II Crónicas 33,12Cr 33:1-25; 2Cr 34:1-33; 2Cr 35:1-27; 2Cr 36:1-23 : A partir de Manasés los reyes de Judá, con la honrosa excepción de Josías, acumularán desaciertos y contribuirán en mayor o menor grado a la catástrofe inminente. El Cronista introduce con relación a su fuente algunas modificaciones puntuales, que mejorarán el juicio sobre Manasés y oscurecerán un tanto el de Josías, pero mantiene la impresión y valoración de conjunto.
II Crónicas 33,2— ofendió al Señor: La primera parte del informe cronista (
2Cr 33:1-9) reproduce, con escasos retoques, la larga lista de delitos acumulados por Manasés según
2Re 21:1-9. Omite, sin embargo, el oráculo de condena y castigo de
2Re 21:11-15 (sustituido por la referencia genérica
Deu 33:10) y la mención de los innumerables asesinatos cometidos por Manasés (
2Re 21:16).
II Crónicas 33,32Re 21:3+.
II Crónicas 33,3— santuarios: Ver nota a
1Sa 9:12.
II Crónicas 33,71Re 8:16;
2Re 17:17+.
II Crónicas 33,11— Entonces el Señor: La segunda parte del informe cronista sobre Manasés (
2Cr 33:11-25) es totalmente desconcertante y novedosa: incluye un castigo en forma de invasión asiria con la consiguiente deportación, una conversión del rey y una nueva vida marcada por la piedad y las buenas obras.
II Crónicas 33,18— su oración: Esta referencia ha dado lugar a un escrito apócrifo, conocido precisamente como la Oración de Manasés.
II Crónicas 33,182Re 21:17.
II Crónicas 33,19— Jozay: Si se interpreta el vocablo hebreo como un nombre propio, se trata de un personaje desconocido en cualquier otra fuente. Algunos lo entienden como nombre común y traducen: de los videntes.
II Crónicas 33,25— el pueblo mató: La conspiración que acabó con la vida de Amón posiblemente pretendía un cambio dinástico. Pero el pueblo, absolutamente fiel a la dinastía de David, interviene matando a los asesinos y entronizando como rey a Josías, el hijo de Amón.