II Reyes  2 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 25 versitos |
1 Determinó Yahvéh arrebatar al cielo a Elías en un torbellino. Elías y Elíseo habían salido de Guilgal.
2 Y dijo Elías a Elíseo: Quédate aquí, porque Yahvéh me envía hacia Betel. Pero Elíseo respondió: ¡Por vida de Yahvéh y por tu vida, que no te abandonaré! Bajaron, pues, a Betel.
3 Los hijos de los profetas que había en Betel salieron al encuentro de Eliseo y le dijeron: ¿No sabes tú que Yahvéh quiere arrebatar hoy a tu señor por encima de tu cabeza? Él respondió: Sí; también yo lo sé. Pero callad.
4 Y Elías dijo a Eliseo: Quédate aquí, porque Yahvéh me envía a Jericó. Pero él respondió: ¡Por vida de Yahvéh y tu vida, que no te abandonaré. Y llegaron a Jericó.
5 Los hijos de los profetas residentes en Jericó se acercaron a Eliseo y le dijeron: ¿No sabes tú que Yahvéh quiere arrebatar hoy a tu señor por encima de tu cabeza? Respondió él: Sí; también yo lo sé. Pero callad.
6 Díjole luego Elías: Quédate aquí, porque Yahvéh me envía al Jordán. Pero él respondió: ¡Por vida de Yahvéh y por tu vida, que no te abandonaré! Y siguieron caminando los dos.
7 Y cincuenta hombres de entre los hijos de los profetas los siguieron y se pararon a cierta distancia frente a ellos, cuando ellos dos se detuvieron junto al Jordán.
8 Elías tomó su manto, lo plegó y golpeó con él las aguas que se dividieron a un lado y a otro, y pasaron los dos a pie enjuto.
9 Cuando habían pasado, dijo Elías a Eliseo: Pide lo que quieras que yo haga por ti antes de que yo sea arrebatado de tu lado. Respondió Eliseo: Que yo tenga doble parte en tu espíritu.
10 Respondió Elías: Cosa difícil has pedido. Con todo, si me ves cuando yo sea arrebatado de tu lado, lo tendrás; en caso contrario, no lo tendrás.
11 Seguían ellos caminando y conversando, cuando apareció un carro de fuego, con caballos también de fuego, que se interpuso entre los dos. Y Elías subió al cielo en un torbellino.
12 Eliseo lo veía y gritaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y caballería montada! Pero ya no lo vio más. Entonces tomó sus vestidos y los rasgó en dos partes.
13 Recogió también el manto de Elías, que se le había caído de encima, se volvió y se detuvo a orillas del Jordán.
14 Tomó el manto de Elías que se le había caído de encima y golpeó con él las aguas, diciendo: ¿Dónde está Yahvéh, el Dios de Elías? Y al golpear las aguas, éstas se dividieron a un lado y a otro, y pasó Eliseo.
15 Viéronlo los hijos de los profetas de Jericó, que estaban a alguna distancia, y dijeron: El espíritu de Elías está sobre Eliseo. Fueron a su encuentro y se postraron en tierra ante él.
16 Luego le dijeron: Mira, entre tus siervos hay cincuenta hombres valerosos; deja que vayan a buscar a tu señor, no sea que el espíritu de Yahvéh lo haya tomado y lo haya arrojado en algún monte o algún valle. Él les respondió: ¡No los enviéis!
17 Pero tanto le porfiaron, que les dijo: Enviadlos. Y enviaron a aquellos cincuenta hombres, que estuvieron buscándolo durante tres días, pero no lo hallaron.
18 Volviéronse luego a Eliseo, que estaba ya en Jericó, y éste les dijo: ¿No os había dicho yo que no fuerais?
19 Las gentes de la ciudad dijeron a Eliseo: Mira: el emplazamiento de la ciudad es bueno, como mi señor puede ver; pero las aguas son malas y la tierra estéril.
20 Él contestó: Traedme una escudilla nueva y poned sal en ella. Y se la trajeron.
21 i Salió luego él hacia el manantial de las aguas y arrojó en él la sal, al tiempo que decía: Así habla Yahvéh: Voy a sanear estas aguas, para que nunca más salga de ellas muerte ni esterilidad.
22 Y las aguas quedaron saneadas hasta el día de hoy, según la palabra que Eliseo había pronunciado.
23 Desde allí subió a Betel. Y cuando subía por el camino, salieron unos rapazuelos de la ciudad, que se burlaban de él, diciéndole: ¡Sube, calvo; sube, calvo!
24 Se volvió para atrás, los miró y los maldijo en nombre de Yahvéh. Y al momento salieron del bosque dos osos y despedazaron a cuarenta y dos de los muchachos.
25 De allí se fue al monte Carmelo, de donde se volvió a Samaría.

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Introducción a II Reyes 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas