Filipenses 1 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 30 versitos |
1

Introducción (1:1-11)

Saludo

Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los creyentes * cristianos que viven en Filipos *, junto con sus dirigentes y colaboradores º. º
2 Que Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, el Señor, les concedan gracia y paz. º
3

Acción de gracias y plegaria

Cada vez que los recuerdo, doy gracias a mi Dios, º
4 y cuando ruego por ustedes, lo hago siempre lleno de alegría.
5 No en vano han colaborado conmigo en la difusión del mensaje evangélico º desde el primer día hasta hoy. º
6 Y estoy seguro de que Dios, que ha comenzado en ustedes una labor tan excelente, la llevará a feliz término en espera del día de Cristo Jesús º. º
7 ¿Acaso no está justificado esto que siento por ustedes? Los llevo muy dentro del corazón, ya que todos ustedes comparten conmigo este privilegio mío de la prisión º y de poder defender y consolidar el mensaje evangélico. º
8 Mi Dios es testigo de lo entrañablemente que los añoro a todos ustedes en Cristo Jesús.
9 Y esta es mi oración: que el amor que tienen crezca más y más y se traduzca en un profundo conocimiento experimental, º
10 de manera que puedan discernir lo que es valioso, se conserven limpios e irreprochables en espera del día del Señor, º
11 y sean colmados de los frutos de salvación º que otorga Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. º
12

I.— PAPEL CENTRAL DE CRISTO (1:12—2:30)

Cristo es lo único que importa

Quiero que sepan, hermanos, que la causa del mensaje evangélico ha sido favorecida con esta situación mía.
13 No sólo la guardia imperial º en pleno, sino todos los demás han visto claramente que Cristo es la única razón de mi encarcelamiento. º
14 Es más, mi prisión ha fortalecido la confianza en el Señor de buen número de hermanos, que ahora se atreven a proclamar la palabra con más valentía y sin temor.
15 Es verdad que mientras unos anuncian a Cristo con rectitud de intención, a otros los mueve la envidia y la rivalidad.
16 Aquellos lo hacen por amor, sabiendo que yo he recibido el encargo de defender el mensaje evangélico.
17 Estos otros, en cambio, al anunciar a Cristo se dejan llevar de la ambición y de turbios intereses, pensando que con ello hacen más dura mi prisión.
18 Pero ¡qué importa! Con segundas intenciones o sin ellas, Cristo es anunciado, y eso es lo que me hace y seguirá haciéndome feliz.
19 Sé que, gracias a las oraciones de ustedes y a la ayuda del Espíritu de Jesucristo, todo contribuirá a mi liberación.
20 Así lo espero ardientemente, con la certeza de que no voy a quedar en modo alguno defraudado y con la absoluta seguridad de que ahora y siempre Cristo manifestará su gloria en mi persona, tanto si estoy vivo como si estoy muerto.
21 Porque Cristo es la razón de mi vida, y la muerte, por tanto, me resulta una ganancia. º
22 Pero si vivir en este mundo º me ofrece la ocasión de una tarea fructífera, no sabría qué elegir.
23 Ambas cosas me presionan: por un lado, quiero morir º y estar con Cristo, que es, con mucho, lo mejor; º
24 por otro lado, ustedes necesitan que siga en este mundo.
25 Convencido de esto último, presiento que seguiré viviendo con todos ustedes para provecho y alegría de la fe.
26 Así, cuando vuelva a verlos º, tendrán nuevos motivos, gracias a mí, para estar orgullosos de ser cristianos.
27

Firmes en la fe

Sólo les pido que su conducta º sea digna del mensaje evangélico de Cristo para que, tanto si voy a visitarlos y yo mismo lo veo, como si estoy ausente y llega a mis oídos lo que se dice de ustedes, compruebe que permanecen unidos, luchando todos a una por mantenerse fieles al mensaje evangélico. º
28 No se dejen, pues, intimidar por los enemigos; Dios ha dispuesto que lo que para ellos es señal de perdición, sea para ustedes señal de salvación.
29 Y es que a ustedes se les ha concedido el privilegio no sólo de creer en Cristo, sino también de padecer por él, º
30 pues están librando el mismo combate en el que me vieron º empeñado y que, como ahora oyen, sigo sosteniendo. º

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Introducción a Filipenses

INTRODUCCIÓN


1. Pablo y Filipos


Filipos fue la primera ciudad europea evangelizada por Pablo. Arribó allí el Apóstol acompañado de Timoteo, Silas — y tal vez Lucas — en el curso de su segundo viaje misionero después de atravesar el Asia Menor y cruzar el Helesponto (ver Hch 16:6-12). Ciudad importante de la provincia romana de Macedonia, situada a poca distancia de la costa del mar Egeo y al borde de la “Via Egnatia” — la célebre calzada romana que unía Oriente y Occidente — , la población de Filipos estaba constituida en tiempos de Pablo sobre todo por gentes de origen latino. Era, en efecto, una especie de “colonia romana” dedicada a residencia y descanso de los veteranos del ejército de Roma. Gozaba por lo mismo de notables privilegios civiles, tales como el de ser regida por el derecho itálico y gobernada por dos jefes militares llamados estrategoi (ver Hch 16:35) a semejanza de los cónsules de Roma. El núcleo judío de Filipos debía ser por entonces más bien escaso (ver Hch 16:13).


La acción evangelizadora de Pablo y sus colaboradores en Filipos no debió prolongarse durante mucho tiempo. Pero fue eficaz y, al tener que abandonar la ciudad, Pablo dejó allí una comunidad que creció rápidamente y que, además, se mantuvo siempre fiel y unida al Apóstol con el que mantuvo unas singulares relaciones de mutuo afecto y apoyo. En varias ocasiones envió ayuda material a Pablo (ver Flp 4:15-16; 2Co 11:9), se mostró particularmente generosa en la colecta organizada por Pablo a favor de las iglesias necesitadas de Judea (2Co 8:1-5) y, cuando se entera de que Pablo se encuentra encarcelado, no pierde tiempo para acudir en su ayuda enviando a Epafrodito con abundantes socorros económicos (Flp 4:10-20). Precisamente este último hecho está, sin duda, en el origen de la carta a los Filipenses (en adelante se utilizará preferentemente la abreviatura Flp).


2. Circunstancias y peculiaridades de la carta


A primera vista, Flp es una carta en la que Pablo agradece la ayuda recibida. De paso, aprovecha la ocasión para dar unos cuantos buenos consejos a sus queridos cristianos de Filipos y para ponerlos en guardia contra una serie de peligros procedentes de ciertos predicadores judaizantes. La carta habría sido escrita durante una más que probable prisión del Apóstol en Éfeso, entre los años 53-55 d. C. Esta es hoy la opinión mayoritaria frente a la que años atrás situaba la composición de la carta durante la primera prisión de Pablo en Roma, entre los años 60-62.


Pero una lectura atenta de la carta permite descubrir en ella al menos un par de cortes (Flp 3:2 y Flp 4:10) que sugieren — como en el caso de 2 Co — la posibilidad de varias cartas distintas en origen. En este sentido se manifiestan autores contemporáneos cada vez más numerosos, de distinta procedencia y de reconocida autoridad. Hablan de dos e incluso de tres cartas: una de agradecimiento, escrita al comienzo de la prisión (Flp 4:10-20); otra más extensa, en un momento ya avanzado de su encarcelamiento (Flp 1:1Flp 3:1 y Flp 4:2-7; Flp 4:21-23); y una tercera, escrita ya fuera de la cárcel, de carácter marcadamente polémico contra los propagandistas judaizantes (Flp 3:2Flp 4:1; Flp 4:8-9). Es esta una hipótesis razonable que no debe ser descartada. En cualquier caso, nadie pone en duda la autenticidad paulina del texto completo que ha llegado hasta nosotros. Un texto con rasgos netamente epistolares, sin aspiraciones a constituir una reflexión sistemática, y con un tono casi siempre cercano y cordial que hacen de Flp la más familiar entre todas las cartas paulinas.


3. Contenido de la carta


Sea lo que sea sobre la unidad redaccional de la carta, en su estado actual hay varias ideas que se hacen presentes a lo largo de toda ella y que le confieren una cierta unidad de contenido. Destaquemos la repetida invitación a la alegría (Flp 1:8; Flp 1:4; Flp 1:25; Flp 2:2; Flp 2:17-18; Flp 2:28-29; Flp 3:1; Flp 4:1; Flp 4:10); el gozo y la preocupación del Apóstol por que los filipenses crezcan en la fe y se consoliden en la armonía y el amor cristiano (Flp 1:7-10; Flp 2:1-4; Flp 2:14; Flp 3:15; Flp 4:2); y de manera especial se resalta el papel protagonista que Cristo desempeña en la vida de Pablo y que tiene que desempeñar en la de todo cristiano (Flp 1:13-23; Flp 2:6-11; Flp 3:7-11; Flp 4:13).


La carta comienza con un saludo, una acción de gracias y una constatación emocionada del amor entrañable que Pablo siente por los filipenses (Flp 1:1-11). Sigue una reflexión sobre las consecuencias de la prisión de Pablo en relación con el anuncio del evangelio (Flp 1:12-29) y sobre la necesidad de seguir el ejemplo de Cristo (Flp 2:1-18). Unas noticias referentes a Timoteo y Epafrodito (Flp 2:19-30) preceden a una enérgica llamada de atención ante la presencia de predicadores judaizantes en Filipos (Flp 3:1-16), ante ciertas conductas inmorales (Flp 3:17-21) y ante el peligro de rivalidades y celos estériles en el seno de la comunidad (Flp 4:1-3). Nueva invitación a la alegría y a tomar en consideración todo lo que sea bueno, venga de donde venga (Flp 4:4-9). El tramo final — que puede constituir, como se ha dicho, una carta independiente — se hace eco de la sincera gratitud de Pablo por la generosa ayuda recibida de los filipenses (Flp 4:10-20).


4. Estructura de la carta


— Introducción (Flp 1:1-11)


I. — PAPEL CENTRAL DE CRISTO (Flp 1:12Flp 2:30)


II. — ADVERTENCIAS Y EXHORTACIONES (Flp 3:1Flp 4:9)


— Conclusión (Flp 4:10-23)


Fuente:

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Notas

Filipenses 1,1— creyentes: Lit. santos. Ver nota a Rom 1:7.

— Filipos: Ver Introducción a la carta.

— dirigentes y colaboradores: Lit. obispos y diáconos. Ha de tenerse en cuenta que el término griego epískopos significa “supervisor”; y el término diákonos significa “servidor”, “ministro”. Cuando Pablo escribe esta carta, estos términos aún no habían adquirido el sentido técnico que habían de adquirir más adelante en el seno de la comunidad cristiana para designar a unos concretos dirigentes de dicha comunidad; (ver, en cambio, 1Ti 3:1-13).


Filipenses 1,1Hch 16:1; Rom 1:1; Gál 1:10; Efe 6:6; Stg 1:1; 2Pe 1:1.
Filipenses 1,2Rom 1:7; 1Co 1:3; 2Co 1:2; Gál 1:3; 1Ts 1:1; 2Ts 1:2.
Filipenses 1,31Co 1:4; 1Ts 1:2; 1Ts 2:13; 2Ts 1:3.
Filipenses 1,5— mensaje evangélico: Lit. evangelio. El mismo término y con el mismo significado aparece en varios otros lugares de la carta. Ver notas a Mar 1:1 y Rom 1:1.
Filipenses 1,5Flp 1:29-30; Flp 4:3.
Filipenses 1,6Flp 1:10; 1Co 1:8; 1Co 2:16; 1Ts 4:15.
Filipenses 1,6— día de Cristo Jesús: Ver nota a 1Co 1:8.
Filipenses 1,7— la prisión: Cuando Pablo escribe este pasaje de la carta se encuentra encarcelado. Lo que es difícil de precisar es en qué ciudad estaba prisionero; ver, al respecto, Introducción a la carta, apartado 2.
Filipenses 1,7Flp 1:5; Flp 1:29-30; Rom 1:5; Rom 1:9; 1Ts 2:5.
Filipenses 1,9Col 1:9-10.
Filipenses 1,10Efe 1:4; 1Ts 3:13; 1Ts 5:23.
Filipenses 1,11Flp 2:11; Efe 1:6; Efe 1:12; Efe 1:14.
Filipenses 1,11— salvación: Utiliza aquí Pablo el vocablo griego dikaiosine, que frecuentemente se ha solido traducir por justicia, pero que, dada su riqueza de contenido, admite, y con frecuencia pide, otras traducciones según cada contexto, como en este caso. Ver nota a Rom 1:16.
Filipenses 1,13Flp 1:7; Efe 3:1; Efe 4:1; Flm 1:9.
Filipenses 1,13— la guardia imperial: Depende desde dónde se escribió la carta para determinar de qué “guardia” se trata. Si fue desde Roma, sería la guardia imperial propiamente dicha que acampaba junto a las murallas de Roma. Si desde Cesarea del Mar o desde Éfeso (esta última posibilidad es la más probable), se trataría de la guardia imperial en sentido amplio, es decir, los soldados con los que el gobernador de cada una de estas ciudades hacía valer los derechos de la Roma imperial.
Filipenses 1,21Gál 2:20; Col 3:3-4.
Filipenses 1,22— en este mundo: Lit. en la carne; en este caso, sin sentido peyorativo; (ver nota a Rom 7:5).
Filipenses 1,232Co 5:6-9; 1Ts 4:17; 1Ts 5:10; (ver Rom 14:8).
Filipenses 1,23— quiero morir: Lit. partir, soltar amarras. Parece que Pablo consideraba posible, aunque no muy probable, una condena a muerte como resultado final de su prisión (ver Flp 1:25-26).
Filipenses 1,26— cuando vuelva a verlos: Lit. en mi nueva presencia entre ustedes. Emplea aquí Pablo, referido a sí mismo, el vocablo “parousía” que en las cartas paulinas casi es un término técnico para designar la manifestación gloriosa de Cristo (ver nota a 1Co 15:23).
Filipenses 1,27— Su conducta: O bien, Su comportamiento como ciudadanos. El verbo griego utilizado por Pablo alude a lo que debe ser el comportamiento del ciudadano cabal, fiel cumplidor de las leyes de la ciudad o del reino al que pertenece (ver Flp 3:20; Efe 2:19).
Filipenses 1,27Flp 1:30; Efe 4:1-4; Col 1:29; Col 2:1.
Filipenses 1,29Flp 3:10; Mat 5:10-12; Hch 5:40-41; 2Co 11:24-33; 2Co 12:1-10; 1Pe 1:6.
Filipenses 1,30Col 1:24; Col 1:29; Col 2:1.
Filipenses 1,30— me vieron: Alusión a las dificultades que Pablo tuvo que soportar en Filipos durante su visita fundacional (Hch 16:19-40 y 1Ts 2:2).