II Samuel  11 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 27 versitos |
1 A la vuelta de un año, al tiempo de salir a campaña los reyes, mandó salir David a Yoab con sus servidores y con todo Israel. Devastaron el país de los ammonitas y pusieron cerco a Rabbá; pero David se quedó en Jerusalén.
2 Una tarde David se levantó de su lecho y se puso a pasear por la terraza del palacio real; y vio desde la terraza a una mujer que se estaba bañando, la cual era por cierto muy hermosa.
3 Mandó averiguar quién era aquella mujer, y le dijeron: Es Betsabé, hija de Eliam, esposa de Urías, el hittita.
4 David mandó emisarios para que la trajeran; y ella se presentó ante David quien durmió con ella, la cual acababa de purificarse de su inmundicia. Luego ella se volvió a su casa.
5 La mujer quedó encinta y se lo hizo saber a David, avisándole: Estoy encinta.
6 Entonces David mandó este mensaje a Yoab: Envíame a Urías el hittita. Y Yoab envió Urías a David.
7 Cuando Urías llegó ante él, David le preguntó por el estado de Yoab y el del pueblo, y por la marcha de la guerra.
8 Después díjole David a Urías: Baja a tu casa y lávate los pies. Salió Urías del palacio real, y tras él salió también un obsequio de la mesa del rey.
9 Pero Urías se acostó a la entrada del palacio real con todos los servidores de su señor y no bajó a su casa.
10 Avisáronle a David: Urías no ha bajado a su casa. Y David preguntó a Urías: ¿No acabas de llegar de un viaje? ¿Por qué no has bajado a tu casa?
11 Respondióle Urías: El arca, Israel y Judá habitan en tiendas; y mi señor Yoab y los servidores de mi señor acampan al raso. ¿Cómo voy a entrar yo en mi casa para comer y beber y dormir con mi mujer? ¡Por tu vida, por tu propia vida, no haré yo semejante cosa!
12 David replicó a Urías: Quédate aquí todavía hoy, y mañana te despediré. Urías se quedó en Jerusalén aquel día, y al día siguiente
13 David lo invitó a comer con él, y le hizo beber hasta embriagarse. Al atardecer, Urías salió para acostarse en su lecho junto a los servidores de su señor, pero no bajó a su casa.
14 A la mañana siguiente David escribió a Yoab una carta que le remitió por mano de Urías.
15 En ella había escrito: Colocad a Urías en vanguardia, donde sea más dura la lucha, y retiraos de él, para que sea herido y muera.
16 Así pues, Yoab, que sitiaba la ciudad, puso a Urías en el lugar en que sabía que estaban los guerreros más valientes.
17 Los de la ciudad hicieron una salida y atacaron a Yoab. Y cayeron no pocos del pueblo, de los servidores de David, y entre ellos murió también Urías el hittita.
18 Yoab mandó en seguida quien comunicara a David todos los detalles del combate,
19 y le dio esta orden al mensajero: Cuando hayas terminado de contar al rey todos los detalles del combate,
20 si estalla la cólera del rey y te dice: ¿Por qué os habéis acercado a la ciudad para combatir? ¿No sabíais que tirarían desde lo alto de la muralla?
21 ¿Quién hirió a Abimélek, hijo de Yerubbaal, sino una mujer que arrojó sobre él desde lo alto de la muralla una rueda de molino y por ello murió él en Tebés? ¿Por qué os habéis acercado a la muralla? Pero tú le dirás: Tu siervo Urías, el hittita, murió también.
22 Partió el mensajero, y en llegando ante David, le comunicó todo lo que le había mandado Yoab.
23 Y dijo el mensajero a David: Cuando aquellos hombres llevaban las de vencer sobre nosotros, hicieron una salida contra nosotros al descampado, pero los rechazamos hasta la entrada de la puerta;
24 mas los arqueros tiraban contra tus servidores desde lo alto de la muralla, y murieron algunos de los servidores del rey, entre ellos tu vasallo Urías, el hittita.
25 Entonces dijo David al mensajero: Esto has de decir a Yoab: No te aflijas por este incidente, pues la espada devora unas veces a unos y otras veces a otros. Refuerza tu ataque contra la ciudad y arrásala. Y tú, dale ánimo.
26 Cuando la mujer de Urías se enteró de que había muerto su marido, hizo duelo por su señor.
27 Pasado el luto, mandó David traerla a su casa y la tomó por esposa. Ella le dio a luz un hijo. Pero la acción de David resultó desagradable a los ojos de Yahvéh.

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Introducción a II Samuel 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas