Eclesiástico 7 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 36 versitos |
1 No hagas el mal, y el mal no hará en ti presa.
2 Apártate del injusto y se alejará de ti.
3 Hijo, no siembres en surcos de injusticia, no sea que coseches siete veces más.
4 No pretendas del Señor el poder, ni del rey asiento de gloria.
5 No te hagas el justo ante el Señor, ni presumas de sabio ante el rey.
6 No pretendas que te nombren juez, no sea que no puedas suprimir injusticias y te acobardes en presencia del poderoso, poniendo en entredicho tu rectitud.
7 No peques contra la asamblea de la ciudad, ni te degrades en medio del pueblo.
8 No cometas dos veces el mismo pecado; pues ni una sola quedará sin castigo.
9 No digas: "Dios tendrá en cuenta mis muchas ofrendas. Cuando se las ofrezca al Dios Altísimo, las aceptará".
10 No seas apocado en tu oración, y no descuides hacer caridad.
11 No te burles del hombre afligido; pues hay quien humilla y ensalza.
12 No maquines mentira contra tu hermano, ni hagas otro tanto contra el amigo.
13 No te complazcas en mentir; pues a nada bueno conduce esta costumbre.
14 No seas charlatán en la asamblea de los ancianos; ni repitas palabras en tu oración.
15 No rehúyas los trabajos duros, ni las labores agrícolas impuestas por Dios.
16 No te juntes con pecadores. Recuerda que la ira no tardará.
17 Humilla mucho tu alma, porque fuego y gusanos vendrán sobre el impío.
18 No cambies amigo por dinero, ni hermano verdadero por oro de Ofir.
19 No te apartes de mujer sabia y buena, que su gracia vale más que el oro.
20 No maltrates al criado que trabaja de verdad, ni al jornalero que da toda su alma.
21 Que ame tu alma al criado inteligente. No le prives de libertad.
22 ¿Tienes rebaños? Cuida de ellos. Si te dan beneficios, guárdalos.
23 ¿Tienes hijos? Instrúyelos y doblega su cuello desde su juventud.
24 ¿Tienes hijas? Vela por ellas, y no les muestres un rostro indulgente.
25 Casa a tu hija, y habrás acabado una gran tarea, pero dásela a un hombre inteligente.
26 ¿Te agrada tu esposa? No la repudies. Pero no te confíes a la que no te gusta.
27 Honra a tu padre con todo tu corazón, y no te olvides de los dolores de tu madre.
28 Acuérdate que por ellos naciste. Y, ¿cómo les pagarás lo que hicieron por ti?
29 Con toda tu alma venera al Señor, y reverencia a sus sacerdotes.
30 Con toda tu fuerza ama al que te hizo, y no abandones a sus ministros.
31 Teme al Señor y glorifica al sacerdote; y dale su parte como te ha sido mandado: las primicias, el sacrificio por el pecado y la ofrenda de la pierna, el sacrificio de santificación y las primicias de las cosas santas.
32 Tiende tu mano al pobre, para que sea perfecta tu bendición.
33 Que tus dones alcancen a los vivos; y no niegues tu piedad a los muertos.
34 No te alejes de los que lloran y aflígete con los afligidos.
35 No descuides visitar al enfermo; y de este modo te harás querer.
36 En todos tus actos piensa en tu final, y no pecarás jamás.

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Introducción a Eclesiástico

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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