Deuteronomio  24 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 22 versitos |
1 Cuando un hombre toma una mujer y se casa con ella, si luego ésta no halla gracia a sus ojos por haber encontrado en ella algo desagradable, le escribirá el libelo de repudio, se lo pondrá en la mano y la despedirá de su casa.
2 Una vez que salga de la casa de él y se vaya, podrá casarse con otro hombre.
3 Si también el segundo marido la aborrece, le escribe el libelo de repudio y, poniéndoselo en la mano, la despide de su casa, o si muere este segundo marido que la tomó por esposa,
4 su primer marido que la repudió, no podrá volverla a tomar por esposa, después de haberse ella mancillado; porque esto es una abominación ante Yahvéh, y no has de profanar la tierra que Yahvéh, tu Dios, te va a dar en herencia.
5 El hombre recién casado no irá a la guerra ni se le impondrá obligación alguna; quedará en su casa, libre de todo servicio, durante un año y hará feliz a la mujer que tomó.
6 No se tomará en prenda el molino de mano, ni siquiera la muela superior, porque ello sería tomar la vida en prenda.
7 Si se encuentra a un hombre que secuestró a otro, de entre sus hermanos, de entre los hijos de Israel, para hacerlo su esclavo, o para venderlo, el ladrón habrá de morir; así extirparás el mal de en medio de ti.
8 En caso de llaga de lepra, mirarás de seguir en todo y de cumplir puntualmente lo que os prescriban los sacerdotes levitas; pondréis por obra cuanto yo les he mandado.
9 Acuérdate de lo que Yahvéh, tu Dios, hizo con Miryam, durante el camino, cuando salíais de Egipto.
10 Si has dado a tu prójimo algo en préstamo, no entrarás en su casa para tomar la prenda.
11 Esperarás fuera, y el hombre a quien prestaste te sacará fuera la prenda.
12 Si el prestatario es pobre, no te acostarás reteniendo su prenda;
13 se la devolverás sin falta al ponerse el sol, para que él pueda acostarse en su manto. Así te bendecirá, y esto redundará en mérito tuyo ante Yahvéh, tu Dios.
14 No explotarás al jornalero pobre y menesteroso, ya sea uno de tus hermanos, ya sea uno de los extranjeros que moran en tu tierra, dentro de tus ciudades.
15 Le darás cada día su salario y no dejarás que se ponga el sol sobre esta deuda, pues él es pobre y con ansia lo desea. Así no clamará contra ti a Yahvéh y no cargarás con un pecado.
16 No serán muertos los padres por causa de los hijos, ni los hijos por causa de los padres; cada cual morirá por su propio pecado.
17 No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda el vestido de la viuda.
18 Acuérdate de que fuiste esclavo en Egipto y de que Yahvéh, tu Dios, te rescató de allí; por eso te mando hacerlo así.
19 Cuando siegues la mies en tu campo y dejes olvidada alguna gavilla, no te vuelvas a recogerla; déjala para el extranjero, el huérfano y la viuda, para que te bendiga Yahvéh, tu Dios, en todas las obras de tus manos.
20 Cuando varees tus olivos, no harás luego rebusco en sus ramas; lo que quede, sea para el extranjero, el huérfano y la viuda.
21 Cuando vendimies tu viña, no harás luego rebusco en ella; déjalo para el extranjero, el huérfano y la viuda. '
22 Recuerda que fuiste esclavo en tierra de Egipto; por eso te mando hacerlo así.

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Introducción a Deuteronomio 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas