II Samuel  12 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 31 versitos |
1

Denuncia de Natán y castigo de David

El Señor envió a Natán a ver a David. Cuando llegó, le dijo: — En una ciudad vivían dos hombres º, uno rico y otro pobre.
2 El rico tenía muchos rebaños de ovejas y vacas.
3 Pero el pobre no tenía nada más que una pequeña cordera que había comprado. La había criado y había crecido con él y con sus hijos. Comía de su boca, bebía de su vaso y dormía en su regazo, como una hija.
4 Un día que el rico tuvo una visita, no quiso utilizar ninguna de sus ovejas y vacas para preparárselas a su visitante, sino que tomó la corderilla del pobre y se la preparó al hombre que lo había visitado.
5 David se enfureció contra aquel hombre y le dijo a Natán: — ¡Por Dios! ¡El hombre que ha hecho eso merece la muerte!
6 ¡Y tendrá que pagar cuatro veces º el precio de la corderilla, por haber actuado así, sin mostrar compasión! º
7 Entonces Natán dijo a David: — ¡Ese hombre eres tú! Y esto te dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí como rey de Israel y te libré del poder de Saúl.
8 Yo te entregué la casa de tu señor y puse sus mujeres en tus brazos; te entregué las tribus de Israel y de Judá y, por si esto fuera poco, pensaba darte aún mucho más”.
9 ¿Por qué has despreciado la palabra del Señor, haciendo lo que le desagrada? Has asesinado a Urías, el hitita, por medio de la espada amonita, y te has apoderado de su mujer.
10 Pues bien, por haberme despreciado, tomando a la mujer de Urías, el hitita, para convertirla en tu esposa, la espada ya nunca abandonará tu casa.
11 Esto dice el Señor: Yo haré que la desgracia te sobrevenga desde tu propia casa. Tomaré tus mujeres en tu propia cara y se las entregaré a tu prójimo, para que se acueste con ellas º en tu cara y a la luz de este sol. º
12 Lo que tú hiciste a escondidas yo lo haré delante de todo el pueblo y a plena luz.
13 David dijo a Natán: — ¡He pecado contra el Señor! Natán le respondió: — El Señor ha perdonado tu pecado. No morirás. º
14 Pero por haber despreciado totalmente al Señor * actuando así, el hijo que has tenido morirá º.
15 Natán se fue a su casa. El Señor hirió al hijo que la mujer de Urías había dado a David y cayó enfermo.
16 David suplicó a Dios por el niño, hizo ayuno y pasaba las noches acostado en el suelo.
17 Los ancianos de su casa intentaron levantarlo del suelo, pero él no quiso y tampoco aceptó comer nada con ellos. º
18 Al séptimo día murió el niño y los servidores de David temían darle la noticia de su muerte, pues se decían: — Si cuando el niño estaba vivo, le hablábamos y no nos escuchaba, ¿cómo vamos a decirle ahora que ha muerto el niño? ¡Cometerá alguna locura!
19 David se dio cuenta de que sus servidores cuchicheaban entre sí y comprendió que el niño había muerto. David preguntó a sus servidores: — ¿Ha muerto el niño? Ellos respondieron: — Sí, ha muerto.
20 Entonces David se levantó del suelo º, se bañó, se perfumó, se cambió de ropa y fue a la casa del Señor para adorarlo. Luego volvió a su casa, pidió que le prepararan de comer y comió.
21 Sus servidores le preguntaron: — ¿Por qué actúas así? Mientras el niño estaba vivo, ayunabas y llorabas por él; y ahora que ha muerto, te levantas y te pones a comer.
22 Pero David les contestó: — Mientras el niño estaba vivo, yo ayunaba y lloraba por él, pensando que el Señor podría apiadarse de mí y dejaría vivir al niño.
23 Pero ahora que ha muerto, ¿por qué voy a seguir ayunando? ¿Acaso podría recuperarlo? ¡Soy yo el que irá junto a él, pero él no volverá junto a mí!
24 Luego David consoló a su mujer Betsabé, fue a verla y se acostó con ella. Tuvo un hijo y David le puso de nombre Salomón. El Señor lo amó º
25 y envió al profeta Natán, que le puso de sobrenombre Jedidías º, en honor del Señor.
26

La conquista de Rabá

(1 Cr 20:1-3)

Joab atacó Rabá, la capital amonita, y se apoderó de la ciudad real.
27 Entonces envió mensajeros para decirle a David: — He atacado Rabá y me he apoderado de la ciudadela de las aguas º.
28 Moviliza, pues, al resto del ejército y ven a asediar la ciudad para conquistarla. Pues, si la conquisto yo, le pondrán mi nombre.
29 David movilizó a todo el ejército, marchó hacia Rabá, la atacó y la conquistó.
30 Se apoderó de la corona real *, la corona que pesaba treinta y tres kilos de oro º, y de una piedra preciosa, que David puso sobre su cabeza, y sacó de la ciudad un inmenso botín.
31 Sacó también a la gente que había en la ciudad y la puso a trabajar con sierras, picos y hachas o a fabricar ladrillos º. Y lo mismo hizo con todas las ciudades amonitas. Después David regresó con todo el ejército a Jerusalén.

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Introducción a II Samuel 

VER 1 SAMUEL.


Fuente:

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Notas

II Samuel  12,1Ver 2Sa 14:4-17.


II Samuel  12,1— vivían dos hombres: El recurso a la parábola (2Sa 12:1 b - 2Sa 12:2-4) u otro tipo de lenguaje de ficción (ver 2Sa 14:1-24; 1Re 20:35-43) presenta un supuesto verosímil y persigue la implicación del interlocutor en su resolución.
II Samuel  12,6Éxo 22:1; (ver Luc 19:8).
II Samuel  12,6— pagar cuatro veces: Es la restitución prevista por Éxo 22:2. Consecuentemente, y aunque no quede estipulado en la condena, cuatro hijos de David (el primer hijo de Betsabé, Amnón, Absalón y Adonías) morirán de forma prematura.
II Samuel  12,112Sa 16:22.
II Samuel  12,11— se acueste con ellas: Referencia a 2Sa 16:21-22.
II Samuel  12,132Sa 24:10; 2Sa 24:17; ver 1Sa 15:24-30.
II Samuel  12,14— al Señor: Lit. a los enemigos del Señor. Se trata de un eufemismo para evitar imprecaciones asociadas al nombre divino (1Sa 20:16; 1Sa 25:22 y nota).

— morirá: Ver, sin embargo, una perspectiva diferente en 2Re 14:6.
II Samuel  12,172Sa 3:35.
II Samuel  12,20— se levantó del suelo: El proceder de David invierte las costumbres habituales del duelo (ver 2Sa 1:11-12; 2Sa 3:31-35; 2Sa 18:33-2).
II Samuel  12,24— El Señor lo amó: Esta breve frase, en marcado contraste con 2Sa 11:27 b, equivale a una fórmula de elección divina y anticipa sutilmente el desenlace positivo de la historia de la sucesión. La promesa dinástica (2Sa 7:12-15) empieza a mostrar su eficacia.
II Samuel  12,25— Jedidías: Este nombre significa precisamente “amado del Señor” (2Sa 12:24 b).
II Samuel  12,27— ciudadela de las aguas: Podría tratarse de la fortificación que defendía el depósito o la conducción de las aguas.
II Samuel  12,30— real: la versión griega dice: de Moloc. Se trataría, pues, de la corona de la estatua del dios amonita.

— treinta y tres kilos de oro: Lit. un talento de oro. Ver TABLA DE PESAS, MEDIDAS Y MONEDAS.
II Samuel  12,31— fabricar ladrillos: Evocación de Éxo 1:14. La utilización de prisioneros extranjeros en trabajos forzados impulsó notablemente la economía en los reinados de David y Salomón.