Levítico 25 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 55 versitos |
1

Año sabático

El Señor se dirigió a Moisés en el monte Sinaí y le dijo:
2 — Habla a los israelitas y diles: Cuando hayan entrado en la tierra que yo les entrego, la tierra deberá disfrutar de un tiempo de descanso en honor del Señor º.
3 Seis años sembrarás tu campo, y seis años podarás tu viña y recogerás su producto.
4 Pero el séptimo año la tierra disfrutará de descanso completo en honor del Señor: no sembrarás tu campo, ni podarás tu viña.
5 No cosecharás los rebrotes de la última siega, ni vendimiarás las uvas que pueda producir tu viñedo; será un año de descanso para la tierra.
6 Lo que produzca espontáneamente la tierra en este año de descanso les servirá de alimento a ti, a tu siervo, a tu sierva, a tu criado y al extranjero que viva contigo;
7 también a tu ganado y a los animales que haya en tu tierra, les servirá de alimento todo lo que ella produzca º.
8

Año jubilar

Contarás siete semanas de años, siete por siete años, o sea, cuarenta y nueve años. º
9 El día diez del séptimo mes, que es el Día de la Expiación, harás sonar la trompeta; ese día harán sonar la trompeta por toda su tierra.
10 Declararán santo ese año cincuenta y proclamarán la liberación para todos los habitantes del país. Será para ustedes año jubilar: cada uno recobrará su propiedad y cada cual regresará a su familia.
11 El año cincuenta será para ustedes año jubilar: no sembrarán, ni cosecharán los rebrotes de la última siega, ni vendimiarán las uvas que pueda producir su viñedo.
12 Es año jubilar y debe ser sagrado para ustedes: comerán sólo lo que la tierra espontáneamente produzca.
13 En este año de jubileo cada uno recuperará su propiedad.
14 Por tanto, si compran o venden algo a su prójimo, que nadie engañe a su hermano º.
15 En lo que compres a tu prójimo se tendrá en cuenta el número de años pasados después del año jubilar; asimismo, él te venderá teniendo en cuenta el número de años de cosecha que quedan.
16 El precio aumentará o disminuirá en proporción a los años que falten para el próximo año jubilar; la venta se hará según el número de las cosechas.
17 Y que ninguno engañe a su prójimo; antes bien, respeten a su Dios. Yo soy el Señor, su Dios.
18

Añadido sobre el año sabático

Cumplan mis leyes y guarden mis mandamientos; pónganlos en práctica y así vivirán seguros en la tierra,
19 una tierra que dará su fruto del que comerán hasta saciarse, viviendo seguros en ella.
20 Tal vez se pregunten: ¿y qué comeremos el séptimo año, pues no vamos a sembrar ni a recoger nuestros frutos?
21 Pues yo les contesto que les enviaré mi bendición el sexto año, de manera que haya fruto para tres años.
22 El año octavo sembrarán, pero seguirán comiendo de la cosecha anterior; así harán hasta el año noveno en que llegue el nuevo fruto.
23

Rescate de la tierra y otras propiedades

La tierra no se podrá vender a perpetuidad, porque la tierra es mía y ustedes son como residentes extranjeros en mi propiedad º. º
24 Por tanto, en toda la tierra que poseen, concederán el derecho a rescatar la posesión de la misma.
25 Si se empobrece tu hermano * y tiene que vender parte de su propiedad, entonces su pariente más cercano vendrá y rescatará lo que su familiar tuvo que vender. º
26 Puede suceder que alguien no tenga quien lo rescate; entonces, si él mismo consigue lo suficiente para el rescate,
27 calculará los años pasados desde la venta, pagará la diferencia al comprador y recobrará su propiedad.
28 Pero si no consigue lo suficiente para recuperarla, la propiedad quedará en poder del comprador hasta el año del jubileo; en el año del jubileo la tierra dejará de pertenecer al comprador, quedará liberada y volverá a su anterior propietario.
29 Quien venda una vivienda en una ciudad amurallada tendrá derecho a recuperarla durante el período de un año a partir de la venta; tendrá un año para poder rescatarla.
30 Si no es rescatada en el plazo de un año, la vivienda que esté situada en una ciudad amurallada quedará para siempre en poder del comprador y de sus descendientes; ni siquiera en el año jubilar será liberada.
31 En cuanto a las casas de aldeas no amuralladas, serán consideradas como los terrenos del campo: podrán ser rescatadas y quedarán liberadas el año jubilar.
32 Los levitas, por su parte, tendrán siempre derecho de rescate sobre las ciudades y casas que posean en ellas. º
33 Si no las rescatan, quedarán liberadas el año del jubileo, porque las casas de las ciudades levíticas son su propiedad * en medio de los israelitas.
34 Por lo que atañe a los campos que rodean sus ciudades, no podrán ser vendidos, porque les pertenecen a perpetuidad º.
35

Préstamos y sus intereses

Si uno de tus hermanos º que convive contigo empobrece y se arruina, lo ampararás, aunque sea extranjero residente, para que pueda seguir conviviendo contigo.
36 Por respeto a tu Dios no le exigirás intereses ni recargo alguno. Deja que tu hermano viva contigo.
37 No le prestarás tu dinero con usura ni le cobrarás intereses por proveerle de alimentos.
38 Yo soy el Señor, su Dios, el que los sacó del país de Egipto para entregarles la tierra de Canaán y ser su Dios.
39

Normas sobre los esclavos

Y si un hermano * tuyo que convive contigo se arruina y se vende a ti, no lo harás trabajar como esclavo. º
40 Permanecerá contigo como empleado o como residente extranjero y trabajará para ti sólo hasta el año del jubileo.
41 Entonces tanto él como sus hijos quedarán libres, y podrá regresar a su familia y a la heredad de sus antepasados.
42 Son siervos míos a quienes liberé de la opresión egipcia y no podrán ser vendidos como esclavos. º
43 Por respeto a tu Dios no lo tratarás con dureza.
44 El esclavo o la esclava que puedas tener, deberán pertenecer a las naciones que están alrededor de ustedes; de esas naciones sí podrán comprar esclavos y esclavas.
45 También podrán comprar como esclavos a los hijos y familiares de los extranjeros que han nacido en la tierra de ustedes y viven entre ustedes; estos sí podrán ser de su propiedad.
46 Además, los podrán dejar en herencia para sus hijos, como propiedad hereditaria, convirtiéndolos en sus esclavos a perpetuidad. Pero entre hermanos israelitas no se tratarán unos a otros con dureza.
47 Si un extranjero residente que convive contigo llega a prosperar y, en cambio, un hermano tuyo que convive con él se arruina y tiene que venderse a ese extranjero o a uno de sus familiares,
48 una vez vendido, le quedará el derecho de rescate; alguien de su familia lo podrá rescatar:
49 su tío o su primo o un pariente cercano de su familia lo podrá rescatar. Incluso, él mismo se podrá rescatar si tiene medios suficientes para ello.
50 Fijará con el comprador el tiempo transcurrido desde el año de la venta hasta el año jubilar y se calculará el precio de venta según el número de los años que quedan, valorando los días de trabajo como los de un jornalero.
51 Si faltan todavía muchos años, pagará por su rescate en proporción al precio por el cual se vendió.
52 Y si quedan pocos años hasta el año del jubileo, entonces hará el cálculo correspondiente y pagará por su rescate según los años que resten.
53 Estará a su servicio como un jornalero de contrato anual y no permitirás que sea tratado con dureza.
54 Pero si no es rescatado durante esos años, en el año del jubileo tanto él como sus hijos quedarán libres.
55 Porque sólo a mí me pertenecen los israelitas como siervos; ellos son mis siervos, pues yo fui quien los saqué de la tierra de Egipto. Yo soy el Señor, su Dios.

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Introducción a Levítico

INTRODUCCIÓN



Abre mis ojos —proclama el salmista— para que vea las maravillas de tu ley (Sal 119:18). Con estas palabras no sólo expresa su ardiente deseo de entender lo maravilloso de la palabra divina, sino también que estas maravillas no siempre se manifiestan claramente. Esta realidad se hace particularmente patente en el libro de Levítico, el tercer libro de la Biblia, donde el lector se enfrenta a complicadas prescripciones rituales y a leyes con frecuencia un tanto sorprendentes, cuya finalidad no es fácilmente discernible y asimilable para nuestra mentalidad contemporánea. Es importante y altamente provechoso, sin embargo, captar el profundo sentido de transcendencia divina y de preocupación por cuidar la dimensión religiosa del ser humano, que alientan las páginas de este libro, a primera vista extraño a nuestra sensibilidad actual y en consecuencia de lectura no muy atractiva. A este respecto, no debe olvidarse que a Levítico pertenece el mandamiento de “amar al prójimo como a uno mismo” (Lev 19:18), mandamiento que Jesús recoge en su mensaje como uno de los componentes esenciales de la ética cristiana (Mar 12:31). Es este sentido ético el que penetra la mayor parte de las prescripciones rituales contenidas en Levítico y el que nos invita a leerlo, si no con un entusiasmo desbordante, sí con interés y respeto.


1. Título y texto


El nombre —LEVÍTICO— con que actualmente conocemos este libro no es el original de la Biblia hebrea. Los israelitas lo designaban con la primera palabra del mismo, a saber, Vayiqrá que significa: “y él llamó.”


Fue la traducción griega llamada de los LXX, y tras sus huellas la traducción latina llamada Vulgata, la que asignó al libro el nombre de Levítico (Levitikon, Liber Leviticus) en razón de que sus principales protagonistas (Aarón y sus descendientes sacerdotes encargados de todo lo referente al culto divino) pertenecen a la tribu de Leví. En cuanto a los levitas estrictamente tales, es decir, la institución encargada de ayudar y colaborar con la clase sacerdotal en la organización del culto, sólo son mencionados en Lev 25:32-34.


El texto hebreo de Levítico ha llegado hasta nosotros a través de la tradición masorética, de los manuscritos encontrados en los descubrimientos de Qumrán, y del Pentateuco Samaritano. A su vez, las antiguas traducciones al griego (los LXX), al arameo (los llamados “targumes”), al siriaco (la Peshita) y al latín (la Vulgata) revelan, aunque a veces con significativas variantes, un texto hebreo sustancialmente equivalente al hebreo del Texto Masorético y de los manuscritos de Qumrán.


2. Proceso de composición


Como los otros cuatro libros del Pentateuco, Levítico es el resultado de un proceso redaccional, sin duda, bastante complejo. Prácticamente nadie sostiene en la actualidad que Moisés pueda ser directamente su autor. Se piensa más bien que fue elaborado en una época mucho más reciente, concretamente en la época del postexilio, cuando los israelitas, privados de las dos instituciones clave en su historia precedente —la monarquía y el profetismo— vuelven los ojos al culto, al Templo y a la institución sacerdotal como único punto de referencia para seguir subsistiendo como nación. Es, pues, Levítico una obra básicamente sacerdotal que, a la vuelta del exilio, está muy preocupada por salvaguardar la identidad del pueblo elegido. Se trata de recordar y purificar de toda escoria las antiguas normas cultuales, adaptándolas a la situación actual de la comunidad; se trata de alumbrar una piedad más personal e interior que la de tiempos pasados, restaurando unas prácticas rituales correctas, pero promoviendo también unos valores éticos que hagan a la comunidad israelita moralmente superior a los demás pueblos. Para ello se prescribe una serie de normas que, enraizadas en la alianza del Sinaí, se colocan a la sombra de Moisés y se avalan con la autoridad directa del Señor.


Así pues, la mayor parte del libro de Levítico pertenece al estrato de la tradición sacerdotal del Pentateuco, que data en su conjunto de la época del destierro en Babilonia y conoce su redacción definitiva en el inmediato postexilio. Pero ello no impide que el redactor o redactores del libro hayan utilizado materiales más antiguos, entre ellos el llamado Código de Santidad (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46), pertenecientes muchos de ellos al período preexílico.


3. Contenido y estructura


Como acabamos de afirmar, el libro de Levítico es uno de los documentos más significativos de la tradición sacerdotal israelita que, junto con la yavista, la elohista y la deuteronomista, ha dado lugar al gran bloque histórico-legislativo denominado por los judíos Torá (Ley) y por los griegos Pentateuco. El contenido de Levítico se encuadra en la llamada “Sección del Sinaí” y lo integran cuatro grandes cuerpos legales, más un apéndice. Tiene como principales, aunque no únicos destinatarios, a los sacerdotes pertenecientes a la tribu de Leví que eran los responsables oficiales de salvaguardar la santidad del culto divino, tema nuclear del libro.


El primer cuerpo (Lev 1:1-17; Lev 2:1-16; Lev 3:1-17; Lev 4:1-35; Lev 5:1-19; Lev 6:8-30; Lev 7:1-38) recoge el código sacrificial del segundo Templo en la época del postexilio y está dirigido a lectores más o menos iniciados en la vida religioso-cultual de la comunidad israelita.


El segundo cuerpo (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24; Lev 10:1-20) describe el ceremonial de la consagración sacerdotal de Aarón y sus descendientes.


El tercer cuerpo (Lev 11:1-47; Lev 12:1-8; Lev 13:1-59; Lev 14:1-57; Lev 15:1-33; Lev 16:1-34) está centrado en las normas sobre la pureza o impureza ritual de todo tipo.


Y el cuarto cuerpo (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46), denominado Código de Santidad, gira en torno al estribillo: Sean santos porque yo, el Señor su Dios, soy santo, precisando lo que el israelita debe hacer o evitar para agradar al Señor, su Dios, y comportarse adecuadamente con el prójimo.


El último capítulo (Lev 27:1-34) es un apéndice que se ocupa de señalar, con rigurosa precisión, lo que debe pagarse al santuario en concepto de rescate por personas, animales o cosas que hayan sido previamente consagradas al Señor. Probablemente es un capítulo añadido con posterioridad a la redacción original del libro.


Así pues, por una parte, Levítico proclama y subraya la santidad transcendente de Dios; pero al mismo tiempo indica cómo el israelita fiel puede y debe hacerse partícipe de esa santidad, observando una serie de normas morales y de prácticas rituales que le harán entrar en comunión vital con Dios y lo irán preparando de forma providencial para recibir la revelación de la nueva alianza.


Según esto, podemos ya señalar las líneas fundamentales de la estructura temático-literaria de Levítico. Serían las siguientes:


I.— REGULACIÓN DE LOS SACRIFICIOS (Lev 1:1-17; Lev 2:1-16; Lev 3:1-17; Lev 4:1-35; Lev 5:1-19; Lev 6:8-30; Lev 7:1-38)


Los holocaustos (Lev 1:1-17)


Ofrendas de cereal (Lev 2:1-16)


Sacrificios de comunión (Lev 3:1-17)


Sacrificios expiatorios (Lev 4:1-35; Lev 5:1-19)


Administración de las ofrendas y sacrificios (Lev 6:8-30; Lev 7:1-38)


II.— EL ORDEN DEL CULTO (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24; Lev 10:1-20)


Consagración de los sacerdotes (Lev 8:1-36; Lev 9:1-24)


Normas adicionales (Lev 10:1-20)


III.— NORMAS SOBRE LA PUREZA E IMPUREZA RITUAL (Lev 11:1-47; Lev 12:1-8; Lev 13:1-59; Lev 14:1-57; Lev 15:1-33; Lev 16:1-34)


Animales puros e impuros (Lev 11:1-47)


Impureza contraída durante el parto (Lev 12:1-8)


Normas sobre la lepra (Lev 13:1-59; Lev 14:1-57)


Impurezas sexuales (Lev 15:1-33)


El Día de la Expiación (Lev 16:1-34)


IV.— CÓDIGO DE SANTIDAD (Lev 17:1-16; Lev 18:1-30; Lev 19:1-37; Lev 20:1-27; Lev 21:1-24; Lev 22:1-33; Lev 23:1-44; Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46)


Inmolación de animales (Lev 17:1-16)


Prácticas sexuales no permitidas (Lev 18:1-30)


Llamada a la santidad (Lev 19:1-37)


Prácticas religiosas prohibidas (Lev 20:1-27)


Santidad de los sacerdotes y laicos (Lev 21:1-24; Lev 22:1-33)


Calendario de fiestas (Lev 23:1-44)


Prescripciones rituales y otras disposiciones (Lev 24:1-23; Lev 25:1-55; Lev 26:1-46)


V.— APÉNDICE (Lev 27:1-34)


Rescate de lo consagrado al Señor (Lev 27:1-34)


Fuente:

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Notas

Levítico 25,1-55Este capítulo contiene la única regulación registrada en el Pentateuco sobre la propiedad de la tierra. El principio operante es que la tierra no se puede vender a perpetuidad ya que sólo Dios es su dueño (Lev 25:23-24).


Levítico 25,1-7Éxo 23:10-11; (ver Deu 15:1 ss; Neh 10:1; 1Ma 6:49; 1Ma 6:53).
Levítico 25,2— un tiempo de descanso en honor del Señor: Aunque, a primera vista, la razón del “descanso” de la tierra es de tipo religioso (“honrar al Señor”), en el trasfondo late una razón práctica, a saber, evitar que se agote la capacidad productiva de la tierra.
Levítico 25,7— ... lo que ella produzca: Compárense estos versículos con Éxo 23:10-11 y se advertirá que la perspectiva es un tanto diferente.
Levítico 25,8Ver Isa 61:1-3.
Levítico 25,8-17Año Jubilar: La denominación proviene del término hebreo jóbel que significa en primer lugar “cuerno de carnero”, de donde pasó a significar la especie de “corneta” que se fabricaba con dicho cuerno y que se hacía sonar con ocasión de acontecimientos o celebraciones importantes. En el presente caso se hacía sonar al comienzo de este año singular en el que las propiedades debían volver a sus dueños originales y los esclavos debían recobrar la libertad. En realidad, las prescripciones señaladas en este pasaje bíblico no siempre debieron cumplirse en todo su rigor.
Levítico 25,14-25— hermano: Debe entenderse en el sentido amplio de compatriota o incluso de extranjero residente.
Levítico 25,23— en mi propiedad: El auténtico propietario de la tierra es el Señor. Los israelitas son simples usufructuarios.
Levítico 25,23Sal 39:12; 1Cr 29:15.
Levítico 25,25Jer 32:6-9; Rut 4:1-12.
Levítico 25,32Núm 35:18; Jos 21:1-45.
Levítico 25,33-34— son su propiedad... les pertenecen a perpetuidad: La tribu de Leví no participó en el reparto de la tierra prometida (ver Jos 13:14). En compensación se asignó a sus miembros una serie de ciudades-residencia dentro del territorio de las demás tribus con sus correspondientes terrenos de pastoreo. Esta asignación llevaba aparejada la prohibición de vender dichos terrenos.
Levítico 25,35-39— uno de tus hermanos: Ver nota a Lev 25:14.
Levítico 25,39Deu 15:12; (ver Éxo 21:2).
Levítico 25,42Lev 11:44-45+; Lev 25:55.