I Crónicas 16 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 43 versitos |
1 Trajeron, pues, el arca de Dios y la colocaron en medio de la tienda que David había levantado para ella. Luego ofrecieron holocaustos y sacrificios pacíficos ante Dios.
2 Y después de ofrecer David los holocaustos y los sacrificios pacíficos, bendijo al pueblo en nombre de Yahvéh,
3 y repartió a todos los de Israel, hombres y mujeres, una hogaza de pan, un pastel de dátiles y otro de pasas a cada uno.
4 Y delante del arca de Yahvéh puso levitas que prestaran servicio, para que celebraran, glorificaran y alabaran a Yahvéh, Dios de Israel.
5 Asaf era el jefe; Zacarías el segundo; luego: Aziel, semiramot, Yejiel, Matatías, Eliab, Benayá, ObedEdom y Yeiel, que tocaban arpas y cítaras; Asaf hacía resonar los címbalos.
6 Los sacerdotes Benayá y Yajaziel tocaban incesantemente las trompetas ante el arca de la alianza de Dios.
7 En aquel día, por primera vez, para alabar a Yahvéh, entregó David a Asaf y sus hermanos este cántico:
8 ¡Alabad a Yahvéh, invocad su nombre, dad a conocer entre los pueblos sus proezas!
9 ¡Cantadle, entonad salmos en su honor, narrad todos sus portentos!.
10 ¡Gloriaos en su nombre santo, alégrese el corazón de los que buscan a Yahvéh!
11 ¡Buscad a Yahvéh y su poder, buscad su rostro sin descanso;
12 recordad los portentos que ha hecho, sus prodigios y los juicios de su boca,
13 vosotros, la raza de Israel, su siervo, los hijos de Jacob, sus escogidos.
14 El es Yahvéh, nuestro Dios; por toda la tierra están sus juicios.
15 Recordad eternamente su alianza, la palabra establecida por mil generaciones;
16 lo que pactó con Abraham y su juramento a Isaac;
17 el que impuso a Jacob como precepto, y a Israel como alianza eterna,
18 cuando dijo: Te daré la tierra de Canaán como porción de vuestra herencia,
19 aunque seáis poco numerosos, muy pocos y extranjeros allí.
20 Y cuando ellos iban de una nación a otra, de un reino a otro pueblo,
21 a nadie permitió que los vejase, y por causa de ellos castigó a los reyes:
22 ¡No toquéis a mis ungidos ni hagáis daño a mis profetas!
23 ¡Cantad a Yahvéh, la tierra toda; anunciad su salvación día tras día!
24 ¡Publicad entre las gentes su gloria, y en todos los pueblos sus portentos!
25 Porque grande es Yahvéh y muy digno de alabanza, y temible por encima de todos los dioses;
26 pues nada son todos los dioses de los pueblos; pero es Yahvéh quien hizo los cielos.
27 Magnificencia y esplendor hay ante él, fortaleza y alegría en su morada.
28 ¡Tributad a Yahvéh, familias de los pueblos, tributad a Yahvéh gloria y poder!
29 ¡Tributad a Yahvéh la gloria de su nombre, traed ofrendas y venid ante él! ¡Adorad a Yahvéh con sacro esplendor!
30 ¡Temblad en su presencia, los de toda la tierra! El orbe está firme y no vacila.
31 ¡Alégrense los cielos y exulte la tierra! Que digan las naciones: ¡Yahvéh reina!
32 ¡Retumbe el mar y cuanto encierra! ¡Alégrese el campo y cuanto en él existe!
33 ¡Exulten jubilosos los árboles de la selva ante Yahvéh, pues viene a juzgar la tierra!
34 ¡Alabad a Yahvéh, porque es bueno, porque su piedad es eterna!
35 Y decid: ¡Sálvanos, oh Dios, salvación nuestra; reúnenos y líbranos de las gentes, para que podamos celebrar tu santo nombre y gloriarnos en tu alabanza!
36 ¡ Bendito sea Yahvéh, el Dios de Israel, por eternidad de eternidades! Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! Y alabó a Yahvéh.
37 David dejó allí, ante el arca de la alianza de Yahvéh, a Asaf y a sus hermanos, para que prestaran servicio permanente delante del arca, según el orden de cada día;
38 a ObedEdom y a, sus hermanos, en número de sesenta y ocho; y a ObedEdom, hijo de Yedutún, y a Josa, como porteros.
39 Al sacerdote Sadoq y a sus hermanos, los sacerdotes, los dejó ante el tabernáculo de Yahvéh en el lugar alto de Gabaón,
40 para que ofrecieran constantemente, mañana y tarde, holocaustos a Yahvéh sobre el altar del holocausto, y para que cumplieran todo lo prescrito en la ley que Yahvéh impuso a Israel.
41 Con ellos estaban Hernán y Yedutún, y los demás elegidos y nominalmente designados para glorificar a Yahvéh, porque eterna es su misericordia.
42 Hemán y Yedutún tenían trompetas y címbalos para hacerlos sonar e instrumentos para acompañar los cánticos a Dios. Los hijos de Yedutún estaban encargados de la puerta.
43 Luego se fue todo el pueblo, cada cual a su casa, y David regresó a su palacio para bendecirlo.

Patrocinio

 
 

Introducción a I Crónicas

No hay comentario

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

Patrocinio

Notas