II Samuel  17 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 29 versitos |
1 Entonces Ajitófel dijo a Absalón: Permíteme elegir doce mil hombres para ir en persecución de David esta noche.
2 Caeré sobre él cuando esté cansado y falto de fuerzas; sembraré en torno a él el terror, y, cuando se hayan dado a la fuga los que le acompañan, podré matar a solas al rey.
3 Y así yo haré que vuelva todo el pueblo a ti [como vuelve la desposada a su marido, pues tú buscas sólo la vida de un hombre]. Entonces, todo el pueblo quedará en paz.
4 Parecióle bien este plan a Absalón, así como a todos los ancianos de Israel.
5 No obstante, Absalón dijo: Llama a Ju-Say, el arkita, para que oigamos también su opinión.
6 Presentóse Jusay a Absalón, y éste le dijo: Esto ha propuesto Ajitófel. ¿Hemos de hacer lo que él dice? Si no, habla tú.
7 Jusay contestó a Absalón: Por esta vez, el consejo de Ajitófel no es bueno.
8 Y añadió Jusay: Tú sabes que tu padre y sus hombres son valientes y que ahora están exasperados como una osa en el campo a la que han quitado sus cachorros. Por otra parte, tu padre es hombre de guerra, y no pasará la noche con la tropa.
9 De seguro que ahora estará escondido en alguna caverna o en otro lugar. Y si al principio caen algunos de los nuestros, se correrá el rumor y se dirá: Han sido derrotados los que siguen a Absalón.
10 Y entonces, aun el más esforzado, con un corazón como de león, desmayará porque bien sabe todo Israel lo valiente que es tu padre y lo aguerridos que son los que con él están.
11 Yo, por mi parte, aconsejo que todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, se reúna en torno a ti, numeroso como las arenas del mar, y tú vayas en persona en medio de ellos.
12 Iremos contra él adondequiera que se encuentre, y caeremos sobre él como cae el rocío sobre la tierra; no dejaremos con vida ni a él ni a ninguno de los que le acompañan.
13 Y si se refugia en una ciudad, todos los de Israel llevarán cuerdas a esa ciudad y la arrastraremos hasta el torrente, de modo que no quede allí ni un solo guijarro.
14 Absalón y todos los hombres de Israel dijeron: El consejo de Jusay, el arkita, es preferible al de Ajitófel. En realidad, era que Yahvéh había determinado frustrar el acertado consejo de Ajitófel, para lanzar Yahvéh sobre Absalón la desgracia.
15 Luego Jusa y dijo a los sacerdotes Sadoq y Abiatar: Esto y esto aconsejó Ajitófel a Absalón y a los ancianos de Israel, mientras que esto y esto es lo que aconsejé yo.
16 Ahora, pues, mandad inmediatamente a decir a David: No te quedes esta noche en las estepas del desierto, sino pasa en seguida al otro lado, para que no sea exterminado el rey con toda su gente.
17 Entre tanto, Yonatán y Ajimaas estaban apostados en EnRoguel. Una sirvienta iría a trasmitirles el anuncio, y ellos, a su vez, irían a llevárselo al rey David; pues no podían dejarse ver entrando en la ciudad.
18 Pero los vio un muchacho y se lo comunicó a Absalón. Entonces los dos partieron a toda prisa y llegaron a la casa de un hombre de Bajurim que tenía en el patio un pozo y a él descendieron.
19 Tomó la mujer una manta y la extendió sobre la boca del pozo, esparció luego sobre ella grano desmenuzado, y así nadie notó nada.
20 Llegaron luego los servidores de Absalón a casa de la mujer, y preguntaron: ¿Dónde están Ajimaas y Yonatán? Respondióles la mujer: Han pasado hacia el torrente de aguas. Ellos los buscaron, pero no los hallaron y regresaron a Jerusalén.
21 Después que se habían marchado, salieron los otros del pozo, y se fueron a trasmitir al rey David este aviso: Levantaos y pasad a toda prisa las aguas, pues esto y esto ha aconsejado contra vosotros Ajitófel.
22 Entonces David se levantó, y todo el pueblo que le seguía, y pasaron el Jordán. Al despuntar el alba no quedaba ni uno que no hubiera atravesado el Jordán.
23 Cuando Ajitófel vio que no se había seguido su consejo, aparejó el asno, emprendió el camino y se fue a su casa, a su ciudad; y después de disponer de sus cosas, se ahorcó y murió. Fue sepultado en el sepulcro de su padre.
24 Entre tanto, David llegaba a Majanáyim, mientras Absalón atravesaba el Jordán con todos los hombres de Israel.
25 Absalón había puesto a Amasa al frente del ejército en lugar de Yoab. Amasa era hijo de un hombre llamado Yitrá, que lo tuvo de Abigal, hija de Najas, hermana de Seruyá, madre de Yoab.
26 Acampó con los israelitas en el país de Galaad.
27 Cuando David llegó a Majanáyim, sobí, hijo de Najas, de Rabbá de los ammonitas, y Makir, hijo de Ammiel, de LoDebar, y BarziHay el galaadita, de Roguelim,
28 llevaron camas, copas y vasijas de barro, y trigo, cebada, harina, grano tostado, habas, lentejas,
29 »miel, cuajada, ovejas y queso de vaca. Lo presentaron a David y a su gente para que comieran, pues se decían: La gente estará hambrienta, fatigada y sedienta en el desierto.

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas