Deuteronomio  23 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 25 versitos |
1 El hombre que tenga los testículos aplastados o el pene amputado, no entrará en la asamblea de Yahvéh.
2 El bastardo no será admitido en la asamblea de Yahvéh ; ni aun a la décima generación entrará en ella.
3 El ammonita y el moabita no serán admitidos en la asamblea de Yahvéh ; ni aun a la décima generación, nunca jamás, entrarán en ella,
4 porque no salieron a vuestro encuentro al camino con pan y agua, cuando salisteis de Egipto, y porque el moabita alquiló contra ti, para maldecirte, a Balaam, hijo de Beor, de Petor, en Aram Naharáyim.
5 Pero Yahvéh, tu Dios, no quiso escuchar a Balaam, sino que Yahvéh, tu Dios, trocó la maldición en bendición, porque Yahvéh, tu Dios, te ama.
6 Jamás, mientras vivas, buscarás su paz ni su bienestar.
7 No abominarás al idumeo, porque es hermano tuyo; no detestarás al egipcio, porque extranjero fuiste en su tierra.
8 Los hijos que les nazcan, a la tercera generación podrán ya entrar en la asamblea de Yahvéh.
9 Cuando salgas a campaña contra tus enemigos, guárdate de toda indecencia.
10 Si hay en ti alguno que por una polución nocturna no fuera puro, saldrá fuera del campamento, y no podrá entrar en el interior del mismo
11 hasta que por la tarde se lave con agua; y al ponerse el sol podrá entrar en el campamento.
12 Fuera del campamento tendrás un lugar adonde puedas retirarte.
13 En tu equipo llevarás una estaca; y cuando hayas de agacharte allá fuera, cavarás con ella un hoyo, y después te volverás y cubrirás tus excrementos.
14 Porque Yahvéh, tu Dios, anda en medio de tu campamento para protegerte y entregar en tu poder a tus enemigos. Tu campamento debe ser cosa sagrada; Yahvéh no debe ver en ti nada indecoroso, pues se alejaría de ti.
15 No devuelvas a su amo el esclavo que vino a ti huyendo de él.
16 Morará contigo, entre los tuyos, en el lugar que haya escogido en una de tus ciudades, el que mejor le parezca; no lo trates mal.
17 No habrá prostituta sagrada entre las hijas de Israel, ni prostituta sagrado entre los hijos de Israel.
18 No llevarás a la casa de Yahvéh, tu Dios, en concepto de voto, el salario de una ramera ni el precio de un perro, porque los dos son abominación para Yahvéh, tu Dios.
19 No exigirás de tu hermano interés alguno, ni por dinero, ni por víveres, ni por nada de lo que se presta a interés.
20 Podrás exigírselo al extranjero, pero no a tu hermano, para que Yahvéh, tu Dios, te bendiga en todo lo que emprendan tus manos en la tierra en cuya posesión vas a entrar.
21 Si haces un voto a Yahvéh, tu Dios, no tardarás en cumplirlo; pues Yahvéh, tu Dios, te pedirá ciertamente cuenta de ello, y en ti resultaría pecado.
22 Si te abstienes de hacer un voto no habrá pecado en ti;
23 pero mantendrás la palabra salida de tus labios y pondrás por obra lo que has prometido voluntariamente a Yahvéh, tu Dios, la promesa que hiciste con tu propia boca.
24 Si pasas por la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciar tu apetito, pero no podrás llevártelas en tu cesta.
25 Si atraviesas por los trigales de tu prójimo, podrás cortar espigas con tu mano, pero no meter la hoz en la mies de tu prójimo.

Patrocinio

 
 

Introducción a Deuteronomio 

No hay comentario

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

Patrocinio

Notas