilidad y de transitoriedad en oposición a la consistencia de la salvación aportada por Cristo.
Gálatas 4,4Efe 1:10; (ver Mar 1:15).
Gálatas 4,4— el momento cumbre de la historia: Lit. cuando llegó la plenitud del tiempo. Expresión tomada de la literatura apocalíptica judía.

— nacido de mujer: El único lugar de las cartas paulinas en que se alude a la madre de Jesús.
Gálatas 4,5Gál 3:13; Gál 3:26.
Gálatas 4,7— Abba, Padre: Ver nota a Rom 8:15.
Gálatas 4,82Cr 13:8; Isa 37:19; Jer 2:11; 1Co 8:4-6.
Gálatas 4,9— realidades mundanas: Ver nota a Gál 4:3.
Gálatas 4,91Co 8:3.
Gálatas 4,10Rom 14:5; Col 2:16-23.
Gálatas 4,10— y años: Lo más probable es que se trate de fiestas judías. Algunos piensan que Pablo alude también a ciertos ritos de origen sincretista en relación con el culto a los astros.
Gálatas 4,121Co 4:16; 1Co 9:20-22.
Gálatas 4,13— una enfermedad: Se desconoce la naturaleza concreta de esta enfermedad. El contexto insinúa una enfermedad con manifestaciones externas de aspecto desagradable: úlceras, llagas supurantes, etc. Tampoco existen sólidos puntos de apoyo para relacionar este pasaje con 2Co 12:7-9 (ver nota a ese texto).
Gálatas 4,14Mat 10:40; Jua 13:20; 1Co 2:3-5.
Gálatas 4,17— esa gente: Este es el sujeto que se sobreentiende en el texto griego y que parece referirse a los judaizantes de quienes se habla en Gál 1:6.
Gálatas 4,22Gén 16:15; Gén 21:2.
Gálatas 4,23— el curso normal de la naturaleza: Lit. según la carne. El vocablo carne no tiene aquí el sentido peyorativo que tiene en otros pasajes de las cartas paulinas (ver nota a Rom 7:5).
Gálatas 4,23Gén 17:16; Rom 9:7-9.
Gálatas 4,25— de la actual Jerusalén: Ver Mat 23:37 y Luc 13:34, donde Jerusalén aparece también como personificación del judaísmo.
Gálatas 4,25Jua 8:33-35.
Gálatas 4,26Heb 12:22; Apo 3:12; Apo 21:2; Apo 21:10.
Gálatas 4,27Isa 54:1.
Gálatas 4,28— ustedes: Numerosos mss., entre ellos algunos de los más antiguos y mejores, dicen: nosotros, hermanos, somos.
Gálatas 4,30Gén 21:10.
Gálatas 4,31— de la libre: Todo el pasaje de Gál 4:21-31 constituye un magnífico ejemplo de cómo Pablo comentaba de vez en cuando la Escritura al estilo rabínico de su tiempo.