Numeros  3 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 51 versitos |
1

La tribu de Leví: rango y funciones

Esta es la descendencia de Aarón y de Moisés, cuando el Señor habló con Moisés en el monte Sinaí
2 y estos eran los nombres de los hijos de Aarón º: Nadab el primogénito, Abihú, Eleazar e Itamar. º
3 Así se llamaban los hijos de Aarón, sacerdotes ungidos y consagrados para ejercer la función sacerdotal.
4 Pero Nadab y Abihú murieron en el desierto de Sinaí, sin tener hijos, cuando ofrecieron fuego ilícito delante del Señor º. Por su parte, Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio durante la vida de su padre Aarón.
5 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
6 — Convoca a los de la tribu de Leví y ponlos a disposición del sacerdote Aarón para que lo asistan.
7 Ellos lo asistirán y asistirán a toda la comunidad en la Tienda del encuentro, desempeñando las tareas de la Morada º
8 Estarán a cargo de todos los utensilios de la Tienda del encuentro, y asistirán a los israelitas, desempeñando las tareas de la Morada.
9 Pondrás los levitas al servicio de Aarón y de sus hijos, pues le han sido donados por parte de los israelitas. º
10 Y designarás a Aarón y a sus hijos para que ejerzan el sacerdocio; el intruso que se arrogue ese derecho º será condenado a muerte.
11 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
12 — Mira, yo me reservo a los levitas de entre los demás israelitas en sustitución de todos los primogénitos —los primeros nacidos— de Israel; los levitas serán, pues, míos.
13 Porque mío es todo primogénito; desde el día en que yo hice morir a todos los primogénitos egipcios, consagré para mí a todos los primogénitos de Israel, tanto personas como animales. Y serán míos, pues yo soy el Señor. º
14

Primer censo de los levitas

El Señor se dirigió a Moisés en el desierto de Sinaí y le dijo:
15 — Haz un censo de los hijos de Leví según sus casas patriarcales, por sus clanes; registrarás a todos los varones mayores de un mes. º
16 Y Moisés los registró conforme a la palabra º y al mandato del Señor.
17 Estos son los nombres de los hijos de Leví: Guersón, Queat y Merarí. º
18 Los nombres de los hijos de Guersón por clanes son Libní y Simeí.
19 Los hijos de Queat por clanes son: Amrán, Jisar, Hebrón y Uziel;
20 y los hijos de Merarí por clanes son: Majlí y Musí. Estos son los clanes de Leví, según las casas patriarcales.
21 A Guersón pertenecía el clan de los libnitas y el de los simeitas; estos eran los clanes guersonitas.
22 Los censados, contando a todos los varones mayores de un mes, fueron siete mil quinientos.
23 Los clanes de Guersón acampaban al occidente detrás de la Morada.
24 El jefe de la casa patriarcal de los guersonitas era Eliasaf, hijo de Lael.
25 A los guersonitas correspondía, en la Tienda del encuentro, el cuidado de la Morada, de la Tienda y su cubierta, de la cortina de la entrada de la Tienda del encuentro, º
26 de las cortinas del atrio, y de la cortina de la puerta del atrio, que rodea la Morada, así como del cordaje necesario para todas las tareas de montaje º.
27 A Queat pertenecían los clanes de Amrán, Jisar, Hebrón y Uziel; estos eran los clanes de los queatitas.
28 Los censados, que cumplían funciones en el santuario, contando a todos los varones mayores de un mes, fueron ocho mil seiscientos,
29 Los clanes de los queatitas acampaban al lado sur de la Morada.
30 El jefe de la casa patriarcal de los clanes queatitas era Elizafán, hijo de Uziel.
31 A cargo de ellos estaban el Arca, la mesa, el candelabro, los altares, los utensilios del santuario para ejercer el culto, el velo y todo lo necesario para las tareas de montaje *. º
32 El principal de los jefes de los levitas era Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, responsable de los que servían en las cosas santas.
33 A Merarí pertenecían los clanes de Majlí y Musí; estos eran los clanes meraritas.
34 Los censados, contando a todos los varones mayores de un mes, fueron seis mil doscientos.
35 El jefe de la casa patriarcal de Merarí era Zuriel, hijo de Abijail, y acampaban al lado norte de la Morada.
36 A cargo de los meraritas estaba la custodia de los tablones de la Morada, sus barras, sus columnas, sus basas, todos sus utensilios y todo lo necesario para las tareas de montaje *. º
37 También estaban a su cargo las columnas alrededor del atrio, sus basas, sus estacas y sus cuerdas.
38 En cuanto a Moisés, a Aarón y a sus hijos, debían acampar al oriente, frente a la Morada, es decir, frente a la Tienda del encuentro, y a su cargo estaban las tareas del recinto sagrado * en sustitución de los demás israelitas. Cualquier intruso que se arrogue ese derecho º, será condenado a muerte.
39 El total de los levitas que Moisés y Aarón * censaron según sus respectivos clanes por orden del Señor º —todos ellos varones y mayores de un mes—, fue de veintidós mil.
40

El rescate de los primogénitos

El Señor dijo a Moisés: — Censa a todos los primogénitos varones de los israelitas mayores de un mes, y registra sus nombres.
41 Y reserva a los levitas para mí —yo soy el Señor— en lugar de todos los primogénitos de Israel; reserva también para mí el ganado de los levitas en lugar de todos los primogénitos del ganado de los israelitas.
42 Censó entonces Moisés, como el Señor le había mandado, a todos los primogénitos de los israelitas.
43 El total de todos los primogénitos varones mayores de un mes, registrados por sus nombres, fue de veintidós mil doscientos setenta y tres.
44 Luego el Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
45 — Reserva para mí a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los israelitas; y reserva también el ganado de los levitas en lugar del ganado de los israelitas; los levitas serán míos. Yo soy el Señor. º
46 Y como rescate por los doscientos setenta y tres primogénitos israelitas, que exceden el número de los levitas,
47 tomarás cinco siclos por cabeza, según el valor del siclo del santuario que es de veinte gueras º,
48 dando a Aarón y a sus hijos el dinero del rescate de los que exceden.
49 Tomó, pues, Moisés el dinero correspondiente al rescate de los que excedían el número de los rescatados por los levitas
50 —el dinero correspondiente al rescate de los primogénitos de los israelitas que sumaba mil trescientos sesenta y cinco siclos en total, según el valor del siclo del santuario—
51 y se lo dio a Aarón y a sus hijos, conforme a la orden que el Señor había dado a Moisés.

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Introducción a Numeros 

INTRODUCCIÓN


El libro de Números se centra sobre todo en narrar la marcha de los israelitas a través del desierto, camino de la tierra prometida. Fue esta una vivencia histórica que dejó una profunda huella en la memoria colectiva de Israel. Los profetas Oseas y Jeremías describen esta época con rasgos netamente positivos, como el tiempo de las relaciones ideales entre Dios y su pueblo (Jer 2:2-3; Ose 2:14-21). Para la escuela deuteronomista es el tiempo y el lugar en que Dios pone a prueba a su pueblo (Deu 8:2-6), una prueba de la que no siempre los israelitas salieron bien parados, como lo hace notar el profeta Ezequiel (Eze 20:1-49) y también el salmista que invita a su generación a no comportarse como lo hizo la generación del desierto, generación terca y rebelde que no fue fiel a Dios (Sal 78:8).


Llegados los tiempos de la Nueva Alianza, Juan Bautista y Jesús de Nazaret buscarán repetir esta experiencia del desierto (Mat 3:1; Mat 4:1; Luc 1:80) tratando de encontrarse allí con Dios, de ser plenamente fieles a los planes divinos y de introducir al nuevo pueblo de Dios en la verdadera “tierra prometida”, una tierra que de veras mane leche y miel.


1. Título y texto


Siguiendo la costumbre semita de referirse a los libros bíblicos por sus primeras palabras, los judíos designaban a este libro —que hoy denominamos de NÚMEROS— con el título de “y él habló” y más comúnmente con el de bemidbar, es decir “en el desierto”, que es el que mejor corresponde al contenido y el que actualmente lleva en la Biblia hebrea.


El título castellano actual —libro de Números— procede de la versión griega de los LXX y se debe al interés del autor o autores del mismo por los censos, y a las abundantes cifras que se consignan en él.


En cuanto al texto hebreo que ha llegado hasta nosotros, hay que decir que el de Números presenta un excelente estado de conservación; sólo hay que exceptuar algún que otro versículo en pasajes poéticos (ver Núm 21:14; Núm 21:30 y Núm 24:22-24). Como testigos cualificados del texto primitivo disponemos del Texto Masorético, de la traducción griega de los LXX, del Pentateuco Samaritano y de algunos manuscritos de Qumrán (4QNm). Entre las traducciones antiguas merecen también mencionarse el targum arameo de Ónkelos, la Peshita siriaca y la Vulgata latina.


2. Contexto histórico


El libro de Números se sitúa históricamente en la época de formación del pueblo israelita, concretamente abarca el tramo que va desde la teofanía del Sinaí (Éxo 19:1-25Éxo 20:1-26; Éxo 32:1-35Éxo 34:1-35) hasta su llegada a las llanuras de Moab, en la ribera oriental del Jordán (Núm 22:1-41Núm 33:1-56). En este sentido podemos decir que Números continúa la trama narrativa de Éxodo y enmarca geográficamente los discursos parenéticos del Deuteronomio.


Es difícil para el historiador precisar el contorno exacto de los acontecimientos que tuvieron lugar en este período y que podrían fecharse en el último cuarto del segundo milenio a. C. Parece que diversos clanes seminómadas, unos procedentes de Egipto y otros oriundos de Canaán, pero étnicamente afines, se fusionaron para dar origen a una nación fuertemente aglutinada por lazos sobre todo religiosos. Ni los restos arqueológicos ni los textos extrabíblicos de la época nos proporcionan noticias sobre ello; se limitan a constatar movimientos de diversos grupos tribales en el marco de las migraciones de distintos clanes seminómadas en dirección a Palestina. Pero los avatares vividos por los clanes israelitas en esta marcha hacia Palestina dejaron un recuerdo perdurable en su memoria: incidentes de todo tipo, conflictos entre los componentes de las distintas tribus, derrotas sufridas, victorias obtenidas, itinerarios recorridos. El libro de Números es una evocación teológico-literaria de todas estas vivencias; ello hace que bastantes datos resulten poco verosímiles históricamente hablando. A la hora de organizar los materiales que integran el libro de Números, el autor tiene ante todo un interés religioso que relega a un segundo plano la precisión histórica.


3. Proceso de composición


Como el resto de los libros que integran el Pentateuco, el libro de Números es el resultado de un largo y complejo proceso redaccional. Remitimos sobre el particular a lo dicho en la introducción general al Pentateuco. Así pues, también en Números están presentes los grandes estratos literarios que conocemos con el nombre de tradición yavista (J), tradición elohista (E) y tradición sacerdotal (P). Los textos yavistas, más vinculados a las tribus del sur, resaltan sobre todo los aspectos humanos de los orígenes históricos del pueblo israelita e insisten en su destino universal (Núm 22:1-41; Núm 24:1-25); los elohistas, por su parte, ponen énfasis en la unidad de la nación que se está gestando, condenan cualquier tendencia separatista (Núm 16:12-34) y alumbran el despertar de la institución profética (Núm 11:25-29).


Pero es sobre todo la tradición sacerdotal la que vertebra de principio a fin el libro de Números. Podemos decir al respecto que autores de la escuela sacerdotal han reelaborado profundamente las antiguas tradiciones yavistas y elohistas, aportando al mismo tiempo una gran cantidad de materiales nuevos; con ello han dado origen a una obra que podemos considerar nueva, tanto en la forma como en el fondo. Por lo demás, lo mismo que en Éxodo y Deuteronomio, en el libro de Números alternan secciones narrativas y legales, de forma que los pasajes narrativos son como el marco de los textos legales y cultuales.


4. Contenido teológico y claves de lectura


Se ha dicho más arriba que el contenido teológico fundamental de Números está sobre todo inspirado por la tradición sacerdotal que considera a Israel no tanto como una nación más, implicada en la vida política internacional y preocupada por tanto de su organización militar, cuanto como una comunidad dedicada a rendir culto al Señor, su Dios. Así las cosas, todo en esta comunidad está perfectamente regulado, hasta en sus más mínimos detalles, por la voluntad divina. Aunque aparentemente es Moisés el que preside y guía a la comunidad, quien realmente la gobierna es la palabra del Señor.


Al ser un pueblo en marcha —la larga marcha a través del desierto—, Israel no dispone de un santuario asentado de manera estable en un lugar concreto, sino que Dios se hace presente, es decir mora (de donde el nombre peculiar del santuario: la Morada) en una Tienda movible y transportable; nadie puede monopolizar la presencia del Señor al mismo tiempo protectora y temible. Por su parte, la institución de los sacerdotes y levitas actúa de pararrayos para que el pueblo, tantas veces infiel y pecador, no sea fulminado por la cólera divina (Núm 8:19; Núm 16:47-48). Cabría, pues, decir que la marcha de los israelitas a través del desierto tiene más de procesión litúrgica y de camino teológico que de organización y marcha cívico-militar. En esta marcha teológica es posible reconocer una secuencia de momentos que se repiten una y otra vez: gracia, pecado, castigo, conversión y de nuevo gracia. Dicha secuencia —en la que la gracia es el momento clave— constituye uno de los principales ejes teológicos del libro. Con ello la comunidad del desierto se convierte en punto de referencia para el pueblo de Dios de todos los tiempos: al verse reflejada en el libro de Números, la comunidad eclesial comprenderá que es un pueblo en marcha, un pueblo de profetas, un pueblo dirigido por la palabra divina y dedicado a servir al Señor.


Digamos finalmente que, dentro del libro de Números, los textos de mayor calado y densidad teológica son los cuatro poemas que el autor pone en boca de Balaán, el singular protagonista de los cps. Núm 22:1-41Núm 24:1-25, y que pertenecen a las antiguas tradiciones yavista y elohista. En ellos se enfatizan los temas de la elección y la bendición divina que a través de Israel alcanzan al resto de la humanidad, temas cuya presencia mitiga en cierta manera la escasa presencia en Números de temas tan capitales como la creación, la promesa, la alianza o la ley.


5. Estructura


Según sean los criterios —geográficos, literarios o temáticos— que con preferencia se utilicen, así será la estructura que se aplique a Números. Si utilizamos criterios geográficos, cabría distinguir tres partes: a) Núm 1:1Núm 10:10 : estancia en el Sinaí; b) Núm 10:11Núm 21:35 : marcha desde el Sinaí hasta Transjordania; y c) Núm 22:1-41Núm 36:1-13 : acampada en las llanuras de Moab.


Pero cabe también utilizar criterios literario-temáticos como son los dos censos de Núm 1:1 ss y Núm 26:1 ss y como es el hecho de que Núm 1:1-54Núm 25:1-18 tenga como protagonista a la generación que salió de Egipto, mientras que en Núm 26:1-65Núm 36:1-13 lo es la generación que, totalmente renovada, se encamina hacia la tierra prometida. En la presente traducción seguimos este segundo modelo que articulamos como sigue:


I.— LA GENERACIÓN DEL ÉXODO (Núm 1:1-54 Núm 25:1-18)


EN SINAÍ (Núm 1:1Núm 10:10)


- Organización del campamento (Núm 1:1-54Núm 4:1-49)


- Leyes diversas y bendición sacerdotal (Núm 5:1-31Núm 6:1-27)


- Ofrendas de los jefes y normas para los levitas (Núm 7:1-89Núm 8:1-26)


- Celebración de la Pascua y partida (Núm 9:1Núm 10:10)


DESDE SINAÍ HASTA TRANSJORDANIA (Núm 10:11Núm 25:18)


- De Sinaí a Cadés (o Parán) (Núm 10:11Núm 12:16)


- En Cadés y su entorno (Núm 13:1Núm 20:13)


- De Cadés a Moab (Núm 20:14Núm 21:35)


- En la estepa de Moab (Núm 22:1-41Núm 25:1-18)


II.— LA GENERACIÓN DE LA CONQUISTA (Núm 26:1-65Núm 36:1-13)


- Normas sobre la ocupación de la tierra (Núm 26:1-65Núm 31:1-54)


- Ocupación de Transjordania y últimas disposiciones (Núm 32:1-42Núm 36:1-13)


Fuente:

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Notas

Numeros  3,1-51Los primeros dos capítulos de Números describen la organización militar de los israelitas; los dos capítulos siguientes se centran en la organización de la tribu de Leví.


Numeros  3,2— y estos eran los nombres: La acción se sitúa en el monte Sinaí; Nadab y Abihú mueren más tarde (Éxo 24:1, Lev 10:1-2). La doble introducción “esta es la descendencia” y “estos eran / son los nombres”, también se encuentra en Gén 25:12-13 y Núm 36:9-10.
Numeros  3,2Núm 26:60-61; Éxo 6:23; Lev 10:1-2.
Numeros  3,4— delante del Señor: Es decir, dentro del santuario.
Numeros  3,7-8— la Morada: Ver nota a Núm 1:50.
Numeros  3,9Núm 8:16; Núm 18:6.
Numeros  3,10— el intruso que se arrogue ese derecho: Ver nota a Núm 1:51.
Numeros  3,13Éxo 13:2; Éxo 13:12.
Numeros  3,15Núm 26:57-64.
Numeros  3,16— palabra: Lit. boca.
Numeros  3,17Gén 46:11; Éxo 6:16-19.
Numeros  3,25Ver Éxo 26:1-37.
Numeros  3,26Núm 3:31, Núm 3:36 : — montaje: El vocablo hebreo así traducido hace referencia a un “trabajo físico” en general que debe especificarse de acuerdo con el contexto. Aquí se refiere a la tarea, tanto de montar como de desmontar la Tienda del encuentro.
Numeros  3,31Núm 3:17-20; ver Éxo 25:10-40; Éxo 27:1-8.
Numeros  3,36Ver Núm 26:15-30; Núm 27:9-19.
Numeros  3,38— recinto sagrado: El vocablo hebreo utilizado, más que al edificio mismo del santuario, se refiere, bien al área del mismo (Lev 12:4), bien a los objetos sagrados del santuario (Lev 21:23).

— cualquier intruso que se arrogue ese derecho: Ver nota a Núm 1:51.
Numeros  3,39— Aarón: Se trata muy probablemente de una adición posterior. Así lo sugiere su ausencia en manuscritos antiguos, el singular del verbo pakad aquí traducido como plural -registraron- y la ausencia de Aarón en los vv. Núm 3:14 y Núm 3:16.

— por orden del Señor: Ver nota a Núm 3:16.
Numeros  3,40Núm 3:12-13; Éxo 13:2; Éxo 13:12.
Numeros  3,47— cinco siclos... veinte gueras: Para la equivalencia actual, ver TABLA DE PESAS, MEDIDAS Y MONEDAS.