Judith 9 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 14 versitos |
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La oración de Judit

En el momento en que en Jerusalén, en el Templo de Dios, se ofrecía el incienso vespertino, Judit se postró rostro en tierra y, cubriéndose la cabeza con ceniza y dejando al descubierto el vestido de sayal que llevaba puesto, invocó al Señor en alta voz. Dijo Judit: º
2 “Señor, Dios de mi antepasado Simeón *, en manos de quien pusiste una espada para vengarse de aquellos extranjeros que profanaron el seno de una virgen *, la mancillaron, desnudaron su cuerpo y, cubriéndola de vergüenza, la deshonraron. Pero aunque tú dijiste: Eso no será así º, ellos, sin embargo, lo hicieron.
3 Por eso entregaste a sus jefes a la muerte, y su lecho, que ellos usaron con engaño º, también con engaño quedó ensangrentado. Destruiste a los esclavos y a los príncipes, a los príncipes en sus propios tronos.
4 Entregaste sus mujeres al pillaje, a sus hijas las llevaste al cautiverio. Todos sus despojos fueron repartidos entre tus hijos muy amados, que, rebosando celo por tu causa y horror por su sangre mancillada, clamaron a ti pidiéndote socorro. ¡Escucha, Dios mío, a esta viuda! º
5 Tú has hecho el pasado, el presente y lo que ha de venir. Tú eres quien dispone los acontecimientos presentes y futuros; y lo que tú dispones, se realiza.
6 Tus designios se presentan ante ti diciendo: “¡Aquí estamos!”; porque tú preparas todos tus caminos y tomas de antemano tus decisiones. º
7 Mira cómo los asirios, sintiéndose poderosos, se jactan de sus caballos y sus jinetes; se enorgullecen del poder de su infantería y confían en sus escudos, en sus lanzas, arcos y hondas. Pero no reconocen que tú, Señor, eres quien pone fin a las guerras º. º
8 Tu nombre es “El Señor”. ¡Quebranta con tu poder su fuerza, y con tu ira destruye su poderío! Porque planean profanar tu santuario, contaminar la morada donde reside tu nombre glorioso, y derribar tu altar a golpes de hierro.
9 Mira su arrogancia, descarga tu ira sobre sus cabezas, y a mí, que soy viuda, dame fuerza para llevar a cabo mi plan. º
10 Haz que mi lengua los engañe: que caiga el esclavo con su señor y el señor con el esclavo. ¡Que mi mano de mujer destruya su soberbia!
11 Porque no consiste tu poder en el número, ni en los fuertes tu señorío; pues tú eres el Dios de los humildes, el socorro de los desvalidos, el defensor de los débiles, el refugio de los abandonados, el salvador de los desesperados.
12 Tú que eres el Dios de mi padre, el Dios de la heredad de Israel, el soberano de los cielos y la tierra, el creador de los mares, y el rey de cuanto tú mismo has creado, ¡escucha mi oración! º
13 Dame palabras para seducirlos y para herir de muerte a los que han tramado planes perversos contra tu alianza y tu santo Templo, que se alza sobre el monte Sión, y contra la casa de tus hijos.
14 Haz que todo tu pueblo y cada una de sus tribus vean y reconozcan que tú eres Dios, el Dios de todo poder y fuerza, y que fuera de ti no hay protector alguno para el linaje de Israel”. º

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Introducción a Judith

INTRODUCCIÓN


1. Datos generales


El libro de Judit nos cuenta el conflicto que se produce cuando las pretensiones expansionistas, que lleva consigo la ideología imperialista propia de los poderosos de la tierra (personificados en la figura de Nabucodonosor), se confrontan con los deseos de libertad de un pueblo. Como tantas veces en la Biblia, Dios se pone a favor de los más débiles y, contra toda esperanza, destruye las pretensiones arrogantes de los fuertes, haciendo de la debilidad instrumento para su acción.


2. Características literarias


La enorme abundancia de detalles concretos, tanto geográficos como históricos, podrían dar a esta narración una apariencia de historia estricta. Sin embargo, desde el primer momento estos detalles son tan claramente equívocos y anacrónicos, que su función en el relato debe ser necesariamente otra.


El autor de Judit trabaja los datos insertándolos de forma acumulativa, sin preocuparse de la coherencia de los mismos: Nabucodonosor (rey de Babilonia) se convierte en el rey de Asiria; Nínive (destruida años antes de su reinado) es su capital; Holofernes (un personaje persa), el general de su ejército. El valor de estos nombres está en su potencial evocador: son los enemigos de Israel, los tiranos de la historia. Pareciera que el autor, en lugar de facilitar la localización histórica de lo que está narrando, lo que pretendiera es precisamente evitarla o, mejor aún, utilizar este recurso para situar su historia en todos los tiempos. Otra pista nos la dan el carácter simbólico de algunos nombres: Judit (= la judía), Ajior (= mi hermano es luz), Betulia (= la doncella), Ozías (= Dios es mi fuerza)... nos sitúan en un ámbito en el que los protagonistas van más allá de sí mismos y pasan a ser personajes arquetípicos de un conflicto más profundo y más duradero. El mismo tratamiento psicológico de los actores nos encamina en esta misma dirección. Por si esto fuera poco, una lectura atenta nos descubre detrás de este relato el trasfondo de muchas escenas bíblicas.


Podríamos decir que estamos ante una obra de ficción con carácter didáctico que utiliza elementos históricos para plantear un conflicto que trasciende la historia y es siempre permanente: por una parte, el dios imperial, tiránico y prepotente que conduce a la muerte y a la esclavitud; por otra, el Dios de Israel que actúa a través de la debilidad para liberar a los que confían en él.


3. Estructura y contenido


En cuanto a la estructura de la narración, el libro tiene claramente dos partes bien diferenciadas: los capítulos Jdt 1:1-16Jdt 7:1-32 en que se narra el avance arrollador de Nabucodonosor, mediante su general Holofernes, hasta los pies de la ciudad de Betulia; y la segunda parte, capítulos Jdt 8:1-36Jdt 16:1-25, en que el personaje de Judit entra en escena para liberar a su pueblo.


4. El texto del libro de Judit


Los manuscritos más antiguos que poseemos del libro de Judit están todos ellos en lengua griega; los más importantes son los grandes manuscritos unciales del siglo IV o V. Otras versiones latinas dependen del griego. La Vulgata ofrece un texto más corto y el propio Jerónimo, el traductor de la Vulgata, confiesa que ha hecho la traducción con poco cuidado.


A pesar de que los testimonios más antiguos están en lengua griega, hoy casi nadie reconoce esta como su lengua original. El texto griego no es sino una traducción de un original en lengua semítica, hebreo o arameo.


5. Fecha y lugar de composición


La descripción que el autor de Judit hace de la figura de Nabucodonosor y de sus pretensiones divinas no se corresponde con los usos de las monarquías asiria o babilónica; más bien responde a la figura de los reyes griegos, especialmente Antíoco IV, llamado Epífanes (se puede comparar con la descripción que hace el libro de Daniel de este personaje en Dan 11:36-37). Esto nos anima a pensar que el contexto histórico del libro se corresponde con los años siguientes a la revuelta Macabea, alrededor de la mitad del siglo II a. C. Otros datos provenientes del libro ayudan a confirmar esta fecha: la alusión a costumbres griegas (uso de guirnaldas y coronas de olivo, postura en el banquete); la religiosidad que trasluce el libro está muy próxima a la piedad y espiritualidad del movimiento fariseo (valor de las observancias legales, especialmente las relativas a los alimentos; aprecio de instituciones como el Templo, el sacerdocio, el consejo de ancianos; la centralidad de Jerusalén; la idealización del pueblo de Israel); la estructura política de gobierno, con el sacerdote al frente del Consejo de Ancianos, es también propia de la época griega. El carácter nacionalista y combativo del libro cuadraría bien en este contexto.


En cuanto al autor, aunque no conocemos nada de él, sí que podemos precisar algunos rasgos mínimos a partir de los datos extraídos del libro. La ambientación de la narración, los datos geográficos, el contexto histórico al que pretende responder con su obra, todo el trasfondo semítico del libro y la espiritualidad que trasluce, son elementos que apuntan hacia un judío de Palestina, cercano en su mentalidad al movimiento fariseo.


Fuente:

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Notas

Judith 9,1Dan 9:3; 1Ma 3:47; Éxo 30:8.


Judith 9,2— Simeón: Ver Jdt 6:15. La tribu de Simeón había quedado absorbida por la de Judá. En la literatura pseudoepigráfica judía hay una tendencia a rehabilitar la memoria de Simeón.

— seno de una virgen: Se refiere a los hechos narrados en Gén 34:1-31. La violación de Dina y la venganza con engaño de sus hermanos es releída desde los nuevos acontecimientos. La figura de Judit está construida sobre el tipo de Dina y personifica a la ciudad de Betulia (= doncella, ver nota a Jdt 4:6) y a todo Israel. El engaño y la seducción, como en Gén 34:1-31, van a ser utilizados para la venganza ante un enemigo más fuerte.

— eso no será así: En Gén 34:7 este comentario corresponde a los hermanos de Dina; ahora se pone aquí en la boca del mismo Dios.
Judith 9,3— con engaño: El vocablo griego utilizado tiene la doble acepción de “engaño” y “seducción”.
Judith 9,4Gén 34:1-31; Isa 46:10; Isa 48:3.
Judith 9,6Bar 3:35.
Judith 9,7Éxo 15:1-3; 1Sa 17:45; Sal 20:7; Isa 31:1; 2Ma 8:18.
Judith 9,7— pone fin a las guerras: Cita de Éxo 15:3 en su versión griega, el texto hebreo dice: el Señor es un guerrero, su nombre es el Señor.
Judith 9,9Éxo 15:3; Isa 10:12.
Judith 9,121Sa 14:6; Isa 25:4; Neh 9:6.
Judith 9,141Ma 4:11; Sir 36:17.