I Macabeos 3 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 60 versitos |
1

II.— JUDAS MACABEO, LÍDER DEL LEVANTAMIENTO (3:1—9:22)

Judas inicia sus campañas

Judas, llamado Macabeo, sucedió a su padre.
2 Lo apoyaron todos sus hermanos y todos los que habían seguido a su padre, manteniendo con entusiasmo la lucha por Israel.
3 Él extendió la fama de su pueblo, como un héroe revestido de su coraza que se ciñe sus armas de guerra. Entró en combate protegiendo el campamento con su espada.
4 Por sus proezas era como un león, como un cachorro que ruge ante su presa.
5 Persiguió sin descanso a los malvados, y entregó como pasto de las llamas a los que perturbaban al pueblo. º
6 Los impíos se llenaron de terror; temblaron todos los que hacían el mal y, gracias a él, se alcanzó la liberación.
7 Amargó la vida a muchos reyes º, pero alegró a Jacob con sus proezas; su memoria será bendita por siempre.
8 Recorrió las ciudades de Judá, aniquiló a los impíos que había en ellas y apartó de Israel la ira de Dios.
9 Su fama llegó a los confines de la tierra, y reunió a los que estaban muy cerca de ser aniquilados.
10 Con el fin de luchar contra Israel, Apolonio º, reclutó un poderoso ejército formado por paganos y samaritanos.
11 Cuando Judas se enteró de esto, salió a su encuentro, lo derrotó y lo mató. Causaron muchas bajas entre los enemigos, y pusieron en fuga a los restantes.
12 Al recoger el botín, Judas se apoderó de la espada de Apolonio que, a partir de ese día, llevó siempre consigo en las batallas.
13 Al enterarse Serón º, jefe del ejército sirio, que Judas había reunido un contingente de fieles seguidores dispuestos para el combate,
14 se dijo: “Voy a hacerme famoso. Me cubriré de gloria en el reino, combatiendo contra Judas y sus secuaces, esos que desprecian el decreto real”.
15 Entonces, un poderoso ejército formado por gente impía, subió con él para vengarse de los israelitas.
16 Pero cuando se acercaban a la subida de Betorón º, Judas les salió al encuentro con unos pocos hombres,
17 quienes, al ver el ejército que venía contra ellos, dijeron a Judas: — ¿Cómo vamos a luchar nosotros, que somos tan pocos, contra ese ejército poderoso y fuerte? Además nos faltan las fuerzas, porque desde ayer estamos ayunando.
18 Judas les respondió: — No es imposible que una muchedumbre caiga en manos de unos pocos, pues Dios º lo mismo puede salvar con muchos que con pocos: º
19 en una batalla, la victoria no depende del número de soldados, sino del poder que viene del cielo.
20 Ellos, llenos de soberbia e impiedad, vienen a atacarnos con la intención de matarnos a nosotros, a nuestras mujeres y a nuestros niños, pretendiendo apoderarse de todo lo que tenemos;
21 pero nosotros vamos a luchar por nuestra vida y nuestras leyes.
22 ¡No les tengan miedo, porque Dios los destruirá ante nuestros propios ojos!
23 Apenas cesó de hablar, se lanzó por sorpresa contra sus enemigos y derrotó a Serón con todo su ejército.
24 Luego los persiguieron por la cuesta de Betorón hasta la llanura, haciendo que cayeran unos ochocientos hombres; los demás huyeron al país de los filisteos º. º
25 El temor a Judas y a sus hermanos comenzó a apoderarse de las naciones vecinas, que pronto se llenaron de pánico.
26 Su fama llegó a oídos del rey, y en todas las naciones se comentaban las victorias de Judas.
27

Antíoco y Lisias

Al enterarse Antíoco de lo que estaba sucediendo, montó en cólera y mandó que se reunieran todas las fuerzas armadas de su reino, tratando de organizar un ejército en extremo poderoso.
28 Abrió su tesoro y pagó a las tropas el salario de un año, ordenándoles que se preparasen para cualquier eventualidad.
29 Pero entonces advirtió que el dinero del tesoro se había acabado y que, a causa de las disensiones y los conflictos que él mismo había provocado al suprimir las costumbres vigentes desde tiempos inmemoriales, no bastaban los impuestos de la región.
30 Por eso temió que, como ya le había ocurrido en otras ocasiones, no le alcanzara el dinero para cubrir los gastos y regalos que él solía hacer de modo aún más espléndido que sus predecesores en el reino.
31 Profundamente preocupado, tomó la decisión de ir a Persia para cobrar los impuestos º de aquellas provincias y reunir así una considerable cantidad de dinero.
32 Entre tanto le encargó a Lisias, hombre ilustre y de linaje real, los asuntos del reino que abarcaban desde el río Éufrates hasta las fronteras de Egipto.
33 También le encomendó que, hasta su regreso, cuidara de su hijo Antíoco º.
34 Le confió la mitad del ejército, además de los elefantes, y le dio instrucciones sobre todo lo que debía hacer, en especial con relación a los habitantes de Judea y Jerusalén;
35 contra estos debía enviar un ejército, para destruir y aniquilar el poder de Israel y lo que aún quedara de Jerusalén, y para borrar de la tierra su memoria.
36 A continuación debía instalar extranjeros en todos los lugares del país y repartir las tierras entre ellos º.
37 El año ciento cuarenta y siete º tomó el rey la otra mitad de su ejército, se puso en marcha y, partiendo de Antioquía, la capital de su reino, atravesó el río Éufrates y recorrió las provincias de la meseta.
38

La invasión de Judea

Lisias eligió a Tolomeo hijo de Dorimeno, a Nicanor y a Gorgias º, personajes importantes entre los amigos del rey, º
39 y con ellos envió cuarenta mil soldados de infantería y siete mil jinetes con el fin de invadir el territorio de Judá y arrasarlo, según lo había dispuesto el rey.
40 Todas las tropas se pusieron, pues, en marcha, y acamparon cerca de Emaús º, en la llanura.
41 Al saberlo, los comerciantes de la región se dirigieron al campamento con gran cantidad de plata y oro — y también con cadenas— para comprar israelitas como esclavos. Al ejército se le sumaron fuerzas de Siria y del país de los filisteos º.
42 Judas y sus hermanos vieron que la situación era grave y que el ejército enemigo había acampado en el interior del país. Se enteraron también de que el rey había dado orden de destruir y exterminar al pueblo.
43 Entonces se dijeron unos a otros: “¡Libremos a nuestro pueblo de la ruina! ¡Luchemos por nuestro pueblo y por el Templo!”.
44 Luego se convocó una asamblea a fin de prepararse para la guerra, al mismo tiempo que oraban y suplicaban a Dios misericordia y compasión.
45 Jerusalén estaba deshabitada y desierta, ninguno de sus hijos entraba ni salía. El Templo había sido pisoteado, y los extranjeros ocupaban la ciudadela convertida en morada de paganos. El júbilo de Jacob había desaparecido, la flauta y la cítara guardaban silencio.
46 Una vez reunidos, se fueron a Mispá, frente a Jerusalén, porque en otro tiempo tuvo Israel en Mispá un lugar de oración. º
47 Aquel día ayunaron, se vistieron de sayal, se cubrieron la cabeza de ceniza y rasgaron sus vestiduras.
48 Abrieron el libro de la ley para descubrir en él lo que consultaban los paganos a sus ídolos; º
49 trajeron también las vestiduras sacerdotales, las primicias y los diezmos; reunieron a los nazareos que ya habían cumplido el tiempo de su voto º º
50 y clamaron al cielo, diciendo: — ¿Qué haremos con todos estos? ¿A dónde los llevaremos,
51 pues tu Templo ha sido pisoteado y profanado, y tus sacerdotes están de luto y humillados?
52 Los paganos se han aliado entre sí para exterminarnos: tú conoces lo que traman contra nosotros.
53 ¿Cómo podremos enfrentarnos a ellos si tú no vienes en nuestro socorro?
54 Después tocaron las trompetas y clamaron a gran voz.
55 Judas nombró en seguida, de entre el pueblo, jefes con mando sobre mil, sobre cien, sobre cincuenta y sobre diez.
56 Y, de acuerdo con la ley, permitió que regresaran a sus hogares los que estuvieran construyéndose su casa, los recién casados, los que estaban plantando una viña y los que tuvieran miedo. º
57 Luego se puso en marcha el ejército, acampando al sur de Emaús.
58 Judas les dijo: — ¡Prepárense y sean valientes! ¡Mañana, tan pronto amanezca, deben estar listos a luchar contra esos paganos que se han juntado para destruirnos a nosotros y a nuestro Templo!
59 Más nos vale morir en la batalla que ver las desgracias de nuestra nación y de nuestro Templo.
60 ¡Pero que se haga lo que Dios quiera!

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Introducción a I Macabeos

INTRODUCCIÓN


La denominación de estos libros como primero y segundo de los Macabeos puede inducirnos al error de pensar, como ocurre con los de Samuel, Reyes o Crónicas, que estos también son obras consecutivas. 2 Ma no es continuación de 1 Ma sino un escrito totalmente distinto e independiente. De hecho hay una cierta coincidencia en la cronología de los hechos relatados. La denominación de “segundo libro” le viene dada por el lugar que ocupa en los antiguos códices que lo transmiten.


Ambos libros narran desde perspectivas distintas y con distintos objetivos las luchas mantenidas por la familia macabea contra la dinastía seléucida con el fin de salvaguardar la libertad, en un primer momento religiosa y después también política, del pueblo de Israel. El apelativo macabeo (que significa “martillo”) proviene del apodo que recibió Judas, uno de los principales — si no el principal — miembros de la familia.


Debido al carácter diferente de ambas obras, abordaremos cada una de ellas por separado.


1 MACABEOS


La atención de 1 Ma se va a centrar, por un lado, en la sublevación macabea que conducirá progresivamente a la liberación del Templo y a la independencia nacional y, por otro lado, en los tres líderes protagonistas de la revuelta: Judas, Jonatán y Simón. La obra comprende, por tanto, un período de tiempo que va desde la subida al trono de Antíoco Epífanes en el año 175 a. C. hasta la muerte de Simón el en 134 a. C., unos cuarenta años.


1. Características literarias y estructura de la obra


El primer libro de los Macabeos está dentro de la tradición historiográfica del AT; incluso sigue modelos y esquemas de otros libros bíblicos como Jueces o Crónicas. Mantiene en su narración una cierta ambivalencia: mientras que, por un lado, queda patente en todo momento la parcialidad de su punto de vista, opuesto a los seléucidas y al partido helenista y claramente adepto del partido macabeo, a la vez da la sensación de procurar una presentación de los hechos lo más objetiva posible, basándose en fuentes fiables; a este respecto, llama la atención la gran cantidad de documentos oficiales y diplomáticos que aparecen citados al hilo de la narración.


En todo momento queda manifiesto que 1 Ma pretende hacer historia creyente. Sin embargo, a diferencia de 2 Ma, su autor es parco a la hora de señalar alusiones religiosas explícitas, poniendo más énfasis en el valor humano que en las intervenciones divinas.


El libro sigue, en su estructura, la sucesión cronológica de los hechos y de los tres líderes que llevaron a cabo la revuelta: Judas (1Ma 3:11Ma 9:22); Jonatán (1Ma 9:231Ma 12:52); y Simón (1Ma 12:531Ma 16:22).


2. Texto, autor y fecha de composición de 1 Ma


El texto original de 1 Ma estuvo escrito, posiblemente, en hebreo. Orígenes y Jerónimo, el traductor de la Vulgata, parecen haberlo conocido. A nosotros, sin embargo, no ha llegado más que en lengua griega; todas las versiones conocidas dependen del griego, aunque se trata de un griego con abundancia de semitismos y de giros habituales del AT.


El autor de la obra no viene mencionado en todo el libro. Puede intuirse que se trata de un judío palestino que conoce bien su tierra y la topografía del país, claramente vinculado a la dinastía asmonea y decididamente contrario a los judíos filohelenistas.


La fecha de composición no parece estar muy lejana a los hechos narrados. El libro cuenta la llegada al poder de Juan Hircano en el 135 a. C., pero no da más datos sobre su reinado; por otra parte, debió estar escrito antes de la toma de Jerusalén por Pompeyo en el 63 a. C. Los últimos años del siglo II podrían ser una buena fecha para su redacción final.


2 MACABEOS


Como ya hemos dicho, 2 Ma no es la continuación de 1 Ma. De hecho hay una cierta coincidencia cronológica. Así 2 Ma comienza su historia un poco antes de los hechos relatados en 1 Ma — finales del reinado de Seleuco IV — y termina con la derrota de Nicanor, antes de la muerte de Judas Macabeo. Vendría a coincidir con los siete primeros capítulos de 1 Ma y comprende unos 15 años de la historia de Israel.


1. Características literarias y estructura de la obra


El autor de 2 Ma escribe para los judíos de Alejandría con la intención de reforzar los sentimientos de fraternidad entre ambas comunidades: la de Palestina y la de Egipto. No pretende tanto el escribir la historia de la rebelión macabea cuanto dar una instrucción religiosa y moralizante. En función de este objetivo está el género literario utilizado, el “histórico-patético”. Este género, relativamente frecuente en la literatura helenística, pretende causar en el ánimo de los lectores los mismos efectos que la oratoria. En estas obras están muy marcados los efectos emocionales, los ritmos de las frases, la exageración de las cifras... 2 Ma, por tanto, estaría dentro de la literatura histórica edificante, que presenta de manera retórica los acontecimientos con el fin de agradar y provocar la simpatía del lector.


En función de este objetivo nos encontramos con una serie de elementos característicos de este género: la libertad para tratar los acontecimientos, donde los hechos a menudo no son más que ocasión para una enseñanza edificante; la constante intrusión del narrador para mostrar la correcta interpretación de los acontecimientos o para sacar conclusiones; el recurso a las apariciones celestes; la tendencia a esquematizar y simplificar personajes y situaciones; la ampulosidad de cifras y escenarios; la teatralidad de muchas de las escenas; etc.


La obra viene estructurada en dos partes, cada una de ellas finaliza con la institución de una fiesta: la purificación del Templo “hanukká” (2Ma 10:1-8) y el “día de Nicanor” (2Ma 15:36). El conjunto de la obra viene precedido de dos cartas dirigidas a los judíos de Alejandría (2Ma 1:12Ma 2:18) y de un prólogo (2Ma 2:19-32); todo concluye con un epílogo (2Ma 15:37-39) que, lo mismo que las cartas y el prólogo, parece un añadido posterior a la obra.


2. Texto, autor y fecha de composición de 2 Ma


El libro ha sido escrito originariamente en griego y, si excluimos las cartas que le sirven de introducción, son bastante raros los semitismos. Se presenta a sí mismo (2Ma 2:23) como un resumen de una obra en cinco volúmenes de un tal Jasón de Cirene, del que podemos suponer que era un historiógrafo judeohelenista, pero del que no sabemos nada más. Del autor del resumen tampoco tenemos ningún dato; posiblemente es él quien ha añadido las dos cartas dirigidas a los judíos de Alejandría, así como el prólogo y el epílogo.


En cuanto a la fecha de composición del libro no tenemos datos suficientes para precisarla mucho; 2Ma 1:10 habla del año 124 a. C. Lo más lógico es situarla, bien sea en la primera mitad del s. II a.C., o a finales del mismo).


Fuente:

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Notas

I Macabeos 3,51Ma 5:5; 1Ma 5:44; 2Ma 8:33.


I Macabeos 3,7— muchos reyes: En concreto Antíoco IV Epífanes, Antíoco V Eupátor y Demetrio I Soter.
I Macabeos 3,10— Apolonio: Según el historiador Flavio Josefo, era el gobernador de Samaría.
I Macabeos 3,13— Serón: Gobernador de Celesiria según Josefo.
I Macabeos 3,16— Betorón: A unos 17 km de Jerusalén, es el paso obligado para ascender desde la llanura marítima hasta las montañas de Judea. Judas renueva aquí la hazaña de Josué (Jos 10:1-43; Jos 11:1-23).
I Macabeos 3,18— Dios: El texto griego dice “cielo” evitando mentar a lo largo de todo el libro el nombre de Dios.
I Macabeos 3,181Sa 14:6.
I Macabeos 3,24Jos 10:10.
I Macabeos 3,24— país de los filisteos: Se trata de un arcaísmo ya que después de las invasiones asirias Filistea no existía como país independiente.
I Macabeos 3,31— para cobrar los impuestos: Posiblemente la razón principal de esta partida no fuera económica sino militar: reconquistar Armenia que se había sublevado aprovechando la muerte de Antíoco III y asegurar otras provincias del este ante el poderío creciente de los partos.
I Macabeos 3,33— Antíoco: Antíoco V Eupátor (164-161 a. C.).
I Macabeos 3,36— repartir las tierras entre ellos: Según el uso de los seleúcidas, Lisias, tras el exterminio de los judíos, debía confiscar todas sus posesiones y venderlas a colonos extranjeros, de esta forma Judea quedaría convertida en territorio real.
I Macabeos 3,37— año ciento cuarenta y siete: Es decir, el 165 a. C.
I Macabeos 3,38— Tolomeo: Gobernador de Celesiria y Fenicia.

— a Nicanor y a Gorgias: Nicanor está al frente de la expedición y Gorgias aparece a su lado como jefe militar propiamente dicho (2Ma 8:9); posteriormente se convertirá en el gobernador de Idumea, (2Ma 12:32).
I Macabeos 3,382Ma 8:8-15.
I Macabeos 3,40— Emaús: En la Sefela, a unos 25 km de Jerusalén, está en una posición estratégica dominando el acceso desde la llanura costera; no es, pues, el Emaús de Luc 24:13.
I Macabeos 3,41— país de los filisteos: Lit. extranjeros.
I Macabeos 3,462Ma 8:16-23.
I Macabeos 3,482Ma 8:23.
I Macabeos 3,49— el tiempo de su voto: Al término de su voto los nazareos debían de ofrecer un sacrificio en el Templo. Ahora no es posible puesto que ha sido profanado.
I Macabeos 3,49Núm 6:1-21.
I Macabeos 3,56Éxo 18:21-26; Deu 20:5-9; Jue 7:3.