Judith 6 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 21 versitos |
1

Ajior es entregado a los israelitas

Cuando cesó el tumulto de la gente que rodeaba al consejo, Holofernes, jefe supremo del ejército asirio, se dirigió a Ajior en presencia de todos los extranjeros º que allí se encontraban y de los moabitas, diciéndole:
2 — ¿Quién eres tú, Ajior, y quiénes son esos mercenarios de Efraín, para que profeticen entre nosotros como hoy lo has hecho tú, y decirnos que no vayamos a la guerra contra el pueblo de Israel porque su Dios los protege? ¿Acaso existe otro dios fuera de Nabucodonosor? Él desplegará su fuerza, los aniquilará sobre la faz de la tierra, y su Dios no podrá librarlos. º
3 Nosotros, siervos de Nabucodonosor, los aplastaremos como si fueran uno solo, sin que ellos puedan resistir el empuje de nuestra caballería. º
4 Los reduciremos a cenizas, su sangre empapará los montes, y las llanuras se llenarán de sus cadáveres; no podrán oponerse a nuestros ataques, sino que serán destruidos por completo. Así lo afirma el rey Nabucodonosor, señor de toda la tierra. ¡Él ha hablado, y sus palabras no caerán en el vacío! º
5 En cuanto a ti, Ajior, mercenario amonita que has hablado de ese modo en un momento de insensatez, a partir de este día no volverás a verme hasta que castigue a esa raza que huyó de Egipto.
6 Entonces, a mi regreso, mis soldados y todos los que están a mi servicio te atravesarán los costados con sus lanzas º y serás uno más entre sus muertos.
7 Ahora mis servidores te conducirán a la montaña y te dejarán en una de las ciudades que están en la ladera;
8 pero todavía no morirás; eso sucederá cuando los israelitas sean también aniquilados.
9 Y si en el fondo de tu corazón confías en que ellos no serán hechos cautivos, ¿por qué tu rostro se vuelve pálido?
10 Entonces ordenó Holofernes a los que estaban a su servicio, en su tienda de campaña, que apresaran a Ajior, lo condujeran a Betulia y lo pusieran en manos de los israelitas.
11 Sus servidores lo llevaron preso fuera del campamento, a la llanura, y desde allí se dirigieron a la montaña hasta que llegaron a las fuentes que están al pie de Betulia.
12 Cuando los defensores de la ciudad los descubrieron desde lo alto de la montaña, tomaron sus armas y salieron de la ciudad. Los honderos comenzaron a arrojar piedras para impedir la subida de los asirios,
13 los cuales se deslizaron ladera abajo y ataron a Ajior; después lo dejaron tendido al pie de la montaña y regresaron adonde estaba su señor.
14 Entonces los israelitas bajaron de su ciudad, se acercaron a Ajior, lo desataron y lo llevaron a Betulia. Una vez allí, lo presentaron a las autoridades de la ciudad,
15 que en aquel tiempo eran Ozías º, hijo de Miqueas, de la tribu de Simeón; Jabrís, hijo de Gotoniel, y Jarmís, hijo de Melquiel.
16 Estos convocaron a todos los ancianos de la ciudad, quienes corrieron a la reunión junto con todos los jóvenes y las mujeres. Pusieron a Ajior en medio de la gente, y Ozías lo interrogó acerca de lo sucedido.
17 Él respondió refiriéndoles lo que se había dicho en el consejo de Holofernes. Repitió las palabras que había pronunciado en medio de los jefes de los asirios y reveló las insolentes amenazas de Holofernes contra la gente de Israel.
18 El pueblo entonces, postrándose, adoró a Dios y clamó:
19 — ¡Señor, Dios del cielo, mira su soberbia y apiádate de nuestra raza humillada! ¡Vuelve hoy tu mirada hacia nosotros, pues estamos consagrados a ti!
20 Después tranquilizaron a Ajior y lo elogiaron efusivamente.
21 Concluida la reunión, Ozías lo llevó a su casa, donde ofreció un banquete a los ancianos. Toda aquella noche la pasaron invocando al Dios de Israel, y rogándole que los ayudara.

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Introducción a Judith

INTRODUCCIÓN


1. Datos generales


El libro de Judit nos cuenta el conflicto que se produce cuando las pretensiones expansionistas, que lleva consigo la ideología imperialista propia de los poderosos de la tierra (personificados en la figura de Nabucodonosor), se confrontan con los deseos de libertad de un pueblo. Como tantas veces en la Biblia, Dios se pone a favor de los más débiles y, contra toda esperanza, destruye las pretensiones arrogantes de los fuertes, haciendo de la debilidad instrumento para su acción.


2. Características literarias


La enorme abundancia de detalles concretos, tanto geográficos como históricos, podrían dar a esta narración una apariencia de historia estricta. Sin embargo, desde el primer momento estos detalles son tan claramente equívocos y anacrónicos, que su función en el relato debe ser necesariamente otra.


El autor de Judit trabaja los datos insertándolos de forma acumulativa, sin preocuparse de la coherencia de los mismos: Nabucodonosor (rey de Babilonia) se convierte en el rey de Asiria; Nínive (destruida años antes de su reinado) es su capital; Holofernes (un personaje persa), el general de su ejército. El valor de estos nombres está en su potencial evocador: son los enemigos de Israel, los tiranos de la historia. Pareciera que el autor, en lugar de facilitar la localización histórica de lo que está narrando, lo que pretendiera es precisamente evitarla o, mejor aún, utilizar este recurso para situar su historia en todos los tiempos. Otra pista nos la dan el carácter simbólico de algunos nombres: Judit (= la judía), Ajior (= mi hermano es luz), Betulia (= la doncella), Ozías (= Dios es mi fuerza)... nos sitúan en un ámbito en el que los protagonistas van más allá de sí mismos y pasan a ser personajes arquetípicos de un conflicto más profundo y más duradero. El mismo tratamiento psicológico de los actores nos encamina en esta misma dirección. Por si esto fuera poco, una lectura atenta nos descubre detrás de este relato el trasfondo de muchas escenas bíblicas.


Podríamos decir que estamos ante una obra de ficción con carácter didáctico que utiliza elementos históricos para plantear un conflicto que trasciende la historia y es siempre permanente: por una parte, el dios imperial, tiránico y prepotente que conduce a la muerte y a la esclavitud; por otra, el Dios de Israel que actúa a través de la debilidad para liberar a los que confían en él.


3. Estructura y contenido


En cuanto a la estructura de la narración, el libro tiene claramente dos partes bien diferenciadas: los capítulos Jdt 1:1-16Jdt 7:1-32 en que se narra el avance arrollador de Nabucodonosor, mediante su general Holofernes, hasta los pies de la ciudad de Betulia; y la segunda parte, capítulos Jdt 8:1-36Jdt 16:1-25, en que el personaje de Judit entra en escena para liberar a su pueblo.


4. El texto del libro de Judit


Los manuscritos más antiguos que poseemos del libro de Judit están todos ellos en lengua griega; los más importantes son los grandes manuscritos unciales del siglo IV o V. Otras versiones latinas dependen del griego. La Vulgata ofrece un texto más corto y el propio Jerónimo, el traductor de la Vulgata, confiesa que ha hecho la traducción con poco cuidado.


A pesar de que los testimonios más antiguos están en lengua griega, hoy casi nadie reconoce esta como su lengua original. El texto griego no es sino una traducción de un original en lengua semítica, hebreo o arameo.


5. Fecha y lugar de composición


La descripción que el autor de Judit hace de la figura de Nabucodonosor y de sus pretensiones divinas no se corresponde con los usos de las monarquías asiria o babilónica; más bien responde a la figura de los reyes griegos, especialmente Antíoco IV, llamado Epífanes (se puede comparar con la descripción que hace el libro de Daniel de este personaje en Dan 11:36-37). Esto nos anima a pensar que el contexto histórico del libro se corresponde con los años siguientes a la revuelta Macabea, alrededor de la mitad del siglo II a. C. Otros datos provenientes del libro ayudan a confirmar esta fecha: la alusión a costumbres griegas (uso de guirnaldas y coronas de olivo, postura en el banquete); la religiosidad que trasluce el libro está muy próxima a la piedad y espiritualidad del movimiento fariseo (valor de las observancias legales, especialmente las relativas a los alimentos; aprecio de instituciones como el Templo, el sacerdocio, el consejo de ancianos; la centralidad de Jerusalén; la idealización del pueblo de Israel); la estructura política de gobierno, con el sacerdote al frente del Consejo de Ancianos, es también propia de la época griega. El carácter nacionalista y combativo del libro cuadraría bien en este contexto.


En cuanto al autor, aunque no conocemos nada de él, sí que podemos precisar algunos rasgos mínimos a partir de los datos extraídos del libro. La ambientación de la narración, los datos geográficos, el contexto histórico al que pretende responder con su obra, todo el trasfondo semítico del libro y la espiritualidad que trasluce, son elementos que apuntan hacia un judío de Palestina, cercano en su mentalidad al movimiento fariseo.


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Notas

Judith 6,1— extranjeros: En la versión griega de los LXX, esta palabra designa a los filisteos. Son los habitantes de la costa que han aparecido en Jdt 5:2; Jdt 5:22.


Judith 6,2Jdt 3:8; Isa 36:18-20; Dan 3:14-18.
Judith 6,3Núm 14:15.
Judith 6,4Jdt 2:8; Eze 32:5-6.
Judith 6,6— lanzas: El texto griego dice pueblo quizá por una confusión entre dos palabras semejantes.
Judith 6,9— ... dejará de cumplirse: El tono y la terminología que utiliza Holofernes en su discurso nos sitúan dentro del lenguaje de los oráculos proféticos. Se está planteando el verdadero combate entre los dos dioses: Nabucodonosor, el dios de los “fuertes”, contra el Señor, el Dios de los “débiles”.
Judith 6,15— Ozías...: Nos encontramos con toda una serie de nombres teóforos que inciden en el carácter simbólico de la batalla. Ozías que significa Dios es mi fuerza; Jabris que significa (Dios) es mi amigo; Jarmis que significa (Dios) es mi viña; Miqueas que significa quién como Dios; y Melquiel que significa Dios es mi rey.