Sabiduría 17 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 20 versitos |
1

Tinieblas para los egipcios; un fuego luminoso para los israelitas

¡Qué grandes e incomprensibles son tus decisiones! Por eso, quienes no las comprendieron se extraviaron. º
2 Pensaron los impíos sojuzgar a una nación consagrada, pero fueron ellos los atrapados por la oscuridad; en medio de una noche interminable º tuvieron que permanecer encerrados en sus casas, excluidos de tus eternos beneficios. º
3 Creían poder ocultar sus pecados más íntimos, escondiéndolos bajo el opaco velo del olvido; pero de pronto tuvieron que dispersarse, asustados y aterrorizados por fantasmas.
4 Ni siquiera escondiéndose en el más apartado rincón, conseguían verse libres del miedo, pues ruidos aterradores retumbaban a su alrededor y se les aparecían sombrías figuras de aspecto fantasmal.
5 Ningún fuego tenía fuerza suficiente para alumbrar, ni el brillante resplandor de las estrellas conseguía iluminar aquella horrible noche.
6 Sólo podían ver una ingente hoguera que ardía por sí misma y los llenaba de terror; y cuando se desvanecía la visión, era tal su miedo, que lo contemplado les parecía aún más aterrador.
7 Los trucos de la magia se revelaron ineficaces º y la ciencia de que presumían quedó en ridículo; º
8 y es que los que prometían ahuyentar las angustias y temores de las personas asustadas, ellos mismos eran presa de un miedo irracional.
9 Y aunque nada especial pudiera aterrorizarlos, el paso de los animales y el silbido de las serpientes bastaba para llenarlos de sobresalto, y morían º estremecidos de pavor. Ni siquiera el aire se atrevían a mirar, cosa, por lo demás, imposible de evitar.
10 La maldad, en efecto, es cobarde y su propio testimonio la condena cuando, acosada por la conciencia º, está imaginando siempre lo peor.
11 Pues, ¿qué otra cosa es el miedo sino renunciar a la ayuda de la razón?
12 Cuanto menor es la seguridad interior, mayor nos parece la causa desconocida del tormento.
13 En medio de aquella noche insoportable, surgida de las profundidades del impotente abismo º, sumidos los egipcios en el mismo sueño,
14 unos eran perseguidos por horribles fantasmas, mientras otros desfallecían sin fuerzas presa de un repentino e inesperado terror.
15 Así, todo el que se encontraba en semejante situación, quedaba atrapado allí, prisionero en una cárcel sin rejas.
16 Fueran labradores, pastores o trabajadores en solitario, ninguno podía escapar al repentino e inevitable castigo,
17 pues a todos por igual la tiniebla los tenía encadenados. El silbar del viento, el trinar de pájaros en la espesa enramada, el fluir impetuoso y al mismo tiempo acompasado del agua,
18 el estruendo de las rocas al caer, el brincar de animales en invisible carrera, el rugido de las más feroces bestias o el resonar del eco en las cavernas de los montes, todo los dejaba paralizados de terror.
19 El universo entero resplandecía, radiante de luz, y proseguía sin obstáculos su actividad.
20 Sólo sobre los egipcios se hacía pesada la noche, como una imagen de la oscuridad en que iban a caer; aunque ellos eran para sí mismos más insoportables que la misma oscuridad. º

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Introducción a Sabiduría

INTRODUCCIÓN


1. Datos generales


Con independencia de su inclusión o no, según los distintos criterios, en la lista bíblica de libros sagrados, el libro de la Sabiduría es un magnífico ejemplo de diálogo entre dos mundos culturales: el judío y el griego de los últimos años del AT. La verdad es que en el momento actual de la investigación no existe certeza absoluta sobre una serie de cuestiones relativas a su ambientación histórica-literaria: autor, destinatarios, tiempo exacto y lugar concreto de composición, género literario preciso, unidad o diversidad de composición y de estructura. Pero sí disponemos de datos suficientemente probables cuya convergencia arroja la luz indispensable para situar el libro en el marco histórico literario e ideológico correcto.


El título, que como es habitual en la literatura bíblica no pertenece al texto original, varía según las distintas tradiciones manuscritas. En los manuscritos griegos es constante el de Sabiduría de Salomón; en los latinos prevalece el de Sabiduría sin más añadidos. La atribución del libro a Salomón es, sin duda, ficticia. Se debe a la costumbre, muy extendida en la antigüedad y de la que participa ampliamente la Biblia, de colocar a la sombra y bajo la autoridad de un personaje famoso — en este caso Salomón — un libro o escrito que se quiere divulgar. Salomón, prototipo del rey culto e ilustrado según la tradición judía, nunca es nombrado expresamente en Sabiduría; pero no admite dudas que el autor se identifica ficticiamente con él en diversos pasajes del libro (ver sobre todo Sab 7:4-8; Sab 8:2; Sab 9:15; Sab 9:7Sab 8:12). En realidad, el autor real es un judío orgulloso de su raza y enamorado de su religión, pero al mismo tiempo profundo conocedor e incluso admirador de la cultura y del pensamiento helenista de su tiempo.


En algún momento se ha propuesto la posibilidad de varios autores para el libro de la Sabiduría; actualmente, sin embargo, es prácticamente unánime la opinión de un solo autor. Un autor que pertenecería a la numerosa comunidad judía de Alejandría (Egipto) y que compuso su obra probablemente en la segunda mitad del siglo I a. C. La situación histórica global reflejada en Sb favorece como fecha más concreta de composición los primeros años del reinado de Octavio Augusto (30 a. C.-14 d. C.).


¿En quiénes estaba pensando el autor de Sabiduría cuando escribe su obra? Tampoco aquí las opiniones son del todo coincidentes. Desde luego no son única ni principalmente los gobernantes de la tierra de Sab 1:1, dedicatoria que es también evidentemente ficticia y destinada a dar mayor impacto y autoridad a sus palabras. Los destinatarios de Sabiduría son prioritariamente los judíos que viven en Egipto, que están pasando por dificultades (aunque no lleguen al grado de persecución abierta) y que necesitan ser animados, revitalizados y consolidados en su fe. Pero también el mundo cultural no judío, si bien secundariamente, está en el punto de mira del autor de Sabiduría que en modo alguno es ajeno a un cierto proselitismo y afán de propaganda a favor de la sabiduría de Israel.


2. Características literarias


El libro de la Sabiduría constituye, desde el punto de vista literario, una de las obras más logradas de la Biblia griega. En algún momento se pensó que, al menos en parte (sobre todo los capítulos Sab 1:1-16Sab 5:1-23), podía ser traducción de un original hebreo. Hoy es una opinión descartada. En efecto, el vocabulario, el estilo, determinados recursos retóricos, una serie de fórmulas redaccionales extrañas a la estructura de la lengua hebrea, abogan claramente a favor de una composición original en griego helenístico. Lo cual no impide la presencia casi masiva de elementos característicos de la poesía hebrea, tales como el paralelismo. En realidad, en Sabiduría confluyen armónicamente elementos estilísticos semitas con múltiples recursos retóricos griegos; estos últimos acaban imponiéndose y configurando la fisonomía definitiva de la obra. Sorprende la riqueza de vocabulario y la cantidad de términos, por una parte ajenos a la literatura bíblica y, por otra, estrechamente emparentados con el pensamiento y el discurso propios de la filosofía del tiempo, que era principalmente la platónica.


¿Es el libro de la Sabiduría un poema didáctico o un ensayo filosófico-teológico redactado en un singular tipo de prosa? La disposición material del contenido invita ciertamente a pensar que el autor ha querido componer una obra poética, pero no está claro que en todo momento lo consiga. En cualquier caso, adopta desde el comienzo la forma de los versos hebreos esforzándose en imitar y al mismo tiempo helenizar la poesía bíblica. Cabría decir que en bastantes momentos nos encontramos ante una especie de brillante prosa rítmico-poética.


En cuanto al género literario del libro, ¿es una invitación/exhortación a conseguir la sabiduría? ¿Es un elogio/alabanza de la sabiduría? ¿O es una reflexión/contemplación al estilo rabínico del tiempo — tipo, por tanto, midrash — sobre la presencia y la acción de la sabiduría (providencia) divina en la historia de Israel? Todas estas propuestas se han hecho y todas podrían considerarse correctas según qué parte del libro se tenga principalmente en cuenta. Reducir todo el libro a un solo género literario — que en todo caso sería el de elogio/alabanza con unas características muy peculiares — , parece un tanto problemático. Es preferible pensar en la confluencia de varios géneros literarios. Los enumerados más arriba, por supuesto, pero también otros de menor cuantía que, más que géneros literarios propiamente tales, son más bien recursos retóricos o métodos exegéticos. Podríamos enumerar: el discurso escatológico-apocalíptico, la diatriba de inspiración socrático-estoica, el comentario rabínico de textos bíblicos, la comparación en forma de contraste, etc.


3. Fuentes de inspiración


Sin menoscabo de la fuerte personalidad del autor de Sb y de la incuestionable originalidad de su obra, hay que constatar sus profundas raíces bíblicas y su enorme aprecio por los valores culturales paganos de su tiempo. No deja de sorprender, pero es así, que un judío fervoroso tomara en serio la cultura helenística para presentar de manera actualizada su fe. Es clave para leer e interpretar correctamente el libro de la Sabiduría partir de esta manifiesta intención de su autor de hacer entrar en amistoso y fecundo diálogo la cultura semita y el mundo helenista, la teología judía y la filosofía griega.


a) Es evidente que el autor de Sabiduría está muy familiarizado con la Sagrada Escritura a la que conoce sobre todo a través de la versión griega de los LXX. Rara vez cita literalmente, pero las alusiones son continuas. Especialmente se inspira en el Génesis, Éxodo, Isaías, Salmos y Proverbios; conoce también la traducción griega del Eclesiástico y alude a él con cierta frecuencia. Y si es cierto que el libro de la Sabiduría está escrito originalmente en griego, no cabe duda de que su autor dominaba el hebreo, al que más de una vez recurre directa o indirectamente. Hay que añadir, además, que el autor de Sabiduría estaba también familiarizado con el modo y los métodos de exponer la Escritura en la sinagoga. Esto hace que trate sus fuentes con una gran libertad y que se haga eco de tradiciones extrabíblicas que amplifican y embellecen los relatos, a veces con rasgos muy cercanos a la leyenda. Todo ello lo da por bueno nuestro autor con tal de apuntalar la amenazada fe de los judíos alejandrinos, consolidar su confianza en el insuperable valor de la sabiduría israelita y de sus tradiciones sagradas, y también de hacer partícipes a los paganos del conocimiento de la auténtica sabiduría, es decir, del verdadero Dios que no es otro sino el Dios de Israel.


b) Y junto a las raíces bíblicas de Sabiduría, es preciso valorar en su justa medida el influjo de la cultura, el pensamiento y la literatura helenística en el conjunto de su obra. Que este influjo ha sido considerable, incluso profundo, es opinión prácticamente unánime. El autor hace gala permanentemente de sus amplios conocimientos literarios, culturales y filosóficos. No puede decirse que sea especialmente tributario de una escuela filosófica concreta (platonismo, estoicismo) o que abunden las referencias expresas a tal o cual autor, pero las reminiscencias y alusiones al mundo cultural helenístico son abundantísimas. Lo que ya resulta más difícil precisar es si se trata de un convencimiento personal profundo sobre los valores de dicha cultura, o más bien de una simple actitud estratégica con el fin de tender un puente entre la fe bíblica y la concreta situación de sus lectores. Tal vez lo más sensato sea evitar planteamientos radicales: ni convertir al autor de Sabiduría en un casi adorador de la cultura helenística fascinado por sus encantos y valores, ni pensar que sólo se sirve de esa cultura, bien a su pesar, como mero instrumento para captar la benevolencia de posibles lectores paganos. Siente, sin duda, un sincero aprecio por dicha cultura y la utiliza inteligentemente para profundizar en su fe judía, para iluminar misterios hasta ahora impenetrables, para encontrar respuestas a difíciles problemas. Eso sí, sin dudar por un momento en rechazar abiertamente todo lo que considera negativo en su confrontación con la fe israelita, a saber, el culto a los ídolos, el materialismo ambiental, los ritos mágicos de las religiones mistéricas, etc.


4. Estructura y contenido doctrinal


Partiendo del hecho, apenas discutido a pesar de la variedad de temas y de recursos estilísticos, de la unidad de autor y de composición, el libro de la Sabiduría suele dividirse en tres grandes bloques. Existen algunas diferencias de criterio a la hora de señalar los límites precisos de cada parte, pero en líneas generales esta sería la estructura:


I. — Cps. Sab 1:1-16Sab 5:1-23 : El tema central de esta sección gira en torno al destino de la vida humana en los planes de Dios. Un tema que el autor desarrolla en una serie de discursos sobre la justicia-sabiduría divina y sobre la distinta suerte de los buenos (inmortalidad feliz) y los impíos (castigo y perdición).


II. — Cps. Sab 6:1-25Sab 9:1-18 : Contiene un apasionado elogio de la Sabiduría. Un elogio puesto en boca del rey Salomón (a quien, sin embargo, no se nombra expresamente) y que describe a la Sabiduría como una realidad personificada estrechamente vinculada a la divinidad. El autor habla del origen, de la naturaleza, de las propiedades y del modo de adquirir esa sabiduría. Evocando el ejemplo de Salomón, que la solicitó humilde y fervientemente de Dios (Sab 7:1-30; Sab 7:1-30), pero al mismo tiempo la buscó con ardor (Sab 8:2), implícitamente está invitando a sus lectores a que procedan de igual modo. La inspiración de esta parte del libro en textos e imágenes de Pr y Eclo parece incuestionable (ver Pro 1:1-33Pro 9:1-18; Sir 1:1-20; Sir 4:11-19; Sir 6:18-37; Sir 14:20Sir 15:10).


III. — Cps. Sab 10:1-21Sab 19:1-22 : Es una actualizada meditación sapiencial sobre la providencia divina, teniendo como punto de referencia los acontecimientos del Éxodo. Se trata de una sección que está articulada sobre la base de siete comparaciones en forma de contraste; en ellas se pone de manifiesto la misteriosa acción de la sabiduría divina que, por una parte, libera y colma de bienes (la justicia salvífica) al pueblo israelita — los fieles del Señor — y, por otra, castiga a los egipcios opresores con una serie de terribles plagas. La descripción de los contrastes se interrumpe con algunas digresiones entre las que destaca una amplia y muy encendida polémica contra la idolatría (Sab 13:1Sab 15:19). También esta tercera parte ha podido tener presente, aunque desde otra perspectiva, la contemplación histórico-sapiencial de Sir 42:1Sir 50:21.


Resumiendo, el hilo teológico conductor del libro de la Sabiduría puede ser el tema de la justicia-sabiduría divina en su triple aspecto de justicia/retribución, justicia/rectitud y justicia/fuerza salvadora. La originalidad y el énfasis con que se plasman en este singular libro ideas sobre el destino inmortal de los seres humanos, sobre la naturaleza y propiedades de la Sabiduría como realidad divina personificada, sobre el espíritu de Dios que llena la tierra y da consistencia a todas las cosas (Sab 1:7), sobre la inutilidad absoluta de los ídolos, y todo ello utilizando el marco de una cultura nueva y brillante como era la helenista, hacen de Sabiduría un libro realmente revolucionario en relación con la literatura bíblica tradicional.


Fuente:

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Notas

Sabiduría 17,1Sab 17:1-21; Sab 18:1-4 :

— ... para los israelitas: Quinto contraste consistente, por una parte, en la plaga de las tinieblas (la novena de las reseñadas en Éxodo contra los egipcios: Éxo 10:21-23), y por otra, en la columna de fuego con que Dios alumbró a los israelitas al salir de Egipto (Éxo 13:21-22; ver Éxo 10:23).


Sabiduría 17,1Sal 96:6-7; Rom 11:33-34.
Sabiduría 17,2— una noche interminable: Todo este pasaje de Sb amplifica sobremanera el relato bíblico del Éxodo valiéndose, sin duda, de leyendas y especulaciones rabínicas sobre el tema.
Sabiduría 17,2Éxo 10:21-23.
Sabiduría 17,7— se revelaron ineficaces: El fracaso de los magos egipcios (ver Éxo 8:18; Éxo 9:11) anticipa y pone en evidencia el de los magos del tiempo del autor.
Sabiduría 17,7Éxo 7:11; Éxo 7:22; Éxo 8:7; Éxo 8:18; Éxo 9:11
Sabiduría 17,9— y morían...: En numerosas traducciones esta última parte el v. Sab 17:9 constituye un nuevo versículo (el v. Sab 17:10) con lo que el total de versículos del presente capítulo es de veintiuno; pero en el texto griego editado por A. Ralfs (que es el que seguimos) no existe tal desdoblamiento del v. Sab 17:9.
Sabiduría 17,10— conciencia: Por primera vez aparece este concepto en la Biblia griega.
Sabiduría 17,13— impotente abismo: O bien: inoperante abismo, en cuanto en el Hades o lugar de los muertos, cesa toda actividad. Ver nota a Sab 16:13.
Sabiduría 17,20Éxo 10:22-23.