Colosenses 4 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 18 versitos |
1 Amos, concedan de buen grado a los esclavos cuanto sea justo y conveniente, sabiendo que también ustedes tienen un amo en el cielo.
2

Conclusión (4:2-18)

Exhortaciones

Entréguense a la oración con espíritu vigilante y corazón agradecido. º
3 Y rueguen también a Dios por nosotros para que nos facilite la tarea de anunciar el plan de Dios * realizado en Cristo, por el cual me encuentro ahora encarcelado º, º
4 y que tengo que dar a conocer convenientemente.
5 Pórtense sabiamente con los no cristianos y aprovechen el momento presente. º
6 En sus conversaciones sean siempre amenos y simpáticos dando a cada uno la respuesta oportuna.
7

Noticias

De mi situación les informará Tíquico º, el hermano querido y fiel compañero mío en el servicio cristiano.
8 Se lo envío expresamente para que tengan noticia de mis cosas y para que los anime.
9 Con él va Onésimo º, paisano de ustedes, no menos fiel y querido. Ellos les informarán de todo cuanto sucede por aquí.
10 Los saluda Aristarco *, mi compañero de prisión, y Marcos º, el primo de Bernabé. En caso de que Marcos vaya a visitarlos, acójanlo con cariño según les indiqué.
11 Los saluda Jesús, de sobrenombre Justo. Entre los conversos del judaísmo, sólo estos tres trabajan conmigo en la extensión del reino de Dios, y no ha sido pequeña la satisfacción que me han proporcionado.
12 Saludos de Epafras º, paisano de ustedes y siervo de Cristo Jesús; es de ver con qué ahínco ruega por ustedes para que se mantengan firmes en el pleno y perfecto cumplimiento de la voluntad de Dios.
13 Soy testigo de lo mucho que se preocupa por ustedes, y también por los de Hierápolis y Laodicea º.
14 Los saludan Lucas º, el médico tan querido, y Dimas.
15 Saludos a los hermanos de Laodicea, a Ninfa y a la iglesia que se reúne en su casa. º
16 Cuando hayan leído esta carta, procuren que sea leída también en la iglesia de Laodicea; y, en cuanto a ustedes, lean también la que les llegue de Laodicea º.
17 Díganle a Arquipo º que desempeñe con esmero el ministerio que el Señor le ha encomendado.
18 Este saludo final es de mi puño y letra: Pablo. No olviden que estoy preso º. Que la gracia de Dios esté con ustedes. º

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Introducción a Colosenses

INTRODUCCIÓN


1. Pablo y Colosas


Colosas era en tiempos de Pablo una pequeña ciudad situada en el valle del río Lico a unos 180 km al este de Éfeso. Rica y floreciente en tiempos de Herodoto y Jenofonte, ahora vivía más bien a la sombra de sus vecinas Hierápolis y Laodicea, con las que habitualmente se la asociaba (ver Col 2:1; Col 4:13; Col 4:15-16). Además, en el año 61 d. C. fue arrasada por un violento terremoto.


Parece que Pablo no evangelizó personalmente Colosas. Según los datos de la propia carta, habría sido Epafras, discípulo muy apreciado del Apóstol y con quien incluso compartió prisión durante algún tiempo (ver Flm 1:23), quien anunció el mensaje cristiano tanto en Colosas como en Hierápolis y Laodicea (ver Col 1:7-8; Col 4:12-13). Si, pues, la carta a los Colosenses ha de atribuirse al propio Pablo, el Apóstol, la habría dirigido a creyentes que le eran personalmente desconocidos. Lo que sí parece cierto es que estos cristianos procedían en su inmensa mayoría del paganismo.


2. Marco histórico y peculiaridades de la carta


¿Es Colosenses (en adelante se utilizará preferentemente la abreviatura Col) una carta escrita por el propio Pablo, como se ha sostenido de manera unánime hasta el siglo XIX, o hay que colocarla en el grupo de las llamadas “deuteropaulinas”? Es una pregunta de no fácil respuesta. Hoy las opiniones están divididas, si bien la balanza se inclina ligeramente a favor de que haya sido escrita por un discípulo de Pablo, profundo conocedor de su doctrina.


Si hemos de mantener a Pablo como autor directo de la carta, la habría escrito encontrándose encarcelado (Col 4:4; Col 4:10; Col 4:18). ¿En Éfeso? ¿En Cesarea del Mar? ¿En Roma? Todas estas posibilidades existen y todas tienen sus partidarios. En consecuencia, la fecha de composición oscilaría entre los años 55 y 62 d. C., aproximadamente. La prisión romana como lugar, los primeros años de la década de los 60 como tiempo y la probable utilización de un secretario para redactar la carta, explicarían suficientemente la evidente diferencia de vocabulario y contenido con respecto a las cartas de la primera época paulina. Si, por el contrario, hay que pensar como autor real en alguien perteneciente a la escuela de Pablo, es prácticamente imposible precisar tiempo y lugar de composición. Ciertamente, no muchos años después de la muerte del Apóstol y antes de la carta a los Efesios, con la que tiene un sorprendente parecido y a la que parece haber inspirado en varios puntos.


En cualquier caso, el motivo de la carta es que en la iglesia de Colosas han hecho aparición ciertas doctrinas erróneas que mezclaban las especulaciones judías acerca de los ángeles con algunos elementos propios de la filosofía griega. Como resultado de este sincretismo religioso, Cristo estaba siendo reducido a uno más entre los diversos poderes de los que Dios se había servido para crear el universo (Col 2:16-23). La fe en Jesucristo, a su vez, se estaba convirtiendo en un mero escalón para ascender a superiores niveles de conocimiento. Pablo, o un discípulo suyo, sale al paso de esta doctrina con una carta en la que afirma contundentemente la suficiencia de la obra salvadora de Cristo y la unicidad y plenitud de su señorío.


Aparte de la semejanza con Efesios a la que hemos aludido más arriba (la misma estructura literaria, la misma temática fundamental, las mismas palabras clave, los mismos o parecidos errores que se combaten), Col ha sido relacionada también con Filemón y Romanos. Con Filemón, en concreto, tiene en común la lista de colaboradores, prácticamente los mismos, consignada en el tramo final de ambas cartas (ver Col 4:10-14 y Flm 1:23-24).


3. Contenido de la carta


Comienza la carta con el saludo acostumbrado y la habitual acción de gracias, a los que acompaña esta vez una sentida plegaria a favor de los cristianos de Colosas (Col 1:1-14). Sigue la parte doctrinal de la carta que comprende: una exposición acerca de la naturaleza de Cristo y del lugar que ocupa en el plan salvífico de Dios (Col 1:15-23); una reflexión sobre el papel que corresponde a Pablo en este proyecto salvador de Dios en Cristo (Col 1:24Col 2:5); y una llamada de atención frente a los falsos maestros de sabiduría que pretenden desbancar a Jesucristo y su mensaje a través de doctrinas y prácticas absolutamente incompatibles con el evangelio (Col 2:6-21).


La segunda parte de la carta reviste un carácter netamente exhortativo. El autor pide a sus lectores que incorporen a su vida sin pérdida de tiempo los valores del evangelio de la gracia. Eso significa que han de vivir una vida nueva unidos a Cristo resucitado (Col 3:1-17), que han de comportarse familiar y socialmente como exige el mensaje que les ha sido proclamado (Col 3:18Col 4:1) y que han de cultivar toda clase de virtudes, también las humanas (Col 4:2-6).


Concluye la carta con las noticias y saludos de rigor (Col 4:7-18) que en este caso ponen a Col particularmente en relación (real o tal vez sólo ficticia) con Efesios (Efe 6:21) y Filemón (Flm 1:2; Flm 1:10; Flm 1:23-24).


4. Estructura de la carta


— Introducción (Col 1:1-14)


I. — EL MISTERIO SALVADOR DE CRISTO (Col 1:15Col 2:5)


II. — FALSOS MAESTROS Y FALSAS DOCTRINAS (Col 2:6-23)


III. — LA NUEVA VIDA EN CRISTO (Col 3:1Col 4:1)


— Conclusión (Col 4:2-18)


Fuente:

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Notas

Colosenses 4,2Rom 12:12; Efe 6:18; Flp 4:6; 1Ts 5:17-18.


Colosenses 4,3— el plan de Dios: Lit. el misterio. Ver nota a Efe 1:9.

— encarcelado: Ver Introducción a la carta.
Colosenses 4,3Rom 15:30-31; Efe 6:19; 1Ts 5:25; 2Ts 3:1.
Colosenses 4,51Ts 4:12; 1Pe 2:12; Efe 5:16.
Colosenses 4,7— Tíquico: Aparece en Hch 20:4 acompañando a Pablo, y en Efe 6:21-22 donde el autor de la carta se refiere a él casi con las mismas palabras que en este pasaje de Colosenses. Se menciona también en 2Ti 4:12 y Tit 3:12.
Colosenses 4,9— Onésimo: En la carta a Filemón es, junto con el destinatario, el otro protagonista de dicha carta (Flm 1:10; Flm 1:15).
Colosenses 4,10— Aristarco: Según Hch 19:29, acompañó a Pablo durante su estancia en Éfeso y más tarde, junto con otros colaboradores (Hch 20:4), en el viaje a Macedonia y a Grecia.

— Marcos: Ver nota a Hch 12:12.
Colosenses 4,12— Epafras: Ver Introducción a la carta; ha sido mencionado ya en Col 1:7.
Colosenses 4,13— Hierápolis y Laodicea: Ver segunda nota a Hch 16:6.
Colosenses 4,14— Lucas y Dimas: Por lo que se refiere a Lucas, una antigua tradición lo vincula estrechamente con Pablo y le atribuye la composición del tercer Evangelio y del libro de los Hechos. Se menciona también en 2Ti 4:10-11 y Flm 1:24. En cuanto a Dimas, aparece en estos dos últimos pasajes junto a Lucas.
Colosenses 4,15Rom 16:5; Flm 1:2.
Colosenses 4,16— de Laodicea: Clara referencia a una carta que el autor de Colosenses habría enviado a los cristianos de Laodicea y que, o bien se ha perdido, o bien podría ser (como sostienen algunos) la que se conserva como carta a los Efesios.
Colosenses 4,17— Arquipo: Un personaje con el mismo nombre se menciona en Flm 1:2.
Colosenses 4,18— estoy preso: Ver Introducción a la carta y Col 4:3, ver también Efe 3:1; Efe 4:1; Efe 6:20; Flp 1:7; Flm 1:9; Flm 1:13; 2Ti 1:8; 2Ti 2:9.
Colosenses 4,181Co 16:21; Gál 6:11; 2Ts 3:17; (ver Flm 1:19).