II Samuel  3 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 39 versitos |
1 Prolongada fue la guerra entre la casa de Saúl y la de David. Pero David se hacía cada vez más fuerte, mientras la casa de Saúl se iba debilitando.
2 Naciéronle a David varios hijos en Hebrón: el primogénito fue Amnón, de Ajinóam de Yizreel;
3 el segundo fue Kilab, de Abigáyil, la que fue mujer de Nabal de Karmel; el tercero fue Absalom, hijo de Maaká, hija de Talmay, rey de Guesur;
4 el cuarto fue Adonías, hijo de Jagguit; el quinto fue Sefatyá, hijo de Abital;
5 el sexto fue Yitream, de Eglá, mujer de David. Estos son los hijos que le nacieron a David en Hebrón.
6 Mientras duró la guerra entre la casa de Saúl y la de David, Abner fue afirmándose en la casa de Saúl.
7 Saúl había tenido una concubina, llamada Rispa, hija de Ayyá. Y dijo ISbaal a Abner: ¿Por qué te has llegado a la concubina de mi padre?
8 Enfurecióse mucho Abner por las palabras de ISbaal, y contestó: ¿Soy yo acaso una cabeza de perro perteneciente a Judá? Yo he tenido hasta hoy piedad de la casa de Saúl, tu padre, de sus hermanos y de sus amigos, y no he querido entregarte en manos de David. ¿ Y tú hoy me echas en cara una falta con esa mujer?
9 Así haga Dios con Abner y aun esto le añada, si no hago en favor de David lo que Yahvéh le juró:
10 quitarle el reino a la casa de Saúl y establecer el trono de David sobre Israel y sobre Judá, desde Dan hasta Beerseba.
11 Y no pudo Isbaal responder palabra a Abner, porque le temía.
12 Y Abner envió mensajeros a David para que le dijeran de su parte: ¿A quién pertenece el país? Y además añadieron: Haz un pacto conmigo, y me pondré de tu parte para inclinar hacia ti a todo Israel.
13 Respondió David: Está bien; haré un pacto contigo. Solamente te pido una cosa: no has de venir a verme si no traes a Mikal, hija de Saúl, cuando vengas a presentarte ante mí.
14 Envió David mensajeros a Isbaal, hijo de Saúl, que le dijeran: Entrégame a mi esposa Mikal, que adquirí por cien prepucios de filisteos.
15 Mandó Isbaal que se la quitaran a su marido, Paltiel, hijo de Layís.
16 Su marido la seguía y caminaba tras ella entre sollozos hasta Bajurim. Abner le dijo: Anda, vuélvete. Y él se volvió.
17 Después Abner se entrevistó con los ancianos de Israel y les dijo: Desde hace tiempo tenéis el deseo de que David sea vuestro rey.
18 Cumplidlo ahora, ya que Yahvéh dijo de David: Por medio de mi siervo David voy a liberar a mi pueblo Israel de la garra de los filisteos y del poder de todos sus enemigos.
19 Habló también Abner a los de Benjamín, y luego se fue a Hebrón a comunicar a David todas estas cosas que eran bien vistas por Israel y por toda la casa de Benjamín.
20 Llegó, pues, Abner a Hebrón ante David, acompañado de veinte hombres. David preparó un festín a Abner y a sus acompañantes.
21 Abner dijo a David: Me voy a levantar y yo iré a reunir en torno a mi señor el rey todo Israel, para que hagan alianza contigo; y tú reinarás conforme a tus deseos. David despidió a Abner y éste se fue en paz.
22 En esto volvían los servidores de David y de Yoab de una correría con mucho botín. Abner no estaba ya en Hebrón con David, pues David lo había despedido y él se había marchado en paz.
23 Al llegar Yoab con toda su tropa le comunicaron a Yoab: Ha venido Abner, hijo de Ner, al rey, y éste ya lo ha despedido y él se ha ido en paz.
24 Entonces Yoab fue al rey y le dijo: ¿Qué has hecho? Resulta que Abner ha venido a ti. ¿Por qué lo has despedido y lo has dejado partir?
25 Tú bien conoces a Abner, hijo de Ner. Ha venido a engañarte, a enterarse de tus idas y venidas y a saber todo lo que tú haces.
26 Yoab salió de donde estaba con David, y sin que David lo supiera envió emisarios tras de Abner, para que le hicieran volver desde el estanque de Sirá.
27 Regresó Abner a Hebrón, y Yoab lo llevó aparte, junto a la puerta, como para hablarle en secreto. Y allí lo hirió de muerte en el vientre, para vengar la sangre de su hermano- Asahel.
28 Cuando luego lo supo David, exclamó: Yo y mi reino somos inocentes ante Yahvéh, para siempre, de la sangre de Abner, hijo de Ner.
29 Caiga ésta sobre la cabeza de Yoab y sobre toda la casa de su padre, y no falte de la casa de Yoab quien padezca de flujo, ni leproso, ni quien camine con muletas, ni quien caiga a filo de espada, ni quien carezca de pan.
30 Yoab y su hermano Abisa y asesinaron a Abner, porque éste había matado a Asahel, su hermano, en Gabaón, durante el combate.
31 iDijo luego David a Yoab y a toda la gente que con él estaba: Rasgad vuestras vestiduras y ceñíos de saco en señal de duelo por Abner. Y el mismo rey David fue andando detrás del féretro.
32 Sepultaron a Abner en Hebrón. Y el rey en voz alta rompió a llorar junto al sepulcro de Abner, y con él todo el pueblo.
33 Entonces el rey cantó esta elegía por Abner: ¿Debía morir Abner como un necio?
34 Tus manos no estaban atadas, ni tus pies sujetos con cadenas. ¡Has sucumbido como quien sucumbe ante malhechores! Y todo el pueblo siguió llorando por él.
35 Luego, todos se acercaron a David para invitarle a tomar alimento cuando aún era de día. Pero David juró: ¡Dios me haga esto y me añada lo otro si antes de ponerse el sol pruebo pan o cualquiera otra cosa!
36 Lo oyó todo el pueblo y se agradó de ello; pues cuanto hacía David les parecía bien a todos.
37 Aquel día comprendió todo el pueblo y todo Israel que el rey no había tenido parte en la muerte de Abner, hijo de Ner.
38 Después dijo el rey a sus servidores: ¿No os dais cuenta de que ha caído hoy un caudillo, un gran hombre en Israel?
39 Yo soy al presente todavía débil, a pesar de haber sido ungido rey, y estos hombres, los hijos de Seruyá, son más duros que yo. ¡Pague Yahvéh al malhechor conforme a su malicia!

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Introducción a II Samuel 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas