Miqueas 5 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 15 versitos |
1 (4:14) Pero ahora, hazte incisiones, Jerusalén, y prepárate para la guerra *, pues nos han puesto asedio y golpean duramente * en la mejilla a los que gobiernan Israel º
2 (5:1)

El rey mesiánico

En cuanto a ti, Belén Efrata º, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti saldrá el caudillo de Israel, cuyo origen se remonta a días antiguos, a un tiempo inmemorial. º
3 (5:2) Por eso el Señor abandonará a los suyos hasta que dé a luz la que ha de dar a luz. Y el que aún quede de sus hermanos volverá a reunirse con el pueblo de Israel. º
4 (5:3) [El que ha de nacer] se mantendrá firme y pastoreará con la fuerza del Señor y con la majestad del Señor º, su Dios. Ellos, por su parte, vivirán seguros, porque él extenderá su poder hasta los confines mismos de la tierra.
5 (5:4) Él nos traerá la paz *; y cuando Asiria invada nuestra tierra e irrumpa en nuestros palacios, nos enfrentaremos a ella con siete pastores y ocho º príncipes º
6 (5:5) que pastorearán Asiria con la espada y el país de Nemrod º con el acero. Porque él será quien nos libre cuando Asiria invada nuestra tierra y ponga su pie en nuestro territorio.
7 (5:6)

Un resto entre las naciones

Será entonces el resto º de Jacob como rocío del Señor entre las naciones, como lluvia que cae sobre la hierba y para nada depende de humanos. º
8 (5:7) Será entonces el resto de Jacob, entre pueblos y naciones numerosas, como un león entre fieras salvajes, como un cachorro de león en medio de rebaños de ovejas: penetra, pisotea y desgarra sin que haya nadie que defienda.
9 (5:8)

No sirven los apoyos humanos ni los ídolos

¡Muestra tu poder contra tus adversarios y destruye a todos tus enemigos!
10 (5:9) Aquel día —oráculo del Señor— exterminaré tus caballos y haré desaparecer tus carros. º
11 (5:10) Eliminaré las ciudades de tu país y demoleré todas tus fortalezas;
12 (5:11) acabaré con tus hechicerías y no te quedarán adivinos.
13 (5:12) Destruiré tus ídolos y tus estelas º y no adorarás más la obra de tus manos;
14 (5:13) Arrancaré tus postes sagrados y convertiré en ruinas tus ciudades. º
15 (5:14) Con cólera y con furor me vengaré de las naciones que no han obedecido.

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Introducción a Miqueas

INTRODUCCIÓN


1. Trasfondo histórico-cultural


a) Situación política: Estamos en el último tercio del s. VIII a. C., en Judá, el Reino del Sur. El problema principal del momento lo constituye la política internacional, que afecta tanto a Israel como a Judá. Desde aproximadamente el año 743 a. C. Israel pagaba tributo a Tiglapileser III, rey de Asiria. El último rey de Israel (Oseas) se rebela en tiempos de Salmanasar V y Asiria responde conquistando Samaría (721/722 a. C.) y haciendo desaparecer el Reino del Norte.


Miqueas profetiza en tiempos de Jotán (740-736 a. C.), de Ajaz (736-716 a. C.) y de Ezequías (771-687 a. C.). A partir, sobre todo, de Ezequías, rey piadoso y reformador religioso, comienzan a soplar aires de liberación. Y es que tampoco Judá había quedado al margen de los deseos expansionistas de Asiria. En el año 734 a. C. el rey Ajab de Judá había pedido ayuda a Tiglapileser III de Asiria, con motivo de la guerra siro-efraimita. Aquella ayuda no fue gratuita: supuso el pago de un tributo que, al hacerse insoportable, dio lugar a la revuelta del año 705 a. C. cuyo resultado fue catastrófico: la invasión de Senaquerib (701 a. C.). En Miq 1:16; Miq 2:12-13; Miq 4:9-13; Miq 5:5-9 encontramos vestigios de esta situación.


b) Situación social: No menos grave que la situación política es la situación social. Como en otros profetas, es la misma profecía de Miqueas la que nos proporciona algunos datos. Los poderosos y notables — autoridades y jueces — son el blanco de su crítica social. El texto de Miqueas revela la tensión entre poderosos y débiles, y constata los atropellos frecuentes de los primeros contra los segundos (Miq 2:1-11). La denuncia social que hace el profeta en Miq 3:1-3 constituye, sin duda, uno de los pasajes proféticos más vibrantes al respecto. Si la denuncia está hecha antes de la reforma de Ezequías, se percibe a las claras la necesidad de la reforma; si está hecha después (las dos cosas son posibles) indicaría lo superficial de la misma, porque todos los denunciados son a la vez acusados de creerse apoyados por Dios (ver Miq 2:7; Miq 3:4; Miq 3:11).


c) La persona del profeta: De Miqueas sabemos poco. Su nombre es una forma abreviada de Mikayahu, que significa “¿quién es como el Señor?” (cercano a Mikael = “quién es como El”, es decir, como Dios). Era natural de Moréset, a unos 40 km al sudoeste de Jerusalén. En la profecía se presenta como un campesino que visita la ciudad; una visita que no es precisamente de negocios o de turismo. Los asirios han devastado ya el sur de Judá por lo que Miqueas, junto con otros campesinos, se encamina hacia Jerusalén, que aún no ha sucumbido al desastre. Su origen y talante campesino hacen que contemple las ciudades (Samaría y sobre todo Jerusalén) con una mirada enormemente crítica.


2. Aspectos literarios


Tal como nos ha llegado, el libro de Miqueas es el resultado de una compleja actividad redaccional, posterior al profeta, que se concreta en la organización temática del material, en la incorporación de añadidos (Miq 2:12-13; Miq 7:8-20), y en posibles relecturas tardías (incluso del tiempo del exilio en Babilonia), incorporadas al texto definitivo. Tan diverso es el material que se ha pensado en la posibilidad de dos autores distintos: uno del siglo VIII a. C. y otro del tiempo del exilio. Los que así piensan atribuyen al Miqueas del siglo VIII los cps. Miq 1:1-16Miq 3:1-12 y gran parte de los cps. Miq 6:1-16Miq 7:1-20. Los cps. Miq 4:1-13Miq 5:2-15 (a excepción de Miq 5:10-15) les parece que exigen un autor distinto más tardío. Otros, sin embargo, ven la diferencia no en el tiempo, sino en la procedencia. Habría, en efecto, dos autores, pero los dos del siglo VIII: uno oriundo del Reino del Sur (autor de los cps. Miq 1:1-16Miq 5:2-15) y otro oriundo del Reino del Norte (autor de los cps. Miq 6:1-16; Miq 7:1-20). Aunque no se admita esta hipótesis de dos autores, sí da idea del largo camino recorrido por el libro de Miqueas hasta llegar a la presente redacción.


En su conjunto presenta una amplia gama de géneros proféticos: advertencias y amenazas, oráculos de juicio y condena, requisitorias o pleitos judiciales, anuncios de salvación, composiciones litúrgicas... En el estilo se emparenta con Oseas y Amós por su frescura y sencillez, apasionamiento y crudeza. Sin embargo, la utilización frecuente de los juegos de palabras hace, a veces, difícil la comprensión del texto.


La estructura general del libro puede enunciarse así:


- Proceso contra Israel (con un elocuente mensaje social) (Miq 1:1-16Miq 3:1-12)


- Promesas a Sión (con esperanzada mirada al futuro) (Miq 4:1-13Miq 5:2-15)


- Nuevo proceso contra Israel (con amargas “quejas” por la ingratitud del pueblo) (Miq 6:1Miq 7:7)


- Liturgia de esperanza (Miq 7:8-20)


3. Contenido y dimensión religiosa


El nombre de Miqueas — quién como el Señor — es ya todo un símbolo. Se revela en él la personalidad de un fiel yavista profundamente preocupado por la situación de Jerusalén. Le hieren las injusticias de los poderosos, la complicidad de los jueces, el engaño de los profetas profesionales, la falsa piedad que intenta encubrir la injusticia con un culto puramente exterior y que provoca una falsa seguridad ante el juicio de Dios. De su mensaje podríamos destacar:


— La insistencia en el pecado social. Sea anterior o posterior a la reforma de Ezequías, la denuncia de Miqueas señala con fuerza que las cláusulas de la alianza son del todo incompatibles con una sistemática violación de la justicia interhumana.


— La serena mirada hacia el futuro. Propio del profeta es no rendirse; mantener viva la esperanza, incluso en medio de las situaciones más críticas. Jerusalén tiene aún futuro, y ese futuro es el de ser la meta en la peregrinación de los pueblos. La esperanza se mesianiza concentrándose geográfica y personalmente en un singular personaje — el Mesías — oriundo de Belén de Judá (Miq 5:2). Habrá liberación de opresores, alejamiento de toda forma de idolatría y de soberbia humana, y la paz mesiánica reinará por doquier (Miq 4:2-5; Miq 5:3-6).


— La queja de Dios ante la conducta del pueblo. La última parte del libro comienza con una apasionada requisitoria de Dios contra Israel. Es la queja de un Dios dolido por la infidelidad del pueblo (Miq 6:3). Una queja que busca el arrepentimiento. Pero cuando el arrepentimiento tiene lugar, no vale cifrarlo todo únicamente en el culto; implica también y necesariamente un comportamiento ético correcto (Miq 6:8).


Fuente:

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Notas

Miqueas 5,1— ... y prepárate para la guerra: Traducción conjetural de un texto hebreo oscuro. Consúltense otras opciones de traducción.

— duramente: Lit. con la vara, con el bastón.

— que gobiernan Israel: Lit. al juez de Israel. Tengamos en cuenta que el término hebreo juez significa también “libertador, salvador, gobernador” (ver Jue 12:7; 1Sa 1:15).


Miqueas 5,2-7Esta es una de las profecías más importantes de Miqueas e incluso de toda la literatura profética. El primer versículo es citado explícitamente por Mat 2:6.
Miqueas 5,2Mat 2:6; Jua 7:42.
Miqueas 5,2— Belén Efrata: El término efrata está relacionado con la idea de “fecundidad”, “producir fruto”. En cuanto nombre propio, quizás designó en su origen a un clan relacionado con Calé a cuya esposa se da el nombre de Efrata en 1Cr 2:19; 1Cr 2:24; 1Cr 2:50 (ver también 1Cr 4:4; Rut 1:2). Más tarde Efrata pasó a ser sinónimo de Belén (Gén 35:19; Rut 4:11).
Miqueas 5,3Isa 7:14.
Miqueas 5,4— del Señor: Lit. del nombre del Señor.
Miqueas 5,5— él nos traerá la paz: O bien: él será la paz.

— siete... ocho: Progresión numérica que indica una cantidad indeterminada, pero en todo caso considerable.
Miqueas 5,5Jue 6:24; Isa 9:6; Isa 57:19; (ver Efe 2:14-17).
Miqueas 5,6— el país de Nemrod: Nombre con el que se designa al ancestro que se considera origen de los pueblos de Mesopotamia.
Miqueas 5,7Miq 4:7+; Ose 14:5.
Miqueas 5,7— el resto: ver nota a Miq 4:6.
Miqueas 5,8Zac 9:10.
Miqueas 5,13— estelas: Piedras más o menos labradas que se erigían en medio del campo como signos religiosos en honor de determinadas divinidades.
Miqueas 5,14Ver Éxo 23:24; Éxo 34:13.