I Pedro 5 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 14 versitos |
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IV.— CONSEJOS DIVERSOS (5:1-14)

A los dirigentes de la Iglesia

Esto es lo que les pido a quienes los dirigen, º yo, que comparto con ellos la tarea y soy testigo de la pasión de Cristo y partícipe de la gloria que está a punto de revelarse: º
2 apacienten el rebaño de Dios confiado a cargo de ustedes; cuídenlo *, no a la fuerza o por una rastrera ganancia, sino gustosamente y con generosidad, como Dios quiere º; º
3 no como dictadores sobre quienes estén a cargo de ustedes, sino como modelos del rebaño. º
4 Y el día en que se manifieste el Pastor supremo recibirán ustedes el premio º imperecedero de la gloria. º
5

A los fieles

En cuanto a ustedes, jóvenes, respeten a sus mayores º. Que la sencillez presida sus mutuas relaciones, pues Dios hace frente a los orgullosos y concede, en cambio, su favor a los humildes. º
6 Así que sométanse al poder de Dios, para que él los encumbre en el momento oportuno.
7 Confíenle todas sus preocupaciones, ya que él se preocupa de ustedes. º
8 No se dejen seducir ni sorprender. El diablo, que es el enemigo de ustedes, ronda como león rugiente buscando a quién devorar. º
9 Resístanlo firmes en la fe, conscientes de que los hermanos dispersos por el mundo soportan los mismos sufrimientos. º
10 Y Dios, fuente de todo bien, que los ha llamado a ustedes a compartir con Cristo su gloria eterna, después de estos breves padecimientos, los restablecerá, los confirmará, los fortalecerá y los colocará sobre una base inconmovible. º
11 Suyo es el poder para siempre. Amén.
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Saludos finales

Por medio de Silvano º, a quien considero hermano de la total confianza de ustedes, les he escrito brevemente para animarlos y asegurarles que esta es la verdadera gracia de Dios. ¡Manténganse en ella!
13 Los saluda la iglesia de Babilonia º, a la que Dios ha elegido, lo mismo que a ustedes. También los saluda mi hijo Marcos. º
14 Salúdense mutuamente con un beso de amor fraternal. Paz a todos ustedes que viven unidos a Cristo º. º

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Introducción a I Pedro

INTRODUCCIÓN


1. Características generales


Este escrito, unánime y constantemente atribuido hasta el siglo XIX al apóstol Pedro, presenta de entrada todas las características de una carta, y de una carta cristiana. Comienza con la mención del remitente y de los destinatarios y con los habituales deseos de gracia y paz (1Pe 1:1-2); en el cuerpo del escrito se incluyen varias indicaciones personales referidas tanto al remitente (1Pe 1:8; 1Pe 2:23-25; 1Pe 5:1-2) como a los destinatarios (1Pe 2:12; 1Pe 2:18; 1Pe 2:25; 1Pe 3:1-5; 1Pe 3:13-17; 1Pe 4:1-6; 1Pe 4:12-17); y el final es también inequívocamente epistolar (1Pe 5:12-14).


Es una carta escrita, como confiesa el propio autor, para animar y asegurar (1Pe 5:12), para exhortar y confirmar en la fe a los destinatarios que parecen estar pasando por momentos de prueba y dificultad. Tiene todas las apariencias de ser una carta circular que ha de ser leída públicamente en las asambleas litúrgicas; así lo sugieren las varias doxologías intercaladas en el curso de la carta (1Pe 1:3-12; 1Pe 4:11; 1Pe 5:10-11). Escrita en un griego de buena calidad (las citas del AT están tomadas de la Biblia griega de los LXX), transmite una sensación tal de seguridad, de entusiasmo y de alegría, que el lector queda cautivado desde el primer momento. Es como un grito de esperanza para tiempos de inclemencia. Alguien ha escrito que es la carta que cabía esperar de aquel a quien Jesús había encomendado la misión de ayudar a los hermanos a permanecer firmes en la fe (Luc 22:32).


2. Marco histórico


Siguen siendo numerosos los biblistas que piensan en el apóstol Pedro como autor responsable personal de la carta. La habría redactado con la ayuda de Silvano (Silas) y tal vez de Marcos (1Pe 5:12-13) poco antes el año 64 d. C., probablemente en Roma, a la que designaría con el nombre simbólico de Babilonia (1Pe 5:13). Los argumentos en contra de tal atribución (la buena calidad del griego, los contactos con la teología paulina, un pretendido desconocimiento de la figura histórica de Jesús, una cristología bastante desarrollada y el ambiente de persecución generalizada contra el cristianismo que se reflejaría en la carta y que no habría tenido lugar hasta los tiempos del emperador Domiciano en la década de los 80) no parecen decisivos, aunque tampoco son desdeñables. En la hipótesis de la no autenticidad petrina, habría que pensar en alguien perteneciente a la “escuela” de Pedro que no muchos años después de la muerte de su maestro se dirige a una serie de iglesias cristianas con problemas; unas iglesias a las que intenta confortar manteniendo vivo el recuerdo y la tradición del apóstol Pedro. La cuestión está aún sin resolver.


En cualquier caso, se trataría de comunidades establecidas en zonas más bien rurales, no muy comunicadas entre sí, compuestas de gente sobre todo humilde — campesinos y pastores (1Pe 2:18-25) — y oriunda en su mayor parte del paganismo (1Pe 1:14; 1Pe 1:18; 1Pe 4:3). Comunidades, sin embargo, que ya han adquirido una cierta familiaridad con la Escritura del AT y que, al menos en parte, podrían situarse en la órbita paulina. La mención del Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia como regiones donde están asentadas las iglesias destinatarias de la carta (1Pe 1:1), puede entenderse en sentido estricto, pero también como representación de un amplio círculo de cristianos que, dispersos en un ambiente hostil, viven una situación de inseguridad y de amenaza constante (1Pe 2:11-12; 1Pe 3:13-17; 1Pe 4:1-6).


3. Contenido


A primera vista puede parecer que la primera carta de Pedro (en adelante se utilizará preferentemente la abreviatura 1 Pe) no aporta nada verdaderamente importante a la teología del NT. Si acaso, la consideración de los cristianos como sacerdocio consagrado, sacerdocio real (1Pe 2:5; 1Pe 2:9) y el dato de la predicación de Jesucristo a los espíritus encarcelados (1Pe 3:19). Pero si bien se mira, 1 Pe constituye una magnífica síntesis de la fe cristiana y de la conducta vinculada a dicha fe. De ahí el interés que actualmente despierta entre los comentaristas del NT.


En líneas generales puede decirse que el tema de la pasión-resurrección de Cristo constituye la clave doctrinal de la carta. Tanto literaria como teológicamente, este tema ocupa el centro de la exposición (1Pe 3:181Pe 4:11) e inspira el resto de las enseñanzas y exhortaciones del autor. Destacan particularmente dos textos cristológicos (1Pe 2:21-25 y 1Pe 3:18-22), que son como dos primitivos credos cristianos. Sobre ellos se hace gravitar la esperanza y casi la seguridad de poder superar cualquier clase de dificultades (1Pe 3:13-17; 1Pe 4:19-19) y de alcanzar la salvación definitiva (1Pe 1:3-12; 1Pe 5:10-11) mediante una vida libremente entregada al servicio de Dios (1Pe 2:16) y de la comunidad humana (1Pe 4:8-11). Este servicio, concretado en una vida santa (1Pe 1:15-16), debe ejercerse en el seno de la Iglesia, el nuevo pueblo de Dios constituido en raza elegida, sacerdocio real, nación consagrada (1Pe 2:9), y compromete absolutamente a todos los cristianos cualquiera sea su condición o situación social (1Pe 1:13-16; 1Pe 2:18; 1Pe 3:1-8; 1Pe 5:1-3; 1Pe 5:5-7).


Y junto al tema de la pasión-resurrección de Cristo, destaca también el de la esperanza. Una esperanza que tiene su origen en Dios (1Pe 1:3), que aspira a una herencia incorruptible e imperecedera en los cielos (1Pe 1:4-5), que es fuente de una vida activa y comprometida (1Pe 1:13) y que está en la raíz del optimismo y confianza que rezuma la carta (1Pe 1:6-9; 1Pe 3:14-15).


4. Estructura


Alternan en la carta breves exposiciones con exhortaciones más extensas, indicativos con imperativos; se repiten términos claves y se observa una cierta disposición simétrica del material. Aun reconociendo la dificultad para establecer una estructura concreta y bien definida, pueden señalarse los siguientes momentos principales de la carta:


— Saludo (1Pe 1:1-2)


I. — UNA HERENCIA RESERVADA EN LOS CIELOS (1Pe 1:3-12)


II. — UN NUEVO ESTILO DE VIDA (1Pe 1:131Pe 2:18)


III. — TRAS LAS HUELLAS DE CRISTO RESUCITADO (1Pe 2:191Pe 4:19)


IV. — CONSEJOS DIVERSOS (1Pe 5:1-14)


Fuente:

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Notas

I Pedro 5,1Hch 11:30; Hch 14:23; Hch 15:2; Hch 4:6; Hch 16:4; Hch 20:17; 1Ti 5:17; Tit 1:5-9.


I Pedro 5,1— los dirigen: El texto griego utiliza el vocablo presbítero, que originalmente significaba anciano, persona de edad avanzada; persona, por tanto, que se supone ha alcanzado una madurez, una experiencia y unos conocimientos especiales. Dentro de la Iglesia cristiana no tardó en considerarse y utilizarse como término técnico para designar un grado de orden ministerial, a saber, el ministro colaborador e inmediatamente inferior al obispo en la jerarquía eclesiástica. No se descarta que en este pasaje de la primera carta de Pedro tenga ya dicho significado; pero no es seguro y por eso se ha preferido adoptar una traducción más en línea con el significado original del vocablo. Ver nota a 1Ti 3:1-2. Por otra parte, el término presbítero debió ser utilizado con una cierta amplitud: a veces se refiere a personas de edad realmente avanzada, por ejemplo en 1Pe 5:5 dentro de este mismo pasaje; pero otras veces se refiere a personas de probada sensatez y madurez de juicio, aunque no tengan muchos años.
I Pedro 5,2— cuídenlo: El texto griego utiliza un vocablo que traducido lit. sería: hagan de obispos. Parece que aquí el término episkopeo no tiene el valor técnico que adquiriría en la Iglesia del siglo II, sino más bien el significado original de vigilar, cuidar de. Ver notas a Flp 1:1 y 1Ti 3:1-2.

— como Dios quiere: Varios manuscritos, alguno de valor, omiten tanto esta expresión como el cuídenlo anterior.
I Pedro 5,2Jua 21:15-17; Hch 20:28; (ver Tit 1:11).
I Pedro 5,31Co 4:16; 1Co 11:1; 2Co 1:24; Flp 3:17; 1Ti 4:12; Tit 2:7.
I Pedro 5,41Pe 2:25; (ver Mat 9:36; Mat 26:31; Luc 15:3-7).
I Pedro 5,4— el premio: Lit. la corona. Ver nota a 1Co 9:25.
I Pedro 5,5Pro 3:34 (según la versión griega de los LXX); Job 22:29; Stg 4:6; (ver Mat 23:12; Luc 1:52; Luc 14:11; Luc 18:14).
I Pedro 5,5— mayores: El término griego utilizado es presbíteros (ver nota a 1Pe 5:1). En este caso es claro que debe entenderse en el sentido originario de ancianos, personas mayores.
I Pedro 5,7Sal 55:6; Mat 6:25-30.
I Pedro 5,8Sal 22:13; 1Ts 5:6; 2Ti 4:17.
I Pedro 5,9Efe 6:11; Stg 4:7.
I Pedro 5,101Ts 2:12.
I Pedro 5,12— Silvano: Es probable, aunque no seguro, que se trate del mismo personaje llamado Silas en Hch 15:22; Hch 15:32; Hch 15:40; Hch 16:25; Hch 16:29; Hch 17:4-5; Hch 17:10; Hch 17:14-16; Hch 18:5 y Silvano en 2Co 1:19; 1Ts 1:1; 2Ts 1:1. Ver nota a Hch 15:22.
I Pedro 5,13— Babilonia: Se trata, con toda seguridad, de una expresión metafórico-simbólica para aludir a la comunidad cristiana de Roma, la grande y abigarrada ciudad, tan parecida a la antigua Babilonia, sobre todo en el desorden religioso y moral. Ver Apo 14:18; Apo 16:19; Apo 17:5; Apo 18:2; Apo 18:10; Apo 18:21.
I Pedro 5,13Ver nota a Hch 2:12.
I Pedro 5,14Rom 16:16; 1Co 16:20; 2Co 13:12; 1Ts 5:26; (ver Mat 26:48-49; Luc 7:45; Hch 20:37).
I Pedro 5,14— unidos a Cristo: Numerosos mss., alguno de valor, añaden: Amén.